Dos discípulos de Jesús le pidieron sentarse a su derecha e izquierda en el cielo, pero Jesús les dijo que eso dependía de vivir con sacrificio y amor, como Él lo haría. Jesús también enseñó a los demás discípulos que, para ser grandes en el Reino de Dios, debían servir a los demás en lugar de dominarlos.