El poema habla sobre aprovechar cada momento con los hijos, desde despertarlos con una sonrisa hasta acostarlos con un abrazo más fuerte. Recomienda desconectarse del trabajo y pasar tiempo de calidad jugando, haciendo burbujas de jabón o comprando un helado. Finalmente, agradece a Dios por el regalo de los hijos y pide un día más para disfrutarlos.