La reforma educativa de 2012 presentada por el presidente Enrique Peña Nieto tuvo un enfoque administrativo y laboral, con el objetivo de someter a los sindicatos magisteriales, y estuvo acompañada de acciones represivas. En contraste, la reforma educativa de 2019 incluye un contenido abundante sobre pedagogía y educación, estableciendo la rectoría del Estado sobre una educación pública, gratuita, laica e inclusiva, y reconociendo a los maestros como agentes fundamentales del proceso educativo.