La espectroscopía infrarroja (IR) es una técnica analítica que utiliza radiación IR para identificar grupos funcionales en compuestos, basada en la interacción entre la materia y la radiación electromagnética. Se desarrolló desde el siglo XIX y ha evolucionado con instrumentos como el espectrómetro FTIR, que permite obtener espectros de manera rápida y con alta sensibilidad. La técnica tiene aplicaciones en la identificación de compuestos orgánicos y el estudio de reacciones químicas, pero presenta limitaciones como la dificultad para analizar soluciones acuosas y mezclas complejas.