El libro de Eclesiastés describe la vida como efímera y fútil si no se vive en comunión con Dios. El autor, llamado el Maestro o Qohelet, explica que a pesar de los esfuerzos humanos por controlar el tiempo y evitar la muerte, estos son inevitables. Por lo tanto, lo más importante es apreciar los pequeños momentos de la vida presente y seguir la sabiduría de Dios, en lugar de perseguir cosas vanas que se desvanecerán.