La arquitectura arequipeña ha pasado por tres estilos españoles desde la conquista: renacentista, barroco y rococó-neoclásico. Se caracteriza por la fusión de lo español e indígena, dando lugar a un estilo mestizo único. Los principales edificios son las iglesias coloniales construidas en piedra sillar con detalles barrocos, así como casas civiles de una planta con ventanas pequeñas y frontones decorados.