Pedro se enfrenta a una difícil decisión entre aceptar un trabajo que implica falsificar informes para ganar dinero y resolver sus problemas financieros, o rechazarlo por ser poco ético. Acepta el trabajo pero se siente cada vez peor, hasta que finalmente renuncia al comprender que la honestidad y tranquilidad de conciencia valen más que el dinero. Confiesa la verdad a su esposa, quien lo apoya en buscar alternativas legales.