El cuento trata de un niño llamado Gustavo que se conecta a Internet semanalmente para ver las redes sociales de sus amigos. Un día, mientras navegaba, empezó a hablar por error con un niño de China cuyos rasgos faciales eran muy raros y no se le entendía. A pesar de no comprenderlo, Gustavo pidió a sus padres permiso para seguir hablando con el niño extranjero.