Hace pocas fechas afirmaba Benedicto XVI:

“Hoy vivimos en una sociedad que ha cambiado profundamente, incluso con
respecto al pasado reciente, y que está en continuo movimiento. Los procesos
de secularización y una mentalidad nihilista, por la cual todo es relativo, han
marcado con fuerza la mentalidad común (...) Si el individualismo y el
relativismo parecen dominar el ánimo de muchos contemporáneos, tampoco se
puede decir que los creyentes sean completamente inmunes de estos peligros
(...) El sondeo efectuado en todos los continentes para la celebración del
Sínodo de los Obispos sobre la Nueva Evangelización, ha evidenciado algunos:
una fe vivida de forma pasiva y privada, el rechazo de la educación en la fe, la
fractura entre fe y vida.

Hoy, a menudo, el cristiano ni siquiera conoce el núcleo central de su fe
católica, del Credo y deja así lugar a una especie de sincretismo y relativismo
religiosos, sin claridad acerca de las verdades en que creer y sobre la
singularidad salvadora del cristianismo (...) Tenemos que volver a Dios, al Dios
de Jesucristo; tenemos que volver a descubrir el mensaje del Evangelio y hacer
que entre con más profundidad en nuestra conciencia y en nuestra vida
cotidiana".

El Papa hace referencia a las catequesis que, a día de hoy, ha inaugurado ya,
con motivo del Año de la Fe, con el fin, afirmaba, de "retomar y profundizar las
verdades centrales de la fe sobre Dios, sobre el ser humano, sobre la Iglesia,
sobre toda la realidad social y cósmica, meditando y reflexionando sobre las
afirmaciones del Credo. Y quisiera que resultase claro que estos contenidos o
verdades de la fe, atañen directamente a nuestras vivencias; requieren una
conversión de la existencia que da vida a un nuevo modo de creer en Dios”.
Benedicto XVI-Ciudad del Vaticano, 17 octubre 2012

Es este el espíritu desde el que modestamente se ofrecen estas temas de
formación, teniendo en cuenta que el cofrade, antes que nada es persona y es
cristiano, y por tanto, para vivir adecuadamente su espiritualidad, necesita
fundamentar su fe, que en el contexto cultural en el que nos movemos, pasa
por:

-Buscar la armonía razón y fe.

-No dar nada por supuesto y argumentar los fundamentos de nuestra fe.

-Dar espacio para la oración y el diálogo.

-Dedicar a cada tema el tiempo que sea oportuno, ya que son lo
suficientemente importantes como para que primen en exceso criterios como la
extensión. Las ideas deben quedar claras, y en este sentido, lo mejor sería
contar con alguien bien formado que ejerza como guía en el desarrollo y
profundización de cada tema que se expone.
-No dejar necesariamente totalmente explicada y resuelta cada cuestión... El
objetivo inmediato es dar razones sólidas para responder a asuntos candentes
y por lo tanto, hacer pensar.


El fin primordial que se busca es:

Ayudar a relacionarse personalmente con Dios en el trato íntimo de la oración.
Ayudar a ser personas con criterio cristiano a través de una fe formada.


Bibliografía utilizada:

"Un pan para cada día" de Agustín Filgueiras (Desclée de Brouwer).
"Ciencia, ateísmo y fe en Dios" de José Antonio Sayés (Eunsa).
"Cristianos del mañana" de José Gea Escolano (PPC).
"Cuestiones Controvertidas" de AA.VV. Coordinador José Gay Bochaga (Palabra).
"Teología Fundamental" de Albert Lang (Rialp).
"Razones para creer" de Gonzalo Lobo (Rialp).
"50 preguntas sobre Jesús" de AA.VV. Coordinador Juan Chapa (Rialp).
"Leyendas negras de la Iglesia" de Vittorio Messori (Planeta).
"Convivencias para los 14-15 años" de Antonio Botana (CVS).
"En torno al hombre" de José Ramón Ayllón (Rialp).
"Catequesis de confirmación" de la Diócesis de Palencia.
"Anécdotas y Virtudes" de Julio Eugui (Rialp).
"Ética profesional" de José Luis de los Reyes (Charlas Escuela Taller S. Miguel de
Guadix).
"Biblia Clerus" de la Congregación para el Clero.
"The problem of pain" de C.S. Lewis (Harper Collins).
"El Catecismo" por Mons. José Ignacio Munilla (Radio María).
"Historia de la Iglesia" de Llorca, Villoslada, Montalbán (BAC).
"Via Pulchitudinis" del Pontificio Consejo para la Cultura.
Tema 0: Los planetas
      EL CAMINO DE LOS PLANETAS
          Vamos a recorrer con el camino de los
          Planetas, es decir, de los mundos en los
          que cada uno se encuentra instalado.
          Será un camino de reflexión sobre sí
          mismo. Descubriremos que en cada uno
          de esos planetas hay parcelas que nos
          pertenecen, hay muchos «intereses»
          nuestros...
          Claro que, en realidad, los planetas están
          tan cercanos, funcionan en órbitas tan
          próximas que a veces es muy difícil
          diferenciarlos. Por eso, el reconocimiento
          de «parcelas» lo haremos con todas ellas
          mezcladas; sólo después las separaremos
          para distinguir el planeta en el que
          estamos más afianzados.
             Puntúa cada una de las siguientes frases de 0 a 3 puntos, de la
siguiente forma:
          3: Es algo que suelo hacer normalmente.
          2: Lo hago con bastante frecuencia.
          1: Lo hago a veces.
          0: Nunca lo hago o rara vez.
     1. Suelo utilizar alguna persona (compañero, hermano...) para
         dominarla, reírme de ella o ponerla a mi servicio.
 2. Intento atraer la atención de los demás sobre mí; necesito sus alabanzas.
     3. Aprovecho todas las oportunidades que se me presentan de disfrutar, de
         la forma que sea.
     4.   El dinero es algo muy importante para mí, al que se pueden sacrificar
          otros valores, como la amistad, la libertad, la honradez...
     5.   Soy partidario de que se castigue con dureza a todo el que cometa alguna
          infracción.
     6.   En la práctica, respeto muy poco los derechos de los demás. Al menos, no
          pienso en ellos.
     7.   Difícilmente ayudo a otros, aunque me lo soliciten.
     8.   Trabajo bastante menos de lo que puedo y debo.
  9. Cuando un compañero me pide algo prestado, casi seguro que se lo
         niego o pongo muchas condiciones.
    10. Cuando me hacen alguna «faena», trato de vengarme.
    11. En las discusiones soy intransigente. No aguanto que me lleven la
         contraria o que discutan mis opiniones. La última palabra ha de ser
         mía.
    12. Me enfado cuando no me dan algo que he pedido.
    13. Me dejo llevar de la pereza. Busco, ante todo, la comodidad y huyo de todo
         aquello que me exija esfuerzo.
    14. Pienso que lo que un hombre ha ganado con su inteligencia o su trabajo es
sólo suyo y no tiene por qué cederlo a nadie que esté necesitado, si él no
             quiere.
      15.   Tiendo a burlarme o aprovecharme de los que son más débiles que yo.
      16.   Soy intolerante con las limitaciones y errores de los demás. Procuro
             echárselos en cara.| |
  17. En los deportes o actuaciones culturales o festivas intento ser el protagonista
          o el «figurín».
   18. Dedico a la T.V. más tiempo del que debiera, quitándoselo a otras
          obligaciones, o a otros medios de formación, o a la relación con
          mi familia y mis amigos.
      19.   Creo que la felicidad está en proporción directa al dinero que se tenga.
      20.   No consiento que nadie se ría o trate de aprovecharse de mí, y si hace
            falta me defiendo con los puños.
      21.   Me gusta juzgar la actuación o las intenciones de los otros, incluso sin
            conocerlas suficientemente.| |
  22. Cuando tengo algún conflicto con mis padres o con mis profesores,
        tiendo a pensar que la culpa es de ellos.
      23. Me entretengo con películas, revistas u otras diversiones que me satisfacen
           aunque vayan contra los principios morales.
  24. A la hora de repartir algo (comida u otra cosa) pienso ante todo en
         mí mismo y trato de sacar la mejor tajada.
      25. Me enfado con facilidad y manifiesto mi agresividad en respuestas
           hoscas, insultos, descortesías..
26.     Me da envidia que otros compañeros saquen mejores notas que yo o tengan
       más éxito.
27.    No acepto el trabajo en equipo, ni pongo a disposición de los demás mis
       descubrimientos; si lo hago es para que me alaben.
28.    En materia sexual, suelo actuar más guiado por mis instintos que por mi
       conciencia o por la moral.
29.    No respeto las cosas de los demás, y si me interesa algo que no es mío hago lo
       posible por quedarme con ello.
30.    Desconfío, «por principio», de los demás. Difícilmente creo en la
       buena voluntad de los otros, y más bien pienso que cada uno está en
       plan de engañar a los demás.
31.    No acepto, o lo hago sólo si no hay más remedio, que un compañero me dé
       órdenes (por ser delegado de clase, jefe de equipo, etc.).
32.    Si alguien piensa de distinta forma que yo o me lleva la contraria, me
       aparto de él o no le dirijo la palabra.
33.    En mis vacaciones prefiero los entretenimientos que fomen tan mi
       pasividad (cine, TV., playa...) a aquellos que me exigen esfuerzo y
       creatividad (actividades artísticas, escultismo...).
34.    Gasto dinero en bastantes cosas inútiles o de las que podría prescindir
       perfectamente.
35.    Suelo practicar la crítica a espaldas de los otros. Hablo mal de ellos.
36.    No hago caso a las observaciones o sugerencias de mis padres. Si puedo,
       las burlo o me excuso para no obedecerlas.
37.    No admito críticas de otros, ni aguanto las bromas que me humillan.
38.    No me interesa conocer los problemas que tengan mis compañeros. Cada uno
       que se los resuelva como pueda.
39.   En las diversas campañas que requieren aportación económica
      (Domund, Navidad, Contra el hambre...) contribuyo muy poco, sin
      generosidad en relación con mis posibilidades.
40.   Soy rencoroso. Tardo en perdonar a los que me han ofendido.



  41. Cuando puedo mandar sobre otros, lo hago de forma despótica, haciendo que
         los demás se humillen ante mí.
   42. Miento cuando me conviene, por quedar bien o por lograr algún
         provecho.
   43. Cuando encuentro alguna dificultad en mis estudios o en otras
         actividades suelo recurrir a otros para que me la resuelvan, o bien
         abandono el asunto, en lugar de afrontar personalmente la
         dificultad.
   44. No me gusta invitar a mis compañeros, porque entonces me queda menos
         para mí.
   45. No acostumbro a pedir perdón a quienes se hayan sentido ofendidos por
         mí.
   46. Soy lo que se dice un «caprichoso». Trato de que los demás se dobleguen
         a mi voluntad.
   47. No suelo reconocer mis equivocaciones. A lo más, trato de disimularlas.
   48.          No acepto responsabilidades. No quiero encargarme de nada
   que me suponga preocupación o estar pendiente de algo. Prefiero vivir
   tranquilo.
   49. Si estoy estudiando y alguien me pide ayuda (mis padres, hermanos,
         amigos...), me niego o lo hago a regañadientes, pues considero que mi
         formación es lo más importante para mí.
  50. Hay personas a las que odio o con las que rehúso hablar, o alguna clase
         social con la que me sería humillante relacionarme.



                          ¿EN QUE PLANETA VIVES?
Haz la gráfica según la suma de las puntuaciones obtenidas en las
:correspondientes «parcelas»:
                               0-5     6-10 11-20 21-30
  PODER (1-6-11-...)

 VANIDAD (2-7-12-...)
 EVASION (3-8-13-...)
 TENER (4-9-14-...)

 VIOLENCIA (5-10-15-...)




        — De 0 a 5: Tienes en trámites la concesión de ciudadanía en ese
                       planeta. A poco que te descuides, la tendrás.
        — De 6 a 10: Eres ciudadano de pleno derecho.
        — De 11 a 20: Estás entre los «instalados».
— De 21 a 30: Categoría de «terrateniente».




 E L PLANETA QUE SO ÑÓ JE SU S
       Tiene varios nombres: «Mundo nuevo», «una tierra como Dios manda», «el
       mundo de las Bienaventuranzas», «Reino de Dios», etc.
 Aquí no hay «acciones». Sólo «contribuciones» libres. No se recibe.
 Sólo se da.
 No hay «intereses». Es «a fondo perdido».
 Pero, si ves con el corazón, tendrás «el ciento por uno».
                  El que pueda entender, que entienda




 Puntúate de 0 a 3, y compara luego el resultado con el promedio de tus «acciones»
 en los otros planetas:
 1. Colaboro fácilmente con quien me necesita, incluso aunque no me lo pida.
  2.Me preocupo por los compañeros que puedan tener proble-
mas o estar marginados, e intento ayudarles.
  3. Trato de comprender a los que me resultan raros o
cos.
antiantipáti-
  4. Intento perdonar siempre. No soy rencoroso.
  5. Procuro evitar las ocasiones de caer en placeres que man-
chan el corazón.
 6. Suelo compartir mis cosas con los que veo que las necesitan.
  7. Si alguien me molesta, o las cosas no resultan como yo
quisiera, procuro aguantarme para que no se note mi enfado.
 8. Estoy en contra de todo tipo de injusticia, y no dudo en dar la
cara si hay que defender a alguien.
 9. Resisto las molestias y aguanto las dificultades con tal de
cumplir con mi deber.
 10. Soy sincero. Aunque ello me traiga problemas, no admito la
mentira.
               Tu «contribución» total equivale a:      ...... puntos.
3. E N BU SCA DE L « CIE NTO PO R U NO »

Si ya empiezas a ver con el corazón, «invierte» en este planeta nuevo que soñó
Jesús. Es el único que tiene futuro.
Repasa en la lista anterior y escribe a continuación, en forma positiva y por
orden de prioridad o de esfuerzo que tú quieres hacer, aquellos rasgos que vas a
trabajar en adelante y de modo inmediato. Fíjate que se trata de convertir
«acciones» en «contribuciones», sacar de un «planeta» para invertir en otro.




       Oración
      Señor Jesús, creo que estás aquí, que me ves. que me oyes... te pido perdón
por mis pecados y tu ayuda para hacer con provecho este momento de oración.
Madre mía, María, intercede por mí.


                                 El príncipe y la estufa
                                 Me acababa de levantar, cuando vi a través de los
                                 cristales empañados de mi ventana. Yo a pesar de
                                 tanto abrigo, tiritaba de aburrimiento. El no estaba
                                 sólo. Venía al frente de su pequeño ejército de
                                 amigos voluntarios. Nunca había contemplado a
                                 un caudillo más joven y recio que él. Mis ojos
                                 cansados de soñar sin dormir, se esforzaban para
no dar crédito a esta visión heroica, tan opuesta a mi vida. Temblé de rabia
cobarde cuando noté que él me miraba. Con voz fuerte, mientras su mirada
amablemente se mantenía hacia mí, me preguntó: "¿Te vienes conmigo". Como si
no lo hubiera oído, casi disimulando, proferí algo así como: "¿Eehh.... Quéee...?". Su
recia voz se oyó de nuevo: "¿Qué si te vienes voluntario conmigo?".
Tartamudeando, débilmente respondí: "No, no puedo..., es que estoy aquí atado...;
atado voluntariamente, al suave y lindo calorcito de mi estufilla...". Mientras yo
bostezaba, su voz –la voz de él– resonó majestuosa, con la nobleza amplia de las
cascadas eternas: "¡En marcha!". Sus soldados decididos y voluntarios, caminaron
tras él sobre la blancura ideal de la nieve pura. Y sus huellas –las de él– y las de
ellos, quedaron impresas profundamente, marcando un camino recto y nuevo
hacia el sol. Pero yo..., yo no. He preferido quedarme aquí detrás de los cristales
empañados, atado suave, cómodamente, al calorcito cercano de mi estufilla
privada. (Rabindranath Tagore)
Señor, vengo a catequesis para conocerte, para que me ayudes a salir de mí mismo.
Ya que nos dices "el que quiera salvar su vida, la perderá; el que la pierda por Mí, la
encontrará"... ayúdame a seguirte aunque me duela...

Te doy gracias Dios mío por los afectos, inspiraciones y buenos propósitos que me
has concedido. Ayúdame a ponerlos por obra. Madre mía intercede por mí.
Mi alma está triste hasta la
muerte; quedaos aquí y velad
conmigo (Mt 26, 38)
Tema 1:
      El sentido de la vida. La oración.
       (Atrévete a pensar por libre)



La Palabra
Jesús le respondió: «Un hombre preparó un gran banquete y convidó a mucha gente.
A la hora de cenar, mandó a su sirviente que dijera a los invitados: “Vengan, todo está
preparado”. Pero todos, sin excepción, empezaron a excusarse. El primero le dijo:
“Acabo de comprar un campo y tengo que ir a verlo. Te ruego me
disculpes”. El segundo dijo: “He comprado cinco yuntas de bueyes
y voy a probarlos. Te ruego me disculpes”. Y un tercero respondió:
“Acabo de casarme y por esa razón no puedo ir”.
A su regreso, el sirviente contó todo esto al dueño de casa, y este,
irritado, le dijo: “Recorre en seguida las plazas y las calles de la
ciudad, y trae aquí a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los
paralíticos”. Volvió el sirviente y dijo: “Señor, tus órdenes se han
cumplido y aún sobra lugar”. El señor le respondió: “Ve a los
caminos y a lo largo de los cercos, e insiste a la gente para que entre, de manera que
se llene mi casa Porque os aseguro que ninguno de los que antes fueron invitados ha
de probar mi cena”».

Lc 14, 16-24

Tres fueron las excusas que se dieron:

La granja. En la granja comprada se da a conocer el afán incontrolado de poseer.
Así, las cosas terminan por poseerle a él. Le impiden ser libre para acudir a la
invitación de su señor.

Las cinco yuntas de bueyes son los cinco sentidos corporales... Y los hombres que
no tienen fe, consagrados a las cosas de la tierra, no quieren creer otra cosa más
que aquellas que perciben por cualquiera de estos cinco sentidos corporales. No,
dicen, nosotros no creemos más que lo que vemos. Cuando pensamos de tal modo,
aquellas cinco yuntas de bueyes nos impiden ir a la cena. Se llaman yuntas de
bueyes porque por medio de estos sentidos carnales se buscan todas las cosas
terrenas y los bueyes están inclinados hacia la tierra.

El que dice: "He tomado mujer", simboliza la pasión carnal que también esclaviza
cuando se convierte en un instrumento para el puro placer. "No puedo venir",
porque cuando el objetivo es sólo "pasarlo bien", entonces te incapacitas para lo
verdaderamente bueno.

       Donde está tu tesoro...
      Dos estudiantes iban camino de Salamanca, a pie, porque
eran pobres y de lo que ahora se hablará ya hace unos siglos.

       Quiso la casualidad, si es que casualidades hay, que
tropezasen con una losa que tenía todas las apariencias de una
sepultura. En efecto, lo era. Debajo de una cruz había una
inscripción grabada en la piedra: «Aquí yace el alma de Pedro
Antúnez»

       A uno de los estudiantes le dio la risa: ¡cómo iba a estar el alma debajo de
una piedra!, ¡la gente tiene cada cosa! Pero como ya atardecía y el lugar era
agradable y con agua a mano, decidieron quedarse a dormir en ese paraje. El de la
risa volvía una y otra vez sobre lo mismo, y cada vez se tronchaba más con la
dichosa inscripción. Sin embargo, el compañero se había quedado pensativo. Acabó
por proponer al otro remover la losa, cavar un poco e investigar el misterio de la
tumba.

        Al poco de profundizar en la tierra apareció una bolsa repleta de monedas:
era el «alma» de Pedro Antúnez; ahí, y no en otra cosa, había estado siempre su
alma en vida.



       ¿Qué sentido tiene la vida?
      1. Ninguno; todo es fruto del azar. Sólo es verdad lo que se puede
corroborar científicamente.

       2. No se sabe; todo es relativo. No es posible llegar a ninguna verdad cierta.

      3. Existe el destino. Hagas lo que hagas "lo escrito" se cumplirá
inexorablemente.

       4. Son cuestiones inútiles. No vale la pena perder el tiempo en eso. "A
disfrutar de la vida..."



       Sin embargo...
       Jesús afirma: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida" (Jn 14, 6).
Si el universo entero no tiene sentido, entonces nunca hubiésemos
descubierto que no tiene sentido: igual que si no hubiera luz en el universo y por lo
tanto, ninguna criatura con ojos, nosotros nunca sabríamos que estaba oscuro. La
oscuridad no tendría sentido. C.S. Lewis.



     Reflexión: ¿Ensayamos una nueva manera de
pensar?
   Vale la pena, pues vale pensar con seriedad no es lo que más
nos suele ocupar el tiempo.
    Como supongo que algunas veces has pensado seriamente en
tu vida, piensa qué tal te ha ido, sobre todo cuando en momentos
difíciles y problemáticos te has dejado aconsejar por personas
amigas que te han querido bien.
     Y aquí entra en juego Jesús. Los cristianos creemos que es el
Hijo de Dios que murió y resucitó por nuestra salvación. Creemos
que está junto a nosotros, que nos acompaña en nuestra vida. A
través de estas catequesis iremos penetrando poco a poco en el misterio de su
vida. Pero, sobre todo, irás hablando con El. Te ayudará a pensar, te hablará con
claridad, verás que sigue confiando en ti, y te dará una respuesta a todos los
interrogantes que tengas. Piensa con El y déjate aconsejar por quien ha hecho por
ti lo que nadie ha hecho: dar su vida.
   Pensar con Jesús y hablar con Él es lo que los cristianos llamamos oración. Y
esto no es cuestión de enseñanzas y de razonamientos. Es cuestión de empezar a
hablarle y a escucharle en clima de amistad.
    Yo no sé cuál es tu nivel de fe. Si vienes a la iglesia es porque la tienes, mucha o
poca, pero la tienes; no vas a los testigos de Jehová ni a los budistas. A Jesús se
acercaba mucha clase de gente con buena voluntad y con más o menos fe; algunos
incluso sin fe.
   También tú tienes fe pero necesitas tener más. También tienes tus problemas;
grandes o pequeños, pero son «tus» problemas.
   Habla de ellos con Jesús, que Él quiere hablar contigo: Quizá hace mucho
tiempo que no hablas con Él. ¿No te parece que no perderías nada si dedicases
algún momento a charlar» con El, como se charla con un amigo?
   La vida, al contrario de lo que se dice por ahí, es digna de ser vivida, y ello en
cualquier etapa, en cualquier circunstancia, en cualquier lugar... y esto es así,
porque la vida tiene sentido. Tú no eres un mero efecto evolutivo de la naturaleza
que ha llegado a la existencia por puro azar; tú no eres una casualidad... Eres hijo/a
de Dios. Dios, que viene a tu encuentro ya nos lo ha descubierto hace 2000 años...
pero eso queda en simple teoría si no le permites que Él mismo te lo diga al oído.
¿Cómo? Como se hace siempre entre personas... dialogando... eso es la oración.
    Habla con Él de amigo a amigo, de corazón a corazón. Verás cómo no te
defrauda. Jamás ha defraudado a nadie que se haya acercado a Él con sinceridad. Si
eres perseverante, descubrirás que esos ideales buenos y nobles que están en lo
más hondo de tu corazón, y que tantos se empeñan en desmentir o emborronar,
cobran vida y llenan tu vacío... Pero sólo con Él se pueden ver con claridad, y sólo
con Él se pueden llevar a cabo... El más grande de ellos, y que además empapa a
todos los demás es el Amor. "En Cristo, la caridad en la verdad se convierte en el
Rostro de su Persona, en una vocación a amar a nuestros hermanos en la verdad de
su proyecto. En efecto, Él mismo es la Verdad" (Benedicto XVI-Caritas in veritate n.
1).
¿Empezamos?



       Respuestas:
        1. A C. S. Lewis le cuenta un amigo el caso de una pobre mujer que cree que
su hijo sobrevivió a la batalla de Arnhem porque ella rezó por él. Sería cruel
explicarle que, en realidad, sobrevivió porque se hallaba un poco a la izquierda o
un poco a la derecha de las balas, que seguían una trayectoria prescrita por las
leyes de la naturaleza.

     Lewis responde que "la bala, el gatillo, el campo de batalla y los soldados no
son leyes de la naturaleza, sino cosas que obedecen a las leyes. Y lo ilustra con este
ejemplo: podemos añadir cinco dólares a otros cinco, y tendremos diez dólares,
pero la aritmética por sí misma no pondrá un solo dólar en nuestros bolsillos. Eso
significa que las leyes explican todas las cosas excepto el mismo origen de las
cosas, y esa es una inmensa excepción".
     Lewis concluye su argumentación con una deslumbrante comparación
literaria:
     "En "Hamlet" se rompe una rama y Ofelia cae al río y se ahoga. ¿Ocurre el
suceso porque se rompe la rama o porque Shakespeare quiere que Ofelia muera en
esa escena? Puedes elegir la respuesta que más te guste, pero la alternativa no es
real desde el momento en que Shakespeare es el autor de la obra entera".


       2. Esta postura se cae por propio peso. Estos son algunas de sus paradojas:

       -"La verdad no es universal" (¿excepto esta verdad?).

       -"Nadie puede conocer la verdad" (salvo tú, por lo que parece).

       -La verdad es incierta (¿es incierto también que la "la verdad es incierta"?).

       -"No me impongas tu verdad" (¿acaso no me estás imponiendo tú la tuya?).

       -"La verdad es sólo una opinión" (tu opinión, por lo que veo).

       No sabes hasta qué punto crees realmente en algo hasta que su veracidad o
falsedad se convierte en una cuestión de vida o muerte para ti. La gente habla y
profesa ciertas convicciones: todo es azar, no hay nada más que lo que vemos...
Mientras todo marcha bien, nadie se molesta en pensar si sus principios son
verdaderos o no. Sin embargo, cuando al que afirma que no hay ninguna verdad, le
roban la cartera... ¿dirá, en consonancia con su ideal, que esa acción es discutible?
3. Si eso fuese así, se negaría la libertad del hombre, sin la cual, sería injusto
pedirle cuentas del mal y todo el mundo pide justicia cuando alguien le ha hecho
un mal.

        4. Todo el mundo tiene una filosofía de la vida, hasta el que no se da cuenta
de ello, ya que todos actúan por un motivo, por una finalidad (dinero, poder,
belleza, diversión...) y con un criterio (lo más práctico, lo más beneficioso, lo más
placentero, lo menos comprometido...). Aquel que descubre la finalidad más alta y
noble y lucha por alcanzarla del modo más digno, es más feliz. (Catecismo 1-3, 358,
1716-1717, 1720-1724. Youcat 1, 290-292)

        Hay quien identifica "felicidad" con bienestar psico-físico, con el placer...
Esto queda desmontado por la misma realidad práctica de quien así vive: sólo
queda el vacío y la consiguiente tentación por la continua evasión. Más aún, si la
felicidad fuese preferentemente placer, bastaría con que, por ejemplo, la tecnología
fuese capaz de aplicar una serie de sensores a las terminaciones nerviosas del
cuerpo y le proporcionase así todas las satisfacciones -sensaciones- posibles, -pues
esa es la máxima aspiración de quien tiene una visión materialista de la vida...-
¿quedaría así lleno el corazón...?

       Sin embargo, la finalidad más alta es el Amor.

       Para los cristianos el Amor perfecto ha acontecido históricamente: Jesús
que entrega su vida en la cruz por amor a Dios y a cada hombre (Catecismo 613-
617, 622-623. Youcat 101). Esta entrega se puede comparar a la de la relación
esponsal (Ef 5, 25-27). En este sentido Jesús se entrega a su Esposa, la Iglesia, de
una forma concreta: es una entrega total (desinteresada, sin reservas, sin cálculos
egoístas...), plena (con todo el ser, esto es, no sólo con el sentimiento, o sólo con el
cuerpo, o sólo con el alma...), indisoluble (para siempre), fecunda (que genera vida,
que es una relación que tiende a expandirse, abierta a todos, con vocación
universal). Este es el Amor perfecto, el cual, es ofrecido al cristiano sobre todo en
los sacramentos de la eucaristía y de la confesión, y por tanto, del cual, se hace
partícipe al acogerlo con un corazón bien dispuesto en la práctica de estos
sacramentos. Por eso que es ofrecido, es por ello "mandado": "Un mandamiento
nuevo os doy, que os améis unos a otros como yo os he amado"; como se dirigía
San Agustín al Señor, "da lo que pides, y pide lo que quieras" (Confesiones 10, 24).
(Catecismo 1691-1695. Youcat 279)

       El criterio es la verdad. Brota de la verdad de lo que es el hombre: imagen y
semejanza de Dios; de lo que es el cristiano: hijo de Dios. De ahí, que en la práctica,
la conducta del cristiano a la hora de dilucidar lo que debe hacer es sencillamente
preguntarse qué es lo que haría Jesús en mi lugar.

      En cierta ocasión Juan Pablo II recibió a un sacerdote que, habiendo
abandonado su ministerio, se dedicaba a mendigar por las calles de Roma... El papa
le pidió poder confesarse con él antes de despedirse... Ambos terminaron entre
lágrimas y el joven, retomado de nuevo su camino, se dedicó a la labor apostólica
con los mendigos de Roma... El Papa se puso de rodillas frente a aquel hombre… y con
ello le hizo papable su ser, su dignidad, su vocación, aquello para lo cual Dios lo trajo a
este mundo. Jesucristo, de rodillas frente a sus amigos en la última cena, dejándose
después crucificar, revela al hombre –a todo hombre- su dignidad. El ser humano, en
cualquiera de sus etapas de la vida, sean cuales fueren sus circunstancias, es siempre
alguien digno de ser amado por sí mismo, y por ello, en primerísimo lugar, de ser
respetado; nunca puede ser objeto al uso de otra persona, por muy loable que sea la
finalidad perseguida. Es, en definitiva a Cristo a quien se lo hacemos o se lo dejamos de
hacer. Él es la Luz que nos abre los ojos a la hora de relacionarnos con los demás y con
nuestra propia persona. Lo que decidimos hacer, sea lo que sea, desde lo más delicado
y trascendente, hasta lo más cotidiano… ¿Es digno de Cristo? ¿Lo haría Él? ¿Se lo harías
a Él? (Catecismo 1699-1715. Youcat 280)

       El episodio de el joven rico nos aporta también luz en este sentido. Cuando
el muchacho le pregunta a Jesús "qué he de hacer de bueno para heredar la vida
eterna?" Él le responde: "Cumple los mandamientos". (Mt 19, 16-19) Éstos reflejan
de forma ética qué es el hombre, su verdad más profunda. (Catecismo 2070. Youcat
351)

       Así, la verdad no es necesariamente "mi opinión personal" (puedo estar
"ciego" hasta para las cosas más evidentes por tener mala información, o una
educación deficiente, o influencias que me condicionan por el afecto, por la
amistad, por un falso sentido de la lealtad, por "deudas" contraídas para con
alguien...), ni tampoco "lo que dice la mayoría" (la tierra seguirá siendo redonda
por mucho que nos empeñásemos en decidir otra cosa; "robar, mentir" siempre
será malo aunque todos nos pongamos de acuerdo en afirmar lo contrario. De
llevarlo así a cabo, las funestas consecuencias serían palpablemente inmediatas).

       Amor y Verdad siempre van unidos, de tal forma que no se ama realmente a
alguien cuando actuamos al margen de la verdad aun con buen fin. El amor sin
verdad sólo crea complicidad. El amor sin la luz de la verdad queda devaluado: "Sin
verdad, la caridad cae en mero sentimentalismo. El amor se convierte en
un envoltorio vacío que se rellena arbitrariamente. Éste es el riesgo fatal del amor
en una cultura sin verdad. Es presa fácil de las emociones y las opiniones
contingentes de los sujetos, una palabra de la que se abusa y que se distorsiona,
terminando por significar lo contrario. La verdad libera a la caridad de la estrechez
de una emotividad que la priva de contenidos relacionales y sociales" (Benedicto
XVI-Caritas in veritate n. 3), mientras que sólo el amor en la verdad crea auténtica
y sólida unión, comunión entre los hombres, pues tendrá siempre ante su mirada la
realidad. Ésta es descubierta al hombre por Jesús. ¿Por qué le ha de ser
"descubierta"? Porque el corazón del hombre está dañado por el pecado. El pecado
ensombrece su corazón y debilita su voluntad. Las dos realidades más importantes
que le son reveladas son la verdad de Dios y la del propio hombre. "Sólo en la
verdad resplandece la caridad y puede ser vivida auténticamente" (Benedicto
XVI-Caritas in veritate n. 3)



       Oración
        Señor Jesús, creo que estás aquí, que me ves. que me
oyes... te pido perdón por mis pecados y tu ayuda para hacer
con provecho este momento de oración. Madre mía, María,
intercede por mí.                                                  B. Teresa de Calcuta

      Un hombre de estado, ocupadísimo, preguntaba a un obispo, también
cargado de ocupaciones:

       —¿Cuál es el secreto de la serenidad de su espíritu y del admirable resultado
de sus obras?

       —A todas vuestras ocupaciones, mi querido amigo —le dijo el obispo—,
añadid todas las mañanas media hora de meditación. Despacharéis más fácilmente
vuestros asuntos, y aún podréis coger algunos más.

       Es la misma idea que le transmitió la Madre Teresa de Calcuta a un
periodista que le preguntó, ante la abrumadora tarea que la comunidad de monjas
afrontaba cada día,

       -¿Por qué no restaban un tiempo a la oración y así lo dedicaban más a los
pobres...?

        -Eso es lo que hacíamos antes, y las hermanas se me quejaban por el agobio
del trabajo. Entonces les propuse que en lugar de hacer la mitad de tiempo para
rezar, lo duplicásemos. Así lo hicimos y ya nadie volvió a sentir agobio por el trabajo.

       "El labrador no pierde el tiempo mientras prepara las herramientas", dice
un viejo refrán castellano. El tiempo que emplea en esa tarea, lo gana con creces
después...

       A la oración vamos a ponernos a punto nosotros mismos. Y nosotros somos
la principal herramienta en nuestro trabajo.

       ¿Hablo contigo Señor cada día?

      Te doy gracias Dios mío por los afectos, inspiraciones y buenos propósitos
que me has concedido. Ayúdame a ponerlos por obra. Madre mía intercede por mí.
Compromiso
       -Dedica 5 minutos cada día a pensar junto a Jesús. Usa el evangelio: léelo,
sólo unas líneas, como si fuera -porque lo es en verdad- una carta que Él te dirige
personalmente a ti para cada ocasión. Háblale, y escúchale.




http://www.youtube.com/watch?v=jKAaMJ51q_8&feature=fvwrel
Creed en Dios y creed
también en mí. (Jn 14, 1)
Tema 2: Creo en Dios - La Fe




       La Palabra
        En aquellos días Tomás, uno de los doce
discípulos, al que llamaban el Gemelo, no estaba con
ellos cuando llegó Jesús. Después le dijeron los otros
discípulos: "Hemos visto al Señor." Tomás les
contestó: "Si no veo en sus manos las heridas de los
clavos, y si no meto mi dedo en ellas y mi mano en su
costado, no lo creeré." Ocho días después se hallaban los discípulos reunidos de nuevo
en una casa, y esta vez también estaba Tomás. Tenían las puertas cerradas, pero
Jesús entró, y poniéndose en medio de ellos los saludó diciendo: "¡Paz a vosotros!"
Luego dijo a Tomás: "Mete aquí tu dedo y mira mis manos, y trae tu mano y métela
en mi costado. ¡No seas incrédulo, sino creyente!" Tomás exclamó entonces: "¡Mi
Señor y mi Dios!" Jesús le dijo: "¿Crees porque me has visto? ¡Dichosos los que creen
sin haber visto! (Jn 20, 24-29)

       He de hacer mías estas palabras de Jesús: "No seas incrédulo sino creyente"
"¿Crees porque me has visto? ¡Dichosos los que creen sin haber visto! "

        Cuando dices esto, Señor, no pedías a Tomás, ni me pides a mí, dar un salto
en el vacío. Has dado a Tomás, me das a mí, pruebas más que suficientes sobre tu
persona, sobre tu Amor por mí. Lo que te decepciona es que no me fíe de ti a la
hora de la verdad... A la hora de decidir cómo hacer esto o lo otro, prefiero dejarte a
un lado y hacer lo que más cómodo me resulta o lo que menos desentone en mi
ambiente, ya que no me fío de ti, de la recompensa que me prometes... y prefiero,
aunque sea efímero y me aleje un poco de ti, la honrilla, el caramelo del momento...
A la hora de sufrir un contratiempo, dejarme llevar por el pesimismo, no recurrir a
ti para llevar la carga. Prefiero el rebote y pataleo inútil, aunque en el fondo sé que
no tengo razón.

       Ayuda Señor mi falta de fe.
Testimonio: André Frossard. (14-1-1915/2-2-1995)


      El padre de André Frossard fue Louis-Oscar Frossard, uno de los
fundadores históricos del Parti communiste français, quien fue líder
del partido durante 31 años. Sus padres (ella, atea de origen
protestante y él, judío) lo criaron como ateo, pero a los 20 años de
edad...
      Dios existe. Yo me lo encontré. El día anterior a mi conversión
era un muchacho rebelde y fácilmente insolente, capaz de todo, pero     André Frossard
no de sorprender. Al día siguiente, en cambio, era dulce, asombrado,
lleno de una alegría que no podía contener.
      Se creyó oportuno, suponiéndome hechizado, hacerme examinar por un
médico amigo ateo. Mis conversaciones con él le pusieron en situación de
comunicar a mi padre sus conclusiones: era la gracia, un efecto de la gracia,
enfermedad extraña .
   Todo comenzó con la visita de una amigo a una iglesia. Yo no hacía preguntas,
   me dejaba llevar de su amistad. Mi amigo me pidió que le esperase mientras él
   entraba por una puerta de lo que parecía una capilla.
   Yo era ateo tranquilo, pero ya un poco cansado de la tardanza de mi amigo,
decidí empujar la puerta. Nunca había visto una custodia «habitada»; ignoraba
que Jesús Sacramentado fuera aquello.
   El pintor a quien fuera dado entrever colores desconocidos, ;con qué los
pintaría? Jesús es la realidad, se me manifestaba sin yo conocerlo. El es la
Verdad, lo veo desde la ribera oscura donde aún estoy retenido. Hay un orden
en el universo y en su vértice, la evidencia de Dios, hecha presencia y persona
de Aquel mismo a quien yo habría negado momentos antes.
   Mi perplejidad duró un mes, después del cual un sacerdote me instruyó para el
Bautismo. La enseñanza de la Iglesia me era cierta hasta la última coma. Una sola
cosa me sorprendió: la Eucaristía; no porque me pareciese increíble, sino que me
maravillaba que la caridad divina hubiese encontrado ese medio inaudito de
comunicarse y, sobre todo, que hubiese escogido para hacerlo el pan, que es
alimento del ,pobre»» y alimento preferido de los «niños».
¿Es razonable tener fe en Dios?

       1. No; la ciencia lo explica todo, y lo que no llega a explicar, sencillamente, o
no es real, o lo explicará algún día.
       2. No; la fe religiosa es una especie de superstición, de reminiscencia
medieval impropia del hombre moderno.
       3. No; el problema del sufrimiento en el mundo derriba la posibilidad de
creer en Dios.
       4. No; aunque se sea creyente, la fe es algo muy personal, una convicción
interior que no se puede demostrar; es incompatible con la razón.


       Sin embargo...
        "Pues desde la creación del mundo las perfecciones invisibles de Dios –su
eterno poder y su divinidad– se han hecho visibles a la inteligencia a través de las
cosas creadas. De modo que son inexcusables, porque habiendo conocido a Dios no
le glorificaron como Dios ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus
razonamientos y se oscureció su insensato corazón: presumiendo de sabios se
hicieron necios y llegaron a transferir la gloria del Dios incorruptible a imágenes
que representan al hombre corruptible, y a aves, a cuadrúpedos y a reptiles." (Rm
1, 20-23)

       "De la nada, nada procede". (Axioma de la filosofía clásica griega)




       Reflexión


                             El deseo de Dios está inscrito en el corazón del hombre,
                      porque ha sido creado por Dios y para Dios; Él no cesa de
                      atraerle hacia sí, y sólo en Él encontrará la verdad y la felicidad
                      que no cesa de buscar, aun sin ser consciente de ello. Búsqueda
                      que se manifiesta en esa constante inquietud por alcanzar
                      nuevos objetivos (un ordenador, una moto, un coche, un buen
                      puesto de trabajo, una casa, una esposa, un hijo...) que, una vez
                      logrados, no consiguen apaciguar nunca el corazón, siempre
                      sediento de más. Es esta una señal clara de la necesidad que
                      tenemos de ser colmados por un don tan grande que no se
San Agustín           puede encontrar en esta vida, pero cuyas huellas, a modo de
                      adelantos, se encuentran precisamente en esta vida, en todas
esas cosas buenas que aunque no sacien, sí alegran. El gran error, como hemos
visto en la Carta a los Romanos, es precisamente, idolatrar esos dones, esos seres
creados, poniendo en ellos toda nuestra esperanza... Más tarde o más temprano,
esa esperanza se diluye. Nos has hecho para ti y nuestro corazón está inquieto
mientras no descansa en ti (S. Agustín, Confesiones. 1, 1, 1). Así, si todos los
hombres tienen sed, debe existir algo -el agua- capaz de saciarla. Basta ver que
todos los hombres tienen sed de felicidad para concluir la existencia de Alguien
que la pueda saciar, pues sólo la Persona, no las cosas, es capaz de llenar a la
persona. (Catecismo 27-30; Youcat 3)
         De múltiples maneras, en su historia, y hasta el día de hoy, los hombres han
expresado su búsqueda de Dios por medio de sus creencias y sus comportamientos
religiosos (oraciones, sacrificios, cultos, meditaciones, etc.). A pesar de las
ambigüedades que pueden entrañar, estas formas de expresión son tan universales
en el tiempo -desde el propio origen de la humanidad- y en el espacio geográfico,
que se puede calificar al hombre como un "ser religioso" por naturaleza. "El
hombre no tiene religión, es religión" (Zubiri). Sin embargo, esta “unión íntima y
vital con Dios” puede ser olvidada, desconocida e incluso rechazada explícitamente
por el hombre.
         Pero si podemos olvidar o rechazar a Dios, Dios no cesa de llamarnos para
buscarle de forma que vivamos y encontremos la dicha. Eso sí, esta búsqueda exige
todo el esfuerzo por alcanzar “un corazón recto”, y también el testimonio de otros
que le enseñen a buscar a Dios.
        Existen ciertas “vías” para acceder al conocimiento de Dios. Se las llama
también “pruebas de la existencia de Dios”, no en el sentido de las pruebas propias
de las ciencias naturales, sino en el sentido de argumentos lógicos que parten de
observar y reflexionar la realidad que nos rodea buscando su origen más profundo;
reflexión inteligente que permite llegar verdaderamente a conclusiones ciertas.
(Catecismo 31-36, 44-47; Youcat 4)
        Así, vemos que hay un universo lleno de seres; un rasgo que es común a
todos, es que todos han tenido un principio y todos han tenido o tendrán un final:
es lo que llamamos contingencia. Todo lo que vemos puede existir o no. Pero si
este universo no se da a sí mismo la existencia, debe haber algo más que dé razón
de la misma. Si vemos que una chaqueta cuelga de la pared, aunque no lo veamos,
deduciremos que hay algo que la sostiene -un clavo, una pequeña percha de
pared...-. Cualquier razonamiento diferente del lógico, que intente explicar la causa
de que la chaqueta esté colgando de la pared no merece crédito alguno. Así, detrás
del complejo universo de seres contingentes ha de haber Uno que exista por
derecho propio, sin recibir el ser de otro, y que además haga participar a los demás
de su propia existencia. Este es Dios como Ser necesario. No hay reloj sin relojero"
(I. Newton)

                                                El orden y la armonía que hay en
                                        el universo son efecto de las leyes que lo
                                        rigen. Cuando en un documental sobre la
                                        naturaleza nos explican el porqué y el para
                                        qué de cada cosa, hay que tener en cuenta
                                        que el hombre le hace preguntas
                                        racionales (por qué, para qué) a seres
                                        irracionales (un árbol, un tigre, o una
                                        galaxia, que ni siquiera tiene vida...). Si los
seres que no tienen inteligencia actúan con una lógica, debe haber una instancia
fuera de ellos que les haya "ordenado", "programado", inscribiendo unas
directrices en su propia naturaleza: una ley, una finalidad. Ese principio que todo
lo rige es al que llamamos Dios en cuanto que es providente y todo lo cuida. Hay
quienes atribuyen la armonía y el orden al azar. Hace falta infinitamente más fe en
la suerte que en una inteligencia ordenadora. Pues no se trata sólo de explicar el
origen de las cosas (recordemos algo evidente por sí mismo: "de la nada no surge
nada"), sino también por qué hay armonía en el universo, para lo cual, entre miles
de millones de posibilidades, se dio la única que podía, como mera posibilidad, dar
origen un sistema ordenado. A partir de en la ahí, atribuir a la fortuna el mismo
origen de la vida, es también una insensatez; que pudiera surgir y de hecho
surgiera un ser inteligente, otra vez, gracias a la suerte... no tiene calificativo. El
razonamiento es bien simple y demostrable de forma inmediata: el efecto de la
inteligencia es el orden; el efecto del azar es siempre el caos. Cuando algo se hace
al azar (tirar 50 folios ordenadamente numerados al aire), se sigue el desorden (los
folios en el suelo de cualquier forma)... o ¿cuántas posibilidades existen de tomarse
una sopa de letras y que a cada cucharada, tomar las letras ordenadas de forma
que componga un texto coherente, por ejemplo, "El Quijote"? Pues, no hay nada de
exagerado en afirmar que probabilísticamente hablando, el orden del universo es
infinitamente más complejo que la prueba de la sopa.
        Hay que aclarar que las ciencias positivas describen y explican procesos de
la materia. Cuando un físico "interpreta" ese conjunto de leyes intentando dar una
explicación global y última a todo su conjunto, desde ese momento ya se está
saliendo de la física o de la biología... y está recurriendo a la filosofía, es decir, que
ya no está en su terreno propio de estudio, y por tanto, expresa opiniones, pues lo
que afirma procede de su interpretación de las leyes o fenómenos, es decir, está
filosofando, no son conclusiones científicas. Podemos experimentar con la materia
y extraer leyes físicas y biológicas... podemos comprobar y demostrar que "están"
(ciencias naturales); sin embargo, ni la propia materia, ni las mismas leyes nos
pueden decir por qué están ahí (filosofía).

