México comenzó a usar computadoras digitales en 1958 cuando adquirió una IBM-650 para resolver problemas de astronomía, física e ingeniería en la UNAM. En los años 60, la UNAM y otras instituciones como el IPN y el ITESM compraron computadoras más avanzadas. A finales de los 70, la UNAM desarrolló la primera computadora mexicana llamada AHR, aunque sus planes de desarrollo posteriores fueron cancelados.