Este documento presenta el primer capítulo del Libro de Esdras. Narra una conversación entre Esdras y el ángel Uriel, en la que Esdras cuestiona a Dios por los sufrimientos de la humanidad y la ruina de Sión. Uriel usa parábolas para explicar que los humanos, por su naturaleza corruptible, no pueden comprender plenamente los designios de Dios.