       Otro interesante camino de acceso a Dios es el de Dios como fuente de la
Belleza; es la "via pulchritudinis", "el camino de la belleza", que constituye al
mismo tiempo un recorrido artístico, estético y un itinerario de fe... El camino de la
belleza nos lleva a captar el Todo en el fragmento, lo Infinito en el Finito, Dios en la
historia de la humanidad...
 “Simone Weil escribía al respecto: “En todo lo que suscita en nosotros el
sentimiento puro y auténtico de lo bello, está realmente la presencia de Dios. Hay
casi una especie de encarnación de Dios en el mundo, de la que la belleza es un
signo. Lo bello es la prueba experimental de que la encarnación es posible. Por eso,
toda arte de primer orden es, por su misma esencia, religiosa”.
 “Quizás os ha sucedido que ante una escultura, un cuadro, o algunos versos de
poesía o una pieza musical, sentís una íntima emoción, una sensación de alegría,
percibís claramente que frente a vosotros no hay solamente materia, un trozo de
mármol o de bronce, un lienzo pintado, un conjunto de letras o un cúmulo de
sonidos, sino algo más grande.
Este algo nos habla, es capaz de tocar el corazón, de comunicar un mensaje, de
elevar el ánimo.
Una obra de arte, es fruto de la capacidad creativa del ser humano, que se interroga
ante la realidad visible, que intenta descubrir el sentido profundo y comunicarlo a
través del lenguaje de las formas, de los colores, de los sonidos.
       El arte es capaz de expresar y hacer visible la necesidad del hombre de ir
más allá de lo que se ve, manifiesta la sed y la búsqueda de lo infinito. Incluso es
como una puerta abierta hacia el infinito, hacia una belleza y una verdad que van
más allá de lo cotidiano.
Por eso, una obra de arte puede abrir los ojos de la mente y del corazón,
empujándonos hacia lo alto”. (Benedicto XVI - Ciudad del vaticano, 21 de
noviembre 2009 y Audiencia en Castelgandolfo el 31 de agosto de 2011)
Los santos también manifiestan a modo de reflejo la belleza infinita de Dios.
Benedicto XVI afirmó al respecto: "El santo es aquel que está tan fascinado por la
belleza de Dios y por su verdad, que es progresivamente transformado por ella. Por
esta belleza, está dispuesto a renunciar a todo, incluso a sí mismo" (23-octubre-
2005). De ahí, que una nota distintiva de los santos es la dicha, la alegría, efecto de
la posesión actual, efectiva del verdadero Tesoro (Mt 13, 44), a cuya comparación
los tesoros de la tierra son basura (Fil 3, 8). Los santos son inexplicables desde una
perspectiva meramente humana. Su obrar supera con mucho los límites de las
posibilidades del hombre.

        Con todo lo que acabamos de decir hay que afirmar sin embargo, que a Dios
se llega no tanto por demostraciones -que las hay claras, como
acabamos de ver-, sino por la decidida voluntad de buscarle con
todo el ser, con todo el corazón, como al más grande tesoro que
uno pudiera aspirar a poseer. Esto supone el esfuerzo por vivir
de acuerdo con lo que Él espera de ti a cada momento.
        Ocurre en cualquier caso que "no hay suficiente luz para el
que no quiere ver" (Pascal). Aceptar la fe, esto es, el conocimiento de Dios, no es una
verdad cualquiera... Compromete, y a eso no se está siempre dispuesto... (Catecismo
37-38; Youcat 5)




       Respuestas
1. Si afirmar que es razonable tener fe en Dios
significa que hay motivos suficientes del orden de la razón
para afirmar la existencia de Dios, entonces hay que decir
que sí. Hay razones, como vimos antes, que avalan la
existencia de un Ser necesario, Origen de todo ser, de toda
ley y Fin en el que culminan las aspiraciones del hombre.
Hay que partir de la base de desenmascarar un falso
presupuesto que se suele tener. Lo que se entiende por
"ciencia" no se restringe sólo al ámbito del saber experimental. El arte, la literatura,
la historia, la filosofía, la ética son ramas del saber humano pues tienen su propio
objeto y método, a los cuales nunca podrán acceder las ciencias experimentales.
Así, para la química, un Picasso consiste en unos gramos de pintura... Pero eso no es
lo que dice la realidad práctica de cada día. Para un físico "una a bala a 340 metros
por segundo ha atravesado el corazón de un hombre que se encontraba a 2
metros"; la ciencia positiva no puede calificar si es un acto de legítima defensa, si
es un asesinato o un accidente; ni siquiera si ese hombre es esposo de quien hizo
el disparo. La realidad es tan rica y compleja que admite múltiples enfoques en
torno a la misma realidad, no sólo el de las ciencias positivas. Nadie, de hecho, vive
así, es decir, tomando decisiones, enfoques, planteamientos, en un plan pura y
estrictamente materialista... ni siquiera los más convencidos materialistas: Nadie
piensa, por ejemplo, que su madre es nada más que 58 kilos de carne.

        Estaban un astronauta y un neurocirujano muy reconocido, discutiendo
sobre la existencia de Dios. El astronauta dijo: Tengo una convicción, no creo en
Dios. He ido al espacio varias veces y nunca he visto ni siquiera un ángel. El
neurocirujano se sorprendió, pero disimuló. Luego de pensar unos instantes,
comentó: Bueno, he operado muchos cerebros y nunca he visto un pensamiento.



       2. Hay que distinguir claramente entre "superstición" y "fe religiosa". Lo
primero es irracional pues se atribuyen unos determinados efectos a unas causas
sin que exista ningún tipo de conexión lógica-causal entre ambos. Así, "tocar
madera" para prevenir un mal posible que sale como tema en una conversación,
del cual uno se ha librado hasta el momento, es superstición; mientras que el
conocimiento de fe (la existencia de Dios p.ej.) es perfectamente razonable,
argüible, como hemos visto antes.

        “Si te asalta el pensamiento de que todo cuanto has imaginado sobre Dios es
falso y equivocado y que Dios no existe, no te sobresaltes por eso. A todos les
sucede lo mismo. Pero no creas que tu incredulidad procede de que Dios no existe.
Si ya no puedes creer en el Dios en que antes creías eso se debe a que en tu fe había
algo equivocado y falso y tienes que esforzarte en comprender mejor eso que
llamas Dios. Cuando un salvaje deja de creer en su Dios de madera, eso no significa
que no hay Dios, sino que el verdadero Dios no es de madera”. (León Tolstoi) Así,
dirá Dostoievski: "El hombre no puede vivir sin arrodillarse... Si
rechaza a Dios, se arrodilla ante un ídolo de madera, de oro o
simplemente imaginario. Todos esos son idólatras, no ateos". Por
tanto, el hombre está configurado por naturaleza para adorar. Si no adora al Dios
verdadero lo hará a un ídolo: un personaje famoso, una ideología, el país, un líder,
un partido político, la raza, el sexo, la droga, la ciencia... pero siempre se arrodilla.
Febre desconsagró la catedral de París (Notre Dame) en tiempos de la Ilustración...
pero no la dejó vacía. En lugar Nuestra Señora la Virgen María, colocó a la diosa
Razón. A propósito de Notre Dame, la superstición es incapaz de construir
catedrales.

       Es curioso comprobar cómo en la medida en que el hombre deja la práctica
genuinamente religiosa, crece en proporción las prácticas supersticiosas: magos,
echadores de cartas, futurólogos... Es un indicio claro de la sed de lo espiritual, de
misterio, que es innato al hombre y que intenta saciar de alguna forma.

       3. El misterio del mal es verdaderamente un serio obstáculo para llegar a
Dios. Hay que responder diciendo que se dan fundamentalmente tres tipos de mal:
el mal moral o pecado, el mal intelectual o error y el mal físico-psicológico o dolor.
De estos tres sólo el último es evidente para el hombre pues se experimenta de
forma inmediata (un dolor de cabeza, la muerte de un ser querido...). No ocurre así
con los otros dos. Uno puede pecar o sostener una tesis falsa en un saber "y no pasa
nada", al menos, normalmente de forma inmediata. Dios se sirve del dolor físico o
psicológico, como si de un megáfono se tratase, para hacerse presente en la vida de
los hombres que andan como "sordos" por la vida, muchas veces inconscientes de
sus errores.

        Un hombre fue a una barbería a cortarse el pelo y recortarse la barba, como
es costumbre. En estos casos entabló una amena conversación con la persona que le
atendía. Hablaban de tantas cosas y tocaron muchos temas. De pronto, tocaron el
tema de Dios. El barbero dijo: -Fíjese caballero que yo no creo que Dios exista, como
usted dice. -Pero, ¿por qué dice usted eso?- preguntó el cliente. -Pues es muy fácil,
basta con salir a la calle para darse cuenta de que Dios no existe. O... dígame, acaso
si Dios existiera, ¿Habría tantos enfermos? ¿Habría niños abandonados? Si Dios
existiera no habría sufrimiento ni tanto dolor para la humanidad. Yo no puedo
pensar que exista un Dios que permita todas estas cosas... El cliente se quedó
pensando un momento, pero no quiso responder para evitar una discusión. El
barbero terminó su trabajo y el cliente salió del negocio. Recién abandonada la
barbería, vio en la calle a un hombre con la barba y el cabello largo; al parecer hacía
mucho tiempo que no se lo cortaba y se veía muy desarreglado. Entonces entró de
nuevo en la barbería y le dijo al barbero: -¿Sabe una cosa? Los barberos no existen. -
¿Cómo que no existen...? -preguntó el barbero- ...si aquí estoy yo y soy barbero. -¡No!
-dijo el cliente- no existen, porque si existieran no habría personas con el pelo y la
barba tan larga como la de este hombre que va por la calle. -Ah, los barberos sí
existen, lo que pasa es que esas personas no vienen aquí. -¡Exacto! -dijo el cliente-
Ese es el punto. Dios sí existe, lo que pasa es que las personas no van hacia Él y no le
buscan, por eso hay tanto dolor y miseria...
Por otro lado, desde el punto de vista propiamente cristiano, Dios ha querido
salvar a la humanidad, no eliminando el dolor, sino compartiéndolo con ella,
asumiéndolo en la cruz, dándole así un significado positivo, salvador: por la cruz en
la que se deja libremente clavar el Hijo de Dios, el hombre puede ser redimido,
siendo él mismo invitado a cargar también con su "cruz" de cada día, a través del
trabajo, de las relaciones y sufrimientos.

        4. Es cierto que la fe es una relación íntima de amistad con Dios con el
hombre. Pero como ocurre en las relaciones humanas entre amigos, eso no excluye
el que haya verdades objetivas, comprobables en tal tipo de relación, empezando
por la misma existencia del amigo en cuestión, el cual, para serlo de verdad, tiene
que empezar precisamente por existir, y eso sí que es demostrable, como ocurre en
la relación con Dios.




       Oración
      Señor Jesús, creo que estás aquí, que me ves.
que me oyes... te pido perdón por mis pecados y tu
ayuda para hacer con provecho este momento de
oración. Madre mía, María, intercede por mí.

          En una ciudad de Alemania llamada
Wursburgo, hay en la cripta de un templo una Cruz
muy famosa que tiene gran valor artístico. Esta Cruz
tiene algo distinto y muy curioso: el Crucificado tiene
sus manos libres de los clavos y las tiene cruzadas sobre el pecho. A este Crucifijo
le tienen una gran devoción los habitantes de aquella región y cuentan sobre él una
leyenda. Resulta que hace muchos años entró un ladrón a robar por la noche al
templo. Cuando se acercó al gran Crucifijo vio que sobre la cabeza del Señor había
una valiosa corona con joyas preciosas. El ladrón no dudó ni un instante en robarla
para luego venderla y obtener un buen dinero, sin importarle que con ello cometía
un robo sacrílego.

   Consiguió una escalera y por ella subió para quitársela al Cristo. Cuando trató de
tomar la corona, sintió con gran miedo que dos manos lo abrazaban: eran las
mismas manos del Cristo que lo estaban abrazando. Quedó mudo de terror y sintió
fuertes escalofríos. Sus ojos, casi fuera de sus órbitas, miraban de frente los ojos de
Jesús a escasos centímetros de distancia. No podía soltarse del abrazo. Así estuvo
un largo tiempo: mirándose los dos cara a cara. La mirada de Jesús acabó por
convencerlo.
Empezó a pensar que por sus pecados Cristo estaba crucificado. Y, al darse
cuenta del mal que estaba haciendo, empezó a llorar de arrepentimiento. Sus
lágrimas comenzaban a correr a raudales por sus mejillas. Le pidió perdón por sus
múltiples pecados y al final fue el mismo ladrón quien se abrazó fuertemente al
cuerpo herido del Crucificado. Así los encontraron al amanecer.

       La Fe es, ante todo, Encuentro con Dios. Cuando esa amistad se debilita o se
pierde, las circunstancias más difíciles, suelen ser el ámbito más propicio para
encontrarte con Él. Es cuando más caes en la cuenta de lo poca cosa que eres, de
que aquello en lo que tenías todas tus esperanzas, desaparece. Así las cosas hay
dos salidas: la soledad amarga o la esperanza del Amigo.

      ¿Te busco de todo corazón, Señor?

      Te doy gracias Dios mío por los afectos, inspiraciones y buenos propósitos
que me has concedido. Ayúdame a ponerlos por obra. Madre mía intercede por mí.



      Compromiso
      ¿Tengo alguna duda de fe? A resolverla preguntando.

      No la tengo. A darle gracias a Dios cada día.




http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=24131
Catequesis confirmación 1.5
...que contemplen la gloria
        que me has dado,
  porque ya me amabas antes de
   la creación del mundo. (Jn
             17, 24)




                        Tema 3. Dios es creador
“Lo declaro con orgullo: soy creyente. Creo en el poder de la oración, y creo, no solo
como católico, sino también como científico” (Marconi (1874- 1937), inventor de la
                         telegrafía sin hilos, Premio Nobel.)



La Palabra


En el principio existía el Verbo,

y el Verbo estaba junto a Dios,

y el Verbo era Dios.

Él estaba en el principio junto a Dios.

Todo se hizo por Él,

y sin Él no se hizo nada de cuanto ha sido hecho. (Jn 1, 1-3)

      Jesús, Tú eres ese Verbo eterno. Vivías plenamente feliz junto al Padre antes
de que nada existiera. Sin embargo, "te complicas la vida" y, como una
manifestación más clara de tu Amor, creas el universo, y como joya de la corona
modelas al hombre a tu imagen y semejanza, regalándole las llaves de tu obra.

        ¿Por qué actúo como si todo lo que me has dado fuese algo que me es debido
o como algo que se debe dar por supuesto, siendo como es puro don de tu Amor
infinito por mí?



De cajón




       Contempla por un momento esta cabina de avión.

       Si alguien dijera que el avión y su cabina no fueron planeados ... pero que
surgieron así ... por sí mismos! … o por mera casualidad!! O como fruto de una
coincidencia!!! ¿Cómo reaccionarías?

       ¿Cómo reaccionaría el equipo de ingenieros, diseñadores y científicos que
los construyeron?
Catequesis confirmación 1.5
Catequesis confirmación 1.5
Catequesis confirmación 1.5
La idea de "creación" ¿es o no compatible con la teorías
científicas sobre el origen del universo?
     1. No; la teoría del "Big Bang", que es la más extendida, explica el origen del
cosmos sin necesidad de recurrir al concepto de "creación".

       2. No, porque la Sagrada Escritura afirma que el mundo fue creado "en seis
días", mientras que la ciencia no da lugar a dudas sobre el proceso tan largo de
millones de años que se dio para originarse el cosmos tal y como lo vemos.



       Sin embargo...
       "En el principio creó Dios los cielos y la tierra" (Gn 1, 1).

       "Lo más incomprensible del universo es que sea tan comprensible". (A.
Einstein)


       Reflexión
       El problema está en la confusión de planos o enfoques de la cuestión. La
teoría del "Big Bang" es una explicación acerca del "cómo" se formó el universo a
partir una materia inicial, ya que, por definición, las ciencias experimentales
trabajan sobre lo que ya existe y es perceptible a través de los sentidos. Sin
embargo, la tesis de la creación es una explicación sobre el "porqué", es decir,
sobre el origen mismo de la materia. Son dos perspectivas totalmente diferentes
sobre una misma realidad o cuestión. (Catecismo 282-289. Youcat 41)

       Pongamos un ejemplo. Juan, un joven de 18 años que vive en Guardamar,
toma su coche a las 5 de la tarde para ir a Benejúzar a recoger a su chica, María.
Como hace buen tiempo y no hay mucho tráfico, llega a las 5 y 22 minutos al punto
de destino. La pregunta es ¿por qué Juan está a las 5.22 en casa de María? Se
pueden dar múltiples respuestas; depende de "a quién" preguntemos. Si
preguntamos a un mecánico nos dirá que eso es así porque el vehículo está en
                          buen estado. Si preguntamos a un policía nos dirá que la
                          fluidez del tráfico posibilitó esa velocidad. Si lo hacemos a
                          un médico nos dirá que las constantes vitales del chico
                          están perfectas, por lo que no hay problema para que
                          llegue a las 5.22... etc. etc. etc. Todas estas, son
                          explicaciones verdaderas de un hecho; todas a la vez,
porque son enfoques complementarios de la misma realidad y por tanto no se
excluyen, sino que se ayudan mutuamente. Aun así, falta la razón principal por la
que Juan está en casa de María y que ninguna explicación de las que se han dado o
se puedan dar del mismo estilo, puede llegar a alcanzar. Juan hace eso
fundamentalmente por dos razones: porque es libre y porque ama a su novia. Este
ámbito sólo lo puede explicar la filosofía y la teología (la religión), y por supuesto,
sigue siendo también complementario con las demás explicaciones ciertas que se
le puedan añadir. Así ocurre con el tema que nos ocupa:

         La teoría del "Big Bang" intenta explicar desde un enfoque exclusivamente
científico-positivo (es decir, desde lo observable, lo medible, lo cuantificable... esto
es, distancias, temperaturas, elementos...) cómo se articuló el cosmos tal y como es.
Esta explicación no excluye la idea de la creación porque ésta se mueve en otro
plano (es decir, en el del PORQUÉ PRECISAMENTE se dio esa medida, esa
temperatura, en ese momento preciso, en tal circunstancia exacta... de tal manera
que de no haber sucedido como de hecho se dio, no habría cosmos, sino caos...).
Así, la tesis de la creación ve en el proceso de formación del universo, de la tierra y
del hombre, la mano invisible de Dios que guía ese proceso (Catecismo 339, 346,
354; Youcat 45). Es lo que la ciencia llama "principio antrópico", que consiste en
considerar la cantidad de circunstancias que han tenido que darse para que en la
Tierra se dé la vida, de tal forma que en la inmensidad del universo todo ha sido
necesario tal y como ha sido para que aquí en nuestro planeta haya sido posible la
vida:

       Así, si la masa del universo, calculada en 1056, hubiese sido diferente de la
que es, no habría sido posible la vida en la Tierra.
Si la relación entre la carga positiva y negativa entre los protones y los
electrones, fuese distinta de la que es, 1836 veces el protón más pesado que el
electrón, no habría sido posible la vida en la Tierra.

       Si la interrelación entre las fuerzas electromagnéticas y las gravitatorias
fuese distinta de la que es, es decir, 1040 la magnética mayor que la gravitatoria...
¿a que no aciertan lo que habría pasado en la Tierra?

       Si el sol no tuviese las dimensiones que tiene, tampoco sería posible.

       Si estuviésemos un 10% más cerca o más lejos del sol tampoco sería
                                      posible.

                                              Si la Luna no estuviese a la distancia
                                      actual de la Tierra, o no tuviese la masa que
                                      tiene... Tal y como es la Luna posibilita la
                                      velocidad óptima de rotación de la Tierra (si
                                      no la velocidad sería muy superior y la haría
                                      inhabitable por los continuos huracanes que
                                      se darían de forma constante...). La gravedad
de la Luna sobre nuestro planeta provoca que el eje del giro no sea perpendicular,
sino inclinado, posibilitando así la sucesión de las cuatro estaciones, facilitando así
la renovación de la naturaleza por la distribución del calor del sol a lo largo de los
diversos continentes. La inclinación del eje de la Tierra es de 23'5 grados. Lo
exacto para que se den las condiciones necesarias para que la vida sea posible.

       El ateo dirá que es cuestión de suerte (a esto ya se respondió antes);
mientras que el creyente verá en este proceso evolutivo el proyecto de un Ser que
imprime su racionalidad a cuanto hace, a su propia obra, como hace un escultor o
un pintor... Einstein se preguntaba, no si Dios existe, sino, que al comprobar la
precisión matemática con la que el universo está diseñado, su duda consistía en
preguntarse si el Creador podría haber tenido algún proyecto alternativo posible al
que de hecho llevó a cabo...

       Por tanto, "creación" no se opone a "evolución" sino al
"azar". Por cierto, de hecho, fue un sacerdote belga -Georges

                                                                            G. Lemaitre
Lemaitre (1894-1966)- quien por primera vez usó la expresión "Big Bang", para
    explicar el universo desde las ciencias positivas.
           Dios crea por una única razón: por amor (no por "aburrimiento", ni por
    necesidad...). El amor tiende de por sí a difundirse. Eso supone un proyecto
    inteligente y una voluntad libre. (Catecismo 1-3; Youcat 2)
           Es como el genio del artista que de por sí, tiende a plasmarse en su obra (un
    cuadro, una escultura...) de forma natural, gratuita, es decir, sin propiamente
    necesidad de realizarlo.

                 “ Era casi un ateo prácticamente en la niñez. La ciencia fue la que me
                 llevó a la conclusión de que el mundo es mucho más complejo de lo que
                 podemos explicar. El misterio de la existencia sólo puedo explicármelo

A. Sandage       mediante lo Sobrenatural” (Allan Sandage (1926-). Astrónomo
    profesional, que calculó la velocidad con la que se expande el universo y la edad del
    mismo por la observación de estrellas distantes).

               Respuestas
            1. Como hemos visto en la Reflexión, "creación" no es opuesto a "Big Bang"
    (o a otras posibles teorías científicas sobre la formación del universo), sino a la
    explicación del origen del mismo por el puro "azar". En este sentido, vamos a poner
    un par de ejemplos de dos hombres de ciencia contemporáneos.

           El primero, Alexander Oparin (1894-1980), biólogo y bioquímico
    ruso, quien siendo ateo, se negaba en rotundo a aceptar como explicación
    última sobre el origen del cosmos y de la vida, la mera casualidad. Concluía     A. I. Oparin
    que -siendo un poco humildes- hay que decir sencillamente que no lo
                 sabemos.

                          El segundo, John Eccles (1903-1997), premio Novel en 1963
                   por sus estudios sobre el mecanismo nervioso del cerebro. Ponía el
                   siguiente ejemplo : "imaginaos un hangar de un kilómetro de
                   longitud, repleto de piezas de avión sueltas. Viene un torbellino y
   J. Eccles       empieza a remover las piezas, a juntarlas y separarlas... así durante
    un millón de años... Al terminar el proceso abrimos el hangar y nos encontramos
    con unos flamantes aviones preparados para volar... Esta es la probabilidad
    que yo le doy a la casualidad". (Catecismo 295-301, 317-318, 320; Youcat
    43)

           “Nada pues nos lo impide, y el impulso de nuestro conocimiento lo
    exige… relacionar mutuamente el orden del universo y el Dios de la               Max Plank
    religión. Dios está para el creyente en el principio de sus discursos, para el
físico, en el término de los mismos" (Plank (1858- 1947), fundador de la física
cuántica, premio Nobel 1918).



       2. En la Sagrada Escritura existen lo que se llaman "géneros literarios" (D.V.
12)1. Éstos condicionan el significado de lo que se quiere expresar. Así, si hablamos
en clave "poética", nadie nos podrá acusar de faltar a la verdad si usamos una
metáfora, o una hipérbole: "Tus ojos brillan como el sol". Igualmente ocurre en el
texto sagrado. En concreto, los seis días de la creación son una forma literaria de
expresar, entre otras cosas, una gradación, un escalonamiento en la creación
divina, quien lo "prepara y acondiciona todo" para que el hombre se encuentre a
gusto cuando "le llegue a él, el momento" de ser creado. (Catecismo 358; Youcat
59)

         Compromiso
         Si no termino de tener claro algo de lo visto en el tema: preguntar.



         Oración
        Señor Jesús, creo que estás aquí, que me ves. que me
oyes... te pido perdón por mis pecados y tu ayuda para hacer con
provecho este momento de oración. Madre mía, María, intercede
por mí.

       Una profesora tiene enfrente a un grupo de niños
pequeños de cuatro años, colocados en semicírculo, mientras les va enseñando
distintas letras. Uno, en el extremo del semicírculo, está demasiado separado de su
compañero, y eso dificulta su visión. La profesora le dice:

         -Luis, pégate a Gonzalo.

         El niño mira asombrado a la profe. Y ella insiste.

         -Venga, pégate a tu compañero.

     El niño, perplejo, pero obediente a lo que él entiende, se arremanga y la
emprende a tortas con el vecino.

         Y éste, más desconcertado todavía, trata de sujetarle diciéndole:

         -¡Que no te manda que me pegues! ¡Te dice que te acerques!

1
    Dei Verbum (Constitución Dogmática del Concilio Vaticano II-1962-1965).
"Pegarse o acercarse". Es más fácil y frecuente pegarse a acercarse. Somos
más propensos a pensar mal... Dios ha creado el "jardín del universo" por y para el
hombre. Sin embargo, el hombre prefiere pensar mal. A veces por orgullo (si no
veo no creo), a veces por pereza (prefiero el sillón-ball a que Dios me complique la
vida), a veces por malas experiencias (la muerte de un ser querido), preferimos
"pensar mal", así Señor, te mantengo a la oportuna distancia para así tener yo mi
libertad, mi autonomía...

       Si, por otro lado Dios me crea por amor, ¿no será la práctica del mismo, en
forma de espíritu de servicio a los míos, de obediencia a mis padres, de fidelidad a
la palabra dada, de coherencia con mis ideales... la forma más directa de "ver a
Dios" en las personas a las que me esfuerzo en ayudar?

      Te doy gracias Dios mío por los afectos, inspiraciones y buenos propósitos
que me has concedido. Ayúdame a ponerlos por obra. Madre mía intercede por mí.




http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=24314&mes=&ano=

http://www.youtube.com/watch?v=IeikcezRup8&feature=player_embedded
... se levantó de la mesa, se
 sacó el manto y tomando una
    toalla se la ató a la
 cintura. Luego echó agua en
  un recipiente y empezó a
    lavar los pies a los
  discípulos (Jn 13, 4-5)
Tema 4. El misterio del hombre
 "Apenas conocemos lo que es un cuerpo vivo; menos aún, lo que es un espíritu; y no
 tenemos la menor idea de cómo pueden unirse ambas incógnitas formando un solo
                 ser, aunque eso somos los hombres" (B. Pascal)

       La Palabra. "Ecce Homo".
        Entonces Pilato tomó a Jesús y mandó que lo azotaran. Y los
soldados le pusieron en la cabeza una corona de espinas que habían
trenzado y lo vistieron con un manto de púrpura. Y se acercaban a
él y le decían: -Salve, Rey de los judíos. Y le daban bofetadas. Pilato
salió otra vez fuera y les dijo: -Mirad, os lo voy a sacar para que
sepáis que no encuentro en él culpa alguna. Entonces Jesús salió
fuera llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Y Pilato
les dijo: "Aquí tenéis al hombre". (Jn 19, 1-5)

       Y yo, que siempre aspiro a ser en cada escena de cada día "el muerto del
entierro, el niño del bautizo, la novia de la boda", a "salirme siempre con la mía", a
"pasar" de los problemas de los demás, a no complicarme la vida si no saco algo de
provecho... Te veo así, a ti Jesús... por mí... mostrándome en tu propia carne qué es
ser verdaderamente hombre, humano.



       De un diálogo virtual
       Pink Floyd

       Pensaba en un documental que ví hace unos
días sobre este grupo. Era una breve historia,
deteniéndose en algunos vídeos de canciones a lo
largo de su carrera. Había un gran contraste entre su
imagen de los primeros años (por los finales de los      Pink Floyd
sesenta), y la última aparición en directo en 2005.
Wright murió tres años después. Me preguntaba, recordando un concierto virtual
de Elvis con motivo del 25 aniversario de su fallecimiento, (éste se dio con el grupo
de personal artístico que le acompañaba y él mismo en una especie de composición
de hologramas, por lo que era una especie de concierto "en vivo"), si, con el paso
del tiempo, se podrían hacer, como algo habitual, con artistas ya desaparecidos, o
sencillamente retirados, este tipo de actuaciones, es decir, poner en el escenario
imágenes prediseñadas del artista en cuestión, de tal forma que pareciese él en
vivo...
-Tendría su atractivo, pero no sería igual, no habría feeling.
- Imaginemos sin embargo, que puede ser tan perfecto que pueda reaccionar de
diferente forma dependiendo de los estímulos que perciba, aplausos, gritos,
pitidos, ecos de su interpretación...
-Aun así, sería algo prediseñado, aunque fueran reacciones "imprevistas", también
éstas seguirían una ley interna.
-También el original tiene leyes internas...
-Pero igualmente es verdad que espontáneamente puede secundarlas o decir "no".
-Y si tuviera una memoria interna con datos, imágenes de personas, lugares,
acontecimientos que le son conocidos y pudiese identificarlos...
-Sus datos serían tan fríos en su interior, como los que metemos en un vulgar
ordenador casero. Carece del impacto personal, vivencial, que tales encuentros
supusieron para él. Carece de interioridad, subjetividad, de la sal de las pasiones,
de las asociaciones a las quedaron vinculados esos datos... olores, recuerdos
anteriores, sabores, cuadros de imagen... A propósito... "datos"... Para el original
esos, sean valorados de forma positiva o negativa, no los consideraría simples
datos: la madre, su casa paterna... Son, misteriosamente, parte del edificio que
llamamos "yo". Llegar... eso es... llegar a la conciencia de uno mismo y poder
pronunciar esa palabra: "yo", para expresar lo que uno es, requiere un camino por
recorrer, una base humana sobre la que sembrar unos sentimientos, unos valores,
unas experiencias... que da como resultado un "yo" único, irrepetible.
-Y si fuese hasta palpable y tuviese todas esas características porque habría
recibido toda esa información con toda la gama de asociaciones internas posibles,
como vivencias apasionadas, de forma que pudiera "sentir", es decir, apreciar y dar
un significado a esos datos que se le inculcan. Esto es, que fuese una especie de
obra de arte hecha paso a paso, un cultivo cuidadoso....
-Las películas "Inteligencia artificial" y "Blade runner" tocan este enfoque. Quiero
ver la segunda en cuanto pueda, no más de un par de semanas... La unicidad del ser
humano escapa al puro orden material. No entiendo el porqué de la expectación de
los futuros clones humanos... Eso ya se da de facto en el orden natural con los
gemelos. Son genéticamente idénticos y sin embargo, son diferentes... El mero
hecho de asignarles un nombre distinto a cada uno ya indica, más allá del puro
enfoque práctico de poderlos distinguir, que cada cual representa una realidad
distinta... y son en el orden físico, totalmente iguales...
        Si se llegase a tal perfección técnica que pareciese tener subjetividad, en
primer lugar, sería otra realidad, no una prolongación o un eco del original. Las
vivencias por ser precisamente personales, son intransferibles. Puedo medir con
aparatos la temperatura, la tensión, el ritmo cardíaco, las demás constantes
vitales... incluso me puede manifestar sus sentimientos más profundos... lo puedo
captar, entender, asimilar, pero no poseo todo el abanico de la interioridad de lo
que esa persona vive, en primer lugar, porque yo no sería el sujeto de tales
acciones que me han modelado el alma. Hay un interesante fenómeno de teología
ficción: qué pasaría si el hombre desapareciese totalmente tras su muerte y
resucitase totalmente, no sólo con el cuerpo, sino también con el alma, al fin de los
tiempos en el Juicio Final...
Pues que nos lo habríamos cargado. Aunque fuera o fuese la misma identidad
personal, sería alguien "recreado", y por tanto, habría perdido la línea de
continuidad de su historia personal... Sería otro, aunque con la misma genética y la
misma historia. El tema está en la "unicidad" personal que presupone la
"continuidad". Eso sólo es posible si hay alma, espíritu.
       En segundo lugar, la copia, por carecer de alma, carecería de autoconciencia.
Si fuésemos sólo materia seríamos incapaces de autoreflexión, de volver sobre
nosotros mismos, de sabernos sujetos, dueños de nosotros mismos, conscientes y
responsables; la capacidad de autoreflexión es sólo posible si se da algo
sustancialmente distinto a la materia; ésta solo "tiene ojos hacia fuera". El producto
en cuestión se sabría su propio nombre "de memoria", como cuando un muñeco
parlanchín pronuncia su nombre. Todo lo que hiciese sería como "de prestado".
Bien, en definitiva no sería un ser personal ni aún menos, una extensión en la
historia de alguien real, como los Pink Floyd.




       ¿Es el hombre sólo materia?
       1. Sí; así lo confirman las ciencias experimentales.
       2. Sí; la teoría de la evolución demuestra que es meramente un animal algo
más complejo que el resto, desmintiendo así la explicación de la Sagrada Escritura,
que el hombre proceda de la modelación del barro por parte de Dios y la mujer, de
una costilla de Adán.
       3. Sí; la "inteligencia artificial" de un ordenador demuestra que las acciones
inteligentes del hombre se explican desde la materia, desde la acción neuronal del
cerebro.

       Sin embargo...
        “Dios dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza. Domine
sobre los peces del mar, las aves del cielo, los ganados, las fieras campestres y los
reptiles de la tierra. Dios creó al hombre a su imagen, a imagen de Dios los creó,
varón y mujer los creó. Dios los bendijo y les dijo: “Sed fecundos y multiplicaos,
poblad la tierra y sometedla; dominad sobre los peces del mar, las aves del cielo y
cuantos animales se mueven sobre la
tierra". (Gn 1, 26-28)


       Reflexión
       La Sagrada Escritura lo define como
imagen y semejanza de Dios. ¿Qué significa
que el hombre ha sido creado a imagen y
semejanza de Dios?
1. Que sólo el hombre es capaz de conocer y amar a su Creador.
        2. Que él es la única criatura en la tierra a la que Dios ha amado por sí
misma.
        3. Que sólo él está llamado a participar en la vida de Dios, ya que para este
fin ha sido creado y ésta es la razón fundamental de su dignidad.
        4. Que Dios lo hizo según el modelo de su Hijo, Jesucristo, que es la
verdadera y original imagen de Dios, por quien ha creado todas las cosas.
(Catecismo 355-357, 380; Youcat 58)

        “¿Qué cosas o quién fue el motivo de que establecieras al hombre en
semejante dignidad? Ciertamente, nada que no fuera el amor inextinguible con el
que contemplaste a tu criatura en ti mismo y te dejaste cautivar de amor por ella.
Por amor lo creaste, por amor le diste un ser capaz de gustar tu Bien eterno” (Santa
Catalina de Siena).
       En el hombre encontramos una dimensión que no se deriva de la materia,
pues realiza actos inmateriales y si son inmateriales no pueden proceder éstos sólo
de la materia (el cerebro). ¿Fueron las neuronas de Einstein las que decidieron
estudiar física y proponer la Teoría de la Relatividad? ¿Pintaron las neuronas de
Miguel Ángel la escena del Juicio Final en la Capilla Sixtina? Y si eso es para lo
bueno, también lo será para lo malo; no podremos acusar a Hitler del genocidio de
cinco millones de judíos, pues serían sus neuronas las que le condujeron a ese
error. A menos que el hombre dé órdenes a su propio cerebro y establezca con él
una relación de dependencia y dominio: mis pies me conducen a casa, pero en
realidad soy yo quien encamino a mis pies hacia casa; sin ellos no caminaría, ni sin
mi decisión de caminar, y esa decisión no procede de ellos. Así es el cerebro con
respecto al yo personal, cuya dimensión más íntima y profunda es de naturaleza
espiritual.
        Así, se muestra en la capacidad de conceptuar la realidad, es decir, de
abstraer de la misma, ideas, relaciones, leyes... En este sentido, el lenguaje humano
deriva de esta capacidad de elaborar conceptos; sería como una "varita mágica"
que simplifica la realidad de forma increíble. Simplifica porque simboliza. Sólo la
inteligencia es capaz de llevar a cabo esta operación... Así, puede encerrar millones
                                      de toneladas de roca en un símbolo que se
                                      escribe o se pronuncia con sencillez: cordillera.
                                      Todo se puede simbolizar con la inteligencia,
                                      liberando así a la realidad de sus gigantescas
                                      dimensiones, el universo queda convertido en
                                      un universo de bolsillo a través del símbolo, del
                                      lenguaje. También por ello, podemos
                                      identificar una misma cosa aunque tenga
                                      formas diferentes: así podemos llamar "mesa"
                                      a diferentes tipos de mesas pues tenemos el
                                      concepto abstracto (inmaterial) de la mesa y lo
aplicamos, identificándolo cuando lo vemos. El lenguaje propio del ser humano, es
diferente en cada cultura, pues al no ser heredado genéticamente -como en las
abejas, por ejemplo- se le puede llamar de diferente forma en cada lugar a una
misma cosa: así lo que aquí llamamos "mesa", en Estados Unidos se llama "table"...
La capacidad del lenguaje humano es reflejo pues de una actividad inmaterial;
luego la fuente o principio de donde brota esa actividad debe ser también
inmaterial, espiritual.
                                  Este proceder es cualitativamente diferente al de los
                          animales, los cuales conocen sólo a través de los sentidos,
                          pudiendo tener experiencia del medio que les rodea, incluso
                          asociando experiencias, pero no pueden conocer la
                          naturaleza de las cosas, ni la leyes por las que se rigen. Así
                          un chimpancé puede usar un palo para acercarse un plátano
                          a su jaula. Pero lo que no podrá hacer es usar una sierra para
                          fabricar un palo con una tabla. El animal ve la relación palo-
alimento, pero no ve la relación tabla-hacha-palo-alimento, porque en realidad no
puede verse, sino entenderse. El conocimiento del hombre, por el contrario, es
intelectual, no sólo sensorial: así entender lo que es el calor no calienta, mientras
que sentirlo sí. Y si lo que entiendo es el fuego, mi entendimiento no arde. No es
suficiente con afirmar que la necesidad es la causa de que el hombre invente cosas -
una lanza para cazar pájaros; también los gatos tienen esa misma necesidad y no
inventan nada...-
        Así, también es posible por esa capacidad espiritual, que somos capaces de
hacer arte, pintar un cuadro; es esto una actividad que necesita del concepto, de la
idea, la cual, recordamos que es inmaterial.
         Por esta actividad también podemos inducir las leyes por las que se rige la
naturaleza y así, aprender a dominarla. Captar esas leyes -no sólo percibidas
sensiblemente- y usarlas para el propio provecho, es el progreso técnico, lo cual,
supone una actividad intelectual, es decir, espiritual, pues hablamos de un ámbito -
las leyes biológicas, físicas, las ideas, los conceptos...- que, aunque se basan en la
observación de la realidad sensible, van más allá de las cosas que vemos o
tocamos... Las leyes no se "tocan" se "inducen".
        Así, también ocurre con los valores como la justicia, el amor... los cuales se
captan a partir de lo que vemos y tocamos, pero "no es" sólo lo que vemos y
tocamos. El hombre capta esa realidad y en base a ella configura su propia vida
llegando incluso a dar la misma vida por esos valores que ni se ven ni se tocan.
         Así ocurre con la conciencia que nos indica una ley sobre lo que es bueno y
lo que no lo es... Está en el hombre pero "por encima" del propio hombre, pues no
la puede manipular a su capricho para que no le
moleste cuando no obra bien... Es ésta una ley
universal, afecta a todo ser humano, quien por el
hecho de serlo, por naturaleza, aunque se
equivoque al llevarlo a la práctica, tiene por
principio: "hay que hacer el bien y evitar el mal".
Si hay una ley que está en el hombre, pero que no
tiene su origen en el propio hombre, pues no la
puede evitar, y sí la puede libremente violar, es porque hay un Legislador que la ha
inscrito, y un ámbito en el propio hombre, que trasciende la puras leyes biológicas
y genéticas, que llamamos conciencia, que es de naturaleza espiritual pues se
refiere al orden moral, a la bondad o maldad de las acciones, lo cual, escapa al
orden material, ya que el bien o el mal se capta, se interpreta pero "no se ve", es
decir, no se puede calificar una acción como buena o como mala a través de su
observación en un microscopio, o de un análisis químico. Vemos la materialidad de
                              las acciones, pero no su moralidad: por ejemplo, si
advertimos que un chico le entrega a una chica un billete de 200 euros, ¿qué ha
hecho? La mera observación física del hecho no nos da pie para afirmar si esa
acción es moralmente buena o no: Puede haberle restituido una deuda; puede
haberle dado una limosna; puede estar sobornándola... Esto significa que toda
acción tiene un "espíritu" que es lo que hace que sea buena o mala, y esto sólo
puede ser captado por la conciencia espiritual del hombre.
        De que el hombre pueda secundar o violar una ley moral interna se deriva a
su vez, que estamos hablando de un ser libre. La conducta animal es siempre la
respuesta a los datos captados del medio circundante. La conducta agresiva, sexual
o alimenticia se pone en marcha ante la presencia de los consiguientes estímulos y
será siempre la misma. Conocer a un león es conocer al león. Son conductas
heredadas y programadas genéticamente. En el hombre, en cambio, ante los
mismos estímulos puede responder de mil formas diferentes porque tiene
diferentes motivaciones, él mismo no está condicionado por sus genes ni por su
medio, y puede escoger por cuál se inclina:
        Ante la sensación de hambre:
        a. Puede ir la nevera y comer sin más hasta saciarse.
        b. Puede retrasar la comida hasta terminar un trabajo.
        c. Puede comer pero siguiendo una estricta dieta que le cuesta llevar
adelante.
        d. Puede negarse a comer por motivos religiosos: es miércoles de ceniza.
        e. Puede dejar su trabajo profesional, quebrantando la ley laboral, e ir a
echar un bocado a escondidas.
        ....
        ....
        Así, la libertad es una manifestación de la naturaleza espiritual del hombre,
ya que las acciones que proceden sólo de la biología, están condicionadas a las
propias leyes biológicas. Si fuésemos sólo materia no podríamos escoger,
distanciándonos así de la pura ley biológica (hambre, sueño, miedo...).
        Por eso el hombre hace historia, (no existe una historia de las hormigas en
Madagascar), tiene un mundo (no está encerrado en un medio), es sujeto de
derechos y responsable de sus acciones (al perro de casa no se le puede llevar a
juicio por morder a quien no debía, porque no es responsable, porque no es libre),
crea una cultura en cada lugar que posee rasgos comunes a toda la humanidad y
rasgos específicos de cada ámbito (no hay culturas animales ni por diferentes
especies ni por zonas geográficas).
        Estos razonamientos en torno al hombre giran alrededor de una idea: es
alguien -no algo- muy especial; y esto es así porque hay una parte del ser humano
que no es material, sino espiritual y que le capacita para actuar de forma única con
respecto a los demás seres de la naturaleza.. (Catecismo 343-344, 353, 355-357,
380; Youcat 356, 358) Esa parte sólo puede proceder de quien es Espíritu puro.


                                Respuestas
                                1. El error más común de ciertos hombres de
                         ciencias es el del "reduccionismo", es decir, el de reducir,
                         achicar la realidad que estudia a su propio enfoque
                         particular, excluyendo otros posibles enfoques (como se
ha explicado antes). Así la idea de hombre queda reducida a una esfera parcial, real,
verdadera, pero parcial del propio hombre, que ofrece esa misma ciencia o escuela
de pensamiento. Todos los puntos de vista que intentan definir lo que es el hombre
suelen ser correctos; eso sí, con una condición... que cada definición no vaya
precedida por un "nada más que" ("el hombre no es nada más que...") Porque el
hombre, igual que un simple tomate y que cualquier otra cosa, es cada una de esas
caras (definiciones como: animal evolucionado, un amasijo de impulsos, un ser
pensante, un producto social, un conjunto de reacciones bioquímicas...), pero además,
es mucho más. Como vimos anteriormente, en la vida real de cada día, todo el
mundo vive y se relaciona mutuamente teniendo presente en la práctica ese
"mucho más" de la persona. De lo contrario, ¿a qué viene, por ejemplo, esa
sensibilidad hacia el racismo o hacia la violencia doméstica? Sea cual sea la idea
que se tenga de hombre/mujer, todo el mundo se indigna ante ciertos abusos. Pero
eso ¿es coherente con la visión materialista del ser humano (es decir, que sólo
somos átomos o energía...)? Si se es de verdad coherente con ciertas ideas
materialistas no debería haber razón fundada para indignarse, pues, si somos mera
materia... ¿en qué nos diferenciamos de una sartén? Y por consiguiente ¿por qué
seríamos sujetos con derechos que no tienen los demás "seres materiales"?
Nuestras quejas ante la injusticia no tendrían fundamento alguno, salvo el
capricho.

Así, no habría verdadero fundamento para indignarse con relación a los campos de
                  exterminio nazis, a las pruebas experimentales del profesor Josef
                  Mengele con judíos durante la II Guerra Mundial, como si de
                  ratas de laboratorio se tratara, o de usarlos como materia prima
                  para extraer jabón, si de veras se es consecuente con la
                  afirmación categórica de que el hombre es sólo materia
                  evolucionada; en este sentido, no se diferencia de cualquier ser,
J. Mengele        incluso inerte y por tanto, no debería tener ningún privilegio, ser
                  sujeto de supuestos derechos, que a los demás seres, no se les
reconoce. De hecho hay ideologías actuales de corte ecologista que así lo profesan
sin ningún titubeo... Pero a la hora de la verdad... todo el mundo "exige lo que es
suyo". Del concepto de hombre que se profese se deriva una conducta.

