Este documento establece lineamientos para resolver conflictos entre delitos contra el honor y la libertad de expresión. Reconoce ambos como derechos fundamentales y establece que ninguno es absoluto. Propone un análisis ponderado de cada caso considerando el ámbito de las expresiones cuestionadas, los requisitos para el ejercicio de las libertades de expresión e información, y la veracidad de las expresiones, a fin de determinar si están justificadas por el ejercicio legítimo de esos derechos.