Año 1 semana-13

Año 1 Semana 13 Día 1

Pensando en los demás
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La prudencia en nuestros actos. 1 Corintios 8.1-13

Medita
En la antigua sociedad greco-romana no había fiesta ni ceremonia pública que no se celebrara con sacrificios, y tales fiestas y
ceremonias eran numerosas. De allí los problemas de conciencia de muchos cristianos. Pablo da respuesta a estas inquietantes
preguntas.

La libertad del juicio del cristiano “con conocimiento” permanece intacta (1-6). Pero su libertad de acción se halla limitada por el
deber de no escandalizar a sus hermanos, más o menos influenciados por los prejuicios de su anterior vivencia pagana (7-13). El
verdadero amor hacia el hermano queda demostrado en manifestaciones concretas y específicas. En este caso, pecar contra el
hermano, alentándolo directa o indirectamente a hacer algo que él cree incorrecto, es pecar contra Cristo mismo (12). Si sabes lo
que haces, eres responsable también del efecto que cause tu conducta en las demás personas.

Si conoces a algún débil de conciencia, ayúdale a fortalecerse, dándole el buen alimento de la Palabra y sazonando con mucha
oración todo cuanto hagas por él. Ahora, ¿qué se entiende por “débil en la fe” o “débil de conciencia”? El pasaje se refiere a
hermanos que aún no estaban totalmente convencidos de la clase de Dios que tenían, considerándolo un dios más entre tantos
otros. La razón de su debilidad o poca fe era su falta de conocimiento.

No entendían que todo que entra en el hombre, como en este caso comida, no le puede contaminar, sino que lo que del hombre sale
es lo que le contamina. Mr. 7.18-20

Aplica
Al herir la conciencia de tu hermano, además de afectarle a él, ¿qué más sucede? (12) ¿Qué actitudes tuyas pueden ser ocasión de
pecar para tus hermanos? ¿En qué forma puedes ayudar al “débil en la fe”?

Ora
Señor, no permitas que mi libertad haga caer en pecado a mi hermano. Ayúdanos a crecer espiritualmente.1

1Se permite reproducir este material citando a Unión Bíblica como tenedores de los derechos, y siempre y cuando no se venda.
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El gozo de dar
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La predicación del evangelio implica resolver compromisos inmediatos. 1 Corintios 9.1-18

Medita
Debido a que los Corintios llegaron a menospreciar el trabajo ministerial de los apóstoles pronto les llegó una respuesta enérgica, de
parte de un hombre usado por Dios, para mostrar que es necesario aprender a valorar lo que se hace en pro de la obra de Dios.

En las palabras del apóstol Pablo encontramos una férrea defensa de los valores ministeriales en acción. Los argumentos
esgrimidos se fundamentan en los derechos que, como siervos de Dios tenían. Sin embargo es loable ver que no hicieron uso, ni
abusaron de ello, a fin de obtener ventaja alguna. Por el contrario, enseñaron con el ejemplo a trabajar sin desmayo.

Este Pablo valiente que combina fe y razón en la defensa de sus derechos se nos agiganta cuando renuncia a los mismos con tal de
mantener la gloria de predicar el Evangelio. No quiere que por anteponer sus derechos, el Evangelio sea estorbado. Así mismo nos
recuerda que lo trascendente en este trabajo es compartir el evangelio, de modo que podamos vivir satisfechos, no de lo que
podamos recibir como retribución por el esfuerzo realizado, sino de la labor bien realizada para la gloria de Dios.

La comodidad es parte del afán diario que todos buscan; sin embargo, en la extensión del evangelio, aunque podemos apelar a los
derechos obtenidos para vivir con comodidad, primero debemos trabajar para agradar a Dios. Debemos enseñar a los creyentes el
deber ineludible de dar de lo que Dios nos ha dado para el sostenimiento de los ministros del evangelio.

Aplica
¿Estás siendo considerado con quienes predican el evangelio? ¿Estás invirtiendo recursos a fin de colaborar en su ministerio? ¿Lo
haces con gozo o por pura obligación?

Ora
Padre, quita todos mis prejuicios y ayúdame a ser un colaborador eficaz con quienes predican tu Palabra.2



Un atleta genuino
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Ponerse en el lugar del prójimo. 1 Corintios 9.19-27

Medita
No es habitual ponernos en el lugar de los demás, aunque sí queremos que todos estén en el nuestro y nos comprendan. El apóstol
Pablo llama a una seria reflexión respecto de este hecho, poniéndose él mismo como ejemplo de entrega y sumisión. ¿Qué
necesidad tenía de renunciar a sus privilegios? Ninguna razón personal, pero sí, tenía una necesidad filial que lo movía a buscar
únicamente el bienestar de los demás.