       2. Ya se explicó en el tema anterior que "evolución" (aplicado al origen del
universo) no tiene por qué oponerse a "creación". Para defender que el hombre es
fundamentalmente un animal como los demás, hay quien afirma que
genéticamente se da tan solo un 2% de diferencia con respecto a los animales más
próximos como los chimpancés... A esto hay que responder poniendo un
contraejemplo: si ponemos agua al fuego observaremos que su temperatura crece
(25, 30, 35, 50, 60 grados...), dándose una variación "cuantitativa" del agua, pues
                            creciendo el calor aún sigue siendo agua. Llega un
                            momento en el que saltará de 98 a 99 grados, y continúa
siendo agua, sin embargo, al pasar de 99 a 100 grados deja de ser agua para
convertirse en vapor; el cambio ya no es "cuantitativo", sino "cualitativo", siendo
también la variación de tan solo 1 grado. Esto mismo es aplicable a la, en
apariencia, insignificante diferencia genética entre el ser humano y sus parientes
más próximos.

        Por otra parte, hay que recordar que la Biblia usa de los géneros literarios.
En concreto, el relato de la creación hace mucho uso de las metáforas, habla en
clave simbólica, aunque refiera hechos que pertenecen a la prehistoria real de la
humanidad. En este sentido, no hay que hacer decir a la palabra de Dios, cosas que
no pretende decir, como que el hombre fue literalmente modelado de barro por
las manos del Creador, así como que la mujer, en un estadio posterior, fue
materialmente "extraída" del costado de Adán. Lo que pretende afirmar con esas
expresiones metafóricas es que el ser humano ocupa un lugar muy especial en la
creación a los ojos de Dios, pues es el único ser que puede dialogar con Él, el único
que trabaja la tierra, el único que puede dominarla, el que no se confunde con los
demás seres pues es él quien tiene el privilegio de darles nombre. En definitiva,
Dios crea "un jardín", el universo, la tierra, por y para el hombre; él es el rostro
visible del Creador en la tierra, el que debe de hecho prolongar la creación divina a
través del trabajo.

         Así pues, para el creyente no hay pues ningún problema en aceptar, si así lo
cree honestamente, la teoría evolutiva. Para el cristiano el punto crucial no es
que el hombre surja de repente o a través de un proceso que duraría millones de
años... lo verdaderamente importante es que sea de la forma que sea, el ser
humano no es mero efecto de una serie de concausas casuales y fortuitas, sino que
el hombre llega a ser hombre, porque una Voluntad que lo ha amado
eternamente, ha querido que realmente viniese a la existencia tal y como es. El
modo concreto en que eso ha sucedido es ya tarea de las ciencias naturales
(H.G. 29; Catecismo 282-289, 1699-1715; Youcat 42, 280)2. Cualquier otro tipo
de afirmación distinta de esta, venga de donde venga, sobre lo que la Iglesia
afirma en torno al origen del hombre es falsa. En este sentido es conveniente
                                    aclarar que entendemos por "Iglesia", no el
                                    parecer particular de un teólogo o de cualquier
                                    miembro o grupo particular de la misma. No vale
                                    pues argüir, por ejemplo, que tal o cual religioso
                                    de tal época (por muy prestigioso que pudiera
                                    ser), o que tal orden religiosa afirmó tal error
                                    científico, y por lo tanto, "este hecho demuestra
                                    que la Iglesia se equivoca". Sólo el Papa y/o un
                                    Concilio Ecuménico tienen autoridad para

2
    Humani Generis (Carta Encíclica del Papa Pío XII-12-8-1950).
hablar en nombre de la Iglesia como tal, entre otras razones, porque sólo el
Papa o un Concilio Ecuménico tienen la autoridad recibida de Cristo para
interpretar sin error la Sagrada Escritura (Catecismo 85; Youcat 13). (Esto no
es un "as sacado de la manga"... es la conciencia y el proceder que ha tenido la
propia Iglesia desde el año cero a la hora de dirimir las dudas doctrinales y sacar a
la luz la verdad sobre cualquier asunto que le compete.) Dicho de otra forma, para
demostrar que en verdad la Iglesia se ha equivocado en temas como el que estamos
tratando habría que citar una declaración magisterial de un Papa o de un Concilio
Ecuménico... Lo demás, sería más fruto de la ignorancia que cualquier otra cosa con
un mínimo de seriedad científico-teológica.

        Por otro lado la evolución necesita a su vez ser explicada. Si tenemos un
montón de piedras en la plaza de un pueblo y volvemos unos días más tarde y
vemos esas mismas piedras ordenadas de tal manera que vemos una fuente de
agua, sería absurdo atribuir a las propias piedras tal "evolución". Pues lo mismo
sucede con la evolución de las especies. La materia no tiene capacidad para
autodirigirse hacia un fin pues no tiene capacidad para razonar. Tiene códigos,
pero ¿por qué siguen un patrón de actuación si no tienen capacidad de decisión? Si
una máquina -una batidora- procede de una determinada manera es porque esa ley
se la ha puesto alguien que piensa y quiere que ese aparato sirva para fin concreto.
La misma explicación pide un código genético que va progresando. La evolución no
es una explicación total, sino más bien, una descripción.

                   “Jamás he negado la existencia de Dios. Pienso que la teoría de
            la evolución es totalmente compatible con la fe en Dios. El argumento
            máximo de la existencia de Dios me parece la imposibilidad de

C. Darwin       demostrar y comprender que el universo inmenso, sublime sobre
toda medida, y el hombre hayan sido frutos del azar” (Darwin 1809-1882).



                                         3. Imaginemos que te encierran en una
                          habitación llena de montones ordenados de papeles
                          escritos con símbolos chinos. Supongamos que eres inglés
                          y no entiendes chino, y que recibes por debajo de la
                          puerta otros papeles con símbolos chinos e instrucciones
                          en inglés para devolver fuera de la habitación algunos
                          papeles de los montones. Supongamos que no sabes que
                          los símbolos chinos introducidos por debajo de la puerta
                          son "preguntas" de gente que está fuera de la habitación, y
que los símbolos que devuelves, siguiendo las instrucciones en inglés, son
"respuestas" a esas preguntas. Supongamos que es tan bueno el intercambio de
símbolos que tus respuestas no se pueden distinguir de las que haría un nativo
chino... Pero el hecho es que estás encerrado en una habitación, recibiendo y
devolviendo símbolos chinos, sin entender chino. Y por mucho que se prolongue la
comunicación, no hay manera de que tú puedas aprender ni una palabra de chino
manipulando esos símbolos, por muy perfecta, rápida y eficaz que sea tal
manipulación.

       Este ejemplo pone de manifiesto que la simple ejecución formal de un
programa no es suficiente para proporcionar una comprensión de lo que significan
los símbolos. Todo lo que tiene la inteligencia artificial es, al igual que tú en la
situación descrita antes, un programa formal para manipular símbolos no
interpretados, no comprendidos. Y, además, el ordenador, ni siquiera es consciente
de que está en la habitación... ni siquiera de que "está"...

       “ La moderna física me enseña que la naturaleza no es capaz de ordenarse a
si misma. El universo supone una enorme masa de orden. Por eso
requiere una “Causa Primera” grande, que no está sometida a la
segunda ley de la transformación de la energía y que por lo mismo, es
Sobrenatural” (H. Hathaway (1900-1973), padre del Cerebro
electrónico).                                                             Howard Hathaway


       Compromiso
       Recitar cada día, antes de empezar el estudio, el salmo 8.



       Oración
      Señor Jesús, creo que estás aquí, que me ves. que me oyes... te pido perdón
por mis pecados y tu ayuda para hacer con provecho este momento de oración.
Madre mía, María, intercede por mí.

       El anillo
       "Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa
que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no
sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante
tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?".
El maestro sin mirarlo, le dijo:
Cuanto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio
problema. Quizás después. Y haciendo una pausa agregó:
Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este problema con más rapidez y
después tal vez te pueda ayudar.
Encantado, maestro titubeó el joven, pero sintió que otra vez era
desvalorizado, y sus necesidades postergadas.
       Bien asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño y
dándoselo al muchacho, agregó: toma el caballo que está allá afuera y cabalga hasta
el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es
necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de
una moneda de oro. Ve y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.
       El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó empezó a ofrecer el anillo a los
mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que
pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos
reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para
tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para
entregarla a cambio de un anillo. En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda
de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar
menos de una moneda de oro y rechazó la oferta.
       Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado,
más de cien personas, y abatido por su fracaso, montó su caballo y regresó.
Cuanto hubiera deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro, podría
entonces habérsela entregado él mismo al maestro para liberarlo de su
preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda.
       Entró en la habitación. Maestro dijo lo siento, no pude conseguir lo que me
pediste. Quizás pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo
pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.
       Qué importante lo que dijiste, joven amigo contestó sonriente el maestro
Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al
joyero. ¿Quién mejor que él para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo y
pregunta cuánto te da por él, pero no importa lo que ofrezca, no se lo vendas.
Vuelve aquí con mi anillo.
       El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la luz del candil con
su lupa, lo pesó y luego le dijo:
Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58
monedas de oro por su anillo.
58 MONEDAS !!!!!!!!! Exclamó el joven.
       Sí, replicó el joyero, yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de
70 monedas, pero no sé... si la venta es urgente.
       El joven corrió emocionado a la casa del maestro a contarle lo sucedido.
       Siéntate dijo el maestro después de escucharlo. Tú eres como este anillo:
una joya valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un
experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu
verdadero valor?
       Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño.
(Jorge Bucay)
      ¿Por qué me fío y doy más valor a lo que "dicen" de mí, que lo que Él me dice
de mí mismo? "Tú eres mi hijo" (Salmo 2, 7).


      Te doy gracias Dios mío por los afectos, inspiraciones y buenos propósitos
que me has concedido. Ayúdame a ponerlos por obra. Madre mía intercede por mí.
Dios mío, Dios mío, ¿por qué
 me has abandonado? (Mt 27,
             46)
Tema 5. El misterio del mal


       La Palabra
      "Cerca de la hora novena, Jesús clamó con voz potente, diciendo: Elí, Elí,
¿lama sabactani? Esto es:"Dios mío, Dios mío por qué me has abandonado..." -Mt 27,
46-

       El silencio de Dios

       Una antigua leyenda noruega nos habla de un
anacoreta llamado Haakon, que cuidaba una ermita. A ella
acudía la gente a orar con mucha devoción. En esta ermita
había una cruz muy antigua. Muchos acudían ahí para pedirle
a Cristo algún milagro. Un día el ermitaño Haakon quiso
pedirle un favor. Le impulsaba un sentimiento generoso. Se
arrodilló ante la cruz y dijo: "Señor, quiero padecer por Ti.
Déjame ocupar tu puesto. Quiero reemplazarte en la Cruz." Y
se quedo fijo con la mirada puesta en la imagen, como esperando la respuesta. El
Señor abrió sus labios y habló. Sus palabras cayeron de lo alto, susurrantes y
amonestadoras: "Hermano mío, accedo a tu deseo, pero ha de ser con una
condición." "¿Cuál Señor? -preguntó con acento suplicante Haakon-. Es una
condición difícil? ¡Estoy dispuesto a cumplirla con tu ayuda, Señor!". "Escucha.
Suceda lo que suceda, y veas lo que veas, has de guardarte en silencio siempre".
Haakon contesto: "¡Te lo prometo, Señor!". Y se efectuó el cambio.

       Nadie advirtió el trueque. Nadie reconoció al ermitaño, colgado con los
clavos en la Cruz. El Señor ocupaba el puesto de Haakon. Y éste por largo tiempo
cumplió el compromiso. A nadie dijo nada, pero un día, llegó un rico, después de
haber orado, dejó allí olvidada su cartera. Haakon lo vio y calló. Tampoco dijo nada
cuando un pobre, que vino dos horas después y se apropió de la cartera del rico. Ni
tampoco dijo nada cuando un muchacho se postró ante él poco después para
pedirle su gracia antes de emprender un largo viaje. Pero en ese momento volvió a
entrar el rico en busca de la bolsa. Al no hallarla, pensó que el muchacho se la había
apropiado. El rico se volvió al joven y le dijo iracundo: "¡Dame la bolsa que me has
robado!". El joven sorprendido replicó: "¡No he robado ninguna bolsa!". "No
mientas, devuélvemela enseguida!". "¡Le repito que no he cogido ninguna bolsa!".
El rico arremetió furioso contra él. Sonó entonces una voz fuerte: "¡Detente!". El
rico miró hacia arriba y vio que la imagen le hablaba. Haakon, que no pudo
permanecer en silencio, gritó, defendió al joven, increpó al rico por la falsa
acusación. Éste quedó anonadado y salió de la ermita. El joven salió también
porque tenía prisa para emprender su viaje. Cuando la ermita quedó a solas, Cristo
se dirigió al monje y le dijo: "Baja de la Cruz. No sirves para ocupar mi puesto. No
has sabido guardar silencio". "¿Señor, como iba a permitir esa injusticia?". Jesús
ocupó la Cruz de nuevo y el ermitaño se quedó ante la cruz. El Señor siguió
hablando: "Tu no sabías que al rico le convenía perder la bolsa, pues llevaba en ella
el precio de la virginidad de una joven mujer. El pobre, por el contrario, tenía
necesidad de ese dinero. En cuanto al muchacho que iba a ser golpeado, sus
heridas le hubiesen impedido realizar el viaje que para él resultaría fatal. Ahora,
hace unos minutos acaba de zozobrar el barco y él ha perdido la vida. Tu no sabías
nada. Yo sí sé. Por eso callo." Y el Señor nuevamente guardo silencio.

       Muchas veces nos preguntamos por qué razón Dios no nos contesta, por qué
razón Dios se queda callado. Muchos de nosotros quisiéramos que Él nos
respondiera lo que deseamos oír, pero Dios no es así. Dios nos responde aún con el
silencio. Él sabe lo que está haciendo.



       Testimonio
       El campo de concentración de
Auschwitz es llamado por los polacos:
campo de la muerte, porque en sus tierras,
bloques y sótanos, han perecido miserable y
trágicamente, mas de cinco millones de
personas. Levantado sobre los escombros de
unos cuarteles y granjas, está situado en la
Polonia meridional, en una zona pantanosa, Maximiliano Kolbe
insalubre, para que no hubiese testigos
indiscretos de esa fábrica de muerte. Rodeado por altas alambradas electrizadas y
de torres de control. Allí toda crueldad e infamia, toda bestialidad y aberración,
toda atrocidad y todos los horrores se habían dado cita para transformarlo en un
verdadero infierno. Continuas muertes por enfermedades y por inanición, frío,
fatigas agotadoras, escorbuto, disentería, traumas e infecciones. El pelotón de
fusilamiento acribillaba a docenas a la vez contra un paredón forrado de caucho,
para atenuar el ruido del disparo. En la plaza de armas cinco personas subían a la
banqueta. El verdugo les colocaba el lazo al cuello. Con una patada a la banqueta
quedaban las víctimas suspendidas. Auschwitz se había hecho famoso por la
instalación de la primera cámara de gas. Lo que más se temía no eran las balas, ni
las horcas, ni las cámaras de gas, sino los sótanos de la muerte, o Búnker de la lenta
agonía, del martirio enloquecedor del hambre y de la sed.

       En Auschwitz murieron decenas de miles de católicos y también, como es
sabido, de judíos. El objetivo más profundo de Hitler en sus masacres es poco
conocido. El hecho es que el odiaba la revelación divina confiada a Israel y también
a Jesucristo, particularmente a la Iglesia Católica.

       Entró en Auschwitz el Padre Maximiliano Kolbe -sacerdote polaco-, la tarde
del 28 de mayo de 1941 con un transporte de otros 320 presos. Sobre el portón de
entrada había un letrero en alemán: El trabajo libera. Era una mentira más. En
realidad, al entrar los prisioneros, se les decía que los judíos tenían el derecho de
vivir dos semanas y los sacerdotes católicos un mes.

       El bloque 14 había salido para la cosecha de unas parcelas de trigo.
Aprovechando algún descuido de los guardias, un preso se fugó. Por la tarde, al
pasar lista, se descubrió el hecho. El terror congeló los corazones de aquellos
hombres. Todos sabían la terrible amenaza del jefe: Por cada evadido, 10 de sus
compañeros de trabajo, escogidos al azar, serían condenados a morir de hambre en
el búnker o sótano de la muerte.

        Al día siguiente, a las 18 horas, Fritsch, el comandante del campo, se planta
de brazos cruzados ante sus víctimas. Un silencio de tumba sobre la inmensa
explanada, atestada de presos sucios y macilentos. El fugitivo no ha sido hallado...
Diez de ustedes serán condenados al búnker de la muerte... La próxima vez serán
veinte.

         Con total desprecio a la vida humana, los condenados son escogidos al azar.
¡Este!... ¡Aquel!... grita el comandante. El ayudante Palitsch marca los números de
los condenados en su agenda. Aterrorizado, cada condenado sale de las filas,
sabiendo que es el final.

       ¡Adiós, adiós , mi pobre esposa!.. ¡Adiós , mis hijitos, hijitos huérfanos! dice
sollozando el sargento Francisco Gajownieczek.

        Las palabras del sargento sin duda tocan el corazón de muchos presos, pero
en el corazón del Padre Kolbe hacen más. Mientras los diez condenados responden
al grito: ¡Quítense los zapatos!, porque deben ir descalzos al lugar del suplicio; de
improviso, ocurre lo que nadie podía imaginarse.

        He aquí los testimonio de los que estaban presente: Después de la selección
de los diez presos atestigua el Dr. Niceto F. Wlodarski, el P. Maximiliano salió de las
filas y quitándose la gorra, se puso en actitud de firme ante el comandante. Éste,
sorprendido, dirigiéndose al Padre, dijo: ¿Qué quiere este cerdo polaco? El P.
Maximiliano, apuntando la mano hacia F. Gajownieczek, ya seleccionado para la
muerte, contestó: Soy sacerdote católico polaco; soy anciano; quiero tomar su lugar,
porque el tiene esposa e hijos....

      El comandante maravillado, pareció no hallar fuerza de hablar. Después de
un momento, con un gesto de la mano, pronunciando la palabra ¡Raus! ¡Fuera!...,
ordenó a Gajowniczek que regresara a su fila. De este modo, el P. Maximiliano
María Kolbe tomó el lugar del condenado.

      A la Virgen dirige su oración: Reina mía, Señora mía, has mantenido tu
palabra. ¡Es para esto que yo he nacido!

       El sacrificio del P. Kolbe, mientras provocó la consternación entre las
autoridades del campo, provocó la admiración y el respeto de los presos. En el
campo casi no se notaban manifestaciones de amor al prójimo. Un preso rehusaba
a otro un mendrugo de pan. En cambio, él había dado su vida por un desconocido.
No hay amor más grande que dar la vida por un amigo (Jn 15,13) .

       Los diez condenados al hambre y la sed bajan al sótano de la muerte del que
sólo salen cadáveres directamente al crematorio.

        Bruno Borgowiec, un polaco encargado de retirar los cadáveres, dio su
testimonio: Después de haber ordenado a los pobres presos que se desnudaran
completamente, los empujaron en una celda. En otras celdas vecinas ya se hallaban
otros veinte de anteriores procesos. Cerrando la puerta, los guardias
sarcásticamente decían: Ahí se van a secar como cascaras. Desde ese día los
infelices no tuvieron ni alimentos ni bebidas Diariamente, los guardias
inspeccionaban y ordenaban retirar los cadáveres de las celdas. Durante estas
visitas estuve siempre presente, porque debía escribir los nombres-números de los
muertos, o traducir del polaco al alemán las conversaciones y los pedidos de los
presos.

        Desde las celdas donde estaban los infelices, se oían diariamente las
oraciones recitadas en voz alta, el rosario y los cantos religiosos, a los que se
asociaban los presos de las otras celdas. En los momentos de ausencia de los
guardias yo bajaba al sótano para conversar y consolar a los compañeros. Loas
fervorosas oraciones y cantos a la Virgen se difundían por todo el sótano. Me
parecía estar en una iglesia. Comenzaba el P. Maximiliano y todos los otros
respondían. A veces estaban tan sumergidos en las oraciones, que no se daban
cuenta de la llegada de los guardias para la acostumbrada visita. Sólo a los gritos de
estos, las voces se apagaban.

       El P. Maximiliano se comportaba heroicamente. Nada pedía y de nada se
quejaba. Daba ánimo a los demás. Persuadía a los presos a esperar de que el
fugitivo sería hallado y ellos serían liberados.
Así pasaron dos semanas, mientras tanto los presos morían uno tras otro. Al
término de la tercera semana, sólo quedaban cuatro, el P. Kolbe entre ellos.

       A las autoridades pareció que las cosas se alargaban demasiado. La celda
era necesaria para otras víctimas. Por esto, un día, el 14 de agosto, condujeron al
director de la sala de enfermos, el criminal Boch, el cual propinó a cada uno una
inyección endovenosa de ácido fénico. El P. Kolbe, con la plegaria en los labios,
ofreció él mismo el brazo al verdugo.

       Partidos los guardias con el verdugo, volví a la celda donde encontré al P.
Kolbe sentado, narra Borgowiec, recostado en la pared, con los ojos abiertos y
concentrados en un punto y la cabeza reclinada hacia la izquierda (era su posición
habitual). Su cuerpo limpio y luminoso. Su rostro lucia sereno y bello, radiante,
mientras los demás muertos estaban tendidos sobre el pavimento, sucios y con los
signos de la agonía en el rostro.

       En el campo por meses se recordó el heroico acto del sacerdote. Durante
cada ejecución se recordaba el nombre de Maximiliano Kolbe.

La impresión del hecho se me grabó eternamente en la memoria.

       La Inmaculada se lo llevó la víspera de su gran fiesta: La Asunción. Moría un
santo sacerdote en Auschwitz, mártir por Dios, de la Virgen y por un padre de
familia. El padre Kolbe venció al mal con el poder del amor. Murió tranquilo,
rezando hasta el último momento. Según el certificado de defunción del campo, P.
Maximiliano María Kolbe falleció a las 12:50 del 14 de agosto de 1941. Tenía 47
años.

       Cumplió su deseo máximo: Concédeme alabarte, Virgen Santa, concédeme
alabarte con mi sacrificio. Concédeme por ti, solo por ti, vivir, trabajar, sufrir,
gastarme, morir...

        San Maximiliano se encontró en medio de un gran choque espiritual en la
batalla que se libra en el mundo entre la Inmaculada Virgen María y Satanás. El
supo dar la talla y vencer con las armas del amor. Como respuesta a la brutalidad
del trato de los guardias de la prisión, San. Maximiliano era siempre obediente,
manso y lleno de perdón. Aconsejaba a todos sus compañeros de prisión a confiar
en la Inmaculada: ¡Perdonen!, Amen a sus enemigos y oren por los que os persiguen.. .
Es una batalla que ahora, con su ejemplo e intercesión debemos nosotros luchar.

       El 17 de Octubre de 1971, luego de dos milagros obtenidos gracias a su
intercesión, el Padre Maximiliano Kolbe fue beatificado por el Papa Pablo VI. Un
compatriota suyo, el Papa Juan Pablo II lo canonizó en 1982: Mártir de la caridad.
El mismo Papa sufrió mucho en la misma guerra y Dios lo libró de la muerte para
que pueda ser testigo de la victoria de la Inmaculada en San Maximiliano Kolbe.
¿Es o no es el sufrimiento compatible con la fe en Dios?
      1. No; el mal es evidencia de que, o bien Dios no existe, o bien que no es
"padre", o bien que se desentiende del hombre una vez creado.




       Sin embargo...
      "Mas la prueba de que Dios nos ama es que, siendo nosotros todavía
pecadores, Cristo murió por nosotros" (Rm 5, 8)




       Reflexión
       A Jesús cuando le plantean una cuestión tan controvertida -ya en aquel
tiempo- como la del divorcio, le agrada recurrir "Al Principio" como criterio para
discernir. ¿Por qué "Al Principio"? Sencillamente porque ese "Principio" es la obra de
Dios tal y como salió de sus manos, en su genuina y limpia realidad..., es su proyecto
original antes de que el mal, el pecado, enturbiase y distorsionase ese mismo
proyecto. Así pues, nosotros también, para el tema que nos ocupa volvamos "Al
Principio". En ese Principio ¿existía el dolor? No, en cuanto la vivencia del dolor
como un quebranto existencial, como un sinsentido... pero sí que existía en cuanto
que es esa alarma del organismo humano que avisa de un golpe o una quemadura...
Es precisamente el pecado, ese mal real que no entraba dentro de los planes de Dios
y que se introduce en el mundo, en el corazón del hombre "por querer ser como
Dios, pero sin Dios", es esa realidad maligna la que perturba los ojos del hombre y es
así cuando empieza a interpretar y experimentar ese mismo dolor como sufrimiento,
                                 como contradicción, como agresión... Alguien
                                 comparó esta situación del hombre antes y después
                                 del pecado con la imagen de un ciclista campeón que
                                 asciende fatigosamente un puerto de alta montaña,
                                 contrapuesta a la de un esclavo trabajando en una
                                 plantación de algodón en la Carolina del Sur del siglo
                                 XIX. Ambos sufren, y si analizamos químicamente las
                                 reacciones fisiológicas de los dos seguramente serían
muy similares... sin embargo, es claro que hay una gran diferencia: un sufrimiento es
esperanzado, incluso ilusionante, mientras que el otro es frustrante, estéril.
"Al Principio, pues, no fue así". Los relatos de la creación y del primer pecado
son una primera respuesta aclaratoria, dentro del misterio, al problema del
sufrimiento; es decir, el dolor, el padecimiento no entraba en el plan original de Dios,
pues todo lo hizo "bueno"; y si existe esta realidad del mal es porque el propio
hombre le abre la puerta al cerrársela a Dios. Dar la espalda a Dios provoca una
reacción en cadena: el hombre pierde la armonía con Dios —"Oí tu ruido en el jardín y
me escondí" —Gn 3, 10-; pierde la armonía consigo mismo: "y cosiendo hojas de
higuera se hicieron unos ceñidores" —Gn 3, 7-; pierde la armonía con su compañera,
el hombre con su esposa parece que deja de ser "carne de mi carne" —Gn 2, 23-,
para constituirse en la responsable del error del hombre junto con el propio Dios:
"La mujer que tú me diste me dio del árbol y comí" —Gn 3, 12-; Caín mata a Abel
—Gn 4, 8-; la humanidad se divide en lenguas —Gn 11, 1-9-.

(Catecismo: 388-389, 402-404. Youcat: 68)



       Respuestas
        1. A la primera objeción, sobre la no existencia de Dios ya se ha respondido
                                  suficientemente en apartados anteriores.
                                          Sobre la segunda objeción en torno a la
                                  negación de la bondad de Dios afirma Juan Pablo II:
                                  El escándalo de la Cruz sigue siendo la clave para la
                                  interpretación del gran misterio del sufrimiento, que
                                  pertenece de modo tan integral a la historia del
                                  hombre. En eso concuerdan incluso los críticos
                                  contemporáneos del cristianismo. Incluso ésos ven que
                                  Cristo crucificado es una prueba de la solidaridad de
                                  Dios con el hombre que sufre. Dios se pone de parte del
                                  hombre. Lo hace de manera radical: «Se humilló a sí
mismo asumiendo la condición de siervo, haciéndose obediente hasta la muerte y
muerte de cruz» (Fil 2,7-8). Todo está contenido en esto: todos los sufrimientos
individuales y los sufrimientos colectivos, los causados por la fuerza de la naturaleza y
los provocados por la libre voluntad humana, las guerras y los gulag y los holocaustos, el
holocausto hebreo, pero también, por ejemplo, el holocausto de los esclavos negros de
África. Dios está siempre de parte de los que sufren. Su omnipotencia se
manifiesta precisamente en el hecho de haber aceptado libremente el
sufrimiento. Hubiera podido no hacerlo. Hubiera podido demostrar la propia
omnipotencia incluso en el momento de la Crucifixión; de hecho, así se lo proponían:
«Baja de la cruz y te creeremos» (Mc 15,32). Pero no recogió ese desafío. El hecho de
que haya permanecido sobre la cruz hasta el final, el hecho de que sobre la cruz haya
podido decir como todos los que sufren: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has
abandonado?» (Mc 15,34), este hecho, ha quedado en la historia del hombre como el
argumento más fuerte. Si no hubiera existido esa agonía en la cruz, la verdad de
que Dios es Amor estaría por demostrar". ("Cruzando el umbral de la esperanza" Cp.
X) (Catecismo 309-314, 324. Youcat 51, 70)
        La tercera objeción sobre el desentendimiento de Dios con respecto al hombre
                                       queda también respondida con el argumento
                                       anterior; sin embargo, se puede añadir lo
                                       siguiente: frente a la pregunta ¿dónde está Dios
                                       ante el sufrimiento humano? Hay que recordar
                                       algo muy antiguo, pero a la vez siempre nuevo:
                                       Venid benditos de mi Padre, porque tuve hambre
                                       y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de
                                       beber, desnudo y me vestisteis, enfermo y en la
                                       cárcel y me visitasteis... Porque cuando lo
                                       hicisteis con cada unos de éstos, mis hermanos
                                       más pequeños A Ml me lo hicisteis (Mt 25, 34-36.
40). Dios ha querido mostrarnos su amor, ha querido salvarnos, no eliminando el
mal físico del mundo, sino cargando con él y ofreciéndolo al Padre. Tú y yo estamos
desde entonces invitados por Él a vivir así, ofreciéndonos con Jesús uniendo a su
sacrificio el nuestro de cada día en el Sacrificio del Altar, en la Eucaristía de cada
domingo, donde literalmente podemos comer el Amor; Amor que ha ahogado el mal
en su Bien infinito y que nos es ofrecido. Este misterio de Amor es el que
celebramos cada año en la Semana Santa, cada Domingo en la Eucaristía.
(Catecismo 613-618, 622-623, 1322, 1324, 1409. Youcat 101-102, 208, 212)


       Compromiso
        ¿Qué detalle, que me cueste un poco, puedo ofrecer a Jesús para unirme con
Él en la Cruz y colaborar con Él en la salvación del mundo?



       Oración
                                          Señor Jesús, creo que estás aquí, que me
                                   ves. que me oyes... te pido perdón por mis
                                   pecados y tu ayuda para hacer con provecho este
                                   momento de oración. Madre mía, María,
                                   intercede por mí.

                                          Se cuenta la historia del herrero que,
                                   después de una juventud llena de excesos,
                                   decidió entregar su alma a Dios. Durante muchos
                                   años trabajó con ahínco, practicó la caridad, pero,
a pesar de toda su dedicación, nada perecía andar bien en su vida, muy por el
contrario sus problemas y sus deudas se acumulaban día a día.

   Una hermosa tarde, un amigo que lo visitaba, y que sentía compasión por su
situación difícil, le comentó: "Realmente es muy extraño que justamente después
de haber decidido volverte un hombre temeroso de Dios, tu vida haya comenzado a
empeorar. No deseo debilitar tu fe, pero a pesar de tus creencias en el mundo
espiritual, nada ha mejorado." El herrero no respondió enseguida, él ya había
pensando en eso muchas veces, sin entender lo que acontecía con su vida, sin
embargo, como no deseaba dejar al amigo sin respuesta, comenzó a hablar, y
terminó por encontrar la explicación que buscaba.

   He aquí lo que dijo el herrero: "En este taller yo recibo el acero aún sin trabajar,
y debo transformarlo en espadas. ¿Sabes tú cómo se hace esto? primero, caliento la
chapa de acero a un calor infernal, hasta que se pone al rojo vivo, enseguida, sin
ninguna piedad, tomo el martillo más pesado y le aplico varios golpes, hasta que la
pieza adquiere la forma deseada, luego la sumerjo en un balde de agua fría, y el
taller entero se llena con el ruido y el vapor, porque la pieza estalla y grita a causa
del violento cambio de temperatura. Tengo que repetir este proceso hasta obtener
la espada perfecta, una sola vez no es suficiente"

   El herrero hizo una larga pausa, y siguió: "A veces, el acero que llega a mis
manos no logra soportar este tratamiento. El calor, los martillazos y el agua fría
terminan por llenarlo de rajaduras. En ese momento, me doy cuenta de que jamás
se transformará en una buena hoja de espada y entonces, simplemente lo dejo en la
montaña de fierro viejo que ves a la entrada de mi herrería"

   Hizo otra pausa más, y el herrero terminó: "Sé que Dios me está colocando en el
fuego de las aflicciones. Acepto los martillazos que la vida me da, y a veces me
siento tan frío e insensible como el agua que hace sufrir al acero. Pero la única cosa
que pienso es: Dios mío, no desistas, hasta que yo consiga tomar la forma que Tú
esperas de mí. Inténtalo de la manera que te parezca mejor, por el tiempo que
quieras, pero nunca me pongas en la
montaña de fierro viejo de las almas. "




      En esta tarde, Cristo del Calvario,
   vine a rogarte por mi carne enferma;
    pero, al verte, mis ojos van y vienen
  de tu cuerpo a mi cuerpo con vergüenza.

   ¿Cómo quejarme de mis pies cansados,
cuando veo los tuyos destrozados?
                      ¿Cómo mostrarte mis manos vacías,
                    cuando las tuyas están llenas de heridas?

                        ¿Cómo explicarte a ti mi soledad,
                      cuando en la cruz alzado y solo estás?
                      ¿Cómo explicarte que no tengo amor,
                       cuando tienes rasgado el corazón?

                        Ahora ya no me acuerdo de nada,
                       huyeron de mí todas mis dolencias.
                          El ímpetu del ruego que traía
                       se me ahoga en la boca pedigüeña.

                            Y sólo pido no pedirte nada,
                      estar aquí, junto a tu imagen muerta,
                        ir aprendiendo que el dolor es sólo
                     la llave santa de tu santa puerta. Amén.

      Te doy gracias Dios mío por los afectos, inspiraciones y buenos propósitos
que me has concedido. Ayúdame a ponerlos por obra. Madre mía intercede por mí.




http://www.youtube.com/watch?v=Scz3-WwgUFI
¡Señor mío y Dios mío!
      (Jn 20, 28)
Tema 6: Jesucristo, ¿Quién eres Tú?


       La Palabra
        "Al llegar a la región de Cesarea de
Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:
«¿Qué dice la gente sobre el Hijo del
hombre? ¿Quién dicen que es?». Ellos le
respondieron: «Unos dicen que es Juan el
Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o
alguno de los profetas». «Y vosotros, les
preguntó, ¿quién decís que soy yo?».
Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios
vivo»". (Mt 16, 13-16)

        Cuentan que durante la guerra de los "cristeros", cuando la Revolución
Mexicana persiguió a muerte a la Iglesia, las misas se hacían clandestinamente y
los vecinos se pasaban la voz cada vez que llegaba un sacerdote vestido de paisano
al pueblo. En un pueblo, en algún lugar rural de México, esperaban al sacerdote que
llegaría ese fin de semana de un pueblo vecino. Los catequistas clandestinos tenían
preparados bautizos y otros sacramentos y para tal ocasión consiguieron un viejo
granero, lo suficientemente amplio para albergar unos cientos de fieles. Aquel
domingo por la mañana el viejo granero estaba totalmente lleno con una cantidad
de fieles de alrededor. Las 600 personas que estaban reunidas esperando el inicio
de la celebración se sobrecogieron al ver dos hombres entrar vestidos con
uniforme militar y armados. Uno de los hombres dijo: "El que se atreva a recibir un
tiro por Cristo, quédese donde está. Las puertas estarán abiertas sólo cinco
minutos". Inmediatamente el coro se levantó y se fue. Los diáconos también se
fueron, y gran parte de la feligresía. De las 600 personas solo quedaron 20. El
militar que había hablado, miró al sacerdote y le dijo: "Ok, padre, yo también soy
cristiano y ya me deshice de los hipócritas. Continúe con su celebración".

        Hoy me preguntas a mí lo mismo, Jesús, "¿quién soy yo para ti?" Mira mi
vida, Señor, la de cada día, y tendrás la respuesta, pues tú mismo dices "por sus
frutos los conoceréis", es decir, por mi manera de pensar, de hablar, de
comportarme contigo y con los demás... mi estilo de vida te dirá Señor si te tengo
de verdad en cuenta o sencillamente "paso de ti", si eres mi Dios o mi dios.
No es lo mismo...
        Cuentan que, estando reciente la revolución francesa,
Reveillère Lépaux, uno de los jefes de la república, que había
asistido al saqueo de iglesias y a la matanza de sacerdotes, se
dijo a sí mismo: "Ha llegado la hora de reemplazar a Cristo.
Voy a fundar una religión enteramente nueva y de acuerdo con Napoleón Bonaparte
el progreso". Pero no funcionó. Al cabo de unos meses, el «inventor» acudió
desconsolado a Bonaparte, ya primer cónsul, y le dijo: –¿Lo creeréis, señor? Mi
religión es preciosa, pero no arraiga entre el pueblo. Respondió Bonaparte: –
Ciudadano colega, ¿tenéis seriamente la intención de hacer la competencia a
Jesucristo? No hay más que un medio; haced lo que Él: haceos crucificar un viernes,
y tratad de resucitar el domingo. (Cfr. A. Hillaire, "La religión demostrada").



       ¿Quién es Jesucristo?
       1. Jesús es una leyenda. Los evangelios no son testimonios fiables.

       2. Jesús es un hombre más, aunque con unos valores y dones especiales.

       3. Es una manifestación más de la divinidad en el mundo como las hay en
otras religiones.



       Sin embargo...
      "Felipe dijo a Jesús: «Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta». Jesús le
respondió: «Felipe, hace tanto tiempo que estoy con vosotros, ¿y todavía no me
conocéis? El que me ha visto, ha visto al Padre". (Jn 14, 8-9)


       Reflexión
        El evangelio de San Juan comienza con las
siguientes palabras:
"En el principio ya existía la Palabra. La Palabra
estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios... Todo fue
hecho por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto
llegó a existir... Y la Palabra se hizo carne y habitó
entre nosotros..." (Jn 1, 1.3.14)
        En la Biblia descubrimos que Dios, siendo
uno, es Trinidad de personas. Es decir, en el único
Dios hay tres personas: Padre, Hijo y Espíritu           Transfiguración de Jesús (Mt 17, 2)
Santo. Tres personas distintas y un solo Dios verdadero. La clave está en que la
unidad se refiere al Ser (a la naturaleza o esencia) mientras que la diversidad está
referida a las personas: son tres sujetos distintos con un único ser común. Por
tanto, no es un absurdo (lo sería si fuesen tres personas y una persona a la vez, por
ejemplo), es, sencillamente un misterio, es decir, una realidad que supera las
posibilidades del hombre.
        En el Antiguo Testamento, Dios se reveló en la historia del pueblo de Israel,
a través de los patriarcas y profetas. Finalmente, Dios decide revelarse y darse a
conocer, no ya a través de intermediarios, sino enviando a la Tierra a su propio
Hijo. En el prólogo del Evangelio de San Juan, este Hijo que es la segunda persona
de la Santísima Trinidad, es designado como LA PALABRA, en otras traducciones
EL VERBO. Pues bien, el Hijo de Dios se hizo hombre, sin dejar de ser Dios. Lo hizo
en el seno de la Virgen María y recibió el nombre de
JESÚS.
        Así pues, para que alguien se considere
cristiano, ha de creer que Jesús es Dios, en su
segunda persona -el Hijo o el Verbo o la Palabra-
coeterno con el Padre y el Espíritu Santo, que se
hace Hombre entrando así en la historia de la
humanidad. Al afirmar que Jesús es Dios, estamos
afirmando que lo es, digámoslo así, de forma
completa, no siendo pues inferior a Dios Padre, sino
en todo igual a Él. (De ahí, que los Testigos de
Jehová, por ejemplo, al negar la divinidad de Cristo
se autoexcluyen del cristianismo aunque se                  Resurrección de Lázaro
autoproclamen "cristianos"; las cosas son como son,
no como nos gustarían que fueran.)
(Catecismo 441-445, 454, 446-451, 455. Youcat 74-75)
         Los textos evangélicos nos dan testimonios claros y de diversa naturaleza
acerca de su divinidad, por ejemplo, su preexistencia eterna y su ser divino (Jn 8,
58; 1, 1); perdona los pecados en nombre propio (Mc 2, 5-12); hace signos
extraordinarios también por su propio poder como el hecho de sanar enfermos
(ciegos, cojos, mudos, paralíticos, leprosos... -Jn 9, 1-7; Mt 15, 30-31; Mt 21, 14; Mt
4, 24; Lc 5, 24-26; Mc 1, 40-42), resucitar muertos (la hija de Jairo -Mc 5, 22-43-, su
amigo Lázaro -Jn 11, 11-45-, el hijo de la viuda que iban a enterrar -Lc 7, 12-15-);
adapta, cambia, deroga, confirma y perfecciona leyes dadas por el propio Dios en el
Antiguo Testamento, también en nombre propio (Mt 5, 17-48). Se presenta como
alguien mayor que el Templo (plenitud para los israelitas de la presencia de Dios
en la tierra) (Lc 12, 6). Se atribuye el Nombre de Dios (Jn 18, 5-8). Decir que todo
esto lo hace "en nombre propio" significa que es verdaderamente Dios, pues son
obras estas que sólo Dios se puede arrogar; otra cosa sería que resucitase a un
muerto o perdonase los pecados "en nombre de Dios", sólo y exclusivamente como
enviado suyo... pero no es eso lo que dicen los textos, sino el categórico "Yo te lo
mando..." (Lc 5,24; 7, 9); "... Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene
potestad en la tierra de perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te lo digo,
levántate, toma tu camilla, y vete a tu casa" (Lc 5, 20-25; Lc 7, 48-49), "Pero Yo os
digo... (Mt 5, 17 ss.)" (Catecismo 547-550. Youcat 90-91)
         Al afirmar que es Hombre, decimos que es lo es también totalmente, es
decir, que posee un alma y un cuerpo verdaderos como cualquier ser humano. Es
en todo igual a nosotros excepto en el pecado (Hebr 4, 15). De este modo vemos
que Jesús crece y se desarrolla (Lc 2, 52), se cansa y por eso
duerme en plena tempestad en la barca de Pedro (Mt 8, 24),
llora (Lc 19, 41), siente temor ante su propia pasión y
muerte (Mc 14, 33), se alegra (Jn 15, 9-11), siente lástima
(Lc 7, 13), se enfada (Mc 10, 14)... (G.S. 22)3.
(Catecismo 456-460. Youcat 76)
        ¿Cómo explicar este misterio, es decir, que Jesús sea
Dios y Hombre a la vez, sin mezcla ni confusión de ambas
naturalezas o modos de ser?
        Hay una sola persona en Cristo, como ya se ha dicho antes, que es la
persona divina, la segunda persona de la Trinidad, es
decir, el Hijo. Ese único sujeto es quien "baja" del Cielo y, Jesús duerme en la tempestad
sin dejar de ser lo que es -Dios-, asume una naturaleza humana, es decir, un alma y
un cuerpo. Este es Jesús. Es por tanto una persona, un solo sujeto -divino-, con
dos modos de ser o naturalezas -divina y humana-, una que ya tenía
eternamente como Hijo de Dios, y otra que comienza a tener al encarnarse en
María, su madre.
(Catecismo 464-467, 469. Youcat 77, 79)



            Respuestas
       1. Hay que decir a esto que hoy, nadie mínimamente formado, no ya en
exégesis, (el estudio de la interpretación de la Sagrada Escritura) sino en historia,
pone en duda la existencia histórica de la persona de Jesús. En este sentido el texto
más antiguo donde se menciona a Jesús de manera implícita fue el de un filósofo
estoico Mara bar Sarapion, originario de Samosata (Siria) en torno al año 73.

                    La primera alusión expresa a Jesús es del historiador romano de
                    origen judío Flavio Josefo en sus "Antigüedades Judías" a finales
                    del siglo I. Entre los escritores romanos del siglo II también
                    aluden a Jesús, Plinio el Joven en sus "Epístolas a Trajano", Tácito
                    en sus "Anales" y Suetonio en su "Vida de Claudio". El Talmud (la
                    Tradición religiosa oral judía) también recoge no sólo la
    Flavio Josefo
existencia de Jesús, sino también multitud de datos que coinciden con los
aportados por los Evangelios.

           Por otra parte, los evangelios no son ninguna
    falsificación de la Edad Media: Es cierto que no
    conservamos ningún original de los pergaminos
    escritos por           los evangelistas -como tampoco
    conservamos ningún manuscrito original de
    Aristóteles o Platón o de cualquier autor clásico, y no

3
    Gaudium et Spes (Constitución Dogmática del Concilio Vaticano II).
por ello se pone en duda la realidad de su existencia y la autenticidad de
sus obras-. Ahora bien, disponemos de copias muy primitivas de los
evangelios, hechas por amanuenses, ya en los primeros siglos, en las que -
aparte de los típicos errores de transcripción- podemos comprobar la
gran fidelidad con la que se transcribían los textos originales. (Los
hallazgos paleográficos más conocidos son: el códice sinaítico -disponible
ya en internet-, el códice vaticano, etc. Disponemos también de pequeños
papiros del siglo primero, en los que se transcriben algunos pasajes del
Nuevo Testamento.)

Los evangelios, asimismo, tienen todos los indicios literarios de historicidad:
La moderna ciencia histórico crítica ha llegado a la conclusión de que los
evangelistas no pudieron inventar lo que escribieron. Existen criterios de
historicidad importantes para concluir en la historicidad de los evangelios:

a) Criterio de discontinuidad: Es un criterio que parte del hecho de que
cuando alguien se inventa algo, lo hace de forma que le favorezca. (Nadie
se inventa algo que le perjudique, a no ser que sea tonto, y no parece
ser el caso de los Evangelistas!

b) Criterio de múltiple fuente: Cuando un mismo hecho está narrado por
fuentes distintas, que no han tenido contacto entre sí, entonces es
verdadero -es el caso de un evangelio escrito en Palestina, y otro escrito
en Roma-. Este criterio está avalado por la constatación de que cuando
distintas     personas inventan unos sucesos y quedan de acuerdo en
escribirlos, es muy difícil que lo hagan sin que se les note el engaño. O bien,
cometen la torpeza de coincidir hasta en detalles insignificantes, lo cual les
pone bajo sospecha de haberse copiado, o, bien, queriendo disimular,
cuentan historias incompatibles. No es éste, sin embargo, el caso de los
evangelios: cuentan los mismos hechos, pero con detalles de observación
distintos. Coinciden en lo fundamental, pero cada uno lo cuenta según su
propia sensibilidad.

c) Criterio de explicación necesaria: Es un criterio que parte de que cuando
un dato viene a ser la explicación de un conjunto de hechos innegables, de
tal modo que, de rechazarlo, éstos quedarían sin explicación alguna,
podemos pensar que es un dato auténtico.
        Así, por ejemplo, si Jesucristo no hubiese realizado los milagros de
curación de los que nos hablan los Evangelios, ¿cómo explicar la exaltación
popular que la figura de Jesús produjo en su tiempo, recogida incluso por
historiadores paganos?

