El documento argumenta que los escenarios actuales ("profetas y anacoretas") limitan la capacidad de las personas para elegir y crear su propia identidad. Propone que la educación puede modificar estos escenarios al desencadenar nuevos aprendizajes. Específicamente, sugiere que los medios de comunicación deben ampliar las posibilidades de las personas e informarles sobre cómo los mediadores pueden manipular la información, en lugar de limitar sus opciones.