Pablo pudo ver los resultados de su propia negación cuando muchas personas con las que había tratado, aceptaban el evangelio y
engrandecían el nombre de Cristo. El Apóstol dejó de lado todo ego para hacerse como los demás, incluso como los débiles; pero no
para asumir sus carencias, sino para evidenciar virtudes de una mejor confianza en Dios, incluso con aquella débil o poca fe que se
sobrepone a las adversidades.

¿Debemos renunciar y abstenernos de superficialidades terrenas? El ejemplo del atleta nos lleva a evaluar nuestra diaria relación
con Dios y a tener una actitud de contrición permanente a fin de agradar a Aquel que nos llamó para que a su tiempo recibamos el
premio de la vida eterna. Pablo nos anima a “correr de tal manera” que alcancemos el premio tan anhelado. No podemos correr por
correr. Para correr eficientemente debemos fortalecernos espiritualmente, practicando las disciplinas de la lectura y meditación de la
Biblia junto con la oración. Estos recursos nos darán el temple y la capacidad de resistencia que requerimos para acabar con éxito la
carrera.

Aplica
¿Puedes decir como Pablo “disciplino mi cuerpo y lo obligo a obedecerme, para no quedar descalificado después de haber enseñado
a otros”? ¿Qué lugar ocupan la Palabra y la oración en tu entrenamiento diario?

Ora
Señor, enséñame a renunciar a lo vano de este mundo; quiero tener una verdadera actitud de servicio.3



Una advertencia
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Nuestra vida debe estar adornada con acciones prudentes. 1 Corintios 10.1-22

Medita
Del pueblo de Israel y todas sus vivencias podemos aprender lecciones que deberíamos tener siempre presentes.

La forma en que ellos se condujeron provoca reacciones adversas. Un pueblo privilegiado con la elección de Dios, no supo valorar
todas las bendiciones que recibió. Lo que se observa en la vida cotidiana de Israel, es precisamente todo aquello que desagradaba
al Señor: codicia, idolatría, fornicación, quejas, murmuración, etc. Muchos de los del pueblo practicaron todas estas cosas y
recibieron su justa retribución.

El Apóstol les menciona todo esto a los de Corinto, e igualmente a nosotros, a fin de que cultivemos nuestra relación de comunión
con el Creador. También para que aprendamos a ser agradecidos mientras reconozcamos que aún en medio del desierto, el Señor
nunca nos abandonará y cuidará de nosotros, proveyendo para cada necesidad.

Debido a que podemos gozar de las bondades de Dios, debemos cuidarnos de ir en pos de aquello que lo único que pretende es
ocupar el lugar de Dios en nuestras vidas.

Tampoco ofrezcamos nuestras fuerzas y voluntad para procurar satisfacciones carnales. Quien aprecia y valora el sacrificio de
Cristo, no procederá como Israel. Con nuevas actitudes, surgidas de un corazón agradecido y temeroso de Dios, enmendará los
errores del pasado y se esforzará por vivir en una nueva y mejor relación con Dios.

Aplica
¿Estás cayendo en las mismas prácticas que el pueblo de Israel? ¿Todo lo que haces diariamente, lo haces procurando agradar al
Señor?

Ora
Señor, guía mis pasos por sendas de justicia. No dejes que me desvíe de tus caminos.4



La verdadera libertad
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Sigamos el ejemplo de Cristo: vivamos en base a principio y no a preferencias personales. 1 Corintios 10.23-11.1

Medita
¡Qué difícil se torna todo cuando la libertad se convierte en libertinaje! En Corinto estaban los creyentes más controversiales. Tan
manifiestas y legítimas como sus preocupaciones por la comida, eran sus preocupaciones por los dones espirituales. Querían
disfrutar de la libertad del cristianismo, antes que sacrificar las limitaciones de su legalismo.

El apóstol Pablo, como en otras ocasiones, no deja lugar a dudas y encara el problema diciéndoles que pueden gozar de su libertad
y el amplio conocimiento de las cosas, pero sin ser causa de ofensa a los demás. Que no den motivo para ser juzgados por la
conciencia de los débiles; antes deben ser cautos y procurar la edificación de los demás miembros del cuerpo de Cristo.

Sencillamente les recuerda la manera correcta de proceder: “...háganlo todo para la gloria de Dios (32). No den mal ejemplo a
nadie...” Como resultado de esta sentencia, alguno podrá decir: ¿Cómo sé que es para la gloria de Dios lo que estoy haciendo? La
respuesta es sencilla. Pregúntese: ¿Lo que hago es motivo de controversia u ofensa contra alguien?

