La autoestima se forma desde edades tempranas a través de los mensajes que recibe el niño de su entorno familiar y socio-cultural. Los padres juegan un papel fundamental al tratar al niño con amor, aceptación y dándole seguridad, mientras evitan la comparación, la crítica y el castigo excesivo. Una autoestima positiva permite que el niño se desarrolle de manera integral y se sienta orgulloso de sí mismo.