Este cuadro de 1928 de Joan Miró titulado "Interior Holandés I" se basa en una postal de una pintura del siglo XVII del artista holandés Maertensz Sorgh. Miró simplifica la pintura original en formas geométricas y signos vitales con colores primarios, reflejando su universo lleno de vitalidad. La función es plasmar la energía del inconsciente a través de un estilo que mezcla influencias cubistas y fauvistas con el dibujo infantil.