+ Como conclusión de lo anteriormente dicho, indica si te parecen correctas
las siguientes frases:
a) Los evangelios son una biografía completa de la vida de Jesús.
b) Los evangelios son unos relatos de fe, pero sin relación con lo que
sucedió históricamente.
c) Los evangelios son una recopilación del mensaje y los hechos
        fundamentales de Cristo que fueron escritos con el fin de comunicar la
fe en Él.


        2. Ciertamente, en este aspecto nos movemos en el terreno de la fe. No hace
falta fe (es decir, no es necesario ser cristiano ni siquiera creyente) para aceptar la
realidad histórica de Jesucristo como acabamos de ver. Pero para descubrir lo más
profundo del misterio de su persona, su divinidad, sí es necesaria la fe. Sin
embargo, esto no quiere decir que creer en Jesús como Dios hecho Hombre, sea un
"salto en el vacío" sin más. Hay signos claros en su actuación que hacen factible que
el hecho de creer que Jesús sea en verdad quien dice ser, es decir, Dios encarnado,
no sólo no sea una locura, sino algo perfectamente razonable, creíble.

                                               En este sentido apuntan los signos que
                                      hacía y que hemos descrito antes en la Reflexión,
                                      de los cuales, fueron testigos multitudes de
                                      personas, incluidos los discípulos y sus mismos
                                      enemigos, los cuales, no discuten las obras
                                      portentosas de Jesús (curar enfermos, resucitar
                                      muertos, calmar tempestades...) lo cual, es ya un
                                      signo bastante claro de su realidad histórica,
                                      sino que lo que discuten es su interpretación, es
                                      decir, las atribuyen a Satanás, conscientes de

                                  que tales obras que todos podían ver, escapan
  Jesús socorre a Pedro (Mt 14, 30)
totalmente al poder meramente humano. He aquí un dato muy importante: los
milagros, en cuanto que obras prodigiosas palpables, no los niegan ni sus propios
enemigos; son para el propio Jesús y para la Iglesia argumentos que invitan a la fe
en su persona como Hijo de Dios.

        Otro dato a tener en cuenta son las profecías. Del Mesías esperado por el
pueblo judío (Mt 11, 3; Jn 5, 39; Lc 24, 27), se sabía
prácticamente todo, a través de las profecías mesiánicas,
realizadas varios siglos antes de su llegada efectiva
(Catecismo 683-688, 702-720. Youcat 116):

       - En los orígenes de la humanidad, después del
primer pecado del hombre (Gn 3, 1-7), Dios promete ya un
Salvador (Gn 3, 15). Será el primero de numerosos anuncios que irán descubriendo
poco a poco diversos aspectos del futuro Mesías.

      -Dónde tenía que nacer (por eso los Magos, al perder el rastro de la estrella,
preguntan a Herodes cuál era el lugar exacto señalado por los profetas donde tenía
que nacer el Salvador). En Belén (Miq 5, 2)

        -Qué tipo de nacimiento iba a tener:
De la tribu de Judá. (Gn 49, 10)
                    De una virgen. (Is 7, 14)

      -Debía ser Hijo de Dios. (Ps 2, 7)

      -Dios verdadero. (Is 9, 6)

      -Debía ser rey descendiente del rey David. ( Is 9, 7; Ps 109)

      -Debía ser profeta (Dt 18, 18)

      -Debía ser sacerdote. (Ps 109, 4)

      -Su estancia en Egipto (Os 11, 1)

      -Su tipo de enseñanza. (Is 42, 1-9)

      -Sus milagros (Is 35, 5-6)

      -Su entrada triunfal en Jerusalén sobre un asno (Zac 9, 9)

      -La traición de Judas (Ps 41, 9); por 30 monedas de plata (Zac 11, 12)

      -El abandono de sus discípulos (Zac 13, 7)

      -Sería objeto de escarnio (Is 50, 6; Ps 22, 7-8)

      -Su muerte violenta. (Ps 21; Is 50, 4-11; 52, 13)

      -Muerte redentora. (Is 53)

      -El dato de no romperle ningún hueso (como sí que hicieron con los dos
ladrones), y la lanzada en el costado, (Ps 34, 29; Zac 12, 10)

      -Su resurrección al tercer día. (Ps 16, 10)

       San Mateo, que escribe su Evangelio a cristianos de origen judío, es decir,
conocedores de estas profecías, con las que aprendían a leer desde pequeños en las
sinagogas, es muy profuso es citar en su texto el cumplimiento de dichas
predicciones según avanza el relato de la vida de Jesús, para así demostrar que
precisamente en él se cumplen las esperadas profecías, probando así la mesianidad
de Jesús.

      -El mensaje de Jesús es especial, único en muchos aspectos, lo cual, apunta
                            también a que estamos hablando a alguien que es más
                            que un mero gran hombre sabio:

                                  -Nunca nadie ha ofrecido una visión del
                             hombre tan alta: la dignidad de ser hijos de Dios.
-Nadie ha conseguido ofrecer una explicación de la naturaleza humana y de
la divina de una forma tan clara, profunda y sencilla a la vez, y que traspasa el
devenir de los tiempos, como por ejemplo a través de una sencilla parábola.

        -A nadie se la ha ocurrido exigir el amor incondicional incluso al enemigo.

        -Nadie exige a sus seguidores ser santos como Dios.



                                          -La actuación de los propios apóstoles no
                                  se explica si no hubiesen visto a Jesús resucitado,
                                  la mayor prueba de su divinidad. Así dice
                                  bellamente San Juan Crisóstomo: Porque ni los
                                  filósofos, ni los maestros, ni mente humana alguna
                                  hubiera podido siquiera imaginar todo lo que eran
                                  capaces de hacer unos simples publicanos
                                  pescadores. Pensando en esto, decía Pablo: Lo débil
                                  de Dios es más fuerte que los hombres. Esta fuerza
 San Pablo
de la predicación divina la demuestran los hechos siguientes. ¿De dónde les vino a
aquellos doce hombres, ignorantes, que vivían junto a lagos, ríos y desiertos, el
acometer una obra de tan grandes proporciones y el enfrentarse con todo el mundo
ellos, que seguramente no habían ido nunca a la ciudad ni se habían presentado en
público? Y más, si tenemos en cuenta que eran miedosos y apocados, como sabemos
por la descripción que de ellos nos hace el evangelista, que no quiso disimular sus
defectos, lo cual constituye la mayor garantía de su veracidad. ¿Qué nos dice de ellos?
Que, cuando Cristo fue apresado, unos huyeron y otro, el primero entre ellos, lo negó,
a pesar de todos los milagros que habían presenciado.

        ¿Cómo se explica, pues, que aquellos que, mientras Cristo vivía, sucumbieron al
ataque de los judíos, después, una vez muerto y sepultado, se enfrentaran contra el
mundo entero, si no es por el hecho de su resurrección que algunos niegan, y porque
les habló y les infundió ánimos. De lo contrario, se hubieran dicho: "¿Qué es esto? No
pudo salvarse a sí mismo, y nos va a proteger a nosotros? Cuando estaba vivo, no se
ayudó a sí mismo, y ahora, que está muerto, nos tenderá una mano? Él, mientras
vivía, no convenció a nadie, y ¿nosotros, con sólo pronunciar su nombre,
persuadiremos a todo el mundo? No sólo hacer, sino pensar algo semejante sería una
cosa irracional."

      Todo lo cual es prueba evidente de que, si no lo hubieran visto resucitado y no
hubieran tenido pruebas bien claras de su poder, no se hubieran lanzado a una
aventura tan arriesgada. (De las homilías de san Juan Crisóstomo, obispo, sobre la
primera carta a los Corintios. Homilía 4, 3. 4: PG 61, 34-36)
3. Es cierto que, desde la perspectiva de la fe cristiana, hay elementos de
verdad en las religiones no cristianas. Dios, por los medios sólo Él sabe, se da a
conocer a los hombres de las diferentes culturas y tiempos, de las más diversas
maneras, de forma que en verdad, aquellos que siguen fielmente la voz de Dios en
su conciencia pueden llegar a la plena salvación en el Cielo. La Iglesia así lo ha
declarado en repetidas ocasiones y de forma solemne (N.Ae. nn. 2 ss.4- Catecismo
n. 843. Youcat 136). Dicho esto, eso no significa que "todas las religiones son
igualmente válidas" o que "Jesucristo es un enviado más de Dios", como lo podrían
ser Mahoma o Buda. Él mismo se define a sí mismo como "el Camino, la Verdad y la
Vida", y afirma claramente "nadie va al Padre sino por mí (Jn 14, 6). Los apóstoles,
en su predicación declaran que "no se nos ha dado otro nombre en la tierra bajo el
cual podamos ser salvados" (Hch 4, 11) (D.I. 6, 10, 11, 14, 155) (Catecismo 66-67;
Youcat 10)



                         Alguien comparó esta situación a la de una gran habitación
                         con varios tipos de ventanas que dan a un bonito jardín.
                         Imaginemos que hay un ventanal, que dispone de una
                         óptima colocación, que es especialmente grande, limpio e
                         incluso hermoso de ver, el cual, posibilita a quien por él se
                         asoma, una panorámica inmejorable del jardín... Pues eso
es Jesucristo con respecto a los demás líderes (fundadores) religiosos y con
respecto a Dios; precisamente por ser el mismo Dios hecho Hombre es la mejor
visión que podemos tener de ambos: del propio Dios y del propio hombre, pues
ambas realidades se unen perfectamente en su persona como vimos antes.

      Al hilo de esta reflexión vamos a ver las diferencias esenciales que se dan
concretamente entre Jesucristo y el resto de fundadores de otras religiones:

       -Ningún otro proclama su divinidad. Algunos (Mahoma, Mani) la rechazan
explícitamente. Otros (Buda, Confucio) llegan a recibir culto, pero sólo varios siglos
después de su muerte. Jesucristo no sólo se dice Dios, sino que el reconocimiento
de su divinidad es la causa de su condena a muerte.

       -Todos los demás son de familia real o principesca, nobles, cultos, ricos...
Cristo es de padres pobres y muere pobre en la máxima humillación.

         -Todos se casan. Jesús vive célibe.



4
    Nostra Aetate (Declaración del Concilio Vaticano II).
5
 Dominus Iesus (Declaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe-6-8-
2000).
-Nadie exige la entrega de todo el ser a su persona como condición
inexcusable para seguirle.

       -Todos, a partir de una experiencia religiosa profunda, pasan el resto de sus
vidas (ya a partir como mínimo de los sesenta años) predicando su nueva doctrina.
Jesucristo predica joven, durante muy pocos años.

       -Todos mueren de muerte natural, rodeados de sus discípulos, excepto
Mani, en la cárcel. Jesús muere prematura e ignominiosamente.

       -A diferencia de todos los demás líderes, la predicación de Jesús no es fruto
de visiones nocturnas, de sueños, ni de experimentar trances o éxtasis. Como Dios,
todo lo que dice y hace es "palabra de Dios" de forma natural, sin necesidad de
recibir ninguna iluminación o de entrar en ningún tipo de especial experiencia
religiosa para así poder recibir el mensaje divino.

       -Jesús es, como vimos antes, el único anunciado por profetas anteriores a él
varios siglos antes.



-Otra diferencia con respecto a todos los demás, es que Jesucristo no sólo es
modelo a seguir, sino también el molde eficiente, que modela a cada cristiano según
su propio ser a través de los sacramentos y del
diálogo con

él en la oración. Él es alguien vivo que se relaciona
directamente con sus amigos y ayuda
efectivamente a cada uno, en su lugar y en su
tiempo, a seguir sus pasos.

(Catecismo 1088; Youcat 9)

       Compromiso
       Todos los días voy a hablar con Jesús. Renuevo el propósito de leer con Él
un trozo del evangelio antes de ponerme a trabajar.



       Oración
      Señor Jesús, creo que estás aquí, que me ves. que me oyes... te pido perdón
por mis pecados y tu ayuda para hacer con provecho este
momento de oración. Madre mía, María, intercede por mí.
Había un monje muy piadoso que pasaba el día, y casi la noche, diciendo:

-Señor, muéstrame tu rostro. Quiero verte.

Dios quiso complacerle por fin y le dijo:

-Ponte mañana en camino, que, antes del anochecer, cerca del río, me mostraré a ti.

El buen monje preparó bien su espíritu y saltando más que caminando marchaba
radiante hacia el río. Iba metido en su mundo, que era el de Dios, como enamorado
ciego. Tan abstraído estaba que casi no se dio cuenta del pobre labriego que
luchaba con sus mulas por sacar el carro de un hoyo profundo. Ni vio apenas cómo
unos pastores pegaban a otro más débil. Ni cómo un niño lloraba porque casi no
podía con un haz de leña que llevaba.

Cuando pasó el río, su pulso se aceleró. Empezó, nervioso, a mirar a un lado y a
otro. Caminaba a paso corto hacia arriba y hacia abajo preocupado porque Dios se
retrasaba.

-«A ver si he entendido mal», se decía...

Fueron eternas las dos horas de espera. Dios, ¿dónde se habrá metido? Acabó
pensando que a lo mejor era una prueba. Volvió pensativo y algo triste.

Cuando de noche en la oración habló con Dios y le preguntó: -Señor, ¿por qué no
fuiste a la cita?.

Dios le respondió con aplomo y nada de dulzura y suavidad: -¿Cómo que no fui? Tú
que no me has visto. No sé en qué estabas pensando.

-Señor, te aseguro que no te vi, y bien sabes que miré por todas partes.

-Sí, me miraste, amigo mío, lo que pasa es que no me conoces. ¿No viste al labriego,
al pobre pastor apaleado, al niño que lloraba? ¿No sabías que yo estaba con ellos?
¡Me dejaste en la estacada sin ayudarme! Ni te encontraste conmigo ni con los
otros. ¡Ni contigo siquiera, porque me esperabas como fantasma! En fin, no te
preocupes, de ahora en adelante me vas a ver siempre que quieras. ¿Verdad que sí?

La amistad con Jesús, la fe en Dios, pasa necesariamente por la actitud que tenemos
con quienes pasan cada día a nuestro lado. Si soy de los que van "a su bola" jamás
le descubriré personalmente, sino sólo que le conoceré "de oídas". Qué triste
historia sería pues la mía... pasar tan cerca y no verle cegado por mi egoísmo.

              Te doy gracias Dios mío por los afectos, inspiraciones y buenos
propósitos que me has concedido. Ayúdame a ponerlos por obra. Madre mía
intercede por mí.
http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=23279

http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=25215
¿Qué es verdad? (Jn 18, 38)
Tema 7: Una Ley no escrita
   "Hacemos hombres sin corazón y esperamos de ellos virtud e iniciativa. Nos
reímos del honor y nos extrañamos de de ver traidores entre nosotros. Castramos
            y exigimos a los castrados que sean fecundos". (B. Pascal)



       La Palabra
        Cuando se puso en camino, un hombre corrió hacia él y, arrodillándose, le
preguntó: «Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la Vida eterna?». Jesús le
dijo: «¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno. Tú conoces los mandamientos:
No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no
perjudicarás a nadie, honra a tu padre y a tu madre». El hombre le respondió:
«Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud». Jesús lo miró con amor y le
dijo: «Sólo te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres; así tendrás
                                       un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme». El,
                                       al oír estas palabras, se entristeció y se fue
                                       apenado, porque poseía muchos bienes. (Mc 10,
                                       17-22)

                                           Si a ti, que lees esta Palabra, alguien te
                                    preguntara lo mismo, ¿qué debo hacer para
                                    heredar la Vida eterna?, ¿qué le contestarías?
Jesús es claro: Conoces los Mandamientos... La prueba de la verdadera amistad la
dan las obras, no los sentimientos. Lo que hago es lo que me define, lo que muestra
aquello a lo que de verdad le doy valor. ¿Cómo muestro yo mi amistad con Jesús?



    Un pequeño test. Lee lo siguiente y responde a la
pregunta:
                                             “Traigo en mi corazón la verdad y la
                                     justicia, pues he arrancado de él todo mal. No he
                                     hecho sufrir a los hombres. No he tratado con
                                     los malos. No he cometido crímenes. No he
                                     hecho trabajar en mi provecho con abuso. No he
                                     maltratado a mis servidores. No he blasfemado...
                                     No he privado al necesitado de lo necesario para
                                     la subsistencia. No he hecho llorar. No he
                                     matado ni he mandado matar. No he tratado de
                                     aumentar mis propiedades por medios ilícitos,
ni de apropiarme de los campos de otro. No he manipulado las pesas de la balanza.
 No he mentido. No he difamado. No he escuchado tras las puertas. No he cometido
 jamás adulterio. He sido siempre casto en la soledad. No he cometido con otros
 hombres pecados contra la naturaleza..."

        ¿Quién crees que ha podido hacer este tipo de declaración? ¿Qué perfil
 tendría -época, lugar, filosofía de la vida...-?



      La ley humana (la constitución de un estado, las leyes
 aprobadas por un parlamento...), ¿es la norma más importante
 y debe ser siempre acatada?
        1. Lo que dice la ley es expresión de la voluntad del pueblo, que es soberano,
 y por lo tanto, ha de ser siempre obedecida.

      2. No hay más ley que la que el propio hombre dicta; luego las leyes
 humanas deben ser siempre obedecidas.

        3. Las leyes humanas deben ser obedecidas siempre que no vayan contra la
 propia conciencia.




          Sin embargo...
       Está lo que contestaron los Apóstoles al Sanedrín que les prohibió predicar
 en nombre de Jesús: "Pedro, junto con los Apóstoles, respondió: «Hay que
 obedecer a Dios antes que a los hombres". (Hch 5, 29)



          Reflexión
          Desde siempre, en todos los lugares, los hombres han manifestado que han
                     tenido un conocimiento íntimo de lo bueno y de lo malo.
                     Conocimiento que compromete a la persona.

                      Ese deber es una ley no escrita que descubrimos bajo la forma
                      innegable de inclinación natural. Por eso se la llama LEY
                      NATURAL.

                               Escribía Cicerón, sabio tribuno romano que vivió en el
Marco Tulio Cicerón
                      siglo I a. de Cristo: " Acaso nada más absurdo que creer que
todas las leyes e instituciones son justas. ¿Quizá son justas las leyes de los tiranos?
... Si el fundamento del Derecho lo constituyera la voluntad de los pueblos, las
decisiones de sus jefes o las sentencias de los jueces, entonces el Derecho podría
consistir en robar, cometer adulterio o falsificar testamentos, si tales acciones
fueran aprobadas por distinción entre ley buena y ley mala, que sólo puede hacerse
desde el criterio de la votación o por aclamación popular. Hay, por tanto, una
distinción entre ley buena y ley mala; que sólo puede hacerse desde el criterio de la
Naturaleza... pues ella nos dio la inteligencia que descubre la relación de lo honroso
y la virtud, y lo deshonroso con el vicio. Pues habría que estar loco para creer que
estas cosas proceden de la opinión, y no de la naturaleza”.

       En efecto, así como Colón descubrió América y no la inventó, así también
cada hombre descubre en sí la Ley Natural, y no es un invento que hace. De la
misma manera que la inteligencia entiende la importancia de respirar para vivir,
descubre también que hay comportamientos naturalmente buenos que deben
seguirse por todo aquel que quiera vivir como persona. Y evitar lo contrario...

       El punto de partida para entender la Ley Natural es advertir que se trata de
una evidencia. Y es ésta : la razón no juzga como indiferentes todos los actos
posibles, sino que, con independencia de las leyes humanas, emite juicios de
obligación : DEBE HACERSE esto, DEBE EVITARSE aquello; así, podemos juzgar
que una ley, perfectamente legal (valga la redundancia), puede parecernos injusta
                         o buena o mejorable...

                        Es evidente que hacer el bien a los demás, cumplir las
                        promesas, respetar los derechos del prójimo, etc. son cosas
                        buenas y deseables. Y que, por el contrario, el odio, la
                        traición, la falsedad, robar, maltratar a otro, etc.
                        representan conductas detestables y malas.

                         Decía el célebre filósofo Manuel Kant: "Hay dos cosas
                         verdaderamente admirables en el mundo: el cielo
estrellado fuera de mí, y el orden moral dentro de mí ".

De esa "ley no escrita" — la ley natural — podemos decir que es: Un Imperativo
moral, una luz interna que nos descubre el comportamiento justo y el injusto, lo
que debemos hacer y lo que debemos' evitar. Y tiene las siguientes notas:

a) Es universal, o sea de todos los hombres de todos los tiempos. El texto del
principio del tema es la confesión que hacían los adoradores del dios Osiris, se
justificaban ante él con esta oración. Esto, sucedía en el Antiguo Egipto, miles de
años antes de la venida de Jesucristo a la tierra.

b) Y es objetiva, o sea, al margen de gustos o preferencias o conveniencias
personales. Todos conocemos la diferencia entre amor y odio, entre verdad y
mentira, entre honestidad y oportunismo, entre vida y muerte.
(Catecismo 1949-1960, 1975, 1978-1979. Youcat 333)

        Respuestas
        1. Es verdad que el buen ciudadano, más si es cristiano, debe ser ejemplar
en el cumplimiento del orden establecido por las normas de cada lugar. Sin
embargo, esto tiene un límite: la conciencia. Es la norma próxima de acción, es
decir, que dicta lo que cada uno debe de hacer en cada momento, y hay que
obedecerla incluso aunque, procurando que no sea así, se equivoque. Lo más
despersonalizador que puede hacer uno es actuar en contra de la propia conciencia
por la mera conveniencia. (Catecismo 1790-1794, 1801-1802. Youcat 298)

        Que el pueblo sea soberano y decida cada nación cómo orientar su vida
social, no significa que la ciudadanía nunca se equivoque. Las mayorías no dan
siempre la razón.

       Que el pueblo sea soberano y se dé sus propias leyes no es opuesto a que se
inspire en la ley natural, es decir, en el bien propio del hombre que descubre en sí
mismo a través de la luz natural de la razón. Actuar soberanamente implica, para
no caer en la dictadura, es decir, en la pura imposición de unos sobre otros, la
referencia a la verdad del propio hombre y de la sociedad.
       Esta ley se llama natural no por referencia a la naturaleza de los seres
irracionales, sino porque la razón que la proclama pertenece propiamente a la
naturaleza humana" (Catecismo n.1995).

        Con esta doctrina se logran dos objetivos esenciales: por una parte, se
        comprende que el contenido ético de la fe cristiana no constituye una
        imposición dictada a la conciencia del hombre desde el exterior, sino una
        norma que tiene su fundamento en la misma naturaleza humana; por otra,
        partiendo de la ley natural, que puede ser descubierta por toda criatura
        racional, con ella se pone la base para entablar el diálogo con todos los
        hombres de buena voluntad y, más en general, con la sociedad civil y secular.
        Del respeto de esta ley depende, de hecho, que las personas y la sociedad
        avancen por el camino del auténtico progreso, en conformidad con la
        recta razón, que es participación en la Razón eterna de Dios6.

       2. Esto es lo que se llama "positivismo legal"; es decir, la corriente de
pensamiento que afirma que la última referencia, la instancia suprema a la hora de
decidir sobre lo que moralmente se debe hacer, consiste en las leyes dadas por los
hombres a través de las oportunas vías. No habría ningún otro criterio para


6
  Discurso de Benedicto XVI a los participantes en la sesión plenaria de la Comisión Teológica
Internacional el 5 de octubre de 2007.
sopesar el valor de una norma humana. Las cosas son como la ley dice que son en
cada momento, en cada lugar. Esto esconde un relativismo (no hay ninguna verdad
absoluta) a lo que ya se respondió en el primer tema. Sin embargo, la propia
experiencia nos dice que el hombre, la sociedad se revela ante la injusticia grave y
continuada. Si a una ley la podemos calificar justa o injusta, buena o mala, es
precisamente porque hay una ley superior, interior a cada ser humano, que capacita
para discernir la moralidad de las leyes o de los hechos. Tratamos de algo muy
importante y muy simple de plantear y que lo expondremos con un ejemplo:

        ¿Robar es bueno o es malo? ¿Por qué?

       Si respondemos como lo hace el pensamiento ahora dominante en la
sociedad, es decir, con el positivismo legal, tendremos que decir que es bueno o
malo dependiendo de lo que establezca la ley. Será malo si así lo marca la ley, o
podría ser bueno, si así lo dictase la autoridad competente. Las cosas serían buenas
o malas sencillamente porque así lo determinara la ley, es decir, el estado, es decir
el gobierno, es decir... ¿?

        Si respondemos desde el sentido común, desde el derecho natural, habrá de
decir que robar siempre es malo, independientemente de lo que diga la ley
humana. De igual modo que el desafío de las leyes físicas (tirarse por el balcón
negando la ley de la gravedad, por ejemplo) puede producir lesiones,
enfermedades y aún la misma muerte, no hacer caso a la Ley Natural hiere al
hombre y deshumaniza la vida social. Ésta es tan ley como aquella, aunque sus
efectos no sean tan inmediatos. Si la ley humana fuera justa sólo por ser ley
emanada de un parlamento, los regímenes políticos que violasen los derechos
humanos legalmente (o sea, de acuerdo con sus propias leyes) no podrían ser
calificados en verdad como injustos, nadie podría protestar contra ellos, nadie
podría exclamar ¡no hay derecho...! Reconocer que hay una ley no escrita por
encima de la ley escrita es salvaguardar al hombre del propio hombre. (Catecismo
                                            1776-1780, 2072. Youcat 295)

                                                     En Nuremberg, al término de la
                                             Segunda Guerra Mundial, fueron
                                             condenados como "criminales de guerra"
                                             los políticos, militares, jueces y médicos
                                             que aplicaron las leyes de Hitler, porque
                                             habían sido causa de tremendos
                                             crímenes contra la Humanidad: "
                                             asesinato, exterminio, esclavitud,
                                             deportaciones y otros tratos inhumanos
                                             contra la población civil, antes y durante
Juicios de Nuremberg                         la guerra”. ¡Y, sin embargo, todos
                       aquellos horrores estaban fundamentados en Leyes del Estado
Alemán! Democrático, por cierto...



                              3. Esto, como se ha dicho antes, es cierto; sin
                       embargo requiere un matiz importante. También es verdad
                       que la conciencia puede errar, pues es como un juez que
                       dictamina sentencias. Éstas pueden ser más o menos
                       acertadas, bien porque las pruebas que le llegan no son
fiables, bien porque el juez es influenciable por el interés, por
el miedo... Dicho de otro modo, igual que la luna brilla pero no
tiene luz propia sino que la recibe del sol, así, la conciencia
tampoco brilla con luz propia, es decir, no es creadora del bien
y del mal, sino su intérprete, por eso es falible, porque recibe
su luz de la ley natural. La conciencia no es la ley, sino que
recibe la ley y debe aplicarla a cada caso. Es por ello que la
conciencia siempre debe de ser obedecida pero con la condición indispensable
de que busque con sinceridad la verdad. Para ello ha de formarse en la medida
de las posibilidades de cada cual. De ahí, la importancia para un cristiano de
frecuentar sus medios propios de formación: la eucaristía del domingo, la oración,
la confesión sacramental, la dirección espiritual, los retiros espirituales... De lo
contrario, la conciencia se convertiría en una especie de parapeto para justificar el
"ir cada uno a su bola". En el evangelio vemos ejemplos en los que la sola buena
intención y la falta de acusación de la propia conciencia no es excusa para salir
bien parado en el juicio ante Dios, como en el caso del "rico epulón" (Lc 16, 19-31).

Al hilo de todo esto, también puede suceder que la ley sea injusta, que así lo
perciba la conciencia, y así el juicio de la conciencia será acertado, pero por
apasionamiento (miedo, venganza, afectos desordenados...) no sea seguida,
actuando así en contra de la propia conciencia.

La conciencia iluminada por la ley natural, como se ha dicho antes, es a la vez
criterio, guía para la comunidad social en orden sacar del error craso o evitar que
un miembro de la sociedad que "actuando en conciencia" perjudica gravemente la
convivencia social. Pensemos en un individuo que por motivos religiosos entiende
que debe "sacrificar" a Dios a su primer hijo varón. El estado, en conciencia, debe
impedir esa grave injusticia, pues la misma ley divina (natural) que condena el
aborto ("No matarás"), y así sirve al individuo para discernir una ley buena de la
que no la es... es la misma ley que fundamenta la intervención del propio estado
para evitar ese otro tipo de crimen. (Catecismo 1738, 1749-1756, 1757-1761,
1740, 1780-1782, 1783-1788, 1799-1800. Youcat 289-292, 296-297)
Compromiso
       ¿Has probado a hacer algo por alguien sin buscar ningún provecho para ti,
sin que te lo manden, pasando -eso es para nota- desapercibido a los demás?




       Oración
       Señor Jesús, creo que estás aquí, que me ves. que me oyes... te pido perdón
por mis pecados y tu ayuda para hacer con provecho
este momento de oración. Madre mía, María, intercede
por mí.

Harper Lee escribió la novela -más tarde llevada al
cine- "Matar un ruiseñor". En ella el abogado Átticus
Finch defiende a un muchacho negro acusado
injustamente de haber violado a una chica blanca. Pero
toda la ciudad, donde los prejuicios racistas son fuertes,
se le echa encima. También su hija Scout, una chiquilla de diez años, muy lista para
su edad y cuyo deporte favorito es pelearse en la escuela, le reprocha su conducta,
contraria a lo que todos piensan.

Átticus, al responder a la niña, ofrece uno de los argumentos más elegantes sobre
la dignidad de la persona:

-Tienen derecho a creerlo, y tienen derecho a que se respeten por completo sus
opiniones, pero antes de poder vivir con los demás tengo que vivir conmigo
mismo: la única cosa que no se rige por la regla de la mayoría es la propia
conciencia.

Y estas palabras que revelan la supremacía de la conciencia sobre los prejuicios se
continúan en este otro diálogo entre padre e hija.

«Átticus suspiró.

-Simplemente, estoy defendiendo a un negro: se llama Tom Robinson. Vive en el
pequeño campamento que hay más allá del basurero. Es miembro de la iglesia de
Calpurnia, y esta conoce bien a su familia. Dice que son personas de conducta
intachable. Tú, Scout, no tienes edad para entender ciertas cosas, pero por la
ciudad se ha hablado mucho y en tono airado de que yo no debería poner mucho
interés en defender a ese hombre...

-Si no debes defenderle, ¿por qué le defiendes?

-Por varios motivos. Y el principal es que si no le defiendo no podré caminar por la
ciudad con la cabeza alta, no podré representar al condado en la legislatura, y ni
siquiera podría ordenaros a Jem y a ti que hicieseis esto o aquello.

-¿Quieres decir que, si no defiendes a ese hombre, Jem y yo ya no deberíamos
obedecerte?

-Más o menos.

-¿Por qué?

-Porque ya no podría pediros nada. Mira, Scout, por la misma índole de su trabajo,
cada abogado topa durante su vida con un caso que le afecta personalmente. Este
es el mío, me figuro. Es posible que oigas cosas feas en la escuela, pero haz una
cosa por mí: levanta la cabeza y no levantes los puños. Digan lo que digan, no
pierdas los nervios y procura luchar con el cerebro, para variar...

-¿Ganaremos el juicio, Átticus?

-No, cariño.

-¿Entonces...?

-No importa. El hecho de que hayamos perdido cien años antes de empezar no es
motivo para que no intentemos vencer.

El Señor nos dice en el Evangelio: "Entonces Jesús dijo a sus discípulos: «El que
quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me
siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida a causa
de mí, la encontrará. ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde
su vida? ¿Y qué podrá dar el hombre a cambio de su vida?
Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre, rodeado de sus ángeles,
y entonces pagará a cada uno de acuerdo con sus obras". (Mt 16, 24-26)

Te doy gracias Dios mío por los afectos, inspiraciones y buenos propósitos que me
has concedido. Ayúdame a ponerlos por obra. Madre mía intercede por mí.
De su costado manó sangre
   y agua (Jn 19, 34)
Tema 8: La Iglesia


       La Palabra
         Al llegar a la región de Cesarea de Filipo,
Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Qué dice la gente
sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?».
Ellos le respondieron: «Unos dicen que es Juan el
Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de
los profetas». «Y vosotros, les preguntó, ¿quién
decís que soy yo?». Tomando la palabra, Simón
Pedro respondió: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios
vivo». Y Jesús le dijo: «Feliz tú, Simón, hijo de Jonás, Tú eres Pedro (Mt 16, 18)
porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la
sangre, sino mi Padre que está en el cielo. 18 Y yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta
piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella. Yo te
daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en
el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo». (Mt 16, 13-
19)

       Más allá y por encima de todos los elementos vinculados al temperamento,
al carácter, al origen étnico o a la condición social («la carne y la sangre»), Simón
recibe una iluminación e inspiración de lo alto, que Jesús califica como
«revelación». Y precisamente en virtud de esta revelación Simón hace la profesión
de fe en nombre de los Doce.

Entonces se produce la declaración de Jesús, una declaración solemne: «Yo te
digo»...
Simón recibe un nombre nuevo, signo de una nueva misión.


Jesús, con la imposición de un nombre nuevo, hizo partícipe a Simón Pedro de su
propia cualidad de cimiento de la Iglesia.

A ningún jefe religioso del judaísmo de la época se le atribuye la cualidad de piedra
fundamental. Jesús, en cambio, la atribuye a Pedro. Ésta es la gran novedad
introducida por Jesús. No podía ser el fruto de una invención humana, ni en Mateo,
ni en autores posteriores.

Debemos precisar también que la «Piedra» de la que habla Jesús es precisamente la
persona de Simón, Jesús le dice: «Tú eres Kefas». La duración de la Iglesia está
vinculada a la piedra. La relación Pedro-Iglesia repite en sí el vínculo entre la
Iglesia y Cristo. Jesús, en efecto, dice: «Mi Iglesia». Eso significa que la Iglesia será
siempre Iglesia de Cristo, Iglesia que pertenece a Cristo. No se convierte en la
Iglesia de Pedro, sino, como Iglesia de Cristo, está construida sobre Pedro, que es
Kefas en el nombre y por virtud de Cristo.

Las llaves que Jesús entrega a Pedro: recibe el poder sobre el reino, poder que
ejercerá en nombre de Cristo, como su mayordomo y jefe de la Iglesia, casa que
recoge a los creyentes en Cristo, los hijos de Dios.

Jesús dice a Pedro: «lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que
desates en la tierra quedará desatado en los cielos» (Mt 16,19). Es otra
comparación utilizada por Jesús para manifestar su voluntad de conferir a Simón
Pedro un poder universal y completo. No se trata sólo del poder enunciar
afirmaciones doctrinales o dar directrices generales de acción: según Jesús, es
poder «de desatar y de atar», o sea, de tomar todas las medidas que exija la vida y
el desarrollo de la Iglesia. La contraposición «atar-desatar» sirve para mostrar la
totalidad del poder.

El Mesías es la verdadera puerta de la nueva Jerusalén, construida con su sangre
derramada en la cruz. Y precisamente las llaves de esta puerta son las que Jesús
confía a Pedro, para que sea el ministro de su poder salvífico en la Iglesia. (Juan
Pablo II - Audiencias 1992 -73)




       Toda una respuesta
        No fueron tiempos fáciles para la Iglesia los
siglos XII y XIII (¿y cuáles lo han sido?)-, a la vez, es
época de grandes santos. Frente al lujo y la
corrupción de algunos eclesiásticos, surgen voces
críticas, de vuelta al Evangelio puro y simple, pero
sin Iglesia; son los herejes de la época.

        San Francisco de Asís tiene ojos para ver lo
que todos conocen. La Iglesia, por triste que sea el San Francisco de Asís
espectáculo que dan algunos de sus miembros -no todos, ni mucho menos-, sigue
siendo la Casa de Jesucristo. Francisco ama a la Iglesia y por nada se apartará de
ella. Un día, un hereje, tras comentarle el caso de un sacerdote que vive
públicamente en concubinato, le hace esta pregunta: «¿Es válida la Misa celebrada
por un hombre que tiene las manos así mancilladas?». Por toda respuesta,
Francisco busca al sacerdote, se arrodilla ante él y le besa las manos; esas manos
que durante la Misa sostienen el Cuerpo del Señor.
La Iglesia ¿ha sido o no fundada por Jesucristo?
       1. No; Jesucristo se refirió en su predicación al Reino de Dios.

       2. No se sabe, pues existen multitud de "iglesias" y todas se consideran
legítimas. Luego, es imposible conocer cuál de hecho fundó Jesucristo.

       3. Sí, pero no como aparece ahora. Esta no es la Iglesia que Jesús quiso.



       Sin embargo...
      Jesucristo afirmó: "Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia"
(Mt 16, 18).



       Reflexión
      Es claro que Jesucristo quiso fundar una comunidad, congregada en su
nombre, es decir, la Iglesia (Catecismo 748-7581, 802-804.Youcat 121-122).
Además de la cita del evangelio de S. Mateo podemos ver los siguientes gestos del
Señor que indican ese deseo:

        -Vocación de los discípulos. Jesús eligió numerosos
discípulos y de entre éstos separó a doce, a quienes él
mismo llamó con el nombre de "apóstoles". Les instruyó, y
después de la resurrección los envió a predicar en su
nombre con la misma autoridad que él recibió de Dios
Padre: "Como el Padre me envió así también os envío yo"
(Jn 20, 21). (Catecismo 75-79, 551-553, 567; Youcat 92, 137)

                               -Jesús se presenta como el "Buen Pastor" (Jn 10, 11).
                        Esta imagen está estrechamente unida a la del rebaño y de
                        las ovejas que escuchan su voz. Es el que "conoce a sus
                        ovejas y ellas le conocen" (Jn 10, 14). También piensa en las
                        "otras ovejas que no son de este redil", a las que debe
                        atraer para que "escuchen su voz y se forme un solo rebaño
                        con un solo pastor (Jn 10, 16). No se trata de oyentes
aislados, sino de una "asamblea", de una "ekklesía" ( nombre original en griego), de
un "nuevo Pueblo de Dios", cuyos miembros son llamados por Cristo de entre
todos los pueblos. En efecto, el sentido de la predicación, de la actividad, de la
muerte y resurrección de Jesús es "atraer hacia sí" a todos los hombres y reunirlos
en torno a su persona (Jn 12, 32) por medio de la predicación de la palabra del
evangelio y con el poder que brota del misterio de su muerte y resurrección con la
que vence en el hombre que se abre a él, el mal, el pecado.

       -El mandamiento nuevo. La asamblea-Iglesia en la que Jesús reúne a sus
seguidores tiene un estilo de vida propio, el mandamiento nuevo: "Os doy un
mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros; como yo
os he amado, amaos también unos a otros. En esto conocerán
todos que sois discípulos míos (Jn 13, 34-35).

       -La última cena. En este contexto, Jesús ofrece a sus
discípulos su cuerpo y su sangre bajo las apariencias del pan y
del vino, y les ordena: "haced esto en conmemoración mía". Este
mandato supone que hay una comunidad reunida en su nombre y
que celebra el misterio de su muerte y resurrección a través de
esos signos del pan y del vino. Será la forma de permanecer
unidos entre sí: permaneciendo unidos al propio Jesús, presente de forma máxima,
en el único pan de vida del que todos los congregados comen para permanecer en
la unidad del único cuerpo de la Iglesia.




       Respuestas:
        1. Es cierto que los evangelios nos traen como objeto principal de la
predicación de Jesús el tema del Reino de Dios. Sin embargo, eso no obsta para que
de hecho, como acabamos de ver en el apartado anterior, también se refiriese a la
Iglesia de forma clara y directa. La solución a esta aparente contradicción es
sencilla. El Señor predica preferentemente de la
venida del Reino, esto es, de la soberanía de Dios
sobre el hombre y sobre la creación entera de
forma plena. Sin embargo, esa venida del Reino
ya, según el propio Jesús, se podía palpar, estaba
en medio de sus discípulos, dentro de ellos... Es
porque, el Reino de Dios, consiste sencillamente
en la propia persona de Jesús, en quien, hombre
como nosotros se empieza a realizar ese Reino
en la Tierra, pues Él es todo de Dios Padre,
obediente a Él hasta la muerte y muerte de cruz (Fil 2, 6-11). Por eso el Padre le
premia con la resurrección al tercer día, haciendo así de Jesús el nuevo Adán, de Él
nace -a través del bautismo- la nueva humanidad regenerada. Es por Él, por quien
ese mismo Reino de Dios se nos hace presente de forma actual, real y efectiva. Por
eso, el tema de la predicación de los Apóstoles ya no es el Reino de Dios, sino,
sencillamente su personificación histórica: Jesús. Él es el Reino de Dios que se
ofrece a toda la humanidad generación tras generación; para ello, Él quiso servirse
de un instrumento mediante el cual el propio Jesús, su salvación, se hace posible y
presente a cada uno: la Iglesia.

       2. Es evidente que existen multitud de iglesias cristianas diferentes. Sin
embargo hemos de tener clara también otra evidencia: sólo existió un Jesucristo, y
ese único Señor fundó -como hemos visto antes- una sola iglesia; luego la cuestión
es saber si existe alguna forma de discernir cuál es la que él fundó. (Catecismo 811-
816, 866, 870; Youcat 129)

¿Existen una serie de características concretas deseadas por Jesús a la hora de
fundar su Iglesia?

Sí.

¿Cuáles?

       El evangelio nos trae los siguientes datos -entre otros- que expresan cómo
quiso Jesús que fuese su Iglesia (para ello, se aportan las citas bíblicas donde queda
consignado el dato al que se alude):

       Quiso que fuese un cuerpo organizado en el cual habría diversidad de
                   funciones:          -Elección de los Doce Apóstoles (Lc 6, 14-
                   16). Éstos tendrán una triple potestad:

                                -enseñar (Mt 28, 20)
                                             -santificar: a través de los
                   sacramentos (Mt 28, 19; Mc 14, 22-24;Jn 20, 22-23)
                                                             -gobernar (Mt 18, 18)


               -En el grupo de de los Doce ocupa un lugar singular (ya lo vimos al
       principio del tema en el comentario del evangelio) el primado del apóstol
       Pedro: "Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia" (Mt 16, 18;
       Jn 21, 10-17; Lc 22, 32).



              También quiso Jesús que su Iglesia fuese
       "sacramental". Él mismo, a través de esos signos
       visibles que estableció y que transmitió a sus
apóstoles, se hace presente así en su comunidad reunida para:

                 -Regenerar y dar entrada a la Iglesia: el bautismo (Jn 3, 5; Mc 16,
       16...).

              -Dar la plenitud del don del Espíritu Santo recibido en el bautismo: la
       confirmación (Hch 2, 1-11).

              -Da sus discípulos el poder de perdonar pecados en su nombre: la
       penitencia (Jn 20, 22-23).

             -Hacer partícipes a los suyos del alimento de su cuerpo y de su
       sangre: la eucaristía (Lc 22, 19-20.

             - Confortarla y fortalecerla en la enfermedad con la unción de los
       enfermos (Sant 5, 14-15).

              -Da a sus discípulos el poder de ser sacerdotes: el orden sacerdotal
       (Lc 22, 20).

             -Asemejar la unión matrimonial hombre-mujer a la de Él mismo con
       su esposa la Iglesia (Ef 5, 31-32).

              -La muerte del Señor en la cruz, de cuyo costado brotan "sangre y
       agua" (Jn 19, 34), es el signo por el que da a entender que los sacramentos y
       la propia Iglesia nacen del costado de Cristo a semejanza de Eva, nacida del
       costado de Adán.



        Una propiedad necesaria de la verdadera Iglesia es
que sea "santa" (Ef 5, 27), pues debe ser instrumento de
salvación para la humanidad. Y como nadie da lo que no
tiene, la Iglesia que sea capaz de "dar santidad" a sus hijos
será la verdadera.




   Otra propiedad de la verdadera Iglesia de Jesús es la conservación íntegra del
                            "depósito de la fe" recibido de Cristo; es decir, que la
                            Iglesia tiene como misión enseñar con fidelidad un
                            mensaje que le ha sido confiado (Mt 28, 20), que no es
                            por lo tanto de su propiedad y podría así, manipular a
                            su antojo.
                                "Hay algunos que os perturban, y quieren pervertir el
                                evangelio de Cristo". (Gal 1, 7)
" Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo os predicare otro evangelio del que os
   hemos predicado, sea anatema.
 Como antes hemos dicho, así ahora digo otra vez: Si alguno os predicare otro
   evangelio del que habéis recibido, sea anatema." (Gal 1, 8-9)


       Dicho esto comprobamos que:

       Hay iglesias que perdieron la sucesión apostólica (toda la gama de
confesiones protestantes: luteranos, calvinistas, presbiterianos, adventistas,
episcopalianos etc.). Hay iglesias que han perdido la comunión con el Sucesor de
Pedro (protestantes, ortodoxos, anglicanos). (Catecismo 857-860, 869, 871-877,
880-882, 888-892, 934-937. Youcat 137-138, 141, 143)

       También las hay que han perdido los siete sacramentos o parte de ellos
(protestantes, anglicanos).

