La contaminación lumínica nos impide observar el cielo nocturno y descubrir el universo, afectando a los ecosistemas. La luz artificial altera el comportamiento de plantas e insectos, desorienta aves migratorias y afecta la alimentación de especies marinas. También modifica el equilibrio de depredadores y presas en la fauna nocturna y crepuscular. Si no reducimos la contaminación lumínica, nos arrepentiremos de no haberlo hecho antes y de no poder estudiar el universo desde la