El documento examina los paradigmas tradicionales de la administración, señalando que muchos de estos están desactualizados y no se adaptan a la realidad actual de las organizaciones. Propone que la administración debe centrarse en el rendimiento y los resultados, considerando factores externos como tecnología, personal y políticas, en lugar de apegarse a modelos rígidos y obsoletos. Se concluye que es esencial que las organizaciones se adapten a los cambios constantes para alcanzar sus objetivos de manera efectiva.