Los wearables y aplicaciones tienen el potencial de mejorar la adherencia al tratamiento y el autocontrol de los pacientes, aunque su uso debe ser equilibrado para evitar obsesiones. Estos dispositivos pueden facilitar la comunicación con los profesionales de salud y proporcionar información útil en tiempo real para el manejo de la salud. Sin embargo, se requiere formación y una adecuada gestión de la información generada para maximizar sus beneficios.