Don Quijote y Sancho continúan su viaje después de discutir, con Sancho queriendo regresar a casa porque no está ganando dinero y se está metiendo en problemas, lo que enfada a Don Quijote y lo llama bestia sin remedio. Sancho llora y admite que no puede hacer nada, así que pasan la noche en el bosque y siguen hacia Zaragoza tras escapar de una turba enfurecida, echándose la culpa el uno al otro.