La primera revolución industrial se basó en tres innovaciones clave: 1) la máquina de vapor, inventada por James Watt en 1769, que permitió mecanizar procesos productivos como el hilado de algodón y movilizar transporte; 2) el uso de carbón mineral como fuente de energía en lugar de la madera; y 3) mejoras en la industria del hierro que satisficieron la creciente demanda de la industria textil.