El documento discute la diversidad lingüística en una sociedad, con el castellano convirtiéndose en un elemento constitutivo. Examina la distribución del uso de lenguas indígenas y castellano, y la contradicción potencial entre ellas. También señala que el futuro de las lenguas indígenas depende del proceso de reproducción lingüística en contextos no rurales, y que cada pueblo tiene su propia lengua o costumbre.