Finalmente, al analizar el pasaje podemos completar esta frase: “Alcanzamos la plena libertad cuando...: 1. No buscamos el bien
propio (23-24). 2. Reconocemos la soberanía del Rey del universo (26). 3. Somos sensible a los sentimientos del prójimo (27-28).

4. Adoramos a Dios con nuestros actos (29b-31). 5. Nuestra vida es un modelo para otros.

Aplica
¿Con qué finalidad procura Pablo “agradar a todos”? (10.33-11.1) ¿Te identificas plenamente con su actitud? ¿Por qué? ¿Qué haces
para asegurarte que tu libertad sea edificante y no una piedra de tropiezo para otros?

Ora
Señor, ayúdame a vivir responsablemente la libertad que he recibido en Cristo.5



Somos iguales
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Ninguna discriminación es válida ante los ojos de Dios. 1 Corintios 11.2-16

Medita
El entorno cultural en que escribe el apóstol Pablo muestra la discriminación que sufrían las mujeres. Los de la iglesia de Corinto,
tenían fuertes pugnas por esta gradación, ya que siempre trataban de ser los primeros y otorgar lugares de privilegio. Sin embargo,
el pasaje, materia de nuestra meditación, nos muestra un evangelio no sólo conciliador, sino trascendente a las tradiciones y
costumbres. Pablo lo expresa así:

“Sin embargo, en la vida cristiana, ni el hombre existe sin la mujer, ni la mujer sin el hombre (12). Pues aunque es verdad que la
mujer fue formada del hombre, también es cierto que el hombre nace de la mujer; y todo tiene su origen en Dios.”

El tema central de estos versículos es el lugar de la mujer en el culto. No cabe duda de que Pablo ofrece aquí una idea
revolucionaria. Recordemos que las mujeres y los niños en el culto judío estaban relegados a un segundo plano. Esto se expresaba
en la asignación de lugares diferentes dentro del mismo templo para unos y otros. Pablo rompe esta tradición y a partir de esta
enseñanza incluye a la mujer en el culto dándole participación activa.

Si de categorías o jerarquías se trata, Dios es el primero y único; todos los seres humanos están debajo de él y en iguales
condiciones. El apóstol Pablo, va más allá al especificar que todos dependemos el uno del otro. En consecuencia, el tomarnos en
consideración y valorarnos mutuamente es lo más importante. En el evangelio no hay lugar para las discriminaciones. Ante Dios,
todos somos iguales.

Aplica
¿Estás buscando lugares de privilegio a costa de discriminar a los demás? ¿De qué manera puedes crecer en tu interdependencia
con otros creyentes? Seamos capaces de evitar que las tradiciones estén por encima de los principios bíblicos.

Ora
Señor, quita de mí toda actitud discriminatoria. Que mis acciones reflejen mi sujeción a ti.6



Verdadera comunión
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¿Cuál es la actitud correcta que debemos tener al compartir la Cena del Señor? 1 Corintios 11.17-34

Medita
¿Recuerdas la libertad que comenzaron a disfrutar los Corintios? La habían convertido en libertinaje. Cuando llegó el tiempo de
compartir juntos en la Santa Cena, generaron competencias al organizar verdaderas comilonas. ¿Cómo entenderlos?

En este punto, el apóstol Pablo, les llama a la reflexión a fin de que aprendan el verdadero significado de la Cena del Señor. Les
recuerda que él mismo fue enseñado a considerar la Cena del Señor como el acto sublime de estrecha comunión entre los creyentes
y Dios, así como la honra que merece el Unigénito Hijo de Dios por el acto redentor en la cruz. La Cena del Señor implica un acto de
total contrición, que pasa por recordar al

Salvador inmolado por toda la humanidad, y otorgarle valor imperecedero hasta que él venga otra vez. Y no solamente recordamos
sino que renovamos nuestro compromiso con él. La Cena es el momento más indicado para reafirmar nuestro pacto con él hasta su
retorno. Asimismo, la Cena del Señor busca establecer un grado de comunión real. No meras apariencias ni hipocresías. Ya no hay
lugar para seguir pecando, para no acarrear mayor condenación.

Dios nos quiere aptos en su reino. Acerquémonos a la mesa con un corazón contrito y humillado que ha sido autoexaminado
seriamente, con un corazón que se desborda de amor por Cristo y por los hermanos, con un corazón agradecido por la deuda
pagada en la cruz y con un corazón lleno de esperanza en la pronta venida del Salvador.

Aplica
¿Cuánto valoras el sacrificio de Jesús? ¿Esto se refleja en tus acciones diarias? ¿Te has propuesto honrar al Señor cada vez que
participas en la Santa Cena hasta que él venga? ¿Te preparas y vives anhelando la venida del Señor?

Ora
Señor, quiero honrarte con integridad cada día de mi vida y ofrecerte esto en cada Santa Cena.7


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