La robótica educativa utiliza materiales tecnológicos multidisciplinares para fomentar el aprendizaje constructivista, permitiendo a los estudiantes integrar y aplicar conocimientos de diversas áreas curriculares. Esta metodología, promovida por Seymour Papert, se centra en el aprendizaje activo a través de la creación y exploración, mejorando la capacidad de resolución de problemas y el pensamiento crítico. Además, el aprendizaje se articula en cuatro etapas: conectar, construir, contemplar y continuar, favoreciendo una educación más interactiva y significativa.