Este documento discute la autoinmunidad como un proceso fisiológico natural en lugar de patológico. Explica que los genes que codifican para los autoanticuerpos se han conservado evolutivamente, lo que indica que proporcionan una ventaja adaptativa. También analiza cómo factores genéticos y ambientales interactúan para potencialmente desencadenar una enfermedad autoinmune en personas genéticamente predispuestas.