        No tienen santos (protestantes). En este sentido vale la pena hacer mención
a la innumerable cantidad de católicos que han sido "santos", bien de forma
anónima, bien con declaración solemne de la Iglesia. El proceso de canonización de
un miembro de la Iglesia es muy exigente: se investiga cuidadosamente todo lo
referente a la vida de cada uno acudiendo a todo tipo de fuentes fiables (cartas,
amigos, conocidos...). Si no se encuentra un obstáculo serio por asuntos de
integridad de vida o de fidelidad a la doctrina de la Iglesia, entonces el proceso
pasa a Roma para ser ratificado. El último paso es el "sello de Dios" al parecer de la
Iglesia: un milagro. Éste debe ser de tipo físico, duradero e inexplicable desde el
punto de vista de la ciencia médica. Es decir, detrás de cada declaración de
santidad de un miembro de la Iglesia Católica, hay siempre al menos un milagro
aprobado por la propia Iglesia. Sólo Juan Pablo II elevó a los altares a unas cinco
mil personas. No se sabe de ningún milagro de este tipo que haya sido demostrado
como falso en toda la historia de la Iglesia. "Nadie da lo que no tiene". (Catecismo
823-829. Youcat 132)

       No han conservado íntegro el depósito de la fe, pues la doctrina que
sostienen en diversos temas, se ha desvirtuado, como se da en cuestiones
fundamentales de moral, por ejemplo, el aborto; o en materia de sacramentos
como la fe en la presencia real de Jesús en la eucaristía... (protestantes, anglicanos).
(Catecismo 166-169, 181. Youcat 24)

      Con todo lo dicho, sólo la Iglesia Católica cumple con todos los requisitos
queridos por Cristo y que se acaban de exponer antes.

       3. En la respuesta anterior ya se ha dado buena
parte de la respuesta a esta objeción. Hemos visto que
Jesús quiso realmente fundar una Iglesia con unas
determinadas características y que la Iglesia Católica


                                                            Negaciones de Pedro
las cumple. ¿Significa eso que en la Iglesia, sus miembros no han cometido errores,
torpezas, abusos, vilezas... todo tipo de pecados en definitiva? No. Pero con eso ya
contaba Jesús, quien, démonos cuenta de este interesante dato, confirmó y envió
como apóstoles suyos a hombres con multitud de defectos que los evangelios
ponen de manifiesto (lo cual, por otro lado, es signo de la autenticidad de estos
textos, pues no disimula los errores de los primeros cristianos), y que como
culmen y resumen de todos ellos está el abandono de Jesús cuando es apresado y
ejecutado. Estos hombres, que no eran "de azúcar" (aunque fueron humildes, se
dejaron ayudar por la gracia de Dios y al final triunfaron; es decir, llegaron a ser
santos), fueron los que Jesús envió a predicar en su propio nombre,
confirmándoles, tras su muerte y resurrección, como el primer Papa y los primeros
Obispos de la Iglesia.

        San Pablo frecuentemente en sus cartas echa en cara a las comunidades por
él fundadas, diversidad de defectos y pecados, algunos de ellos, que clamaban al
cielo como el caso de uno que "convive" con la mujer de su propio padre (1Cor 5,
1). Más adelante, les critica el que en las cenas previas a la celebración de la
eucaristía (ágape), unos, los ricos, se hartaban de comer, mientras que otros, a su
lado en la mesa, con los que iban después a participar de la misma Comunión,
pasaban hambre: "apenas se sientan a la mesa, cada uno se apresura a comer su
propia comida, y mientras uno pasa hambre, el otro se pone ebrio". (1Cor 11, 17-
22).

        El libro de los Hechos de los Apóstoles que narra los primeros pasos de la
Iglesia también aporta datos en este sentido. Es el caso del fraude del matrimonio
de Ananías y Safira, quienes pretenden pasar por caritativos en la comunidad de
Jerusalén, haciendo creer que entregaban a la Iglesia la totalidad de la venta de una
propiedad en el campo, cuando en realidad se quedaron a escondidas con una
parte del dinero (Hch 5, 1-10).

       Con estos ejemplos venimos a concluir en algo muy importante que muy
pocos tienen claro: Nunca, en la historia real de la Iglesia, ha habido una
comunidad perfecta; tampoco en los inicios. A lo largo de los veinte siglos de
historia que lleva de camino la Iglesia, son muchos, como se ha dicho antes, los
pecados de sus miembros y además a todos los niveles. Sin embargo, hay que
añadir algunas cosas:

       En primer lugar, que son infinitamente más los ejemplos de fidelidad
heroica por las dificultades inherentes al seguimiento de Cristo, y que los más de
ellos han pasado, y están pasando hoy, ahora, totalmente desapercibidos, (y
además, así debe ser).

      En segundo lugar, que la fe en la Iglesia no debe depender de los malos
ejemplos que en ella encontramos (como los encontramos en otro tipo de
organizaciones), aunque nos pueda afectar, sino de que sea en verdad efecto de la
voluntad de Cristo, ya que de ser así, es Él quien cumpliendo su promesa, estará
presente y actuante en ella. La prueba directa de esa presencia de Jesús en la
Iglesia Católica, como vimos, son los santos, que los hay de todas las épocas.
(Catecismo 827; Youcat 121)

       La Iglesia existe precisamente para los pecadores. Si la humanidad fuese
buena, no haría falta la Iglesia; si sólo pudieran acceder a la Iglesia "los buenos",
entonces haríamos de ella una organización elitista (falsamente elitista, pues todo
el mundo tiene pecados). Porque es santa en su Cabeza (Cristo), en sus medios (los
sacramentos) y en los que han llegado al Cielo (los santos, en primerísimo lugar la
Virgen María), puede entregar esa santidad, esa vida nueva de hijos de Dios a
quienes abren su corazón con sinceridad a Cristo. (Catecismo 823-829. Youcat
132)

        Jesús se ha comprometido en Alianza eterna ("... Tomando el cáliz y
habiendo dado gracias, se lo dio -a sus discípulos- diciendo: Bebed todos de él;
porque ésta es mi Sangre de la nueva alianza..." -Mt 26, 27-28-) con la comunidad
por él fundada, a la que se ha unido de forma irrevocable a modo de alianza
matrimonial (Ef 5, 31-32) de tal modo que forma un solo cuerpo con ella (Ef 5, 30;
Rm 12, 4). Esto significa que creer en Jesús, significa automáticamente creer en la
Iglesia, pues ella es su manifestación histórica tras su Ascensión a los Cielos. Quien
afirma creer en Jesús, pero no creer en la Iglesia, cae en una terrible contradicción,
ya que de hecho, le fe en Jesús sólo se da en y por ella. Nadie puede tener fe en
Jesús sin la mediación de su esposa... eso sí... a no ser... que se le haya aparecido
directamente. (Catecismo 787-796. Youcat 126-127)

        La Iglesia sólo se la puede valorar justamente si se la ve
desde dentro. Del mismo modo que las vidrieras de una
catedral gótica sólo se pueden apreciar en todo su colorido y
nitidez si se ven desde dentro del edificio, así ocurre con la
Iglesia; para comprenderla, igual que ocurre también con las
personas, hay ver el corazón, y sólo se le puede ver, si se las
conoce interiormente y se las ama tal y como son.



       Compromiso
       ¿Por qué no me animo a participar en alguna actividad de la parroquia?
Oración
                                Señor Jesús, creo que estás aquí, que me ves. que me
                        oyes... te pido perdón por mis pecados y tu ayuda para
                        hacer con provecho este momento de oración. Madre mía,
                        María, intercede por mí.

                                Albino Luciani cuenta la siguiente anécdota en su
libro "Ilustrísimos señores":

      En Londres, en Hyde Park, un predicador estaba hablando al aire libre,
como es frecuente en ese lugar. Le interrumpió un individuo despeinado y sucio:

-La Iglesia existe desde hace ya dos mil años y el mundo está lleno de ladrones, de
adúlteros, de asesinos.

-Tiene usted razón -respondió el predicador-. Pero también hace dos millones de
años que existe el agua y mire cómo tiene usted el cuello.

       Comenta el que sería después Papa: «En otras palabras; ha habido malos
Papas, malos sacerdotes, malos católicos. Pero ¿qué significa eso? ¿Que se ha
aplicado el Evangelio? No, todo lo contrario, en esos casos no se ha aplicado el
Evangelio».

        Es buena también la respuesta que un buen sacerdote dio a un joven que se
le quejaba, y con razón, de las cosas malas que ve en el mundo, en la sociedad y en
la propia Iglesia. "Mira", le dijo, "vamos a proponernos tú y yo a ser de veras unos
buenos cristianos, unos buenos ciudadanos... así dos sinvergüenzas menos que hay
en el mundo..." La mejor receta para el mal que vemos es esa, aumentar con la
virtud personal, el nivel moral que vemos a nuestro alrededor cueste lo que cueste.
Si me limito sólo al pataleo... ¿no será que así justifico mi propia mediocridad?
("Como todo el mundo lo hace...")

      Te doy gracias Dios mío por los afectos, inspiraciones y buenos propósitos
que me has concedido. Ayúdame a ponerlos por obra. Madre mía intercede por mí.
El siervo no es más que su
    señor. Si a mí me han
    perseguido, también a
vosotros perseguirán (Jn 15,
             20)
Tema 9: La Iglesia y Las Persecuciones
        Este tema tiene un carácter especial. Va a tratar de la relación de la Iglesia
con las persecuciones en un doble sentido: cuando la Iglesia ha perseguido la
herejía, y cuando la propia Iglesia a lo largo de la historia ha sido perseguida por
causa de la fe. La razón de este doble enfoque es sencilla: a la Iglesia muy rara vez
se la ve como perseguida en ámbitos públicos: medios de comunicación y en los
libros de texto oficiales de los ciclos medios y superiores de estudio, por lo que
cuando se la juzga en este tema, su posición en la historia queda inevitable e
injustamente desequilibrada.

       Esta perspectiva no se ofrece con la intención de "justificar" los males que
ciertos miembros de la propia Iglesia han cometido. Tampoco se hace con el ánimo
revanchista del "y tú más". Se hace con el deseo de ser justos ofreciendo una serie
de datos rigurosamente históricos que, sencillamente, son prácticamente
desconocidos por la inmensa mayoría de la sociedad, sobre todo juvenil. Esto
ayuda a situar con mejor perspectiva cuál es la relación de la Iglesia con el tema de
la persecución, pues es muy poco conocida como "víctima" y casi siempre como
"verdugo".



       La Inquisición.
      Hay que partir de una base fundamental: la Iglesia tiene el deber de
conservar intacto el depósito de la fe recibido de Cristo, de ser maestra de la
verdad, de velar para que la fe no se deforme en las conciencias de sus hijos.

       Para orientar la argumentación vamos a partir de un dato histórico que es
indiscutible y muy importante:

         Durante el primer milenio la Iglesia siempre se inclinó por la benignidad en el
trato de los presuntos herejes. No hubo persecución sistemática por parte de la
Iglesia.

      Esto no sólo era una cuestión "de hecho", sino
que en declaraciones solemnes como la del Papa León
Magno (440-461) que establece el principio de que el
derramamiento de sangre repugna a la Iglesia. El




                                                                    San León Magno
Concilio XI de Toledo (a. 675) en el canon 6 prohíbe a los eclesiásticos, bajo las más
rigurosas penas, participar en un juicio de sangre e imponer a cualquier persona una
mutilación corporal. Incluso en los casos en los que el poder civil actúa con castigos
violentos lo habitual

era la protesta formal de la Iglesia, así el Papa Siricio y el obispo San Martín de
Tours, ante el emperador Máximo, con motivo de la condena a muerte de
Prisciliano.



Herejes declarados como el monje Gotescalco sufrieron a lo sumo el castigo de
azotes y prisión en un monasterio (a. 849). Otros, como Berengario
de Tours, que fue el primero en negar la presencia sustancial de
Cristo en la eucaristía, es recibido con total normalidad por el Papa
Gregorio VII, el cual consigue, al menos temporalmente,
convencerle de su error (Sínodos de Roma 1078 y 1079).
Terminará sus días, plácidamente reconciliado definitivamente con
la Iglesia el año 1088 en la isla de San Cosme.                       Berengario de Tours

        Hubo una serie de circunstancias en el siglo XI que hicieron variar la actitud
de la Iglesia. Tengamos muy en cuenta, que además de ignorancia, sería también
injusticia medir con las categorías de hoy, actitudes de hace ocho siglos, sin que
por esto se pueda justificar lo injustificable, como la tortura. Sencillamente, los
valores, los principios, los ideales que la sociedad de la Edad Media consideraba
como el más valioso tesoro para su cultura, para sus ciudades y naciones eran bien
diferentes de los que priman en la sociedad moderna. Estos son los hechos que
desembocaron en la institución del tribunal de la Inquisición:

       Las autoridades civiles -ya desde los tiempos del Imperio de Roma,
primero contra los cristianos y después contra los herejes- tenían una larga
tradición en lo que se refiere a la persecución violenta de la herejía. En el siglo XI el
castigo que se les daba en Francia era el fuego, en Alemania la horca. Así en 1052 el
emperador Enrique III, que pasaba las Navidades en Goslar,
mandó ahorcar a un grupo de cátaros, según testifica la crónica
de Hermann Contracto. No era mucho más suave la pena en
Inglaterra, pues el rey Enrique II en 1166 hizo marcar en la
frente un hierro al rojo vivo, y después de azotarlos en público,
los echó fuera, con la prohibición de que nadie les diera
alojamiento, por lo que en invierno murieron de frío. Consta
igualmente que en Flandes, el conde Felipe, en 1183, confiscó
bienes y mandando a la hoguera a nobles, plebeyos, clérigos,
caballeros, doncellas, viudas y casadas. De Felipe Augusto de         Enrique II
Francia sabemos que hizo quemar a ocho cátaros en Troyes en 1200, y a otros
muchos en 1204, tanto hombres como mujeres, clérigos o laicos.
Los cronistas medievales refieren muchos casos en que el pueblo exigía la
muerte del hereje y no toleraba que las autoridades se mostraran
condescendientes y blandas. Así, cuenta Guillermo Nogent que descubiertos en
Soissons (1114) algunos herejes, y no sabiendo qué hacer el obispo Lisiardo de
Chalons, se dirigió en busca consejo al concilio de Beauvais; en su ausencia el
pueblo asaltó la cárcel, sacó fuera de la ciudad a los herejes detenidos y los
abrasaron entre llamas. La Inquisición no nace contra el pueblo sino para
responder a una petición de éste.
        En una sociedad preocupada sobre todo por la salvación eterna, el hereje es
percibido por la gente (comenzando por la gente corriente y analfabeta) como un
peligro, del mismo modo que en culturas como la nuestra, que no piensan más que
en la salud física, se consideraría peligroso a quien propagase enfermedades
contagiosas mortales o envenenara el ambiente. Para el hombre medieval, el hereje
es el Gran Contaminador, el enemigo de la salvación del alma, la persona que atrae
el castigo divino
sobre la comunidad. Por lo tanto, y tal como confirman todas las fuentes, el
dominico que llega para aislarlo y neutralizarlo, no se ve rodeado de
«odio», sino que es recibido con alivio y acompañado por la solidaridad
popular.
        Consecuentemente, entre las deformaciones más vistosas de cierta
historiografía está la imagen de un «pueblo» que gime bajo la opresión de la
Inquisición y
espera con ansia la ocasión de liberarse de ella. Pero ocurre justamente lo
                                          contrario; si a veces la gente se muestra
                                          intolerante con el tribunal, no es
                                          porque sea opresivo sino todo lo contrario,
                                          porque es demasiado tolerante
                                          con personas como los herejes que, si
                                          hemos de atender a la vox populi, no
                                          merecen las garantías y la clemencia de la
                                          que los dominicos hacen gala.
                                          Lo que en realidad querría la gente es
                                          acabar con el asunto deprisa,
deshacerse sin demasiados preámbulos de aquellas personas para las que
los jueces de sayo multiplican las garantías legales.
       La Inquisición no intervenía para excitar pues al populacho sino, al
contrario, para defender de sus furias irracionales a los presuntos untadores o a las
presuntas brujas. En caso de agitaciones, el inquisidor se presentaba en el lugar,
seguido por los miembros de su tribunal y, con frecuencia, por una cuadrilla de sus
guardias armados. Lo primero que hacían estos últimos era restablecer el orden y
mandar a sus casas a la chusma sedienta de sangre. Acto seguido, y tomándose
todo el tiempo necesario, practicando todas las averiguaciones, aplicando un
derecho procesal de cuyo rigor y de
cuya equidad deberíamos tomar ejemplo, se iniciaba el proceso. En la gran
mayoría de los casos y tal como prueban todas las investigaciones
históricas, dicho proceso no terminaba con la hoguera sino con la
absolución o con la advertencia o imposición de una penitencia religiosa.
Quienes se arriesgaban a acabar mal eran aquellos que, después de las
sentencias, volvían a gritar: «¡Abajo la bruja!» o «¡Abajo el untador!».



      Las nuevas herejías que alcanzaron su punto de máximo auge en el siglo
XII
-maniqueos, cátaros, albigenses...-, tienen como novedad el hecho de que no sólo
son casos de conciencia, sino que se convierten en alteradores violentos del orden
social. En este sentido, el concilio III de Letrán (1179), después de lanzar el
anatema eclesiástico contra los cátaros, trata de otros herejes peligrosos de
Brabante y del sur de Francia, que cometen barbaridades contra los cristianos, sin
respetar iglesias ni monasterios, sin perdonar a viudas, ancianos y niños,
devastándolo todo, a la manera de los sarracenos. Contra éstos el Papa Alejandro
III predica la guerra con honores e indulgencias de cruzada.
        Otro paso de verdadera importancia se dio en la dieta de Verona por parte
del Papa Lucio III. De acuerdo con el emperador Federico I Barbarroja (más que
con el acuerdo, con el aliento), promulgó la constitución "Ad abolendam",
anatematizando entre otros, a los cátaros, y dejándolos al arbitrio del poder civil
para que los castigase con la pena correspondiente ("animadversione debita"). No
mencionaba la pena de muerte; lo legal entonces, era el destierro y la confiscación
de los bienes.

       Llegados a este punto vamos a ver las circunstancias concretas en las que
nace la Inquisición.

       Según el historiador Mons. Douais, el emperador Federico II
planeaba recabar para sí, el juicio y represión de la herejía para
alcanzar una situación privilegiada y ventajosa sobre la misma potestad
del Romano Pontífice. Gregorio IX comprendió sus
intentos, y a fin de atajarle los pasos, quiso
adelantarse, reivindicando para la Iglesia el derecho
exclusivo de juzgar a los herejes en cuanto a tales,
para lo cual creó un tribunal de excepción, que, al
mismo tiempo que juzgaba las doctrinas, tutelaba
las personas contra las arbitrariedades del poder
civil.

A ello se llegó paso a paso. El 22 de noviembre de
1220 promulgó el emperador una constitución                    Federico II
confirmando lo estatuido en el concilio IV Lateranense contra los
herejes; éstos son condenados a destierro, infamia perpetua,
confiscación de sus bienes y pérdida de sus derecho civiles. Nada de
pena de muerte. Cualquiera diría que al astuto monarca le movía el más
puro celo religioso, cuando en realidad sus móviles eran políticos,
además de la razón de orden público y la avaricia de dinero.

       Bajo el influjo de los legistas, empeñados en resucita r el
antiguo derecho romano, Federico dio un paso decisivo. El Derecho
romano señalaba la pena del fuego para los maniqueos; ahora bien,
los modernos herejes, los más peligrosos, es decir, los cátaros o
albigenses, ¿no profesaban el maniqueísmo? Además, en la
legislación de la antigua Roma se castiga con la muerte a los reos de lesa
majestad humana; ¡cuanto más merecían tal castigo los herejes, "cum
longe gravius sit aeternam quam temporalem offendere maiestatem"!
Conforme a estos principios, en marzo de 12 24 condenó a todos los
herejes de Lombardía a ser quemados vivos o, al menos, a que se les
cortase la lengua, suplicio, por otra parte, frecuente en Francia, como
hemos ya visto, y no del todo inusitado en Alemania, pues consta que en
1212 nada menos que ochenta herejes fueron quemados en Estrasburgo.

       La trascendencia de este decreto estuvo en que más tarde
Gregorio IX, a instancias tal vez del Beato Guala, O.P., obispo de Brescia,
lo hizo incluir en su registro. Otros edictos imperiales de fecha
posterior insistían en la pena del fuego para los herejes. En algunos
de ellos Federico alude a "la plenitud del poder", al "origen divino
de su autoridad", a su "misión de proteger a la Iglesia", y afirma que
"el sacerdocio y el Sacro Imperio tienen el mismo orig en divino e
idéntica significación", de donde se podía sospechar -y los hechos lo
evidenciaban-, que el emperador quería arrogarse los derechos
civiles y eclesiásticos. Podría, pues, dictaminar en cuestiones de
religión y, procediendo contra los herejes co n más ardor y celo que
el mismo Papa, se presentaría ante la cristiandad como el campeón
de la fe.

        Llega el año 1231, y Gregorio IX se decide a instituir un juez
                        extraordinario, que actúe en nombre del papa, haciendo
                        inquisición y juicio de los herejes. Tendremos con ello la
                        Inquisición Medieval en su sentido estricto. El momento
                        de su creación debió de ser en febrero de 1231,
                        coincidiendo con el decreto que expidió Gregorio IX contra
                        los herejes de Roma, entregándolos a la justicia secul ar, a
                        fin de que ésta les infligiese el merecido castigo.
                        Lo que más vivamente deseaba era impedir que la
Gregorio IX
autoridad civil del emperador se arrogase derechos sacros que no eran suyos,
porque los últimos decretos de Federico II contra "los herejes que inten tan
desgarrar la túnica inconsútil de Nuestro Señor" parecían los de un pontífice.

       Y todos los herejes, aun los levemente sospechosos de herejía, quedaban
expuestos a la pasión política, a la ignorancia y a la arbitrariedad de los
magistrados imperiales. Por eso Gregorio IX pensó que era necesario encauzar la
represión de la herejía dentro de normas jurídicas y eclesiásticas , con lo cual
salían favorecidos los mismos herejes. Y eso es lo que indujo a Mons. Douais a
afirmar que, al instituir el tribunal de la Inquisición, Gregorio IX, en su época,
trabajó por la civilización, ya que para proteger al hereje la Iglesia no tenía
más que un medio: juzgarlo Ella misma.

       "La Iglesia tenía la obligación de sustraer al reo a las violencias a que
estaba expuesto. Sabemos cuáles eran esas violencias: de una parte, actos de
salvajismo de la población amotinada; de otra, la confiscación arbitraria de sus
bienes, que el juez secular, al servicio de un señor exigente, pronunciaba
precipitadamente, después de haber dado c on no menor precipitación sentencia
de herejía. La Inquisición tenía que ser institución pontificia; sólo el papa, juez
universal de la Iglesia, tenía autoridad para instituirla"
(C.Douais, L´Inquisition. Ses origines. Sa procédure, París 1906, p. 143).

       Gregorio IX quiso oponer el nuevo tribunal al emperador, y que si éste no
le hubiera movido, y en parte forzado a ello, ese juez, de quien nadie sentía
necesidad, no hubiera sido instituido. Aquí está, todo el nudo del por qué
histórico de la Inquisición.
       Por análoga razón había afirmado Menéndez Pelayo, al tratar de los
severos decretos de Pedro el Católico, que la Inquisición era un evidente progreso
al lado de semejante legislación civil.

       La Inquisición se instauró en España en 1242 y no fue abolida formalmente
hasta 1834. Su actuación más intensa se registra entre 1478 y 1700, durante el
gobierno de los Reyes Católicos y los Austrias. En cuanto al número de ajusticiados, los
estudios realizados por Heningsen y Contreras sobre las 44.674 causas abiertas entre
los años 1540 y 1700, concluyeron que fueron quemadas en la hoguera 1.346 personas
(algo menos de 9 personas al año en todo el enorme territorio del imperio español,
desde Sicilia hasta el Perú, lo cual representa una tasa inferior a la de cualquier
tribunal provincial de Justicia).

El británico Henry Kamen, conocido estudioso no católico de la Inquisición española,
ha calculado un total de unas 3.000 víctimas a lo largo de sus seis siglos de existencia.
Kamen añade que “resulta interesante comparar las estadísticas sobre condenas a
muerte de los tribunales civiles e inquisitoriales entre los siglos XV y XVIII en Europa:
por cada cien penas de muerte dictadas por tribunales ordinarios, la Inquisición emitió
una”.
Con más de cinco mil estudios ya publicados sobre la Inquisición, los expertos dan por
zanjada la polémica en torno a los datos históricos, y centran ahora sus esfuerzos en el
análisis de la sociología, la hacienda y la jurisprudencia del Santo Oficio. La leyenda
negra ha muerto ya para los historiadores, pero sigue circulando entre personas
menos documentadas. Afortunadamente, la fe cristiana custodia una doctrina que le
permite rectificar los errores prácticos en los que hayan incurrido sus miembros a lo
largo de la historia: la doctrina del Evangelio.




       Cuando los cristianos (reyes, obispos, religiosos, laicos...) han violado la
dignidad humana, han actuado de forma gravemente contraria al mensaje del
evangelio que es siempre el mismo. Sin embargo, cuando la Iglesia es perseguida,
lo es habitualmente, en conformidad con la legalidad vigente.


       La Iglesia perseguida
       Sólo expondremos unos ejemplos de variada naturaleza y ámbito:

       -En febrero de 2009 Carline Petrie trabajaba como enfermera en el hospital
británico North Somerset Primary Care. Tenía entonces 45 años. Fue acusada de
"violar el código de conducta sobre igualdad y diversidad" y suspendida de empleo
por ofrecer a una paciente, May Phippen rezar por ella, a pesar de que la propia
anciana tenía también creencias cristianas y juzgó injusta la acusación a que se vio
sometida.

       Ese mismo febrero de 2009, Jennie Cain tuvo que hacer frente a su despido
del colegio en el que trabajaba como recepcionista, a causa de que su hija de cinco
años había mantenido una conversación con una compañera en la que la niña había
hablado de Jesucristo y del infierno. Fue marginada en el aula y duramente
reconvenida por su profesora, quien le dijo con dureza que no debía hablar de
Jesucristo.

       A finales de 2008 una azafata de la British Airways, Nadia Eweida, había
sido conminada por la dirección de la empresa para que prescindiese de la cruz
que llevaba asomando sobre su uniforme. Una compañera Shirley Chaplin perdió
su trabajo por el mismo motivo en 2010.

       El matrimonio Owen y Eunice Johns, vio denegada la posibilidad de adoptar
niños en razón de sus creencias cristianas.

       (Artículo "Alba"nº 383. "La cristofobia de las cinco")
-Una media de 30 misioneros/as son asesinados cada año en sus
respectivos destinos.

       http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=6294&mes=1&ano=2010

       -Persecución en el ámbito académico.

       http://chronicle.com/article/An-Academic-Auto-da-F-/133107/

       -Persecución por parte del mundo islámico:

       http://lamatrixholografica.wordpress.com/2012/05/28/cristianos-quemados-vivos-en-
       nigeria-monstruoso-holocausto-ante-la-indiferencia-internacional/ (Censurado por
Facebook)

       http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=24044

       http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=24282

       http://www.youtube.com/watch?v=WkSy_JjS1dE

       -Caso de Asia Bibi:

       http://www.youtube.com/watch?v=5Nwy1yyiBWE

       http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=24418

        -La Revolución Francesa proscribió a la Iglesia Católica. Según Reynald
Secher, en la región de La Vendeé ejecutó a unos 120.000 católicos (el 15% de la
población), por no renunciar a su fe. Los datos de esta masacre los descubrió en
documentación conservada a salvo, a escondidas, por particulares. Ningún dato
oficial ha quedado para la posteridad al haber sido destruido cualquier constancia
oficial documental del hecho.

      Con las pieles curtidas de las víctimas se hicieron botas -en el caso de los
hombres- y guantes -en el caso de las mujeres- para los oficiales. Centenares de
cadáveres fueron hervidos para extraer grasa y jabón.




       -Persecución en China:

       http://www.hazteoir.org/node/3039

       http://www.youtube.com/watch?v=c5QlD_oxoqc

       http://www.youtube.com/watch?v=2L_kBtGHfu0

       http://www.youtube.com/watch?v=9tjope5VVA8
http://www.youtube.com/watch?v=BZQ5H0mwigI

       http://www.youtube.com/watch?v=kcCSF_g8bjM



       -Persecución en España durante la II República (1931-1939):

       http://www.youtube.com/watch?v=fQaRBFUUic8

       http://www.youtube.com/watch?v=Qhs0m084ALk&feature=relmfu

       http://www.youtube.com/watch?v=6B1w12m0ml0&feature=relmfu

       http://www.youtube.com/watch?v=jECBfuzTm4U&feature=relmfu

       http://www.youtube.com/watch?v=2i5r6Sc4o64

       http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=24437

        Lo que es cierto es que en la España republicana la matanza de
católicos (y sólo de católicos, porque las iglesias y pastores protestantes no
fueron tocados) no tuvo por finalidad castigar a hombres específicos y sus
presuntas culpas. Constituyó un intento de hacer desaparecer a la Iglesia
misma. Como escribe el historiador de izquierdas Hugh Thomas: «Nunca
en la historia de Europa y quizá en la del mundo, se había visto un odio tan
encarnizado hacia la religión y sus hombres.» Y, para citar a otro estudioso
fuera de sospecha y, además, testigo directo, como Salvador de Madariaga
(antifranquista convencido, partidario del gobierno republicano y exiliado
después de la derrota): «Nadie que tenga buena fe y buena información
puede negar los horrores de aquella persecución: durante años, bastó
únicamente el hecho de ser católico para merecer la pena de muerte,
infligida a menudo en las formas más atroces.»
Hubo casos como el del párroco de Navalmoral, sometido al mismo
suplicio que Jesús, comenzando por la flagelación y la corona de espinas
hasta llegar a la crucifixión, en el que el martirizado también se comportó
como Cristo, bendiciendo y perdonando a los milicianos anarquistas y
comunistas que lo atormentaban. Hubo casos de religiosos a los que
encerraron en la plaza de toros y les cortaron las orejas como en las
corridas. Hubo casos de cientos de curas y monjas a los que quemaron
vivos. A una mujer «culpable» de ser madre de dos jesuitas la ahogaron
haciéndole tragar un crucifijo. En un momento dado, en el frente llegó a
faltar la gasolina, utilizada con profusión para quemar no sólo a los
hombres, sino las obras de arte y las antiguas bibliotecas de la Iglesia, un
desastre cultural provocado por un odio ciego hacia la fe. Pero no era la
primera vez que se producían hechos similares; lo mismo ocurrió con el
vandalismo francés jacobino y con el del Risorgimento italiano.
Los partidos y movimientos republicanos que subieron al poder en 1931
favorecieron de inmediato el clima de odio religioso que, en sólo diez días de la
insurrección de Asturias de 1934, dio como resultado la matanza de 12
sacerdotes, 7 seminaristas, 18 religiosos y el incendio de 58 iglesias. A
partir de julio de 1936, la matanza se generalizó: se dio muerte en las
formas más atroces a 4.184 sacerdotes diocesanos (incluyendo seminaristas),
2.365 frailes, 283 monjas, 11 obispos, un total de 6.832 víctimas «clericales».
Se cuentan por decenas de miles los laicos asesinados por el solo
hecho de llevar una medalla religiosa con la imagen de un santo. En
ciertas diócesis como la de Barbastro, en Aragón, en un solo año fue
eliminado el 88 % del clero diocesano.
La casa de las salesianas de Madrid fue asaltada e incendiada y las
religiosas fueron violadas y apaleadas después de ser acusadas de darles
caramelos envenenados a los niños. Los cuerpos de las monjas de clausura
fueron exhumados y expuestos en público como escarnio. Se llegó al
extremo de recuperar barbaries cartaginesas como la de atar a una persona
viva a un cadáver y dejarla al sol, hasta que ambos se pudrieran. En las
plazas se fusilaba incluso a las estatuas de los santos y las hostias
consagradas eran utilizadas de forma obscena.



       Oración
                             Señor Jesús, creo que estás aquí, que me ves. que me
                     oyes... te pido perdón por mis pecados y tu ayuda para hacer
                     con provecho este momento de oración. Madre mía, María,
                     intercede por mí.


                               El cardenal Van Thuang, que padeció nueve años de
                       cárcel en las prisiones comunistas del Vietnam cuenta cómo
                       se las arregló para evangelizar a sus carceleros.
                       «En la cárcel siempre había dos policías conmigo, pero no me
hablaban. Tenían la orden de no hacerlo porque les habían dicho que yo era muy
peligroso. Yo pensé que también a ellos les debía amar y que debía hacerlo como
Jesús me había amado a mí. Así que empecé a contar en voz alta historias de mi
vida, de mis viajes. Así atraje su curiosidad.
        Poco a poco se convirtieron en mis alumnos y yo les enseñé francés e
inglés. Eso tuvo sus ventajas. Un día yo tenía que trabajar cortando la madera para
la prisión. Le pedí al carcelero que me dejara cortar un pedazo en forma de cruz y
él me dijo que estaba prohibido. Yo le dije que no me lo podía negar, que éramos
amigos, que era mi alumno. Entonces él miró hacia otro lado mientras yo hacía una
cruz de madera. Para esconderla la llevaba siempre en la pastilla de jabón. Con ella
hice la cruz pectoral cuando fui liberado.
En otra ocasión -sigue diciendo Van Thuan-, le pedí al carcelero que me
dejara cortar un alambre para hacerme una cadena. Me dijo que de ninguna
manera, pues era contra las normas de la cárcel. Yo le argumenté como al otro,
pero no me hizo caso. Pasados unos días, me dijo que me iba a ayudar él mismo a
cortar el alambre y a hacer la cadena. Estuvimos cuatro horas haciéndola juntos.
Hasta tal punto llegó mi relación con los carceleros que, al principio, los jefes
comunistas habían decidido que debían ser cambiados cada dos semanas, para que
yo no los contaminara. Luego decidieron dejar siempre a los mismos para que,
según dijeron, no echara a perder a toda la policía.»

        NO TE CONVIERTAS EN LO QUE ODIAS.
        En la famosa película Ben-hur, el protagonista, obcecado por el odio contra
su enemigo es advertido por su prometida: «Ya no te conozco. Odias tanto que te
has convertido en Mesala, el malvado objeto de tu odio». Un santo de carne y
hueso: Juan Gualberto. Este hombre había planeado matar por venganza al asesino
de su hermano. Lleno de odio y resentimiento, siguió al asesino y cuando estaba a
punto de llevar a cabo su propósito, el hombre le imploró piedad. Juan súbitamente
se dio cuenta de lo que estaba haciendo. Él odiaba a este hombre por ser un
asesino, pero al matarlo se convertiría en lo mismo. Entonces decidió perdonarlo.
Luego, Juan apartó su espada y fue a un monasterio para convertirse en monje.
        Allí se dedicó a orar y a trabajar. Además se hizo tan famoso por sus buenas
obras y su sabiduría espiritual que grandes multitudes acudían a pedirle consejo.
Este hombre, que estuvo a punto de convertirse en un asesino, finalmente se
convirtió en santo.

        Todos somos capaces de los mayores errores, de los mayores horrores... y
también de las mayores proezas; depende de hacia dónde inclinemos la balanza de
nuestra voluntad. Contamos la mano de María para ayudarnos a decidirnos por
Jesús, por muy imposible que humanamente pueda resultar...

 Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y os calumnien de cualquier
                                 modo por mi causa.
   Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el Cielo: de la
    misma manera persiguieron a los profetas que os precedieron. (Mt 5, 11-12)
Te doy gracias Dios mío por los afectos, inspiraciones y buenos propósitos que me
has concedido. Ayúdame a ponerlos por obra. Madre mía intercede por mí.

