Este poema expresa la humildad y apoyo incondicional de un amigo. Reconoce que no puede resolver todos los problemas ni dar todas las respuestas, pero que siempre estará dispuesto a escuchar y ofrecer su mano para evitar caídas. Celebra las alegrías ajenas sin pretender apropiarse de ellas, y acepta las decisiones de los demás sin juzgar. El autor concluye agradeciendo la amistad sin esperar ser el primero en la lista de amigos.