Este documento resume las experiencias del autor en dos conciertos de Bob Dylan en Alicante y Lorca en julio de 2008. Describe a Dylan como un maestro que transmite sus enseñanzas sin imponer nada y con habilidad para influir a otros. Expresa que fue un placer estar con él en esos conciertos y que debe tener algo especial para seguir reuniendo generaciones después de 40 años.