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Más Allá De Las Diferencias

Catequesis confirmación 1.5

  • 1. Hace pocas fechas afirmaba Benedicto XVI: “Hoy vivimos en una sociedad que ha cambiado profundamente, incluso con respecto al pasado reciente, y que está en continuo movimiento. Los procesos de secularización y una mentalidad nihilista, por la cual todo es relativo, han marcado con fuerza la mentalidad común (...) Si el individualismo y el relativismo parecen dominar el ánimo de muchos contemporáneos, tampoco se puede decir que los creyentes sean completamente inmunes de estos peligros (...) El sondeo efectuado en todos los continentes para la celebración del Sínodo de los Obispos sobre la Nueva Evangelización, ha evidenciado algunos: una fe vivida de forma pasiva y privada, el rechazo de la educación en la fe, la fractura entre fe y vida. Hoy, a menudo, el cristiano ni siquiera conoce el núcleo central de su fe católica, del Credo y deja así lugar a una especie de sincretismo y relativismo religiosos, sin claridad acerca de las verdades en que creer y sobre la singularidad salvadora del cristianismo (...) Tenemos que volver a Dios, al Dios de Jesucristo; tenemos que volver a descubrir el mensaje del Evangelio y hacer que entre con más profundidad en nuestra conciencia y en nuestra vida cotidiana". El Papa hace referencia a las catequesis que, a día de hoy, ha inaugurado ya, con motivo del Año de la Fe, con el fin, afirmaba, de "retomar y profundizar las verdades centrales de la fe sobre Dios, sobre el ser humano, sobre la Iglesia, sobre toda la realidad social y cósmica, meditando y reflexionando sobre las afirmaciones del Credo. Y quisiera que resultase claro que estos contenidos o verdades de la fe, atañen directamente a nuestras vivencias; requieren una conversión de la existencia que da vida a un nuevo modo de creer en Dios”. Benedicto XVI-Ciudad del Vaticano, 17 octubre 2012 Es este el espíritu desde el que modestamente se ofrecen estas temas de formación, teniendo en cuenta que el cofrade, antes que nada es persona y es cristiano, y por tanto, para vivir adecuadamente su espiritualidad, necesita fundamentar su fe, que en el contexto cultural en el que nos movemos, pasa por: -Buscar la armonía razón y fe. -No dar nada por supuesto y argumentar los fundamentos de nuestra fe. -Dar espacio para la oración y el diálogo. -Dedicar a cada tema el tiempo que sea oportuno, ya que son lo suficientemente importantes como para que primen en exceso criterios como la extensión. Las ideas deben quedar claras, y en este sentido, lo mejor sería contar con alguien bien formado que ejerza como guía en el desarrollo y profundización de cada tema que se expone.
  • 2. -No dejar necesariamente totalmente explicada y resuelta cada cuestión... El objetivo inmediato es dar razones sólidas para responder a asuntos candentes y por lo tanto, hacer pensar. El fin primordial que se busca es: Ayudar a relacionarse personalmente con Dios en el trato íntimo de la oración. Ayudar a ser personas con criterio cristiano a través de una fe formada. Bibliografía utilizada: "Un pan para cada día" de Agustín Filgueiras (Desclée de Brouwer). "Ciencia, ateísmo y fe en Dios" de José Antonio Sayés (Eunsa). "Cristianos del mañana" de José Gea Escolano (PPC). "Cuestiones Controvertidas" de AA.VV. Coordinador José Gay Bochaga (Palabra). "Teología Fundamental" de Albert Lang (Rialp). "Razones para creer" de Gonzalo Lobo (Rialp). "50 preguntas sobre Jesús" de AA.VV. Coordinador Juan Chapa (Rialp). "Leyendas negras de la Iglesia" de Vittorio Messori (Planeta). "Convivencias para los 14-15 años" de Antonio Botana (CVS). "En torno al hombre" de José Ramón Ayllón (Rialp). "Catequesis de confirmación" de la Diócesis de Palencia. "Anécdotas y Virtudes" de Julio Eugui (Rialp). "Ética profesional" de José Luis de los Reyes (Charlas Escuela Taller S. Miguel de Guadix). "Biblia Clerus" de la Congregación para el Clero. "The problem of pain" de C.S. Lewis (Harper Collins). "El Catecismo" por Mons. José Ignacio Munilla (Radio María). "Historia de la Iglesia" de Llorca, Villoslada, Montalbán (BAC). "Via Pulchitudinis" del Pontificio Consejo para la Cultura.
  • 3. Tema 0: Los planetas EL CAMINO DE LOS PLANETAS Vamos a recorrer con el camino de los Planetas, es decir, de los mundos en los que cada uno se encuentra instalado. Será un camino de reflexión sobre sí mismo. Descubriremos que en cada uno de esos planetas hay parcelas que nos pertenecen, hay muchos «intereses» nuestros... Claro que, en realidad, los planetas están tan cercanos, funcionan en órbitas tan próximas que a veces es muy difícil diferenciarlos. Por eso, el reconocimiento de «parcelas» lo haremos con todas ellas mezcladas; sólo después las separaremos para distinguir el planeta en el que estamos más afianzados. Puntúa cada una de las siguientes frases de 0 a 3 puntos, de la siguiente forma: 3: Es algo que suelo hacer normalmente. 2: Lo hago con bastante frecuencia. 1: Lo hago a veces. 0: Nunca lo hago o rara vez. 1. Suelo utilizar alguna persona (compañero, hermano...) para dominarla, reírme de ella o ponerla a mi servicio. 2. Intento atraer la atención de los demás sobre mí; necesito sus alabanzas. 3. Aprovecho todas las oportunidades que se me presentan de disfrutar, de la forma que sea. 4. El dinero es algo muy importante para mí, al que se pueden sacrificar otros valores, como la amistad, la libertad, la honradez... 5. Soy partidario de que se castigue con dureza a todo el que cometa alguna infracción. 6. En la práctica, respeto muy poco los derechos de los demás. Al menos, no pienso en ellos. 7. Difícilmente ayudo a otros, aunque me lo soliciten. 8. Trabajo bastante menos de lo que puedo y debo. 9. Cuando un compañero me pide algo prestado, casi seguro que se lo niego o pongo muchas condiciones. 10. Cuando me hacen alguna «faena», trato de vengarme. 11. En las discusiones soy intransigente. No aguanto que me lleven la contraria o que discutan mis opiniones. La última palabra ha de ser mía. 12. Me enfado cuando no me dan algo que he pedido. 13. Me dejo llevar de la pereza. Busco, ante todo, la comodidad y huyo de todo aquello que me exija esfuerzo. 14. Pienso que lo que un hombre ha ganado con su inteligencia o su trabajo es
  • 4. sólo suyo y no tiene por qué cederlo a nadie que esté necesitado, si él no quiere. 15. Tiendo a burlarme o aprovecharme de los que son más débiles que yo. 16. Soy intolerante con las limitaciones y errores de los demás. Procuro echárselos en cara.| | 17. En los deportes o actuaciones culturales o festivas intento ser el protagonista o el «figurín». 18. Dedico a la T.V. más tiempo del que debiera, quitándoselo a otras obligaciones, o a otros medios de formación, o a la relación con mi familia y mis amigos. 19. Creo que la felicidad está en proporción directa al dinero que se tenga. 20. No consiento que nadie se ría o trate de aprovecharse de mí, y si hace falta me defiendo con los puños. 21. Me gusta juzgar la actuación o las intenciones de los otros, incluso sin conocerlas suficientemente.| | 22. Cuando tengo algún conflicto con mis padres o con mis profesores, tiendo a pensar que la culpa es de ellos. 23. Me entretengo con películas, revistas u otras diversiones que me satisfacen aunque vayan contra los principios morales. 24. A la hora de repartir algo (comida u otra cosa) pienso ante todo en mí mismo y trato de sacar la mejor tajada. 25. Me enfado con facilidad y manifiesto mi agresividad en respuestas hoscas, insultos, descortesías.. 26. Me da envidia que otros compañeros saquen mejores notas que yo o tengan más éxito. 27. No acepto el trabajo en equipo, ni pongo a disposición de los demás mis descubrimientos; si lo hago es para que me alaben. 28. En materia sexual, suelo actuar más guiado por mis instintos que por mi conciencia o por la moral. 29. No respeto las cosas de los demás, y si me interesa algo que no es mío hago lo posible por quedarme con ello. 30. Desconfío, «por principio», de los demás. Difícilmente creo en la buena voluntad de los otros, y más bien pienso que cada uno está en plan de engañar a los demás. 31. No acepto, o lo hago sólo si no hay más remedio, que un compañero me dé órdenes (por ser delegado de clase, jefe de equipo, etc.). 32. Si alguien piensa de distinta forma que yo o me lleva la contraria, me aparto de él o no le dirijo la palabra. 33. En mis vacaciones prefiero los entretenimientos que fomen tan mi pasividad (cine, TV., playa...) a aquellos que me exigen esfuerzo y creatividad (actividades artísticas, escultismo...). 34. Gasto dinero en bastantes cosas inútiles o de las que podría prescindir perfectamente. 35. Suelo practicar la crítica a espaldas de los otros. Hablo mal de ellos. 36. No hago caso a las observaciones o sugerencias de mis padres. Si puedo, las burlo o me excuso para no obedecerlas. 37. No admito críticas de otros, ni aguanto las bromas que me humillan. 38. No me interesa conocer los problemas que tengan mis compañeros. Cada uno que se los resuelva como pueda.
  • 5. 39. En las diversas campañas que requieren aportación económica (Domund, Navidad, Contra el hambre...) contribuyo muy poco, sin generosidad en relación con mis posibilidades. 40. Soy rencoroso. Tardo en perdonar a los que me han ofendido. 41. Cuando puedo mandar sobre otros, lo hago de forma despótica, haciendo que los demás se humillen ante mí. 42. Miento cuando me conviene, por quedar bien o por lograr algún provecho. 43. Cuando encuentro alguna dificultad en mis estudios o en otras actividades suelo recurrir a otros para que me la resuelvan, o bien abandono el asunto, en lugar de afrontar personalmente la dificultad. 44. No me gusta invitar a mis compañeros, porque entonces me queda menos para mí. 45. No acostumbro a pedir perdón a quienes se hayan sentido ofendidos por mí. 46. Soy lo que se dice un «caprichoso». Trato de que los demás se dobleguen a mi voluntad. 47. No suelo reconocer mis equivocaciones. A lo más, trato de disimularlas. 48. No acepto responsabilidades. No quiero encargarme de nada que me suponga preocupación o estar pendiente de algo. Prefiero vivir tranquilo. 49. Si estoy estudiando y alguien me pide ayuda (mis padres, hermanos, amigos...), me niego o lo hago a regañadientes, pues considero que mi formación es lo más importante para mí. 50. Hay personas a las que odio o con las que rehúso hablar, o alguna clase social con la que me sería humillante relacionarme. ¿EN QUE PLANETA VIVES? Haz la gráfica según la suma de las puntuaciones obtenidas en las :correspondientes «parcelas»: 0-5 6-10 11-20 21-30 PODER (1-6-11-...) VANIDAD (2-7-12-...) EVASION (3-8-13-...) TENER (4-9-14-...) VIOLENCIA (5-10-15-...) — De 0 a 5: Tienes en trámites la concesión de ciudadanía en ese planeta. A poco que te descuides, la tendrás. — De 6 a 10: Eres ciudadano de pleno derecho. — De 11 a 20: Estás entre los «instalados».
  • 6. — De 21 a 30: Categoría de «terrateniente». E L PLANETA QUE SO ÑÓ JE SU S Tiene varios nombres: «Mundo nuevo», «una tierra como Dios manda», «el mundo de las Bienaventuranzas», «Reino de Dios», etc. Aquí no hay «acciones». Sólo «contribuciones» libres. No se recibe. Sólo se da. No hay «intereses». Es «a fondo perdido». Pero, si ves con el corazón, tendrás «el ciento por uno». El que pueda entender, que entienda Puntúate de 0 a 3, y compara luego el resultado con el promedio de tus «acciones» en los otros planetas: 1. Colaboro fácilmente con quien me necesita, incluso aunque no me lo pida. 2.Me preocupo por los compañeros que puedan tener proble- mas o estar marginados, e intento ayudarles. 3. Trato de comprender a los que me resultan raros o cos. antiantipáti- 4. Intento perdonar siempre. No soy rencoroso. 5. Procuro evitar las ocasiones de caer en placeres que man- chan el corazón. 6. Suelo compartir mis cosas con los que veo que las necesitan. 7. Si alguien me molesta, o las cosas no resultan como yo quisiera, procuro aguantarme para que no se note mi enfado. 8. Estoy en contra de todo tipo de injusticia, y no dudo en dar la cara si hay que defender a alguien. 9. Resisto las molestias y aguanto las dificultades con tal de cumplir con mi deber. 10. Soy sincero. Aunque ello me traiga problemas, no admito la mentira. Tu «contribución» total equivale a: ...... puntos.
  • 7. 3. E N BU SCA DE L « CIE NTO PO R U NO » Si ya empiezas a ver con el corazón, «invierte» en este planeta nuevo que soñó Jesús. Es el único que tiene futuro. Repasa en la lista anterior y escribe a continuación, en forma positiva y por orden de prioridad o de esfuerzo que tú quieres hacer, aquellos rasgos que vas a trabajar en adelante y de modo inmediato. Fíjate que se trata de convertir «acciones» en «contribuciones», sacar de un «planeta» para invertir en otro. Oración Señor Jesús, creo que estás aquí, que me ves. que me oyes... te pido perdón por mis pecados y tu ayuda para hacer con provecho este momento de oración. Madre mía, María, intercede por mí. El príncipe y la estufa Me acababa de levantar, cuando vi a través de los cristales empañados de mi ventana. Yo a pesar de tanto abrigo, tiritaba de aburrimiento. El no estaba sólo. Venía al frente de su pequeño ejército de amigos voluntarios. Nunca había contemplado a un caudillo más joven y recio que él. Mis ojos cansados de soñar sin dormir, se esforzaban para no dar crédito a esta visión heroica, tan opuesta a mi vida. Temblé de rabia cobarde cuando noté que él me miraba. Con voz fuerte, mientras su mirada amablemente se mantenía hacia mí, me preguntó: "¿Te vienes conmigo". Como si no lo hubiera oído, casi disimulando, proferí algo así como: "¿Eehh.... Quéee...?". Su recia voz se oyó de nuevo: "¿Qué si te vienes voluntario conmigo?". Tartamudeando, débilmente respondí: "No, no puedo..., es que estoy aquí atado...; atado voluntariamente, al suave y lindo calorcito de mi estufilla...". Mientras yo bostezaba, su voz –la voz de él– resonó majestuosa, con la nobleza amplia de las
  • 8. cascadas eternas: "¡En marcha!". Sus soldados decididos y voluntarios, caminaron tras él sobre la blancura ideal de la nieve pura. Y sus huellas –las de él– y las de ellos, quedaron impresas profundamente, marcando un camino recto y nuevo hacia el sol. Pero yo..., yo no. He preferido quedarme aquí detrás de los cristales empañados, atado suave, cómodamente, al calorcito cercano de mi estufilla privada. (Rabindranath Tagore) Señor, vengo a catequesis para conocerte, para que me ayudes a salir de mí mismo. Ya que nos dices "el que quiera salvar su vida, la perderá; el que la pierda por Mí, la encontrará"... ayúdame a seguirte aunque me duela... Te doy gracias Dios mío por los afectos, inspiraciones y buenos propósitos que me has concedido. Ayúdame a ponerlos por obra. Madre mía intercede por mí.
  • 9. Mi alma está triste hasta la muerte; quedaos aquí y velad conmigo (Mt 26, 38)
  • 10. Tema 1: El sentido de la vida. La oración. (Atrévete a pensar por libre) La Palabra Jesús le respondió: «Un hombre preparó un gran banquete y convidó a mucha gente. A la hora de cenar, mandó a su sirviente que dijera a los invitados: “Vengan, todo está preparado”. Pero todos, sin excepción, empezaron a excusarse. El primero le dijo: “Acabo de comprar un campo y tengo que ir a verlo. Te ruego me disculpes”. El segundo dijo: “He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlos. Te ruego me disculpes”. Y un tercero respondió: “Acabo de casarme y por esa razón no puedo ir”. A su regreso, el sirviente contó todo esto al dueño de casa, y este, irritado, le dijo: “Recorre en seguida las plazas y las calles de la ciudad, y trae aquí a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los paralíticos”. Volvió el sirviente y dijo: “Señor, tus órdenes se han cumplido y aún sobra lugar”. El señor le respondió: “Ve a los caminos y a lo largo de los cercos, e insiste a la gente para que entre, de manera que se llene mi casa Porque os aseguro que ninguno de los que antes fueron invitados ha de probar mi cena”». Lc 14, 16-24 Tres fueron las excusas que se dieron: La granja. En la granja comprada se da a conocer el afán incontrolado de poseer. Así, las cosas terminan por poseerle a él. Le impiden ser libre para acudir a la invitación de su señor. Las cinco yuntas de bueyes son los cinco sentidos corporales... Y los hombres que no tienen fe, consagrados a las cosas de la tierra, no quieren creer otra cosa más que aquellas que perciben por cualquiera de estos cinco sentidos corporales. No, dicen, nosotros no creemos más que lo que vemos. Cuando pensamos de tal modo, aquellas cinco yuntas de bueyes nos impiden ir a la cena. Se llaman yuntas de bueyes porque por medio de estos sentidos carnales se buscan todas las cosas terrenas y los bueyes están inclinados hacia la tierra. El que dice: "He tomado mujer", simboliza la pasión carnal que también esclaviza cuando se convierte en un instrumento para el puro placer. "No puedo venir",
  • 11. porque cuando el objetivo es sólo "pasarlo bien", entonces te incapacitas para lo verdaderamente bueno. Donde está tu tesoro... Dos estudiantes iban camino de Salamanca, a pie, porque eran pobres y de lo que ahora se hablará ya hace unos siglos. Quiso la casualidad, si es que casualidades hay, que tropezasen con una losa que tenía todas las apariencias de una sepultura. En efecto, lo era. Debajo de una cruz había una inscripción grabada en la piedra: «Aquí yace el alma de Pedro Antúnez» A uno de los estudiantes le dio la risa: ¡cómo iba a estar el alma debajo de una piedra!, ¡la gente tiene cada cosa! Pero como ya atardecía y el lugar era agradable y con agua a mano, decidieron quedarse a dormir en ese paraje. El de la risa volvía una y otra vez sobre lo mismo, y cada vez se tronchaba más con la dichosa inscripción. Sin embargo, el compañero se había quedado pensativo. Acabó por proponer al otro remover la losa, cavar un poco e investigar el misterio de la tumba. Al poco de profundizar en la tierra apareció una bolsa repleta de monedas: era el «alma» de Pedro Antúnez; ahí, y no en otra cosa, había estado siempre su alma en vida. ¿Qué sentido tiene la vida? 1. Ninguno; todo es fruto del azar. Sólo es verdad lo que se puede corroborar científicamente. 2. No se sabe; todo es relativo. No es posible llegar a ninguna verdad cierta. 3. Existe el destino. Hagas lo que hagas "lo escrito" se cumplirá inexorablemente. 4. Son cuestiones inútiles. No vale la pena perder el tiempo en eso. "A disfrutar de la vida..." Sin embargo... Jesús afirma: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida" (Jn 14, 6).
  • 12. Si el universo entero no tiene sentido, entonces nunca hubiésemos descubierto que no tiene sentido: igual que si no hubiera luz en el universo y por lo tanto, ninguna criatura con ojos, nosotros nunca sabríamos que estaba oscuro. La oscuridad no tendría sentido. C.S. Lewis. Reflexión: ¿Ensayamos una nueva manera de pensar? Vale la pena, pues vale pensar con seriedad no es lo que más nos suele ocupar el tiempo. Como supongo que algunas veces has pensado seriamente en tu vida, piensa qué tal te ha ido, sobre todo cuando en momentos difíciles y problemáticos te has dejado aconsejar por personas amigas que te han querido bien. Y aquí entra en juego Jesús. Los cristianos creemos que es el Hijo de Dios que murió y resucitó por nuestra salvación. Creemos que está junto a nosotros, que nos acompaña en nuestra vida. A través de estas catequesis iremos penetrando poco a poco en el misterio de su vida. Pero, sobre todo, irás hablando con El. Te ayudará a pensar, te hablará con claridad, verás que sigue confiando en ti, y te dará una respuesta a todos los interrogantes que tengas. Piensa con El y déjate aconsejar por quien ha hecho por ti lo que nadie ha hecho: dar su vida. Pensar con Jesús y hablar con Él es lo que los cristianos llamamos oración. Y esto no es cuestión de enseñanzas y de razonamientos. Es cuestión de empezar a hablarle y a escucharle en clima de amistad. Yo no sé cuál es tu nivel de fe. Si vienes a la iglesia es porque la tienes, mucha o poca, pero la tienes; no vas a los testigos de Jehová ni a los budistas. A Jesús se acercaba mucha clase de gente con buena voluntad y con más o menos fe; algunos incluso sin fe. También tú tienes fe pero necesitas tener más. También tienes tus problemas; grandes o pequeños, pero son «tus» problemas. Habla de ellos con Jesús, que Él quiere hablar contigo: Quizá hace mucho tiempo que no hablas con Él. ¿No te parece que no perderías nada si dedicases algún momento a charlar» con El, como se charla con un amigo? La vida, al contrario de lo que se dice por ahí, es digna de ser vivida, y ello en cualquier etapa, en cualquier circunstancia, en cualquier lugar... y esto es así, porque la vida tiene sentido. Tú no eres un mero efecto evolutivo de la naturaleza que ha llegado a la existencia por puro azar; tú no eres una casualidad... Eres hijo/a de Dios. Dios, que viene a tu encuentro ya nos lo ha descubierto hace 2000 años... pero eso queda en simple teoría si no le permites que Él mismo te lo diga al oído. ¿Cómo? Como se hace siempre entre personas... dialogando... eso es la oración. Habla con Él de amigo a amigo, de corazón a corazón. Verás cómo no te defrauda. Jamás ha defraudado a nadie que se haya acercado a Él con sinceridad. Si eres perseverante, descubrirás que esos ideales buenos y nobles que están en lo más hondo de tu corazón, y que tantos se empeñan en desmentir o emborronar, cobran vida y llenan tu vacío... Pero sólo con Él se pueden ver con claridad, y sólo con Él se pueden llevar a cabo... El más grande de ellos, y que además empapa a todos los demás es el Amor. "En Cristo, la caridad en la verdad se convierte en el Rostro de su Persona, en una vocación a amar a nuestros hermanos en la verdad de su proyecto. En efecto, Él mismo es la Verdad" (Benedicto XVI-Caritas in veritate n. 1).
  • 13. ¿Empezamos? Respuestas: 1. A C. S. Lewis le cuenta un amigo el caso de una pobre mujer que cree que su hijo sobrevivió a la batalla de Arnhem porque ella rezó por él. Sería cruel explicarle que, en realidad, sobrevivió porque se hallaba un poco a la izquierda o un poco a la derecha de las balas, que seguían una trayectoria prescrita por las leyes de la naturaleza. Lewis responde que "la bala, el gatillo, el campo de batalla y los soldados no son leyes de la naturaleza, sino cosas que obedecen a las leyes. Y lo ilustra con este ejemplo: podemos añadir cinco dólares a otros cinco, y tendremos diez dólares, pero la aritmética por sí misma no pondrá un solo dólar en nuestros bolsillos. Eso significa que las leyes explican todas las cosas excepto el mismo origen de las cosas, y esa es una inmensa excepción". Lewis concluye su argumentación con una deslumbrante comparación literaria: "En "Hamlet" se rompe una rama y Ofelia cae al río y se ahoga. ¿Ocurre el suceso porque se rompe la rama o porque Shakespeare quiere que Ofelia muera en esa escena? Puedes elegir la respuesta que más te guste, pero la alternativa no es real desde el momento en que Shakespeare es el autor de la obra entera". 2. Esta postura se cae por propio peso. Estos son algunas de sus paradojas: -"La verdad no es universal" (¿excepto esta verdad?). -"Nadie puede conocer la verdad" (salvo tú, por lo que parece). -La verdad es incierta (¿es incierto también que la "la verdad es incierta"?). -"No me impongas tu verdad" (¿acaso no me estás imponiendo tú la tuya?). -"La verdad es sólo una opinión" (tu opinión, por lo que veo). No sabes hasta qué punto crees realmente en algo hasta que su veracidad o falsedad se convierte en una cuestión de vida o muerte para ti. La gente habla y profesa ciertas convicciones: todo es azar, no hay nada más que lo que vemos... Mientras todo marcha bien, nadie se molesta en pensar si sus principios son verdaderos o no. Sin embargo, cuando al que afirma que no hay ninguna verdad, le roban la cartera... ¿dirá, en consonancia con su ideal, que esa acción es discutible?
  • 14. 3. Si eso fuese así, se negaría la libertad del hombre, sin la cual, sería injusto pedirle cuentas del mal y todo el mundo pide justicia cuando alguien le ha hecho un mal. 4. Todo el mundo tiene una filosofía de la vida, hasta el que no se da cuenta de ello, ya que todos actúan por un motivo, por una finalidad (dinero, poder, belleza, diversión...) y con un criterio (lo más práctico, lo más beneficioso, lo más placentero, lo menos comprometido...). Aquel que descubre la finalidad más alta y noble y lucha por alcanzarla del modo más digno, es más feliz. (Catecismo 1-3, 358, 1716-1717, 1720-1724. Youcat 1, 290-292) Hay quien identifica "felicidad" con bienestar psico-físico, con el placer... Esto queda desmontado por la misma realidad práctica de quien así vive: sólo queda el vacío y la consiguiente tentación por la continua evasión. Más aún, si la felicidad fuese preferentemente placer, bastaría con que, por ejemplo, la tecnología fuese capaz de aplicar una serie de sensores a las terminaciones nerviosas del cuerpo y le proporcionase así todas las satisfacciones -sensaciones- posibles, -pues esa es la máxima aspiración de quien tiene una visión materialista de la vida...- ¿quedaría así lleno el corazón...? Sin embargo, la finalidad más alta es el Amor. Para los cristianos el Amor perfecto ha acontecido históricamente: Jesús que entrega su vida en la cruz por amor a Dios y a cada hombre (Catecismo 613- 617, 622-623. Youcat 101). Esta entrega se puede comparar a la de la relación esponsal (Ef 5, 25-27). En este sentido Jesús se entrega a su Esposa, la Iglesia, de una forma concreta: es una entrega total (desinteresada, sin reservas, sin cálculos egoístas...), plena (con todo el ser, esto es, no sólo con el sentimiento, o sólo con el cuerpo, o sólo con el alma...), indisoluble (para siempre), fecunda (que genera vida, que es una relación que tiende a expandirse, abierta a todos, con vocación universal). Este es el Amor perfecto, el cual, es ofrecido al cristiano sobre todo en los sacramentos de la eucaristía y de la confesión, y por tanto, del cual, se hace partícipe al acogerlo con un corazón bien dispuesto en la práctica de estos sacramentos. Por eso que es ofrecido, es por ello "mandado": "Un mandamiento nuevo os doy, que os améis unos a otros como yo os he amado"; como se dirigía San Agustín al Señor, "da lo que pides, y pide lo que quieras" (Confesiones 10, 24). (Catecismo 1691-1695. Youcat 279) El criterio es la verdad. Brota de la verdad de lo que es el hombre: imagen y semejanza de Dios; de lo que es el cristiano: hijo de Dios. De ahí, que en la práctica, la conducta del cristiano a la hora de dilucidar lo que debe hacer es sencillamente preguntarse qué es lo que haría Jesús en mi lugar. En cierta ocasión Juan Pablo II recibió a un sacerdote que, habiendo abandonado su ministerio, se dedicaba a mendigar por las calles de Roma... El papa
  • 15. le pidió poder confesarse con él antes de despedirse... Ambos terminaron entre lágrimas y el joven, retomado de nuevo su camino, se dedicó a la labor apostólica con los mendigos de Roma... El Papa se puso de rodillas frente a aquel hombre… y con ello le hizo papable su ser, su dignidad, su vocación, aquello para lo cual Dios lo trajo a este mundo. Jesucristo, de rodillas frente a sus amigos en la última cena, dejándose después crucificar, revela al hombre –a todo hombre- su dignidad. El ser humano, en cualquiera de sus etapas de la vida, sean cuales fueren sus circunstancias, es siempre alguien digno de ser amado por sí mismo, y por ello, en primerísimo lugar, de ser respetado; nunca puede ser objeto al uso de otra persona, por muy loable que sea la finalidad perseguida. Es, en definitiva a Cristo a quien se lo hacemos o se lo dejamos de hacer. Él es la Luz que nos abre los ojos a la hora de relacionarnos con los demás y con nuestra propia persona. Lo que decidimos hacer, sea lo que sea, desde lo más delicado y trascendente, hasta lo más cotidiano… ¿Es digno de Cristo? ¿Lo haría Él? ¿Se lo harías a Él? (Catecismo 1699-1715. Youcat 280) El episodio de el joven rico nos aporta también luz en este sentido. Cuando el muchacho le pregunta a Jesús "qué he de hacer de bueno para heredar la vida eterna?" Él le responde: "Cumple los mandamientos". (Mt 19, 16-19) Éstos reflejan de forma ética qué es el hombre, su verdad más profunda. (Catecismo 2070. Youcat 351) Así, la verdad no es necesariamente "mi opinión personal" (puedo estar "ciego" hasta para las cosas más evidentes por tener mala información, o una educación deficiente, o influencias que me condicionan por el afecto, por la amistad, por un falso sentido de la lealtad, por "deudas" contraídas para con alguien...), ni tampoco "lo que dice la mayoría" (la tierra seguirá siendo redonda por mucho que nos empeñásemos en decidir otra cosa; "robar, mentir" siempre será malo aunque todos nos pongamos de acuerdo en afirmar lo contrario. De llevarlo así a cabo, las funestas consecuencias serían palpablemente inmediatas). Amor y Verdad siempre van unidos, de tal forma que no se ama realmente a alguien cuando actuamos al margen de la verdad aun con buen fin. El amor sin verdad sólo crea complicidad. El amor sin la luz de la verdad queda devaluado: "Sin verdad, la caridad cae en mero sentimentalismo. El amor se convierte en un envoltorio vacío que se rellena arbitrariamente. Éste es el riesgo fatal del amor en una cultura sin verdad. Es presa fácil de las emociones y las opiniones contingentes de los sujetos, una palabra de la que se abusa y que se distorsiona, terminando por significar lo contrario. La verdad libera a la caridad de la estrechez de una emotividad que la priva de contenidos relacionales y sociales" (Benedicto XVI-Caritas in veritate n. 3), mientras que sólo el amor en la verdad crea auténtica y sólida unión, comunión entre los hombres, pues tendrá siempre ante su mirada la realidad. Ésta es descubierta al hombre por Jesús. ¿Por qué le ha de ser "descubierta"? Porque el corazón del hombre está dañado por el pecado. El pecado ensombrece su corazón y debilita su voluntad. Las dos realidades más importantes
  • 16. que le son reveladas son la verdad de Dios y la del propio hombre. "Sólo en la verdad resplandece la caridad y puede ser vivida auténticamente" (Benedicto XVI-Caritas in veritate n. 3) Oración Señor Jesús, creo que estás aquí, que me ves. que me oyes... te pido perdón por mis pecados y tu ayuda para hacer con provecho este momento de oración. Madre mía, María, intercede por mí. B. Teresa de Calcuta Un hombre de estado, ocupadísimo, preguntaba a un obispo, también cargado de ocupaciones: —¿Cuál es el secreto de la serenidad de su espíritu y del admirable resultado de sus obras? —A todas vuestras ocupaciones, mi querido amigo —le dijo el obispo—, añadid todas las mañanas media hora de meditación. Despacharéis más fácilmente vuestros asuntos, y aún podréis coger algunos más. Es la misma idea que le transmitió la Madre Teresa de Calcuta a un periodista que le preguntó, ante la abrumadora tarea que la comunidad de monjas afrontaba cada día, -¿Por qué no restaban un tiempo a la oración y así lo dedicaban más a los pobres...? -Eso es lo que hacíamos antes, y las hermanas se me quejaban por el agobio del trabajo. Entonces les propuse que en lugar de hacer la mitad de tiempo para rezar, lo duplicásemos. Así lo hicimos y ya nadie volvió a sentir agobio por el trabajo. "El labrador no pierde el tiempo mientras prepara las herramientas", dice un viejo refrán castellano. El tiempo que emplea en esa tarea, lo gana con creces después... A la oración vamos a ponernos a punto nosotros mismos. Y nosotros somos la principal herramienta en nuestro trabajo. ¿Hablo contigo Señor cada día? Te doy gracias Dios mío por los afectos, inspiraciones y buenos propósitos que me has concedido. Ayúdame a ponerlos por obra. Madre mía intercede por mí.
  • 17. Compromiso -Dedica 5 minutos cada día a pensar junto a Jesús. Usa el evangelio: léelo, sólo unas líneas, como si fuera -porque lo es en verdad- una carta que Él te dirige personalmente a ti para cada ocasión. Háblale, y escúchale. http://www.youtube.com/watch?v=jKAaMJ51q_8&feature=fvwrel
  • 18. Creed en Dios y creed también en mí. (Jn 14, 1)
  • 19. Tema 2: Creo en Dios - La Fe La Palabra En aquellos días Tomás, uno de los doce discípulos, al que llamaban el Gemelo, no estaba con ellos cuando llegó Jesús. Después le dijeron los otros discípulos: "Hemos visto al Señor." Tomás les contestó: "Si no veo en sus manos las heridas de los clavos, y si no meto mi dedo en ellas y mi mano en su costado, no lo creeré." Ocho días después se hallaban los discípulos reunidos de nuevo en una casa, y esta vez también estaba Tomás. Tenían las puertas cerradas, pero Jesús entró, y poniéndose en medio de ellos los saludó diciendo: "¡Paz a vosotros!" Luego dijo a Tomás: "Mete aquí tu dedo y mira mis manos, y trae tu mano y métela en mi costado. ¡No seas incrédulo, sino creyente!" Tomás exclamó entonces: "¡Mi Señor y mi Dios!" Jesús le dijo: "¿Crees porque me has visto? ¡Dichosos los que creen sin haber visto! (Jn 20, 24-29) He de hacer mías estas palabras de Jesús: "No seas incrédulo sino creyente" "¿Crees porque me has visto? ¡Dichosos los que creen sin haber visto! " Cuando dices esto, Señor, no pedías a Tomás, ni me pides a mí, dar un salto en el vacío. Has dado a Tomás, me das a mí, pruebas más que suficientes sobre tu persona, sobre tu Amor por mí. Lo que te decepciona es que no me fíe de ti a la hora de la verdad... A la hora de decidir cómo hacer esto o lo otro, prefiero dejarte a un lado y hacer lo que más cómodo me resulta o lo que menos desentone en mi ambiente, ya que no me fío de ti, de la recompensa que me prometes... y prefiero, aunque sea efímero y me aleje un poco de ti, la honrilla, el caramelo del momento... A la hora de sufrir un contratiempo, dejarme llevar por el pesimismo, no recurrir a ti para llevar la carga. Prefiero el rebote y pataleo inútil, aunque en el fondo sé que no tengo razón. Ayuda Señor mi falta de fe.
  • 20. Testimonio: André Frossard. (14-1-1915/2-2-1995) El padre de André Frossard fue Louis-Oscar Frossard, uno de los fundadores históricos del Parti communiste français, quien fue líder del partido durante 31 años. Sus padres (ella, atea de origen protestante y él, judío) lo criaron como ateo, pero a los 20 años de edad... Dios existe. Yo me lo encontré. El día anterior a mi conversión era un muchacho rebelde y fácilmente insolente, capaz de todo, pero André Frossard no de sorprender. Al día siguiente, en cambio, era dulce, asombrado, lleno de una alegría que no podía contener. Se creyó oportuno, suponiéndome hechizado, hacerme examinar por un médico amigo ateo. Mis conversaciones con él le pusieron en situación de comunicar a mi padre sus conclusiones: era la gracia, un efecto de la gracia, enfermedad extraña . Todo comenzó con la visita de una amigo a una iglesia. Yo no hacía preguntas, me dejaba llevar de su amistad. Mi amigo me pidió que le esperase mientras él entraba por una puerta de lo que parecía una capilla. Yo era ateo tranquilo, pero ya un poco cansado de la tardanza de mi amigo, decidí empujar la puerta. Nunca había visto una custodia «habitada»; ignoraba que Jesús Sacramentado fuera aquello. El pintor a quien fuera dado entrever colores desconocidos, ;con qué los pintaría? Jesús es la realidad, se me manifestaba sin yo conocerlo. El es la Verdad, lo veo desde la ribera oscura donde aún estoy retenido. Hay un orden en el universo y en su vértice, la evidencia de Dios, hecha presencia y persona de Aquel mismo a quien yo habría negado momentos antes. Mi perplejidad duró un mes, después del cual un sacerdote me instruyó para el Bautismo. La enseñanza de la Iglesia me era cierta hasta la última coma. Una sola cosa me sorprendió: la Eucaristía; no porque me pareciese increíble, sino que me maravillaba que la caridad divina hubiese encontrado ese medio inaudito de comunicarse y, sobre todo, que hubiese escogido para hacerlo el pan, que es alimento del ,pobre»» y alimento preferido de los «niños».
  • 21. ¿Es razonable tener fe en Dios? 1. No; la ciencia lo explica todo, y lo que no llega a explicar, sencillamente, o no es real, o lo explicará algún día. 2. No; la fe religiosa es una especie de superstición, de reminiscencia medieval impropia del hombre moderno. 3. No; el problema del sufrimiento en el mundo derriba la posibilidad de creer en Dios. 4. No; aunque se sea creyente, la fe es algo muy personal, una convicción interior que no se puede demostrar; es incompatible con la razón. Sin embargo... "Pues desde la creación del mundo las perfecciones invisibles de Dios –su eterno poder y su divinidad– se han hecho visibles a la inteligencia a través de las cosas creadas. De modo que son inexcusables, porque habiendo conocido a Dios no le glorificaron como Dios ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos y se oscureció su insensato corazón: presumiendo de sabios se hicieron necios y llegaron a transferir la gloria del Dios incorruptible a imágenes que representan al hombre corruptible, y a aves, a cuadrúpedos y a reptiles." (Rm 1, 20-23) "De la nada, nada procede". (Axioma de la filosofía clásica griega) Reflexión El deseo de Dios está inscrito en el corazón del hombre, porque ha sido creado por Dios y para Dios; Él no cesa de atraerle hacia sí, y sólo en Él encontrará la verdad y la felicidad que no cesa de buscar, aun sin ser consciente de ello. Búsqueda que se manifiesta en esa constante inquietud por alcanzar nuevos objetivos (un ordenador, una moto, un coche, un buen puesto de trabajo, una casa, una esposa, un hijo...) que, una vez logrados, no consiguen apaciguar nunca el corazón, siempre sediento de más. Es esta una señal clara de la necesidad que tenemos de ser colmados por un don tan grande que no se San Agustín puede encontrar en esta vida, pero cuyas huellas, a modo de adelantos, se encuentran precisamente en esta vida, en todas esas cosas buenas que aunque no sacien, sí alegran. El gran error, como hemos visto en la Carta a los Romanos, es precisamente, idolatrar esos dones, esos seres
  • 22. creados, poniendo en ellos toda nuestra esperanza... Más tarde o más temprano, esa esperanza se diluye. Nos has hecho para ti y nuestro corazón está inquieto mientras no descansa en ti (S. Agustín, Confesiones. 1, 1, 1). Así, si todos los hombres tienen sed, debe existir algo -el agua- capaz de saciarla. Basta ver que todos los hombres tienen sed de felicidad para concluir la existencia de Alguien que la pueda saciar, pues sólo la Persona, no las cosas, es capaz de llenar a la persona. (Catecismo 27-30; Youcat 3) De múltiples maneras, en su historia, y hasta el día de hoy, los hombres han expresado su búsqueda de Dios por medio de sus creencias y sus comportamientos religiosos (oraciones, sacrificios, cultos, meditaciones, etc.). A pesar de las ambigüedades que pueden entrañar, estas formas de expresión son tan universales en el tiempo -desde el propio origen de la humanidad- y en el espacio geográfico, que se puede calificar al hombre como un "ser religioso" por naturaleza. "El hombre no tiene religión, es religión" (Zubiri). Sin embargo, esta “unión íntima y vital con Dios” puede ser olvidada, desconocida e incluso rechazada explícitamente por el hombre. Pero si podemos olvidar o rechazar a Dios, Dios no cesa de llamarnos para buscarle de forma que vivamos y encontremos la dicha. Eso sí, esta búsqueda exige todo el esfuerzo por alcanzar “un corazón recto”, y también el testimonio de otros que le enseñen a buscar a Dios. Existen ciertas “vías” para acceder al conocimiento de Dios. Se las llama también “pruebas de la existencia de Dios”, no en el sentido de las pruebas propias de las ciencias naturales, sino en el sentido de argumentos lógicos que parten de observar y reflexionar la realidad que nos rodea buscando su origen más profundo; reflexión inteligente que permite llegar verdaderamente a conclusiones ciertas. (Catecismo 31-36, 44-47; Youcat 4) Así, vemos que hay un universo lleno de seres; un rasgo que es común a todos, es que todos han tenido un principio y todos han tenido o tendrán un final: es lo que llamamos contingencia. Todo lo que vemos puede existir o no. Pero si este universo no se da a sí mismo la existencia, debe haber algo más que dé razón de la misma. Si vemos que una chaqueta cuelga de la pared, aunque no lo veamos, deduciremos que hay algo que la sostiene -un clavo, una pequeña percha de pared...-. Cualquier razonamiento diferente del lógico, que intente explicar la causa de que la chaqueta esté colgando de la pared no merece crédito alguno. Así, detrás del complejo universo de seres contingentes ha de haber Uno que exista por derecho propio, sin recibir el ser de otro, y que además haga participar a los demás de su propia existencia. Este es Dios como Ser necesario. No hay reloj sin relojero" (I. Newton) El orden y la armonía que hay en el universo son efecto de las leyes que lo rigen. Cuando en un documental sobre la naturaleza nos explican el porqué y el para qué de cada cosa, hay que tener en cuenta que el hombre le hace preguntas racionales (por qué, para qué) a seres irracionales (un árbol, un tigre, o una galaxia, que ni siquiera tiene vida...). Si los seres que no tienen inteligencia actúan con una lógica, debe haber una instancia
  • 23. fuera de ellos que les haya "ordenado", "programado", inscribiendo unas directrices en su propia naturaleza: una ley, una finalidad. Ese principio que todo lo rige es al que llamamos Dios en cuanto que es providente y todo lo cuida. Hay quienes atribuyen la armonía y el orden al azar. Hace falta infinitamente más fe en la suerte que en una inteligencia ordenadora. Pues no se trata sólo de explicar el origen de las cosas (recordemos algo evidente por sí mismo: "de la nada no surge nada"), sino también por qué hay armonía en el universo, para lo cual, entre miles de millones de posibilidades, se dio la única que podía, como mera posibilidad, dar origen un sistema ordenado. A partir de en la ahí, atribuir a la fortuna el mismo origen de la vida, es también una insensatez; que pudiera surgir y de hecho surgiera un ser inteligente, otra vez, gracias a la suerte... no tiene calificativo. El razonamiento es bien simple y demostrable de forma inmediata: el efecto de la inteligencia es el orden; el efecto del azar es siempre el caos. Cuando algo se hace al azar (tirar 50 folios ordenadamente numerados al aire), se sigue el desorden (los folios en el suelo de cualquier forma)... o ¿cuántas posibilidades existen de tomarse una sopa de letras y que a cada cucharada, tomar las letras ordenadas de forma que componga un texto coherente, por ejemplo, "El Quijote"? Pues, no hay nada de exagerado en afirmar que probabilísticamente hablando, el orden del universo es infinitamente más complejo que la prueba de la sopa. Hay que aclarar que las ciencias positivas describen y explican procesos de la materia. Cuando un físico "interpreta" ese conjunto de leyes intentando dar una explicación global y última a todo su conjunto, desde ese momento ya se está saliendo de la física o de la biología... y está recurriendo a la filosofía, es decir, que ya no está en su terreno propio de estudio, y por tanto, expresa opiniones, pues lo que afirma procede de su interpretación de las leyes o fenómenos, es decir, está filosofando, no son conclusiones científicas. Podemos experimentar con la materia y extraer leyes físicas y biológicas... podemos comprobar y demostrar que "están" (ciencias naturales); sin embargo, ni la propia materia, ni las mismas leyes nos pueden decir por qué están ahí (filosofía). Otro interesante camino de acceso a Dios es el de Dios como fuente de la Belleza; es la "via pulchritudinis", "el camino de la belleza", que constituye al mismo tiempo un recorrido artístico, estético y un itinerario de fe... El camino de la belleza nos lleva a captar el Todo en el fragmento, lo Infinito en el Finito, Dios en la historia de la humanidad... “Simone Weil escribía al respecto: “En todo lo que suscita en nosotros el sentimiento puro y auténtico de lo bello, está realmente la presencia de Dios. Hay casi una especie de encarnación de Dios en el mundo, de la que la belleza es un signo. Lo bello es la prueba experimental de que la encarnación es posible. Por eso, toda arte de primer orden es, por su misma esencia, religiosa”. “Quizás os ha sucedido que ante una escultura, un cuadro, o algunos versos de poesía o una pieza musical, sentís una íntima emoción, una sensación de alegría, percibís claramente que frente a vosotros no hay solamente materia, un trozo de mármol o de bronce, un lienzo pintado, un conjunto de letras o un cúmulo de sonidos, sino algo más grande. Este algo nos habla, es capaz de tocar el corazón, de comunicar un mensaje, de elevar el ánimo.
  • 24. Una obra de arte, es fruto de la capacidad creativa del ser humano, que se interroga ante la realidad visible, que intenta descubrir el sentido profundo y comunicarlo a través del lenguaje de las formas, de los colores, de los sonidos. El arte es capaz de expresar y hacer visible la necesidad del hombre de ir más allá de lo que se ve, manifiesta la sed y la búsqueda de lo infinito. Incluso es como una puerta abierta hacia el infinito, hacia una belleza y una verdad que van más allá de lo cotidiano. Por eso, una obra de arte puede abrir los ojos de la mente y del corazón, empujándonos hacia lo alto”. (Benedicto XVI - Ciudad del vaticano, 21 de noviembre 2009 y Audiencia en Castelgandolfo el 31 de agosto de 2011) Los santos también manifiestan a modo de reflejo la belleza infinita de Dios. Benedicto XVI afirmó al respecto: "El santo es aquel que está tan fascinado por la belleza de Dios y por su verdad, que es progresivamente transformado por ella. Por esta belleza, está dispuesto a renunciar a todo, incluso a sí mismo" (23-octubre- 2005). De ahí, que una nota distintiva de los santos es la dicha, la alegría, efecto de la posesión actual, efectiva del verdadero Tesoro (Mt 13, 44), a cuya comparación los tesoros de la tierra son basura (Fil 3, 8). Los santos son inexplicables desde una perspectiva meramente humana. Su obrar supera con mucho los límites de las posibilidades del hombre. Con todo lo que acabamos de decir hay que afirmar sin embargo, que a Dios se llega no tanto por demostraciones -que las hay claras, como acabamos de ver-, sino por la decidida voluntad de buscarle con todo el ser, con todo el corazón, como al más grande tesoro que uno pudiera aspirar a poseer. Esto supone el esfuerzo por vivir de acuerdo con lo que Él espera de ti a cada momento. Ocurre en cualquier caso que "no hay suficiente luz para el que no quiere ver" (Pascal). Aceptar la fe, esto es, el conocimiento de Dios, no es una verdad cualquiera... Compromete, y a eso no se está siempre dispuesto... (Catecismo 37-38; Youcat 5) Respuestas
  • 25. 1. Si afirmar que es razonable tener fe en Dios significa que hay motivos suficientes del orden de la razón para afirmar la existencia de Dios, entonces hay que decir que sí. Hay razones, como vimos antes, que avalan la existencia de un Ser necesario, Origen de todo ser, de toda ley y Fin en el que culminan las aspiraciones del hombre. Hay que partir de la base de desenmascarar un falso presupuesto que se suele tener. Lo que se entiende por "ciencia" no se restringe sólo al ámbito del saber experimental. El arte, la literatura, la historia, la filosofía, la ética son ramas del saber humano pues tienen su propio objeto y método, a los cuales nunca podrán acceder las ciencias experimentales. Así, para la química, un Picasso consiste en unos gramos de pintura... Pero eso no es lo que dice la realidad práctica de cada día. Para un físico "una a bala a 340 metros por segundo ha atravesado el corazón de un hombre que se encontraba a 2 metros"; la ciencia positiva no puede calificar si es un acto de legítima defensa, si es un asesinato o un accidente; ni siquiera si ese hombre es esposo de quien hizo el disparo. La realidad es tan rica y compleja que admite múltiples enfoques en torno a la misma realidad, no sólo el de las ciencias positivas. Nadie, de hecho, vive así, es decir, tomando decisiones, enfoques, planteamientos, en un plan pura y estrictamente materialista... ni siquiera los más convencidos materialistas: Nadie piensa, por ejemplo, que su madre es nada más que 58 kilos de carne. Estaban un astronauta y un neurocirujano muy reconocido, discutiendo sobre la existencia de Dios. El astronauta dijo: Tengo una convicción, no creo en Dios. He ido al espacio varias veces y nunca he visto ni siquiera un ángel. El neurocirujano se sorprendió, pero disimuló. Luego de pensar unos instantes, comentó: Bueno, he operado muchos cerebros y nunca he visto un pensamiento. 2. Hay que distinguir claramente entre "superstición" y "fe religiosa". Lo primero es irracional pues se atribuyen unos determinados efectos a unas causas sin que exista ningún tipo de conexión lógica-causal entre ambos. Así, "tocar madera" para prevenir un mal posible que sale como tema en una conversación, del cual uno se ha librado hasta el momento, es superstición; mientras que el conocimiento de fe (la existencia de Dios p.ej.) es perfectamente razonable, argüible, como hemos visto antes. “Si te asalta el pensamiento de que todo cuanto has imaginado sobre Dios es falso y equivocado y que Dios no existe, no te sobresaltes por eso. A todos les sucede lo mismo. Pero no creas que tu incredulidad procede de que Dios no existe. Si ya no puedes creer en el Dios en que antes creías eso se debe a que en tu fe había algo equivocado y falso y tienes que esforzarte en comprender mejor eso que llamas Dios. Cuando un salvaje deja de creer en su Dios de madera, eso no significa que no hay Dios, sino que el verdadero Dios no es de madera”. (León Tolstoi) Así, dirá Dostoievski: "El hombre no puede vivir sin arrodillarse... Si rechaza a Dios, se arrodilla ante un ídolo de madera, de oro o simplemente imaginario. Todos esos son idólatras, no ateos". Por
