La formación es una prioridad para las organizaciones del siglo XXI, centrándose en crear experiencias de aprendizaje atractivas y dinámicas que se integren en la vida laboral diaria. El estudio realizado en San Francisco y París destaca la necesidad de construir organizaciones de aprendizaje, donde la adaptación y el desarrollo del talento sean fundamentales para la competitividad. Ejemplos de empresas como Google y Slack ilustran cómo una cultura de aprendizaje efectiva puede transformar el lugar de trabajo, aumentando la colaboración y la innovación.
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