La banca en México se presenta como sólida, demostrando un alto índice de capitalización y no requiriendo apoyo público durante la crisis financiera. El crédito bancario ha crecido significativamente, superando la tasa del PIB, y se ha expandido su acceso a más clientes, destacando la importancia de la banca en el desarrollo económico del país. Además, se observa una competencia creciente en tasas de interés y precios, así como un compromiso con la responsabilidad social en la educación financiera y el apoyo a comunidades.