  • 26. tanto, el hombre está configurado por naturaleza para adorar. Si no adora al Dios verdadero lo hará a un ídolo: un personaje famoso, una ideología, el país, un líder, un partido político, la raza, el sexo, la droga, la ciencia... pero siempre se arrodilla. Febre desconsagró la catedral de París (Notre Dame) en tiempos de la Ilustración... pero no la dejó vacía. En lugar Nuestra Señora la Virgen María, colocó a la diosa Razón. A propósito de Notre Dame, la superstición es incapaz de construir catedrales. Es curioso comprobar cómo en la medida en que el hombre deja la práctica genuinamente religiosa, crece en proporción las prácticas supersticiosas: magos, echadores de cartas, futurólogos... Es un indicio claro de la sed de lo espiritual, de misterio, que es innato al hombre y que intenta saciar de alguna forma. 3. El misterio del mal es verdaderamente un serio obstáculo para llegar a Dios. Hay que responder diciendo que se dan fundamentalmente tres tipos de mal: el mal moral o pecado, el mal intelectual o error y el mal físico-psicológico o dolor. De estos tres sólo el último es evidente para el hombre pues se experimenta de forma inmediata (un dolor de cabeza, la muerte de un ser querido...). No ocurre así con los otros dos. Uno puede pecar o sostener una tesis falsa en un saber "y no pasa nada", al menos, normalmente de forma inmediata. Dios se sirve del dolor físico o psicológico, como si de un megáfono se tratase, para hacerse presente en la vida de los hombres que andan como "sordos" por la vida, muchas veces inconscientes de sus errores. Un hombre fue a una barbería a cortarse el pelo y recortarse la barba, como es costumbre. En estos casos entabló una amena conversación con la persona que le atendía. Hablaban de tantas cosas y tocaron muchos temas. De pronto, tocaron el tema de Dios. El barbero dijo: -Fíjese caballero que yo no creo que Dios exista, como usted dice. -Pero, ¿por qué dice usted eso?- preguntó el cliente. -Pues es muy fácil, basta con salir a la calle para darse cuenta de que Dios no existe. O... dígame, acaso si Dios existiera, ¿Habría tantos enfermos? ¿Habría niños abandonados? Si Dios existiera no habría sufrimiento ni tanto dolor para la humanidad. Yo no puedo pensar que exista un Dios que permita todas estas cosas... El cliente se quedó pensando un momento, pero no quiso responder para evitar una discusión. El barbero terminó su trabajo y el cliente salió del negocio. Recién abandonada la barbería, vio en la calle a un hombre con la barba y el cabello largo; al parecer hacía mucho tiempo que no se lo cortaba y se veía muy desarreglado. Entonces entró de nuevo en la barbería y le dijo al barbero: -¿Sabe una cosa? Los barberos no existen. - ¿Cómo que no existen...? -preguntó el barbero- ...si aquí estoy yo y soy barbero. -¡No! -dijo el cliente- no existen, porque si existieran no habría personas con el pelo y la barba tan larga como la de este hombre que va por la calle. -Ah, los barberos sí existen, lo que pasa es que esas personas no vienen aquí. -¡Exacto! -dijo el cliente- Ese es el punto. Dios sí existe, lo que pasa es que las personas no van hacia Él y no le buscan, por eso hay tanto dolor y miseria...
  • 27. Por otro lado, desde el punto de vista propiamente cristiano, Dios ha querido salvar a la humanidad, no eliminando el dolor, sino compartiéndolo con ella, asumiéndolo en la cruz, dándole así un significado positivo, salvador: por la cruz en la que se deja libremente clavar el Hijo de Dios, el hombre puede ser redimido, siendo él mismo invitado a cargar también con su "cruz" de cada día, a través del trabajo, de las relaciones y sufrimientos. 4. Es cierto que la fe es una relación íntima de amistad con Dios con el hombre. Pero como ocurre en las relaciones humanas entre amigos, eso no excluye el que haya verdades objetivas, comprobables en tal tipo de relación, empezando por la misma existencia del amigo en cuestión, el cual, para serlo de verdad, tiene que empezar precisamente por existir, y eso sí que es demostrable, como ocurre en la relación con Dios. Oración Señor Jesús, creo que estás aquí, que me ves. que me oyes... te pido perdón por mis pecados y tu ayuda para hacer con provecho este momento de oración. Madre mía, María, intercede por mí. En una ciudad de Alemania llamada Wursburgo, hay en la cripta de un templo una Cruz muy famosa que tiene gran valor artístico. Esta Cruz tiene algo distinto y muy curioso: el Crucificado tiene sus manos libres de los clavos y las tiene cruzadas sobre el pecho. A este Crucifijo le tienen una gran devoción los habitantes de aquella región y cuentan sobre él una leyenda. Resulta que hace muchos años entró un ladrón a robar por la noche al templo. Cuando se acercó al gran Crucifijo vio que sobre la cabeza del Señor había una valiosa corona con joyas preciosas. El ladrón no dudó ni un instante en robarla para luego venderla y obtener un buen dinero, sin importarle que con ello cometía un robo sacrílego. Consiguió una escalera y por ella subió para quitársela al Cristo. Cuando trató de tomar la corona, sintió con gran miedo que dos manos lo abrazaban: eran las mismas manos del Cristo que lo estaban abrazando. Quedó mudo de terror y sintió fuertes escalofríos. Sus ojos, casi fuera de sus órbitas, miraban de frente los ojos de Jesús a escasos centímetros de distancia. No podía soltarse del abrazo. Así estuvo un largo tiempo: mirándose los dos cara a cara. La mirada de Jesús acabó por convencerlo.
  • 28. Empezó a pensar que por sus pecados Cristo estaba crucificado. Y, al darse cuenta del mal que estaba haciendo, empezó a llorar de arrepentimiento. Sus lágrimas comenzaban a correr a raudales por sus mejillas. Le pidió perdón por sus múltiples pecados y al final fue el mismo ladrón quien se abrazó fuertemente al cuerpo herido del Crucificado. Así los encontraron al amanecer. La Fe es, ante todo, Encuentro con Dios. Cuando esa amistad se debilita o se pierde, las circunstancias más difíciles, suelen ser el ámbito más propicio para encontrarte con Él. Es cuando más caes en la cuenta de lo poca cosa que eres, de que aquello en lo que tenías todas tus esperanzas, desaparece. Así las cosas hay dos salidas: la soledad amarga o la esperanza del Amigo. ¿Te busco de todo corazón, Señor? Te doy gracias Dios mío por los afectos, inspiraciones y buenos propósitos que me has concedido. Ayúdame a ponerlos por obra. Madre mía intercede por mí. Compromiso ¿Tengo alguna duda de fe? A resolverla preguntando. No la tengo. A darle gracias a Dios cada día. http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=24131
  • 30. ...que contemplen la gloria que me has dado, porque ya me amabas antes de la creación del mundo. (Jn 17, 24) Tema 3. Dios es creador “Lo declaro con orgullo: soy creyente. Creo en el poder de la oración, y creo, no solo como católico, sino también como científico” (Marconi (1874- 1937), inventor de la telegrafía sin hilos, Premio Nobel.) La Palabra En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba en el principio junto a Dios. Todo se hizo por Él, y sin Él no se hizo nada de cuanto ha sido hecho. (Jn 1, 1-3) Jesús, Tú eres ese Verbo eterno. Vivías plenamente feliz junto al Padre antes de que nada existiera. Sin embargo, "te complicas la vida" y, como una
  • 31. manifestación más clara de tu Amor, creas el universo, y como joya de la corona modelas al hombre a tu imagen y semejanza, regalándole las llaves de tu obra. ¿Por qué actúo como si todo lo que me has dado fuese algo que me es debido o como algo que se debe dar por supuesto, siendo como es puro don de tu Amor infinito por mí? De cajón Contempla por un momento esta cabina de avión. Si alguien dijera que el avión y su cabina no fueron planeados ... pero que surgieron así ... por sí mismos! … o por mera casualidad!! O como fruto de una coincidencia!!! ¿Cómo reaccionarías? ¿Cómo reaccionaría el equipo de ingenieros, diseñadores y científicos que los construyeron?
  • 35. La idea de "creación" ¿es o no compatible con la teorías científicas sobre el origen del universo? 1. No; la teoría del "Big Bang", que es la más extendida, explica el origen del cosmos sin necesidad de recurrir al concepto de "creación". 2. No, porque la Sagrada Escritura afirma que el mundo fue creado "en seis días", mientras que la ciencia no da lugar a dudas sobre el proceso tan largo de millones de años que se dio para originarse el cosmos tal y como lo vemos. Sin embargo... "En el principio creó Dios los cielos y la tierra" (Gn 1, 1). "Lo más incomprensible del universo es que sea tan comprensible". (A. Einstein) Reflexión El problema está en la confusión de planos o enfoques de la cuestión. La teoría del "Big Bang" es una explicación acerca del "cómo" se formó el universo a partir una materia inicial, ya que, por definición, las ciencias experimentales trabajan sobre lo que ya existe y es perceptible a través de los sentidos. Sin embargo, la tesis de la creación es una explicación sobre el "porqué", es decir,
  • 36. sobre el origen mismo de la materia. Son dos perspectivas totalmente diferentes sobre una misma realidad o cuestión. (Catecismo 282-289. Youcat 41) Pongamos un ejemplo. Juan, un joven de 18 años que vive en Guardamar, toma su coche a las 5 de la tarde para ir a Benejúzar a recoger a su chica, María. Como hace buen tiempo y no hay mucho tráfico, llega a las 5 y 22 minutos al punto de destino. La pregunta es ¿por qué Juan está a las 5.22 en casa de María? Se pueden dar múltiples respuestas; depende de "a quién" preguntemos. Si preguntamos a un mecánico nos dirá que eso es así porque el vehículo está en buen estado. Si preguntamos a un policía nos dirá que la fluidez del tráfico posibilitó esa velocidad. Si lo hacemos a un médico nos dirá que las constantes vitales del chico están perfectas, por lo que no hay problema para que llegue a las 5.22... etc. etc. etc. Todas estas, son explicaciones verdaderas de un hecho; todas a la vez, porque son enfoques complementarios de la misma realidad y por tanto no se excluyen, sino que se ayudan mutuamente. Aun así, falta la razón principal por la que Juan está en casa de María y que ninguna explicación de las que se han dado o se puedan dar del mismo estilo, puede llegar a alcanzar. Juan hace eso fundamentalmente por dos razones: porque es libre y porque ama a su novia. Este ámbito sólo lo puede explicar la filosofía y la teología (la religión), y por supuesto, sigue siendo también complementario con las demás explicaciones ciertas que se le puedan añadir. Así ocurre con el tema que nos ocupa: La teoría del "Big Bang" intenta explicar desde un enfoque exclusivamente científico-positivo (es decir, desde lo observable, lo medible, lo cuantificable... esto es, distancias, temperaturas, elementos...) cómo se articuló el cosmos tal y como es. Esta explicación no excluye la idea de la creación porque ésta se mueve en otro plano (es decir, en el del PORQUÉ PRECISAMENTE se dio esa medida, esa temperatura, en ese momento preciso, en tal circunstancia exacta... de tal manera que de no haber sucedido como de hecho se dio, no habría cosmos, sino caos...). Así, la tesis de la creación ve en el proceso de formación del universo, de la tierra y del hombre, la mano invisible de Dios que guía ese proceso (Catecismo 339, 346, 354; Youcat 45). Es lo que la ciencia llama "principio antrópico", que consiste en considerar la cantidad de circunstancias que han tenido que darse para que en la Tierra se dé la vida, de tal forma que en la inmensidad del universo todo ha sido necesario tal y como ha sido para que aquí en nuestro planeta haya sido posible la vida: Así, si la masa del universo, calculada en 1056, hubiese sido diferente de la que es, no habría sido posible la vida en la Tierra.
  • 37. Si la relación entre la carga positiva y negativa entre los protones y los electrones, fuese distinta de la que es, 1836 veces el protón más pesado que el electrón, no habría sido posible la vida en la Tierra. Si la interrelación entre las fuerzas electromagnéticas y las gravitatorias fuese distinta de la que es, es decir, 1040 la magnética mayor que la gravitatoria... ¿a que no aciertan lo que habría pasado en la Tierra? Si el sol no tuviese las dimensiones que tiene, tampoco sería posible. Si estuviésemos un 10% más cerca o más lejos del sol tampoco sería posible. Si la Luna no estuviese a la distancia actual de la Tierra, o no tuviese la masa que tiene... Tal y como es la Luna posibilita la velocidad óptima de rotación de la Tierra (si no la velocidad sería muy superior y la haría inhabitable por los continuos huracanes que se darían de forma constante...). La gravedad de la Luna sobre nuestro planeta provoca que el eje del giro no sea perpendicular, sino inclinado, posibilitando así la sucesión de las cuatro estaciones, facilitando así la renovación de la naturaleza por la distribución del calor del sol a lo largo de los diversos continentes. La inclinación del eje de la Tierra es de 23'5 grados. Lo exacto para que se den las condiciones necesarias para que la vida sea posible. El ateo dirá que es cuestión de suerte (a esto ya se respondió antes); mientras que el creyente verá en este proceso evolutivo el proyecto de un Ser que imprime su racionalidad a cuanto hace, a su propia obra, como hace un escultor o un pintor... Einstein se preguntaba, no si Dios existe, sino, que al comprobar la precisión matemática con la que el universo está diseñado, su duda consistía en preguntarse si el Creador podría haber tenido algún proyecto alternativo posible al que de hecho llevó a cabo... Por tanto, "creación" no se opone a "evolución" sino al "azar". Por cierto, de hecho, fue un sacerdote belga -Georges G. Lemaitre
  • 38. Lemaitre (1894-1966)- quien por primera vez usó la expresión "Big Bang", para explicar el universo desde las ciencias positivas. Dios crea por una única razón: por amor (no por "aburrimiento", ni por necesidad...). El amor tiende de por sí a difundirse. Eso supone un proyecto inteligente y una voluntad libre. (Catecismo 1-3; Youcat 2) Es como el genio del artista que de por sí, tiende a plasmarse en su obra (un cuadro, una escultura...) de forma natural, gratuita, es decir, sin propiamente necesidad de realizarlo. “ Era casi un ateo prácticamente en la niñez. La ciencia fue la que me llevó a la conclusión de que el mundo es mucho más complejo de lo que podemos explicar. El misterio de la existencia sólo puedo explicármelo A. Sandage mediante lo Sobrenatural” (Allan Sandage (1926-). Astrónomo profesional, que calculó la velocidad con la que se expande el universo y la edad del mismo por la observación de estrellas distantes). Respuestas 1. Como hemos visto en la Reflexión, "creación" no es opuesto a "Big Bang" (o a otras posibles teorías científicas sobre la formación del universo), sino a la explicación del origen del mismo por el puro "azar". En este sentido, vamos a poner un par de ejemplos de dos hombres de ciencia contemporáneos. El primero, Alexander Oparin (1894-1980), biólogo y bioquímico ruso, quien siendo ateo, se negaba en rotundo a aceptar como explicación última sobre el origen del cosmos y de la vida, la mera casualidad. Concluía A. I. Oparin que -siendo un poco humildes- hay que decir sencillamente que no lo sabemos. El segundo, John Eccles (1903-1997), premio Novel en 1963 por sus estudios sobre el mecanismo nervioso del cerebro. Ponía el siguiente ejemplo : "imaginaos un hangar de un kilómetro de longitud, repleto de piezas de avión sueltas. Viene un torbellino y J. Eccles empieza a remover las piezas, a juntarlas y separarlas... así durante un millón de años... Al terminar el proceso abrimos el hangar y nos encontramos con unos flamantes aviones preparados para volar... Esta es la probabilidad que yo le doy a la casualidad". (Catecismo 295-301, 317-318, 320; Youcat 43) “Nada pues nos lo impide, y el impulso de nuestro conocimiento lo exige… relacionar mutuamente el orden del universo y el Dios de la Max Plank religión. Dios está para el creyente en el principio de sus discursos, para el
  • 39. físico, en el término de los mismos" (Plank (1858- 1947), fundador de la física cuántica, premio Nobel 1918). 2. En la Sagrada Escritura existen lo que se llaman "géneros literarios" (D.V. 12)1. Éstos condicionan el significado de lo que se quiere expresar. Así, si hablamos en clave "poética", nadie nos podrá acusar de faltar a la verdad si usamos una metáfora, o una hipérbole: "Tus ojos brillan como el sol". Igualmente ocurre en el texto sagrado. En concreto, los seis días de la creación son una forma literaria de expresar, entre otras cosas, una gradación, un escalonamiento en la creación divina, quien lo "prepara y acondiciona todo" para que el hombre se encuentre a gusto cuando "le llegue a él, el momento" de ser creado. (Catecismo 358; Youcat 59) Compromiso Si no termino de tener claro algo de lo visto en el tema: preguntar. Oración Señor Jesús, creo que estás aquí, que me ves. que me oyes... te pido perdón por mis pecados y tu ayuda para hacer con provecho este momento de oración. Madre mía, María, intercede por mí. Una profesora tiene enfrente a un grupo de niños pequeños de cuatro años, colocados en semicírculo, mientras les va enseñando distintas letras. Uno, en el extremo del semicírculo, está demasiado separado de su compañero, y eso dificulta su visión. La profesora le dice: -Luis, pégate a Gonzalo. El niño mira asombrado a la profe. Y ella insiste. -Venga, pégate a tu compañero. El niño, perplejo, pero obediente a lo que él entiende, se arremanga y la emprende a tortas con el vecino. Y éste, más desconcertado todavía, trata de sujetarle diciéndole: -¡Que no te manda que me pegues! ¡Te dice que te acerques! 1 Dei Verbum (Constitución Dogmática del Concilio Vaticano II-1962-1965).
  • 40. "Pegarse o acercarse". Es más fácil y frecuente pegarse a acercarse. Somos más propensos a pensar mal... Dios ha creado el "jardín del universo" por y para el hombre. Sin embargo, el hombre prefiere pensar mal. A veces por orgullo (si no veo no creo), a veces por pereza (prefiero el sillón-ball a que Dios me complique la vida), a veces por malas experiencias (la muerte de un ser querido), preferimos "pensar mal", así Señor, te mantengo a la oportuna distancia para así tener yo mi libertad, mi autonomía... Si, por otro lado Dios me crea por amor, ¿no será la práctica del mismo, en forma de espíritu de servicio a los míos, de obediencia a mis padres, de fidelidad a la palabra dada, de coherencia con mis ideales... la forma más directa de "ver a Dios" en las personas a las que me esfuerzo en ayudar? Te doy gracias Dios mío por los afectos, inspiraciones y buenos propósitos que me has concedido. Ayúdame a ponerlos por obra. Madre mía intercede por mí. http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=24314&mes=&ano= http://www.youtube.com/watch?v=IeikcezRup8&feature=player_embedded
  • 41. ... se levantó de la mesa, se sacó el manto y tomando una toalla se la ató a la cintura. Luego echó agua en un recipiente y empezó a lavar los pies a los discípulos (Jn 13, 4-5)
  • 42. Tema 4. El misterio del hombre "Apenas conocemos lo que es un cuerpo vivo; menos aún, lo que es un espíritu; y no tenemos la menor idea de cómo pueden unirse ambas incógnitas formando un solo ser, aunque eso somos los hombres" (B. Pascal) La Palabra. "Ecce Homo". Entonces Pilato tomó a Jesús y mandó que lo azotaran. Y los soldados le pusieron en la cabeza una corona de espinas que habían trenzado y lo vistieron con un manto de púrpura. Y se acercaban a él y le decían: -Salve, Rey de los judíos. Y le daban bofetadas. Pilato salió otra vez fuera y les dijo: -Mirad, os lo voy a sacar para que sepáis que no encuentro en él culpa alguna. Entonces Jesús salió fuera llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Y Pilato les dijo: "Aquí tenéis al hombre". (Jn 19, 1-5) Y yo, que siempre aspiro a ser en cada escena de cada día "el muerto del entierro, el niño del bautizo, la novia de la boda", a "salirme siempre con la mía", a "pasar" de los problemas de los demás, a no complicarme la vida si no saco algo de provecho... Te veo así, a ti Jesús... por mí... mostrándome en tu propia carne qué es ser verdaderamente hombre, humano. De un diálogo virtual Pink Floyd Pensaba en un documental que ví hace unos días sobre este grupo. Era una breve historia, deteniéndose en algunos vídeos de canciones a lo largo de su carrera. Había un gran contraste entre su imagen de los primeros años (por los finales de los Pink Floyd sesenta), y la última aparición en directo en 2005. Wright murió tres años después. Me preguntaba, recordando un concierto virtual de Elvis con motivo del 25 aniversario de su fallecimiento, (éste se dio con el grupo de personal artístico que le acompañaba y él mismo en una especie de composición
  • 43. de hologramas, por lo que era una especie de concierto "en vivo"), si, con el paso del tiempo, se podrían hacer, como algo habitual, con artistas ya desaparecidos, o sencillamente retirados, este tipo de actuaciones, es decir, poner en el escenario imágenes prediseñadas del artista en cuestión, de tal forma que pareciese él en vivo... -Tendría su atractivo, pero no sería igual, no habría feeling. - Imaginemos sin embargo, que puede ser tan perfecto que pueda reaccionar de diferente forma dependiendo de los estímulos que perciba, aplausos, gritos, pitidos, ecos de su interpretación... -Aun así, sería algo prediseñado, aunque fueran reacciones "imprevistas", también éstas seguirían una ley interna. -También el original tiene leyes internas... -Pero igualmente es verdad que espontáneamente puede secundarlas o decir "no". -Y si tuviera una memoria interna con datos, imágenes de personas, lugares, acontecimientos que le son conocidos y pudiese identificarlos... -Sus datos serían tan fríos en su interior, como los que metemos en un vulgar ordenador casero. Carece del impacto personal, vivencial, que tales encuentros supusieron para él. Carece de interioridad, subjetividad, de la sal de las pasiones, de las asociaciones a las quedaron vinculados esos datos... olores, recuerdos anteriores, sabores, cuadros de imagen... A propósito... "datos"... Para el original esos, sean valorados de forma positiva o negativa, no los consideraría simples datos: la madre, su casa paterna... Son, misteriosamente, parte del edificio que llamamos "yo". Llegar... eso es... llegar a la conciencia de uno mismo y poder pronunciar esa palabra: "yo", para expresar lo que uno es, requiere un camino por recorrer, una base humana sobre la que sembrar unos sentimientos, unos valores, unas experiencias... que da como resultado un "yo" único, irrepetible. -Y si fuese hasta palpable y tuviese todas esas características porque habría recibido toda esa información con toda la gama de asociaciones internas posibles, como vivencias apasionadas, de forma que pudiera "sentir", es decir, apreciar y dar un significado a esos datos que se le inculcan. Esto es, que fuese una especie de obra de arte hecha paso a paso, un cultivo cuidadoso.... -Las películas "Inteligencia artificial" y "Blade runner" tocan este enfoque. Quiero ver la segunda en cuanto pueda, no más de un par de semanas... La unicidad del ser humano escapa al puro orden material. No entiendo el porqué de la expectación de los futuros clones humanos... Eso ya se da de facto en el orden natural con los gemelos. Son genéticamente idénticos y sin embargo, son diferentes... El mero hecho de asignarles un nombre distinto a cada uno ya indica, más allá del puro enfoque práctico de poderlos distinguir, que cada cual representa una realidad distinta... y son en el orden físico, totalmente iguales... Si se llegase a tal perfección técnica que pareciese tener subjetividad, en primer lugar, sería otra realidad, no una prolongación o un eco del original. Las vivencias por ser precisamente personales, son intransferibles. Puedo medir con aparatos la temperatura, la tensión, el ritmo cardíaco, las demás constantes vitales... incluso me puede manifestar sus sentimientos más profundos... lo puedo captar, entender, asimilar, pero no poseo todo el abanico de la interioridad de lo que esa persona vive, en primer lugar, porque yo no sería el sujeto de tales acciones que me han modelado el alma. Hay un interesante fenómeno de teología ficción: qué pasaría si el hombre desapareciese totalmente tras su muerte y
  • 44. resucitase totalmente, no sólo con el cuerpo, sino también con el alma, al fin de los tiempos en el Juicio Final... Pues que nos lo habríamos cargado. Aunque fuera o fuese la misma identidad personal, sería alguien "recreado", y por tanto, habría perdido la línea de continuidad de su historia personal... Sería otro, aunque con la misma genética y la misma historia. El tema está en la "unicidad" personal que presupone la "continuidad". Eso sólo es posible si hay alma, espíritu. En segundo lugar, la copia, por carecer de alma, carecería de autoconciencia. Si fuésemos sólo materia seríamos incapaces de autoreflexión, de volver sobre nosotros mismos, de sabernos sujetos, dueños de nosotros mismos, conscientes y responsables; la capacidad de autoreflexión es sólo posible si se da algo sustancialmente distinto a la materia; ésta solo "tiene ojos hacia fuera". El producto en cuestión se sabría su propio nombre "de memoria", como cuando un muñeco parlanchín pronuncia su nombre. Todo lo que hiciese sería como "de prestado". Bien, en definitiva no sería un ser personal ni aún menos, una extensión en la historia de alguien real, como los Pink Floyd. ¿Es el hombre sólo materia? 1. Sí; así lo confirman las ciencias experimentales. 2. Sí; la teoría de la evolución demuestra que es meramente un animal algo más complejo que el resto, desmintiendo así la explicación de la Sagrada Escritura, que el hombre proceda de la modelación del barro por parte de Dios y la mujer, de una costilla de Adán. 3. Sí; la "inteligencia artificial" de un ordenador demuestra que las acciones inteligentes del hombre se explican desde la materia, desde la acción neuronal del cerebro. Sin embargo... “Dios dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza. Domine sobre los peces del mar, las aves del cielo, los ganados, las fieras campestres y los reptiles de la tierra. Dios creó al hombre a su imagen, a imagen de Dios los creó, varón y mujer los creó. Dios los bendijo y les dijo: “Sed fecundos y multiplicaos, poblad la tierra y sometedla; dominad sobre los peces del mar, las aves del cielo y cuantos animales se mueven sobre la tierra". (Gn 1, 26-28) Reflexión La Sagrada Escritura lo define como imagen y semejanza de Dios. ¿Qué significa que el hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios?
  • 45. 1. Que sólo el hombre es capaz de conocer y amar a su Creador. 2. Que él es la única criatura en la tierra a la que Dios ha amado por sí misma. 3. Que sólo él está llamado a participar en la vida de Dios, ya que para este fin ha sido creado y ésta es la razón fundamental de su dignidad. 4. Que Dios lo hizo según el modelo de su Hijo, Jesucristo, que es la verdadera y original imagen de Dios, por quien ha creado todas las cosas. (Catecismo 355-357, 380; Youcat 58) “¿Qué cosas o quién fue el motivo de que establecieras al hombre en semejante dignidad? Ciertamente, nada que no fuera el amor inextinguible con el que contemplaste a tu criatura en ti mismo y te dejaste cautivar de amor por ella. Por amor lo creaste, por amor le diste un ser capaz de gustar tu Bien eterno” (Santa Catalina de Siena). En el hombre encontramos una dimensión que no se deriva de la materia, pues realiza actos inmateriales y si son inmateriales no pueden proceder éstos sólo de la materia (el cerebro). ¿Fueron las neuronas de Einstein las que decidieron estudiar física y proponer la Teoría de la Relatividad? ¿Pintaron las neuronas de Miguel Ángel la escena del Juicio Final en la Capilla Sixtina? Y si eso es para lo bueno, también lo será para lo malo; no podremos acusar a Hitler del genocidio de cinco millones de judíos, pues serían sus neuronas las que le condujeron a ese error. A menos que el hombre dé órdenes a su propio cerebro y establezca con él una relación de dependencia y dominio: mis pies me conducen a casa, pero en realidad soy yo quien encamino a mis pies hacia casa; sin ellos no caminaría, ni sin mi decisión de caminar, y esa decisión no procede de ellos. Así es el cerebro con respecto al yo personal, cuya dimensión más íntima y profunda es de naturaleza espiritual. Así, se muestra en la capacidad de conceptuar la realidad, es decir, de abstraer de la misma, ideas, relaciones, leyes... En este sentido, el lenguaje humano deriva de esta capacidad de elaborar conceptos; sería como una "varita mágica" que simplifica la realidad de forma increíble. Simplifica porque simboliza. Sólo la inteligencia es capaz de llevar a cabo esta operación... Así, puede encerrar millones de toneladas de roca en un símbolo que se escribe o se pronuncia con sencillez: cordillera. Todo se puede simbolizar con la inteligencia, liberando así a la realidad de sus gigantescas dimensiones, el universo queda convertido en un universo de bolsillo a través del símbolo, del lenguaje. También por ello, podemos identificar una misma cosa aunque tenga formas diferentes: así podemos llamar "mesa" a diferentes tipos de mesas pues tenemos el concepto abstracto (inmaterial) de la mesa y lo aplicamos, identificándolo cuando lo vemos. El lenguaje propio del ser humano, es diferente en cada cultura, pues al no ser heredado genéticamente -como en las abejas, por ejemplo- se le puede llamar de diferente forma en cada lugar a una misma cosa: así lo que aquí llamamos "mesa", en Estados Unidos se llama "table"... La capacidad del lenguaje humano es reflejo pues de una actividad inmaterial;
  • 46. luego la fuente o principio de donde brota esa actividad debe ser también inmaterial, espiritual. Este proceder es cualitativamente diferente al de los animales, los cuales conocen sólo a través de los sentidos, pudiendo tener experiencia del medio que les rodea, incluso asociando experiencias, pero no pueden conocer la naturaleza de las cosas, ni la leyes por las que se rigen. Así un chimpancé puede usar un palo para acercarse un plátano a su jaula. Pero lo que no podrá hacer es usar una sierra para fabricar un palo con una tabla. El animal ve la relación palo- alimento, pero no ve la relación tabla-hacha-palo-alimento, porque en realidad no puede verse, sino entenderse. El conocimiento del hombre, por el contrario, es intelectual, no sólo sensorial: así entender lo que es el calor no calienta, mientras que sentirlo sí. Y si lo que entiendo es el fuego, mi entendimiento no arde. No es suficiente con afirmar que la necesidad es la causa de que el hombre invente cosas - una lanza para cazar pájaros; también los gatos tienen esa misma necesidad y no inventan nada...- Así, también es posible por esa capacidad espiritual, que somos capaces de hacer arte, pintar un cuadro; es esto una actividad que necesita del concepto, de la idea, la cual, recordamos que es inmaterial. Por esta actividad también podemos inducir las leyes por las que se rige la naturaleza y así, aprender a dominarla. Captar esas leyes -no sólo percibidas sensiblemente- y usarlas para el propio provecho, es el progreso técnico, lo cual, supone una actividad intelectual, es decir, espiritual, pues hablamos de un ámbito - las leyes biológicas, físicas, las ideas, los conceptos...- que, aunque se basan en la observación de la realidad sensible, van más allá de las cosas que vemos o tocamos... Las leyes no se "tocan" se "inducen". Así, también ocurre con los valores como la justicia, el amor... los cuales se captan a partir de lo que vemos y tocamos, pero "no es" sólo lo que vemos y tocamos. El hombre capta esa realidad y en base a ella configura su propia vida llegando incluso a dar la misma vida por esos valores que ni se ven ni se tocan. Así ocurre con la conciencia que nos indica una ley sobre lo que es bueno y lo que no lo es... Está en el hombre pero "por encima" del propio hombre, pues no la puede manipular a su capricho para que no le moleste cuando no obra bien... Es ésta una ley universal, afecta a todo ser humano, quien por el hecho de serlo, por naturaleza, aunque se equivoque al llevarlo a la práctica, tiene por principio: "hay que hacer el bien y evitar el mal". Si hay una ley que está en el hombre, pero que no tiene su origen en el propio hombre, pues no la puede evitar, y sí la puede libremente violar, es porque hay un Legislador que la ha inscrito, y un ámbito en el propio hombre, que trasciende la puras leyes biológicas y genéticas, que llamamos conciencia, que es de naturaleza espiritual pues se refiere al orden moral, a la bondad o maldad de las acciones, lo cual, escapa al orden material, ya que el bien o el mal se capta, se interpreta pero "no se ve", es decir, no se puede calificar una acción como buena o como mala a través de su observación en un microscopio, o de un análisis químico. Vemos la materialidad de las acciones, pero no su moralidad: por ejemplo, si
  • 47. advertimos que un chico le entrega a una chica un billete de 200 euros, ¿qué ha hecho? La mera observación física del hecho no nos da pie para afirmar si esa acción es moralmente buena o no: Puede haberle restituido una deuda; puede haberle dado una limosna; puede estar sobornándola... Esto significa que toda acción tiene un "espíritu" que es lo que hace que sea buena o mala, y esto sólo puede ser captado por la conciencia espiritual del hombre. De que el hombre pueda secundar o violar una ley moral interna se deriva a su vez, que estamos hablando de un ser libre. La conducta animal es siempre la respuesta a los datos captados del medio circundante. La conducta agresiva, sexual o alimenticia se pone en marcha ante la presencia de los consiguientes estímulos y será siempre la misma. Conocer a un león es conocer al león. Son conductas heredadas y programadas genéticamente. En el hombre, en cambio, ante los mismos estímulos puede responder de mil formas diferentes porque tiene diferentes motivaciones, él mismo no está condicionado por sus genes ni por su medio, y puede escoger por cuál se inclina: Ante la sensación de hambre: a. Puede ir la nevera y comer sin más hasta saciarse. b. Puede retrasar la comida hasta terminar un trabajo. c. Puede comer pero siguiendo una estricta dieta que le cuesta llevar adelante. d. Puede negarse a comer por motivos religiosos: es miércoles de ceniza. e. Puede dejar su trabajo profesional, quebrantando la ley laboral, e ir a echar un bocado a escondidas. .... .... Así, la libertad es una manifestación de la naturaleza espiritual del hombre, ya que las acciones que proceden sólo de la biología, están condicionadas a las propias leyes biológicas. Si fuésemos sólo materia no podríamos escoger, distanciándonos así de la pura ley biológica (hambre, sueño, miedo...). Por eso el hombre hace historia, (no existe una historia de las hormigas en Madagascar), tiene un mundo (no está encerrado en un medio), es sujeto de derechos y responsable de sus acciones (al perro de casa no se le puede llevar a juicio por morder a quien no debía, porque no es responsable, porque no es libre), crea una cultura en cada lugar que posee rasgos comunes a toda la humanidad y rasgos específicos de cada ámbito (no hay culturas animales ni por diferentes especies ni por zonas geográficas). Estos razonamientos en torno al hombre giran alrededor de una idea: es alguien -no algo- muy especial; y esto es así porque hay una parte del ser humano que no es material, sino espiritual y que le capacita para actuar de forma única con respecto a los demás seres de la naturaleza.. (Catecismo 343-344, 353, 355-357, 380; Youcat 356, 358) Esa parte sólo puede proceder de quien es Espíritu puro. Respuestas 1. El error más común de ciertos hombres de ciencias es el del "reduccionismo", es decir, el de reducir, achicar la realidad que estudia a su propio enfoque particular, excluyendo otros posibles enfoques (como se
  • 48. ha explicado antes). Así la idea de hombre queda reducida a una esfera parcial, real, verdadera, pero parcial del propio hombre, que ofrece esa misma ciencia o escuela de pensamiento. Todos los puntos de vista que intentan definir lo que es el hombre suelen ser correctos; eso sí, con una condición... que cada definición no vaya precedida por un "nada más que" ("el hombre no es nada más que...") Porque el hombre, igual que un simple tomate y que cualquier otra cosa, es cada una de esas caras (definiciones como: animal evolucionado, un amasijo de impulsos, un ser pensante, un producto social, un conjunto de reacciones bioquímicas...), pero además, es mucho más. Como vimos anteriormente, en la vida real de cada día, todo el mundo vive y se relaciona mutuamente teniendo presente en la práctica ese "mucho más" de la persona. De lo contrario, ¿a qué viene, por ejemplo, esa sensibilidad hacia el racismo o hacia la violencia doméstica? Sea cual sea la idea que se tenga de hombre/mujer, todo el mundo se indigna ante ciertos abusos. Pero eso ¿es coherente con la visión materialista del ser humano (es decir, que sólo somos átomos o energía...)? Si se es de verdad coherente con ciertas ideas materialistas no debería haber razón fundada para indignarse, pues, si somos mera materia... ¿en qué nos diferenciamos de una sartén? Y por consiguiente ¿por qué seríamos sujetos con derechos que no tienen los demás "seres materiales"? Nuestras quejas ante la injusticia no tendrían fundamento alguno, salvo el capricho. Así, no habría verdadero fundamento para indignarse con relación a los campos de exterminio nazis, a las pruebas experimentales del profesor Josef Mengele con judíos durante la II Guerra Mundial, como si de ratas de laboratorio se tratara, o de usarlos como materia prima para extraer jabón, si de veras se es consecuente con la afirmación categórica de que el hombre es sólo materia evolucionada; en este sentido, no se diferencia de cualquier ser, J. Mengele incluso inerte y por tanto, no debería tener ningún privilegio, ser sujeto de supuestos derechos, que a los demás seres, no se les reconoce. De hecho hay ideologías actuales de corte ecologista que así lo profesan sin ningún titubeo... Pero a la hora de la verdad... todo el mundo "exige lo que es suyo". Del concepto de hombre que se profese se deriva una conducta. 2. Ya se explicó en el tema anterior que "evolución" (aplicado al origen del universo) no tiene por qué oponerse a "creación". Para defender que el hombre es fundamentalmente un animal como los demás, hay quien afirma que genéticamente se da tan solo un 2% de diferencia con respecto a los animales más próximos como los chimpancés... A esto hay que responder poniendo un contraejemplo: si ponemos agua al fuego observaremos que su temperatura crece (25, 30, 35, 50, 60 grados...), dándose una variación "cuantitativa" del agua, pues creciendo el calor aún sigue siendo agua. Llega un momento en el que saltará de 98 a 99 grados, y continúa
  • 49. siendo agua, sin embargo, al pasar de 99 a 100 grados deja de ser agua para convertirse en vapor; el cambio ya no es "cuantitativo", sino "cualitativo", siendo también la variación de tan solo 1 grado. Esto mismo es aplicable a la, en apariencia, insignificante diferencia genética entre el ser humano y sus parientes más próximos. Por otra parte, hay que recordar que la Biblia usa de los géneros literarios. En concreto, el relato de la creación hace mucho uso de las metáforas, habla en clave simbólica, aunque refiera hechos que pertenecen a la prehistoria real de la humanidad. En este sentido, no hay que hacer decir a la palabra de Dios, cosas que no pretende decir, como que el hombre fue literalmente modelado de barro por las manos del Creador, así como que la mujer, en un estadio posterior, fue materialmente "extraída" del costado de Adán. Lo que pretende afirmar con esas expresiones metafóricas es que el ser humano ocupa un lugar muy especial en la creación a los ojos de Dios, pues es el único ser que puede dialogar con Él, el único que trabaja la tierra, el único que puede dominarla, el que no se confunde con los demás seres pues es él quien tiene el privilegio de darles nombre. En definitiva, Dios crea "un jardín", el universo, la tierra, por y para el hombre; él es el rostro visible del Creador en la tierra, el que debe de hecho prolongar la creación divina a través del trabajo. Así pues, para el creyente no hay pues ningún problema en aceptar, si así lo cree honestamente, la teoría evolutiva. Para el cristiano el punto crucial no es que el hombre surja de repente o a través de un proceso que duraría millones de años... lo verdaderamente importante es que sea de la forma que sea, el ser humano no es mero efecto de una serie de concausas casuales y fortuitas, sino que el hombre llega a ser hombre, porque una Voluntad que lo ha amado eternamente, ha querido que realmente viniese a la existencia tal y como es. El modo concreto en que eso ha sucedido es ya tarea de las ciencias naturales (H.G. 29; Catecismo 282-289, 1699-1715; Youcat 42, 280)2. Cualquier otro tipo de afirmación distinta de esta, venga de donde venga, sobre lo que la Iglesia afirma en torno al origen del hombre es falsa. En este sentido es conveniente aclarar que entendemos por "Iglesia", no el parecer particular de un teólogo o de cualquier miembro o grupo particular de la misma. No vale pues argüir, por ejemplo, que tal o cual religioso de tal época (por muy prestigioso que pudiera ser), o que tal orden religiosa afirmó tal error científico, y por lo tanto, "este hecho demuestra que la Iglesia se equivoca". Sólo el Papa y/o un Concilio Ecuménico tienen autoridad para 2 Humani Generis (Carta Encíclica del Papa Pío XII-12-8-1950).
  • 50. hablar en nombre de la Iglesia como tal, entre otras razones, porque sólo el Papa o un Concilio Ecuménico tienen la autoridad recibida de Cristo para interpretar sin error la Sagrada Escritura (Catecismo 85; Youcat 13). (Esto no es un "as sacado de la manga"... es la conciencia y el proceder que ha tenido la propia Iglesia desde el año cero a la hora de dirimir las dudas doctrinales y sacar a la luz la verdad sobre cualquier asunto que le compete.) Dicho de otra forma, para demostrar que en verdad la Iglesia se ha equivocado en temas como el que estamos tratando habría que citar una declaración magisterial de un Papa o de un Concilio Ecuménico... Lo demás, sería más fruto de la ignorancia que cualquier otra cosa con un mínimo de seriedad científico-teológica. Por otro lado la evolución necesita a su vez ser explicada. Si tenemos un montón de piedras en la plaza de un pueblo y volvemos unos días más tarde y vemos esas mismas piedras ordenadas de tal manera que vemos una fuente de agua, sería absurdo atribuir a las propias piedras tal "evolución". Pues lo mismo sucede con la evolución de las especies. La materia no tiene capacidad para autodirigirse hacia un fin pues no tiene capacidad para razonar. Tiene códigos, pero ¿por qué siguen un patrón de actuación si no tienen capacidad de decisión? Si una máquina -una batidora- procede de una determinada manera es porque esa ley se la ha puesto alguien que piensa y quiere que ese aparato sirva para fin concreto. La misma explicación pide un código genético que va progresando. La evolución no es una explicación total, sino más bien, una descripción. “Jamás he negado la existencia de Dios. Pienso que la teoría de la evolución es totalmente compatible con la fe en Dios. El argumento máximo de la existencia de Dios me parece la imposibilidad de C. Darwin demostrar y comprender que el universo inmenso, sublime sobre toda medida, y el hombre hayan sido frutos del azar” (Darwin 1809-1882). 3. Imaginemos que te encierran en una habitación llena de montones ordenados de papeles escritos con símbolos chinos. Supongamos que eres inglés y no entiendes chino, y que recibes por debajo de la puerta otros papeles con símbolos chinos e instrucciones en inglés para devolver fuera de la habitación algunos papeles de los montones. Supongamos que no sabes que los símbolos chinos introducidos por debajo de la puerta son "preguntas" de gente que está fuera de la habitación, y que los símbolos que devuelves, siguiendo las instrucciones en inglés, son "respuestas" a esas preguntas. Supongamos que es tan bueno el intercambio de símbolos que tus respuestas no se pueden distinguir de las que haría un nativo chino... Pero el hecho es que estás encerrado en una habitación, recibiendo y
  • 51. devolviendo símbolos chinos, sin entender chino. Y por mucho que se prolongue la comunicación, no hay manera de que tú puedas aprender ni una palabra de chino manipulando esos símbolos, por muy perfecta, rápida y eficaz que sea tal manipulación. Este ejemplo pone de manifiesto que la simple ejecución formal de un programa no es suficiente para proporcionar una comprensión de lo que significan los símbolos. Todo lo que tiene la inteligencia artificial es, al igual que tú en la situación descrita antes, un programa formal para manipular símbolos no interpretados, no comprendidos. Y, además, el ordenador, ni siquiera es consciente de que está en la habitación... ni siquiera de que "está"... “ La moderna física me enseña que la naturaleza no es capaz de ordenarse a si misma. El universo supone una enorme masa de orden. Por eso requiere una “Causa Primera” grande, que no está sometida a la segunda ley de la transformación de la energía y que por lo mismo, es Sobrenatural” (H. Hathaway (1900-1973), padre del Cerebro electrónico). Howard Hathaway Compromiso Recitar cada día, antes de empezar el estudio, el salmo 8. Oración Señor Jesús, creo que estás aquí, que me ves. que me oyes... te pido perdón por mis pecados y tu ayuda para hacer con provecho este momento de oración. Madre mía, María, intercede por mí. El anillo "Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?". El maestro sin mirarlo, le dijo: Cuanto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizás después. Y haciendo una pausa agregó: Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este problema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.
  • 52. Encantado, maestro titubeó el joven, pero sintió que otra vez era desvalorizado, y sus necesidades postergadas. Bien asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño y dándoselo al muchacho, agregó: toma el caballo que está allá afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Ve y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas. El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo. En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro y rechazó la oferta. Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado, más de cien personas, y abatido por su fracaso, montó su caballo y regresó. Cuanto hubiera deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro, podría entonces habérsela entregado él mismo al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda. Entró en la habitación. Maestro dijo lo siento, no pude conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo. Qué importante lo que dijiste, joven amigo contestó sonriente el maestro Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo y pregunta cuánto te da por él, pero no importa lo que ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo. El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la luz del candil con su lupa, lo pesó y luego le dijo: Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.
  • 53. 58 MONEDAS !!!!!!!!! Exclamó el joven. Sí, replicó el joyero, yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé... si la venta es urgente. El joven corrió emocionado a la casa del maestro a contarle lo sucedido. Siéntate dijo el maestro después de escucharlo. Tú eres como este anillo: una joya valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor? Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño. (Jorge Bucay) ¿Por qué me fío y doy más valor a lo que "dicen" de mí, que lo que Él me dice de mí mismo? "Tú eres mi hijo" (Salmo 2, 7). Te doy gracias Dios mío por los afectos, inspiraciones y buenos propósitos que me has concedido. Ayúdame a ponerlos por obra. Madre mía intercede por mí.
  • 54. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? (Mt 27, 46)
  • 55. Tema 5. El misterio del mal La Palabra "Cerca de la hora novena, Jesús clamó con voz potente, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es:"Dios mío, Dios mío por qué me has abandonado..." -Mt 27, 46- El silencio de Dios Una antigua leyenda noruega nos habla de un anacoreta llamado Haakon, que cuidaba una ermita. A ella acudía la gente a orar con mucha devoción. En esta ermita había una cruz muy antigua. Muchos acudían ahí para pedirle a Cristo algún milagro. Un día el ermitaño Haakon quiso pedirle un favor. Le impulsaba un sentimiento generoso. Se arrodilló ante la cruz y dijo: "Señor, quiero padecer por Ti. Déjame ocupar tu puesto. Quiero reemplazarte en la Cruz." Y se quedo fijo con la mirada puesta en la imagen, como esperando la respuesta. El Señor abrió sus labios y habló. Sus palabras cayeron de lo alto, susurrantes y amonestadoras: "Hermano mío, accedo a tu deseo, pero ha de ser con una condición." "¿Cuál Señor? -preguntó con acento suplicante Haakon-. Es una condición difícil? ¡Estoy dispuesto a cumplirla con tu ayuda, Señor!". "Escucha. Suceda lo que suceda, y veas lo que veas, has de guardarte en silencio siempre". Haakon contesto: "¡Te lo prometo, Señor!". Y se efectuó el cambio. Nadie advirtió el trueque. Nadie reconoció al ermitaño, colgado con los clavos en la Cruz. El Señor ocupaba el puesto de Haakon. Y éste por largo tiempo cumplió el compromiso. A nadie dijo nada, pero un día, llegó un rico, después de haber orado, dejó allí olvidada su cartera. Haakon lo vio y calló. Tampoco dijo nada cuando un pobre, que vino dos horas después y se apropió de la cartera del rico. Ni tampoco dijo nada cuando un muchacho se postró ante él poco después para pedirle su gracia antes de emprender un largo viaje. Pero en ese momento volvió a entrar el rico en busca de la bolsa. Al no hallarla, pensó que el muchacho se la había
  • 56. apropiado. El rico se volvió al joven y le dijo iracundo: "¡Dame la bolsa que me has robado!". El joven sorprendido replicó: "¡No he robado ninguna bolsa!". "No mientas, devuélvemela enseguida!". "¡Le repito que no he cogido ninguna bolsa!". El rico arremetió furioso contra él. Sonó entonces una voz fuerte: "¡Detente!". El rico miró hacia arriba y vio que la imagen le hablaba. Haakon, que no pudo permanecer en silencio, gritó, defendió al joven, increpó al rico por la falsa acusación. Éste quedó anonadado y salió de la ermita. El joven salió también porque tenía prisa para emprender su viaje. Cuando la ermita quedó a solas, Cristo se dirigió al monje y le dijo: "Baja de la Cruz. No sirves para ocupar mi puesto. No has sabido guardar silencio". "¿Señor, como iba a permitir esa injusticia?". Jesús ocupó la Cruz de nuevo y el ermitaño se quedó ante la cruz. El Señor siguió hablando: "Tu no sabías que al rico le convenía perder la bolsa, pues llevaba en ella el precio de la virginidad de una joven mujer. El pobre, por el contrario, tenía necesidad de ese dinero. En cuanto al muchacho que iba a ser golpeado, sus heridas le hubiesen impedido realizar el viaje que para él resultaría fatal. Ahora, hace unos minutos acaba de zozobrar el barco y él ha perdido la vida. Tu no sabías nada. Yo sí sé. Por eso callo." Y el Señor nuevamente guardo silencio. Muchas veces nos preguntamos por qué razón Dios no nos contesta, por qué razón Dios se queda callado. Muchos de nosotros quisiéramos que Él nos respondiera lo que deseamos oír, pero Dios no es así. Dios nos responde aún con el silencio. Él sabe lo que está haciendo. Testimonio El campo de concentración de Auschwitz es llamado por los polacos: campo de la muerte, porque en sus tierras, bloques y sótanos, han perecido miserable y trágicamente, mas de cinco millones de personas. Levantado sobre los escombros de unos cuarteles y granjas, está situado en la Polonia meridional, en una zona pantanosa, Maximiliano Kolbe insalubre, para que no hubiese testigos indiscretos de esa fábrica de muerte. Rodeado por altas alambradas electrizadas y de torres de control. Allí toda crueldad e infamia, toda bestialidad y aberración, toda atrocidad y todos los horrores se habían dado cita para transformarlo en un verdadero infierno. Continuas muertes por enfermedades y por inanición, frío, fatigas agotadoras, escorbuto, disentería, traumas e infecciones. El pelotón de fusilamiento acribillaba a docenas a la vez contra un paredón forrado de caucho, para atenuar el ruido del disparo. En la plaza de armas cinco personas subían a la banqueta. El verdugo les colocaba el lazo al cuello. Con una patada a la banqueta
  • 57. quedaban las víctimas suspendidas. Auschwitz se había hecho famoso por la instalación de la primera cámara de gas. Lo que más se temía no eran las balas, ni las horcas, ni las cámaras de gas, sino los sótanos de la muerte, o Búnker de la lenta agonía, del martirio enloquecedor del hambre y de la sed. En Auschwitz murieron decenas de miles de católicos y también, como es sabido, de judíos. El objetivo más profundo de Hitler en sus masacres es poco conocido. El hecho es que el odiaba la revelación divina confiada a Israel y también a Jesucristo, particularmente a la Iglesia Católica. Entró en Auschwitz el Padre Maximiliano Kolbe -sacerdote polaco-, la tarde del 28 de mayo de 1941 con un transporte de otros 320 presos. Sobre el portón de entrada había un letrero en alemán: El trabajo libera. Era una mentira más. En realidad, al entrar los prisioneros, se les decía que los judíos tenían el derecho de vivir dos semanas y los sacerdotes católicos un mes. El bloque 14 había salido para la cosecha de unas parcelas de trigo. Aprovechando algún descuido de los guardias, un preso se fugó. Por la tarde, al pasar lista, se descubrió el hecho. El terror congeló los corazones de aquellos hombres. Todos sabían la terrible amenaza del jefe: Por cada evadido, 10 de sus compañeros de trabajo, escogidos al azar, serían condenados a morir de hambre en el búnker o sótano de la muerte. Al día siguiente, a las 18 horas, Fritsch, el comandante del campo, se planta de brazos cruzados ante sus víctimas. Un silencio de tumba sobre la inmensa explanada, atestada de presos sucios y macilentos. El fugitivo no ha sido hallado... Diez de ustedes serán condenados al búnker de la muerte... La próxima vez serán veinte. Con total desprecio a la vida humana, los condenados son escogidos al azar. ¡Este!... ¡Aquel!... grita el comandante. El ayudante Palitsch marca los números de los condenados en su agenda. Aterrorizado, cada condenado sale de las filas, sabiendo que es el final. ¡Adiós, adiós , mi pobre esposa!.. ¡Adiós , mis hijitos, hijitos huérfanos! dice sollozando el sargento Francisco Gajownieczek. Las palabras del sargento sin duda tocan el corazón de muchos presos, pero en el corazón del Padre Kolbe hacen más. Mientras los diez condenados responden al grito: ¡Quítense los zapatos!, porque deben ir descalzos al lugar del suplicio; de improviso, ocurre lo que nadie podía imaginarse. He aquí los testimonio de los que estaban presente: Después de la selección de los diez presos atestigua el Dr. Niceto F. Wlodarski, el P. Maximiliano salió de las filas y quitándose la gorra, se puso en actitud de firme ante el comandante. Éste, sorprendido, dirigiéndose al Padre, dijo: ¿Qué quiere este cerdo polaco? El P.
  • 58. Maximiliano, apuntando la mano hacia F. Gajownieczek, ya seleccionado para la muerte, contestó: Soy sacerdote católico polaco; soy anciano; quiero tomar su lugar, porque el tiene esposa e hijos.... El comandante maravillado, pareció no hallar fuerza de hablar. Después de un momento, con un gesto de la mano, pronunciando la palabra ¡Raus! ¡Fuera!..., ordenó a Gajowniczek que regresara a su fila. De este modo, el P. Maximiliano María Kolbe tomó el lugar del condenado. A la Virgen dirige su oración: Reina mía, Señora mía, has mantenido tu palabra. ¡Es para esto que yo he nacido! El sacrificio del P. Kolbe, mientras provocó la consternación entre las autoridades del campo, provocó la admiración y el respeto de los presos. En el campo casi no se notaban manifestaciones de amor al prójimo. Un preso rehusaba a otro un mendrugo de pan. En cambio, él había dado su vida por un desconocido. No hay amor más grande que dar la vida por un amigo (Jn 15,13) . Los diez condenados al hambre y la sed bajan al sótano de la muerte del que sólo salen cadáveres directamente al crematorio. Bruno Borgowiec, un polaco encargado de retirar los cadáveres, dio su testimonio: Después de haber ordenado a los pobres presos que se desnudaran completamente, los empujaron en una celda. En otras celdas vecinas ya se hallaban otros veinte de anteriores procesos. Cerrando la puerta, los guardias sarcásticamente decían: Ahí se van a secar como cascaras. Desde ese día los infelices no tuvieron ni alimentos ni bebidas Diariamente, los guardias inspeccionaban y ordenaban retirar los cadáveres de las celdas. Durante estas visitas estuve siempre presente, porque debía escribir los nombres-números de los muertos, o traducir del polaco al alemán las conversaciones y los pedidos de los presos. Desde las celdas donde estaban los infelices, se oían diariamente las oraciones recitadas en voz alta, el rosario y los cantos religiosos, a los que se asociaban los presos de las otras celdas. En los momentos de ausencia de los guardias yo bajaba al sótano para conversar y consolar a los compañeros. Loas fervorosas oraciones y cantos a la Virgen se difundían por todo el sótano. Me parecía estar en una iglesia. Comenzaba el P. Maximiliano y todos los otros respondían. A veces estaban tan sumergidos en las oraciones, que no se daban cuenta de la llegada de los guardias para la acostumbrada visita. Sólo a los gritos de estos, las voces se apagaban. El P. Maximiliano se comportaba heroicamente. Nada pedía y de nada se quejaba. Daba ánimo a los demás. Persuadía a los presos a esperar de que el fugitivo sería hallado y ellos serían liberados.
  • 59. Así pasaron dos semanas, mientras tanto los presos morían uno tras otro. Al término de la tercera semana, sólo quedaban cuatro, el P. Kolbe entre ellos. A las autoridades pareció que las cosas se alargaban demasiado. La celda era necesaria para otras víctimas. Por esto, un día, el 14 de agosto, condujeron al director de la sala de enfermos, el criminal Boch, el cual propinó a cada uno una inyección endovenosa de ácido fénico. El P. Kolbe, con la plegaria en los labios, ofreció él mismo el brazo al verdugo. Partidos los guardias con el verdugo, volví a la celda donde encontré al P. Kolbe sentado, narra Borgowiec, recostado en la pared, con los ojos abiertos y concentrados en un punto y la cabeza reclinada hacia la izquierda (era su posición habitual). Su cuerpo limpio y luminoso. Su rostro lucia sereno y bello, radiante, mientras los demás muertos estaban tendidos sobre el pavimento, sucios y con los signos de la agonía en el rostro. En el campo por meses se recordó el heroico acto del sacerdote. Durante cada ejecución se recordaba el nombre de Maximiliano Kolbe. La impresión del hecho se me grabó eternamente en la memoria. La Inmaculada se lo llevó la víspera de su gran fiesta: La Asunción. Moría un santo sacerdote en Auschwitz, mártir por Dios, de la Virgen y por un padre de familia. El padre Kolbe venció al mal con el poder del amor. Murió tranquilo, rezando hasta el último momento. Según el certificado de defunción del campo, P. Maximiliano María Kolbe falleció a las 12:50 del 14 de agosto de 1941. Tenía 47 años. Cumplió su deseo máximo: Concédeme alabarte, Virgen Santa, concédeme alabarte con mi sacrificio. Concédeme por ti, solo por ti, vivir, trabajar, sufrir, gastarme, morir... San Maximiliano se encontró en medio de un gran choque espiritual en la batalla que se libra en el mundo entre la Inmaculada Virgen María y Satanás. El supo dar la talla y vencer con las armas del amor. Como respuesta a la brutalidad del trato de los guardias de la prisión, San. Maximiliano era siempre obediente, manso y lleno de perdón. Aconsejaba a todos sus compañeros de prisión a confiar en la Inmaculada: ¡Perdonen!, Amen a sus enemigos y oren por los que os persiguen.. . Es una batalla que ahora, con su ejemplo e intercesión debemos nosotros luchar. El 17 de Octubre de 1971, luego de dos milagros obtenidos gracias a su intercesión, el Padre Maximiliano Kolbe fue beatificado por el Papa Pablo VI. Un compatriota suyo, el Papa Juan Pablo II lo canonizó en 1982: Mártir de la caridad. El mismo Papa sufrió mucho en la misma guerra y Dios lo libró de la muerte para que pueda ser testigo de la victoria de la Inmaculada en San Maximiliano Kolbe.
  • 60. ¿Es o no es el sufrimiento compatible con la fe en Dios? 1. No; el mal es evidencia de que, o bien Dios no existe, o bien que no es "padre", o bien que se desentiende del hombre una vez creado. Sin embargo... "Mas la prueba de que Dios nos ama es que, siendo nosotros todavía pecadores, Cristo murió por nosotros" (Rm 5, 8) Reflexión A Jesús cuando le plantean una cuestión tan controvertida -ya en aquel tiempo- como la del divorcio, le agrada recurrir "Al Principio" como criterio para discernir. ¿Por qué "Al Principio"? Sencillamente porque ese "Principio" es la obra de Dios tal y como salió de sus manos, en su genuina y limpia realidad..., es su proyecto original antes de que el mal, el pecado, enturbiase y distorsionase ese mismo proyecto. Así pues, nosotros también, para el tema que nos ocupa volvamos "Al Principio". En ese Principio ¿existía el dolor? No, en cuanto la vivencia del dolor como un quebranto existencial, como un sinsentido... pero sí que existía en cuanto que es esa alarma del organismo humano que avisa de un golpe o una quemadura... Es precisamente el pecado, ese mal real que no entraba dentro de los planes de Dios y que se introduce en el mundo, en el corazón del hombre "por querer ser como Dios, pero sin Dios", es esa realidad maligna la que perturba los ojos del hombre y es así cuando empieza a interpretar y experimentar ese mismo dolor como sufrimiento, como contradicción, como agresión... Alguien comparó esta situación del hombre antes y después del pecado con la imagen de un ciclista campeón que asciende fatigosamente un puerto de alta montaña, contrapuesta a la de un esclavo trabajando en una plantación de algodón en la Carolina del Sur del siglo XIX. Ambos sufren, y si analizamos químicamente las reacciones fisiológicas de los dos seguramente serían muy similares... sin embargo, es claro que hay una gran diferencia: un sufrimiento es esperanzado, incluso ilusionante, mientras que el otro es frustrante, estéril.
  • 61. "Al Principio, pues, no fue así". Los relatos de la creación y del primer pecado son una primera respuesta aclaratoria, dentro del misterio, al problema del sufrimiento; es decir, el dolor, el padecimiento no entraba en el plan original de Dios, pues todo lo hizo "bueno"; y si existe esta realidad del mal es porque el propio hombre le abre la puerta al cerrársela a Dios. Dar la espalda a Dios provoca una reacción en cadena: el hombre pierde la armonía con Dios —"Oí tu ruido en el jardín y me escondí" —Gn 3, 10-; pierde la armonía consigo mismo: "y cosiendo hojas de higuera se hicieron unos ceñidores" —Gn 3, 7-; pierde la armonía con su compañera, el hombre con su esposa parece que deja de ser "carne de mi carne" —Gn 2, 23-, para constituirse en la responsable del error del hombre junto con el propio Dios: "La mujer que tú me diste me dio del árbol y comí" —Gn 3, 12-; Caín mata a Abel —Gn 4, 8-; la humanidad se divide en lenguas —Gn 11, 1-9-. (Catecismo: 388-389, 402-404. Youcat: 68) Respuestas 1. A la primera objeción, sobre la no existencia de Dios ya se ha respondido suficientemente en apartados anteriores. Sobre la segunda objeción en torno a la negación de la bondad de Dios afirma Juan Pablo II: El escándalo de la Cruz sigue siendo la clave para la interpretación del gran misterio del sufrimiento, que pertenece de modo tan integral a la historia del hombre. En eso concuerdan incluso los críticos contemporáneos del cristianismo. Incluso ésos ven que Cristo crucificado es una prueba de la solidaridad de Dios con el hombre que sufre. Dios se pone de parte del hombre. Lo hace de manera radical: «Se humilló a sí mismo asumiendo la condición de siervo, haciéndose obediente hasta la muerte y muerte de cruz» (Fil 2,7-8). Todo está contenido en esto: todos los sufrimientos individuales y los sufrimientos colectivos, los causados por la fuerza de la naturaleza y los provocados por la libre voluntad humana, las guerras y los gulag y los holocaustos, el holocausto hebreo, pero también, por ejemplo, el holocausto de los esclavos negros de África. Dios está siempre de parte de los que sufren. Su omnipotencia se manifiesta precisamente en el hecho de haber aceptado libremente el sufrimiento. Hubiera podido no hacerlo. Hubiera podido demostrar la propia omnipotencia incluso en el momento de la Crucifixión; de hecho, así se lo proponían: «Baja de la cruz y te creeremos» (Mc 15,32). Pero no recogió ese desafío. El hecho de que haya permanecido sobre la cruz hasta el final, el hecho de que sobre la cruz haya podido decir como todos los que sufren: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» (Mc 15,34), este hecho, ha quedado en la historia del hombre como el
  • 62. argumento más fuerte. Si no hubiera existido esa agonía en la cruz, la verdad de que Dios es Amor estaría por demostrar". ("Cruzando el umbral de la esperanza" Cp. X) (Catecismo 309-314, 324. Youcat 51, 70) La tercera objeción sobre el desentendimiento de Dios con respecto al hombre queda también respondida con el argumento anterior; sin embargo, se puede añadir lo siguiente: frente a la pregunta ¿dónde está Dios ante el sufrimiento humano? Hay que recordar algo muy antiguo, pero a la vez siempre nuevo: Venid benditos de mi Padre, porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, desnudo y me vestisteis, enfermo y en la cárcel y me visitasteis... Porque cuando lo hicisteis con cada unos de éstos, mis hermanos más pequeños A Ml me lo hicisteis (Mt 25, 34-36. 40). Dios ha querido mostrarnos su amor, ha querido salvarnos, no eliminando el mal físico del mundo, sino cargando con él y ofreciéndolo al Padre. Tú y yo estamos desde entonces invitados por Él a vivir así, ofreciéndonos con Jesús uniendo a su sacrificio el nuestro de cada día en el Sacrificio del Altar, en la Eucaristía de cada domingo, donde literalmente podemos comer el Amor; Amor que ha ahogado el mal en su Bien infinito y que nos es ofrecido. Este misterio de Amor es el que celebramos cada año en la Semana Santa, cada Domingo en la Eucaristía. (Catecismo 613-618, 622-623, 1322, 1324, 1409. Youcat 101-102, 208, 212) Compromiso ¿Qué detalle, que me cueste un poco, puedo ofrecer a Jesús para unirme con Él en la Cruz y colaborar con Él en la salvación del mundo? Oración Señor Jesús, creo que estás aquí, que me ves. que me oyes... te pido perdón por mis pecados y tu ayuda para hacer con provecho este momento de oración. Madre mía, María, intercede por mí. Se cuenta la historia del herrero que, después de una juventud llena de excesos, decidió entregar su alma a Dios. Durante muchos años trabajó con ahínco, practicó la caridad, pero,
  • 63. a pesar de toda su dedicación, nada perecía andar bien en su vida, muy por el contrario sus problemas y sus deudas se acumulaban día a día. Una hermosa tarde, un amigo que lo visitaba, y que sentía compasión por su situación difícil, le comentó: "Realmente es muy extraño que justamente después de haber decidido volverte un hombre temeroso de Dios, tu vida haya comenzado a empeorar. No deseo debilitar tu fe, pero a pesar de tus creencias en el mundo espiritual, nada ha mejorado." El herrero no respondió enseguida, él ya había pensando en eso muchas veces, sin entender lo que acontecía con su vida, sin embargo, como no deseaba dejar al amigo sin respuesta, comenzó a hablar, y terminó por encontrar la explicación que buscaba. He aquí lo que dijo el herrero: "En este taller yo recibo el acero aún sin trabajar, y debo transformarlo en espadas. ¿Sabes tú cómo se hace esto? primero, caliento la chapa de acero a un calor infernal, hasta que se pone al rojo vivo, enseguida, sin ninguna piedad, tomo el martillo más pesado y le aplico varios golpes, hasta que la pieza adquiere la forma deseada, luego la sumerjo en un balde de agua fría, y el taller entero se llena con el ruido y el vapor, porque la pieza estalla y grita a causa del violento cambio de temperatura. Tengo que repetir este proceso hasta obtener la espada perfecta, una sola vez no es suficiente" El herrero hizo una larga pausa, y siguió: "A veces, el acero que llega a mis manos no logra soportar este tratamiento. El calor, los martillazos y el agua fría terminan por llenarlo de rajaduras. En ese momento, me doy cuenta de que jamás se transformará en una buena hoja de espada y entonces, simplemente lo dejo en la montaña de fierro viejo que ves a la entrada de mi herrería" Hizo otra pausa más, y el herrero terminó: "Sé que Dios me está colocando en el fuego de las aflicciones. Acepto los martillazos que la vida me da, y a veces me siento tan frío e insensible como el agua que hace sufrir al acero. Pero la única cosa que pienso es: Dios mío, no desistas, hasta que yo consiga tomar la forma que Tú esperas de mí. Inténtalo de la manera que te parezca mejor, por el tiempo que quieras, pero nunca me pongas en la montaña de fierro viejo de las almas. " En esta tarde, Cristo del Calvario, vine a rogarte por mi carne enferma; pero, al verte, mis ojos van y vienen de tu cuerpo a mi cuerpo con vergüenza. ¿Cómo quejarme de mis pies cansados,
  • 64. cuando veo los tuyos destrozados? ¿Cómo mostrarte mis manos vacías, cuando las tuyas están llenas de heridas? ¿Cómo explicarte a ti mi soledad, cuando en la cruz alzado y solo estás? ¿Cómo explicarte que no tengo amor, cuando tienes rasgado el corazón? Ahora ya no me acuerdo de nada, huyeron de mí todas mis dolencias. El ímpetu del ruego que traía se me ahoga en la boca pedigüeña. Y sólo pido no pedirte nada, estar aquí, junto a tu imagen muerta, ir aprendiendo que el dolor es sólo la llave santa de tu santa puerta. Amén. Te doy gracias Dios mío por los afectos, inspiraciones y buenos propósitos que me has concedido. Ayúdame a ponerlos por obra. Madre mía intercede por mí. http://www.youtube.com/watch?v=Scz3-WwgUFI
  • 65. ¡Señor mío y Dios mío! (Jn 20, 28)
  • 66. Tema 6: Jesucristo, ¿Quién eres Tú? La Palabra "Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?». Ellos le respondieron: «Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas». «Y vosotros, les preguntó, ¿quién decís que soy yo?». Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo»". (Mt 16, 13-16) Cuentan que durante la guerra de los "cristeros", cuando la Revolución Mexicana persiguió a muerte a la Iglesia, las misas se hacían clandestinamente y los vecinos se pasaban la voz cada vez que llegaba un sacerdote vestido de paisano al pueblo. En un pueblo, en algún lugar rural de México, esperaban al sacerdote que llegaría ese fin de semana de un pueblo vecino. Los catequistas clandestinos tenían preparados bautizos y otros sacramentos y para tal ocasión consiguieron un viejo granero, lo suficientemente amplio para albergar unos cientos de fieles. Aquel domingo por la mañana el viejo granero estaba totalmente lleno con una cantidad de fieles de alrededor. Las 600 personas que estaban reunidas esperando el inicio de la celebración se sobrecogieron al ver dos hombres entrar vestidos con uniforme militar y armados. Uno de los hombres dijo: "El que se atreva a recibir un tiro por Cristo, quédese donde está. Las puertas estarán abiertas sólo cinco minutos". Inmediatamente el coro se levantó y se fue. Los diáconos también se fueron, y gran parte de la feligresía. De las 600 personas solo quedaron 20. El militar que había hablado, miró al sacerdote y le dijo: "Ok, padre, yo también soy cristiano y ya me deshice de los hipócritas. Continúe con su celebración". Hoy me preguntas a mí lo mismo, Jesús, "¿quién soy yo para ti?" Mira mi vida, Señor, la de cada día, y tendrás la respuesta, pues tú mismo dices "por sus frutos los conoceréis", es decir, por mi manera de pensar, de hablar, de comportarme contigo y con los demás... mi estilo de vida te dirá Señor si te tengo de verdad en cuenta o sencillamente "paso de ti", si eres mi Dios o mi dios.
  • 67. No es lo mismo... Cuentan que, estando reciente la revolución francesa, Reveillère Lépaux, uno de los jefes de la república, que había asistido al saqueo de iglesias y a la matanza de sacerdotes, se dijo a sí mismo: "Ha llegado la hora de reemplazar a Cristo. Voy a fundar una religión enteramente nueva y de acuerdo con Napoleón Bonaparte el progreso". Pero no funcionó. Al cabo de unos meses, el «inventor» acudió desconsolado a Bonaparte, ya primer cónsul, y le dijo: –¿Lo creeréis, señor? Mi religión es preciosa, pero no arraiga entre el pueblo. Respondió Bonaparte: – Ciudadano colega, ¿tenéis seriamente la intención de hacer la competencia a Jesucristo? No hay más que un medio; haced lo que Él: haceos crucificar un viernes, y tratad de resucitar el domingo. (Cfr. A. Hillaire, "La religión demostrada"). ¿Quién es Jesucristo? 1. Jesús es una leyenda. Los evangelios no son testimonios fiables. 2. Jesús es un hombre más, aunque con unos valores y dones especiales. 3. Es una manifestación más de la divinidad en el mundo como las hay en otras religiones. Sin embargo... "Felipe dijo a Jesús: «Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta». Jesús le respondió: «Felipe, hace tanto tiempo que estoy con vosotros, ¿y todavía no me conocéis? El que me ha visto, ha visto al Padre". (Jn 14, 8-9) Reflexión El evangelio de San Juan comienza con las siguientes palabras: "En el principio ya existía la Palabra. La Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios... Todo fue hecho por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto llegó a existir... Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros..." (Jn 1, 1.3.14) En la Biblia descubrimos que Dios, siendo uno, es Trinidad de personas. Es decir, en el único Dios hay tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Transfiguración de Jesús (Mt 17, 2)
  • 68. Santo. Tres personas distintas y un solo Dios verdadero. La clave está en que la unidad se refiere al Ser (a la naturaleza o esencia) mientras que la diversidad está referida a las personas: son tres sujetos distintos con un único ser común. Por tanto, no es un absurdo (lo sería si fuesen tres personas y una persona a la vez, por ejemplo), es, sencillamente un misterio, es decir, una realidad que supera las posibilidades del hombre. En el Antiguo Testamento, Dios se reveló en la historia del pueblo de Israel, a través de los patriarcas y profetas. Finalmente, Dios decide revelarse y darse a conocer, no ya a través de intermediarios, sino enviando a la Tierra a su propio Hijo. En el prólogo del Evangelio de San Juan, este Hijo que es la segunda persona de la Santísima Trinidad, es designado como LA PALABRA, en otras traducciones EL VERBO. Pues bien, el Hijo de Dios se hizo hombre, sin dejar de ser Dios. Lo hizo en el seno de la Virgen María y recibió el nombre de JESÚS. Así pues, para que alguien se considere cristiano, ha de creer que Jesús es Dios, en su segunda persona -el Hijo o el Verbo o la Palabra- coeterno con el Padre y el Espíritu Santo, que se hace Hombre entrando así en la historia de la humanidad. Al afirmar que Jesús es Dios, estamos afirmando que lo es, digámoslo así, de forma completa, no siendo pues inferior a Dios Padre, sino en todo igual a Él. (De ahí, que los Testigos de Jehová, por ejemplo, al negar la divinidad de Cristo se autoexcluyen del cristianismo aunque se Resurrección de Lázaro autoproclamen "cristianos"; las cosas son como son, no como nos gustarían que fueran.) (Catecismo 441-445, 454, 446-451, 455. Youcat 74-75) Los textos evangélicos nos dan testimonios claros y de diversa naturaleza acerca de su divinidad, por ejemplo, su preexistencia eterna y su ser divino (Jn 8, 58; 1, 1); perdona los pecados en nombre propio (Mc 2, 5-12); hace signos extraordinarios también por su propio poder como el hecho de sanar enfermos (ciegos, cojos, mudos, paralíticos, leprosos... -Jn 9, 1-7; Mt 15, 30-31; Mt 21, 14; Mt 4, 24; Lc 5, 24-26; Mc 1, 40-42), resucitar muertos (la hija de Jairo -Mc 5, 22-43-, su amigo Lázaro -Jn 11, 11-45-, el hijo de la viuda que iban a enterrar -Lc 7, 12-15-); adapta, cambia, deroga, confirma y perfecciona leyes dadas por el propio Dios en el Antiguo Testamento, también en nombre propio (Mt 5, 17-48). Se presenta como alguien mayor que el Templo (plenitud para los israelitas de la presencia de Dios en la tierra) (Lc 12, 6). Se atribuye el Nombre de Dios (Jn 18, 5-8). Decir que todo esto lo hace "en nombre propio" significa que es verdaderamente Dios, pues son obras estas que sólo Dios se puede arrogar; otra cosa sería que resucitase a un muerto o perdonase los pecados "en nombre de Dios", sólo y exclusivamente como enviado suyo... pero no es eso lo que dicen los textos, sino el categórico "Yo te lo mando..." (Lc 5,24; 7, 9); "... Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra de perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te lo digo, levántate, toma tu camilla, y vete a tu casa" (Lc 5, 20-25; Lc 7, 48-49), "Pero Yo os digo... (Mt 5, 17 ss.)" (Catecismo 547-550. Youcat 90-91) Al afirmar que es Hombre, decimos que es lo es también totalmente, es decir, que posee un alma y un cuerpo verdaderos como cualquier ser humano. Es
  • 69. en todo igual a nosotros excepto en el pecado (Hebr 4, 15). De este modo vemos que Jesús crece y se desarrolla (Lc 2, 52), se cansa y por eso duerme en plena tempestad en la barca de Pedro (Mt 8, 24), llora (Lc 19, 41), siente temor ante su propia pasión y muerte (Mc 14, 33), se alegra (Jn 15, 9-11), siente lástima (Lc 7, 13), se enfada (Mc 10, 14)... (G.S. 22)3. (Catecismo 456-460. Youcat 76) ¿Cómo explicar este misterio, es decir, que Jesús sea Dios y Hombre a la vez, sin mezcla ni confusión de ambas naturalezas o modos de ser? Hay una sola persona en Cristo, como ya se ha dicho antes, que es la persona divina, la segunda persona de la Trinidad, es decir, el Hijo. Ese único sujeto es quien "baja" del Cielo y, Jesús duerme en la tempestad sin dejar de ser lo que es -Dios-, asume una naturaleza humana, es decir, un alma y un cuerpo. Este es Jesús. Es por tanto una persona, un solo sujeto -divino-, con dos modos de ser o naturalezas -divina y humana-, una que ya tenía eternamente como Hijo de Dios, y otra que comienza a tener al encarnarse en María, su madre. (Catecismo 464-467, 469. Youcat 77, 79) Respuestas 1. Hay que decir a esto que hoy, nadie mínimamente formado, no ya en exégesis, (el estudio de la interpretación de la Sagrada Escritura) sino en historia, pone en duda la existencia histórica de la persona de Jesús. En este sentido el texto más antiguo donde se menciona a Jesús de manera implícita fue el de un filósofo estoico Mara bar Sarapion, originario de Samosata (Siria) en torno al año 73. La primera alusión expresa a Jesús es del historiador romano de origen judío Flavio Josefo en sus "Antigüedades Judías" a finales del siglo I. Entre los escritores romanos del siglo II también aluden a Jesús, Plinio el Joven en sus "Epístolas a Trajano", Tácito en sus "Anales" y Suetonio en su "Vida de Claudio". El Talmud (la Tradición religiosa oral judía) también recoge no sólo la Flavio Josefo existencia de Jesús, sino también multitud de datos que coinciden con los aportados por los Evangelios. Por otra parte, los evangelios no son ninguna falsificación de la Edad Media: Es cierto que no conservamos ningún original de los pergaminos escritos por los evangelistas -como tampoco conservamos ningún manuscrito original de Aristóteles o Platón o de cualquier autor clásico, y no 3 Gaudium et Spes (Constitución Dogmática del Concilio Vaticano II).
  • 70. por ello se pone en duda la realidad de su existencia y la autenticidad de sus obras-. Ahora bien, disponemos de copias muy primitivas de los evangelios, hechas por amanuenses, ya en los primeros siglos, en las que - aparte de los típicos errores de transcripción- podemos comprobar la gran fidelidad con la que se transcribían los textos originales. (Los hallazgos paleográficos más conocidos son: el códice sinaítico -disponible ya en internet-, el códice vaticano, etc. Disponemos también de pequeños papiros del siglo primero, en los que se transcriben algunos pasajes del Nuevo Testamento.) Los evangelios, asimismo, tienen todos los indicios literarios de historicidad: La moderna ciencia histórico crítica ha llegado a la conclusión de que los evangelistas no pudieron inventar lo que escribieron. Existen criterios de historicidad importantes para concluir en la historicidad de los evangelios: a) Criterio de discontinuidad: Es un criterio que parte del hecho de que cuando alguien se inventa algo, lo hace de forma que le favorezca. (Nadie se inventa algo que le perjudique, a no ser que sea tonto, y no parece ser el caso de los Evangelistas! b) Criterio de múltiple fuente: Cuando un mismo hecho está narrado por fuentes distintas, que no han tenido contacto entre sí, entonces es verdadero -es el caso de un evangelio escrito en Palestina, y otro escrito en Roma-. Este criterio está avalado por la constatación de que cuando distintas personas inventan unos sucesos y quedan de acuerdo en escribirlos, es muy difícil que lo hagan sin que se les note el engaño. O bien, cometen la torpeza de coincidir hasta en detalles insignificantes, lo cual les pone bajo sospecha de haberse copiado, o, bien, queriendo disimular, cuentan historias incompatibles. No es éste, sin embargo, el caso de los evangelios: cuentan los mismos hechos, pero con detalles de observación distintos. Coinciden en lo fundamental, pero cada uno lo cuenta según su propia sensibilidad. c) Criterio de explicación necesaria: Es un criterio que parte de que cuando un dato viene a ser la explicación de un conjunto de hechos innegables, de tal modo que, de rechazarlo, éstos quedarían sin explicación alguna, podemos pensar que es un dato auténtico. Así, por ejemplo, si Jesucristo no hubiese realizado los milagros de curación de los que nos hablan los Evangelios, ¿cómo explicar la exaltación popular que la figura de Jesús produjo en su tiempo, recogida incluso por historiadores paganos? + Como conclusión de lo anteriormente dicho, indica si te parecen correctas las siguientes frases: a) Los evangelios son una biografía completa de la vida de Jesús. b) Los evangelios son unos relatos de fe, pero sin relación con lo que sucedió históricamente. c) Los evangelios son una recopilación del mensaje y los hechos fundamentales de Cristo que fueron escritos con el fin de comunicar la
  • 71. fe en Él. 2. Ciertamente, en este aspecto nos movemos en el terreno de la fe. No hace falta fe (es decir, no es necesario ser cristiano ni siquiera creyente) para aceptar la realidad histórica de Jesucristo como acabamos de ver. Pero para descubrir lo más profundo del misterio de su persona, su divinidad, sí es necesaria la fe. Sin embargo, esto no quiere decir que creer en Jesús como Dios hecho Hombre, sea un "salto en el vacío" sin más. Hay signos claros en su actuación que hacen factible que el hecho de creer que Jesús sea en verdad quien dice ser, es decir, Dios encarnado, no sólo no sea una locura, sino algo perfectamente razonable, creíble. En este sentido apuntan los signos que hacía y que hemos descrito antes en la Reflexión, de los cuales, fueron testigos multitudes de personas, incluidos los discípulos y sus mismos enemigos, los cuales, no discuten las obras portentosas de Jesús (curar enfermos, resucitar muertos, calmar tempestades...) lo cual, es ya un signo bastante claro de su realidad histórica, sino que lo que discuten es su interpretación, es decir, las atribuyen a Satanás, conscientes de que tales obras que todos podían ver, escapan Jesús socorre a Pedro (Mt 14, 30) totalmente al poder meramente humano. He aquí un dato muy importante: los milagros, en cuanto que obras prodigiosas palpables, no los niegan ni sus propios enemigos; son para el propio Jesús y para la Iglesia argumentos que invitan a la fe en su persona como Hijo de Dios. Otro dato a tener en cuenta son las profecías. Del Mesías esperado por el pueblo judío (Mt 11, 3; Jn 5, 39; Lc 24, 27), se sabía prácticamente todo, a través de las profecías mesiánicas, realizadas varios siglos antes de su llegada efectiva (Catecismo 683-688, 702-720. Youcat 116): - En los orígenes de la humanidad, después del primer pecado del hombre (Gn 3, 1-7), Dios promete ya un Salvador (Gn 3, 15). Será el primero de numerosos anuncios que irán descubriendo poco a poco diversos aspectos del futuro Mesías. -Dónde tenía que nacer (por eso los Magos, al perder el rastro de la estrella, preguntan a Herodes cuál era el lugar exacto señalado por los profetas donde tenía que nacer el Salvador). En Belén (Miq 5, 2) -Qué tipo de nacimiento iba a tener:
  • 72. De la tribu de Judá. (Gn 49, 10) De una virgen. (Is 7, 14) -Debía ser Hijo de Dios. (Ps 2, 7) -Dios verdadero. (Is 9, 6) -Debía ser rey descendiente del rey David. ( Is 9, 7; Ps 109) -Debía ser profeta (Dt 18, 18) -Debía ser sacerdote. (Ps 109, 4) -Su estancia en Egipto (Os 11, 1) -Su tipo de enseñanza. (Is 42, 1-9) -Sus milagros (Is 35, 5-6) -Su entrada triunfal en Jerusalén sobre un asno (Zac 9, 9) -La traición de Judas (Ps 41, 9); por 30 monedas de plata (Zac 11, 12) -El abandono de sus discípulos (Zac 13, 7) -Sería objeto de escarnio (Is 50, 6; Ps 22, 7-8) -Su muerte violenta. (Ps 21; Is 50, 4-11; 52, 13) -Muerte redentora. (Is 53) -El dato de no romperle ningún hueso (como sí que hicieron con los dos ladrones), y la lanzada en el costado, (Ps 34, 29; Zac 12, 10) -Su resurrección al tercer día. (Ps 16, 10) San Mateo, que escribe su Evangelio a cristianos de origen judío, es decir, conocedores de estas profecías, con las que aprendían a leer desde pequeños en las sinagogas, es muy profuso es citar en su texto el cumplimiento de dichas predicciones según avanza el relato de la vida de Jesús, para así demostrar que precisamente en él se cumplen las esperadas profecías, probando así la mesianidad de Jesús. -El mensaje de Jesús es especial, único en muchos aspectos, lo cual, apunta también a que estamos hablando a alguien que es más que un mero gran hombre sabio: -Nunca nadie ha ofrecido una visión del hombre tan alta: la dignidad de ser hijos de Dios.
  • 73. -Nadie ha conseguido ofrecer una explicación de la naturaleza humana y de la divina de una forma tan clara, profunda y sencilla a la vez, y que traspasa el devenir de los tiempos, como por ejemplo a través de una sencilla parábola. -A nadie se la ha ocurrido exigir el amor incondicional incluso al enemigo. -Nadie exige a sus seguidores ser santos como Dios. -La actuación de los propios apóstoles no se explica si no hubiesen visto a Jesús resucitado, la mayor prueba de su divinidad. Así dice bellamente San Juan Crisóstomo: Porque ni los filósofos, ni los maestros, ni mente humana alguna hubiera podido siquiera imaginar todo lo que eran capaces de hacer unos simples publicanos pescadores. Pensando en esto, decía Pablo: Lo débil de Dios es más fuerte que los hombres. Esta fuerza San Pablo de la predicación divina la demuestran los hechos siguientes. ¿De dónde les vino a aquellos doce hombres, ignorantes, que vivían junto a lagos, ríos y desiertos, el acometer una obra de tan grandes proporciones y el enfrentarse con todo el mundo ellos, que seguramente no habían ido nunca a la ciudad ni se habían presentado en público? Y más, si tenemos en cuenta que eran miedosos y apocados, como sabemos por la descripción que de ellos nos hace el evangelista, que no quiso disimular sus defectos, lo cual constituye la mayor garantía de su veracidad. ¿Qué nos dice de ellos? Que, cuando Cristo fue apresado, unos huyeron y otro, el primero entre ellos, lo negó, a pesar de todos los milagros que habían presenciado. ¿Cómo se explica, pues, que aquellos que, mientras Cristo vivía, sucumbieron al ataque de los judíos, después, una vez muerto y sepultado, se enfrentaran contra el mundo entero, si no es por el hecho de su resurrección que algunos niegan, y porque les habló y les infundió ánimos. De lo contrario, se hubieran dicho: "¿Qué es esto? No pudo salvarse a sí mismo, y nos va a proteger a nosotros? Cuando estaba vivo, no se ayudó a sí mismo, y ahora, que está muerto, nos tenderá una mano? Él, mientras vivía, no convenció a nadie, y ¿nosotros, con sólo pronunciar su nombre, persuadiremos a todo el mundo? No sólo hacer, sino pensar algo semejante sería una cosa irracional." Todo lo cual es prueba evidente de que, si no lo hubieran visto resucitado y no hubieran tenido pruebas bien claras de su poder, no se hubieran lanzado a una aventura tan arriesgada. (De las homilías de san Juan Crisóstomo, obispo, sobre la primera carta a los Corintios. Homilía 4, 3. 4: PG 61, 34-36)
  • 74. 3. Es cierto que, desde la perspectiva de la fe cristiana, hay elementos de verdad en las religiones no cristianas. Dios, por los medios sólo Él sabe, se da a conocer a los hombres de las diferentes culturas y tiempos, de las más diversas maneras, de forma que en verdad, aquellos que siguen fielmente la voz de Dios en su conciencia pueden llegar a la plena salvación en el Cielo. La Iglesia así lo ha declarado en repetidas ocasiones y de forma solemne (N.Ae. nn. 2 ss.4- Catecismo n. 843. Youcat 136). Dicho esto, eso no significa que "todas las religiones son igualmente válidas" o que "Jesucristo es un enviado más de Dios", como lo podrían ser Mahoma o Buda. Él mismo se define a sí mismo como "el Camino, la Verdad y la Vida", y afirma claramente "nadie va al Padre sino por mí (Jn 14, 6). Los apóstoles, en su predicación declaran que "no se nos ha dado otro nombre en la tierra bajo el cual podamos ser salvados" (Hch 4, 11) (D.I. 6, 10, 11, 14, 155) (Catecismo 66-67; Youcat 10) Alguien comparó esta situación a la de una gran habitación con varios tipos de ventanas que dan a un bonito jardín. Imaginemos que hay un ventanal, que dispone de una óptima colocación, que es especialmente grande, limpio e incluso hermoso de ver, el cual, posibilita a quien por él se asoma, una panorámica inmejorable del jardín... Pues eso es Jesucristo con respecto a los demás líderes (fundadores) religiosos y con respecto a Dios; precisamente por ser el mismo Dios hecho Hombre es la mejor visión que podemos tener de ambos: del propio Dios y del propio hombre, pues ambas realidades se unen perfectamente en su persona como vimos antes. Al hilo de esta reflexión vamos a ver las diferencias esenciales que se dan concretamente entre Jesucristo y el resto de fundadores de otras religiones: -Ningún otro proclama su divinidad. Algunos (Mahoma, Mani) la rechazan explícitamente. Otros (Buda, Confucio) llegan a recibir culto, pero sólo varios siglos después de su muerte. Jesucristo no sólo se dice Dios, sino que el reconocimiento de su divinidad es la causa de su condena a muerte. -Todos los demás son de familia real o principesca, nobles, cultos, ricos... Cristo es de padres pobres y muere pobre en la máxima humillación. -Todos se casan. Jesús vive célibe. 4 Nostra Aetate (Declaración del Concilio Vaticano II). 5 Dominus Iesus (Declaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe-6-8- 2000).
  • 75. -Nadie exige la entrega de todo el ser a su persona como condición inexcusable para seguirle. -Todos, a partir de una experiencia religiosa profunda, pasan el resto de sus vidas (ya a partir como mínimo de los sesenta años) predicando su nueva doctrina. Jesucristo predica joven, durante muy pocos años. -Todos mueren de muerte natural, rodeados de sus discípulos, excepto Mani, en la cárcel. Jesús muere prematura e ignominiosamente. -A diferencia de todos los demás líderes, la predicación de Jesús no es fruto de visiones nocturnas, de sueños, ni de experimentar trances o éxtasis. Como Dios, todo lo que dice y hace es "palabra de Dios" de forma natural, sin necesidad de recibir ninguna iluminación o de entrar en ningún tipo de especial experiencia religiosa para así poder recibir el mensaje divino. -Jesús es, como vimos antes, el único anunciado por profetas anteriores a él varios siglos antes. -Otra diferencia con respecto a todos los demás, es que Jesucristo no sólo es modelo a seguir, sino también el molde eficiente, que modela a cada cristiano según su propio ser a través de los sacramentos y del diálogo con él en la oración. Él es alguien vivo que se relaciona directamente con sus amigos y ayuda efectivamente a cada uno, en su lugar y en su tiempo, a seguir sus pasos. (Catecismo 1088; Youcat 9) Compromiso Todos los días voy a hablar con Jesús. Renuevo el propósito de leer con Él un trozo del evangelio antes de ponerme a trabajar. Oración Señor Jesús, creo que estás aquí, que me ves. que me oyes... te pido perdón por mis pecados y tu ayuda para hacer con provecho este momento de oración. Madre mía, María, intercede por mí.
  • 76. Había un monje muy piadoso que pasaba el día, y casi la noche, diciendo: -Señor, muéstrame tu rostro. Quiero verte. Dios quiso complacerle por fin y le dijo: -Ponte mañana en camino, que, antes del anochecer, cerca del río, me mostraré a ti. El buen monje preparó bien su espíritu y saltando más que caminando marchaba radiante hacia el río. Iba metido en su mundo, que era el de Dios, como enamorado ciego. Tan abstraído estaba que casi no se dio cuenta del pobre labriego que luchaba con sus mulas por sacar el carro de un hoyo profundo. Ni vio apenas cómo unos pastores pegaban a otro más débil. Ni cómo un niño lloraba porque casi no podía con un haz de leña que llevaba. Cuando pasó el río, su pulso se aceleró. Empezó, nervioso, a mirar a un lado y a otro. Caminaba a paso corto hacia arriba y hacia abajo preocupado porque Dios se retrasaba. -«A ver si he entendido mal», se decía... Fueron eternas las dos horas de espera. Dios, ¿dónde se habrá metido? Acabó pensando que a lo mejor era una prueba. Volvió pensativo y algo triste. Cuando de noche en la oración habló con Dios y le preguntó: -Señor, ¿por qué no fuiste a la cita?. Dios le respondió con aplomo y nada de dulzura y suavidad: -¿Cómo que no fui? Tú que no me has visto. No sé en qué estabas pensando. -Señor, te aseguro que no te vi, y bien sabes que miré por todas partes. -Sí, me miraste, amigo mío, lo que pasa es que no me conoces. ¿No viste al labriego, al pobre pastor apaleado, al niño que lloraba? ¿No sabías que yo estaba con ellos? ¡Me dejaste en la estacada sin ayudarme! Ni te encontraste conmigo ni con los otros. ¡Ni contigo siquiera, porque me esperabas como fantasma! En fin, no te preocupes, de ahora en adelante me vas a ver siempre que quieras. ¿Verdad que sí? La amistad con Jesús, la fe en Dios, pasa necesariamente por la actitud que tenemos con quienes pasan cada día a nuestro lado. Si soy de los que van "a su bola" jamás le descubriré personalmente, sino sólo que le conoceré "de oídas". Qué triste historia sería pues la mía... pasar tan cerca y no verle cegado por mi egoísmo. Te doy gracias Dios mío por los afectos, inspiraciones y buenos propósitos que me has concedido. Ayúdame a ponerlos por obra. Madre mía intercede por mí.
  • 78. ¿Qué es verdad? (Jn 18, 38)
  • 79. Tema 7: Una Ley no escrita "Hacemos hombres sin corazón y esperamos de ellos virtud e iniciativa. Nos reímos del honor y nos extrañamos de de ver traidores entre nosotros. Castramos y exigimos a los castrados que sean fecundos". (B. Pascal) La Palabra Cuando se puso en camino, un hombre corrió hacia él y, arrodillándose, le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la Vida eterna?». Jesús le dijo: «¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno. Tú conoces los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no perjudicarás a nadie, honra a tu padre y a tu madre». El hombre le respondió: «Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud». Jesús lo miró con amor y le dijo: «Sólo te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme». El, al oír estas palabras, se entristeció y se fue apenado, porque poseía muchos bienes. (Mc 10, 17-22) Si a ti, que lees esta Palabra, alguien te preguntara lo mismo, ¿qué debo hacer para heredar la Vida eterna?, ¿qué le contestarías? Jesús es claro: Conoces los Mandamientos... La prueba de la verdadera amistad la dan las obras, no los sentimientos. Lo que hago es lo que me define, lo que muestra aquello a lo que de verdad le doy valor. ¿Cómo muestro yo mi amistad con Jesús? Un pequeño test. Lee lo siguiente y responde a la pregunta: “Traigo en mi corazón la verdad y la justicia, pues he arrancado de él todo mal. No he hecho sufrir a los hombres. No he tratado con los malos. No he cometido crímenes. No he hecho trabajar en mi provecho con abuso. No he maltratado a mis servidores. No he blasfemado... No he privado al necesitado de lo necesario para la subsistencia. No he hecho llorar. No he matado ni he mandado matar. No he tratado de aumentar mis propiedades por medios ilícitos,
  • 80. ni de apropiarme de los campos de otro. No he manipulado las pesas de la balanza. No he mentido. No he difamado. No he escuchado tras las puertas. No he cometido jamás adulterio. He sido siempre casto en la soledad. No he cometido con otros hombres pecados contra la naturaleza..." ¿Quién crees que ha podido hacer este tipo de declaración? ¿Qué perfil tendría -época, lugar, filosofía de la vida...-? La ley humana (la constitución de un estado, las leyes aprobadas por un parlamento...), ¿es la norma más importante y debe ser siempre acatada? 1. Lo que dice la ley es expresión de la voluntad del pueblo, que es soberano, y por lo tanto, ha de ser siempre obedecida. 2. No hay más ley que la que el propio hombre dicta; luego las leyes humanas deben ser siempre obedecidas. 3. Las leyes humanas deben ser obedecidas siempre que no vayan contra la propia conciencia. Sin embargo... Está lo que contestaron los Apóstoles al Sanedrín que les prohibió predicar en nombre de Jesús: "Pedro, junto con los Apóstoles, respondió: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres". (Hch 5, 29) Reflexión Desde siempre, en todos los lugares, los hombres han manifestado que han tenido un conocimiento íntimo de lo bueno y de lo malo. Conocimiento que compromete a la persona. Ese deber es una ley no escrita que descubrimos bajo la forma innegable de inclinación natural. Por eso se la llama LEY NATURAL. Escribía Cicerón, sabio tribuno romano que vivió en el Marco Tulio Cicerón siglo I a. de Cristo: " Acaso nada más absurdo que creer que
  • 81. todas las leyes e instituciones son justas. ¿Quizá son justas las leyes de los tiranos? ... Si el fundamento del Derecho lo constituyera la voluntad de los pueblos, las decisiones de sus jefes o las sentencias de los jueces, entonces el Derecho podría consistir en robar, cometer adulterio o falsificar testamentos, si tales acciones fueran aprobadas por distinción entre ley buena y ley mala, que sólo puede hacerse desde el criterio de la votación o por aclamación popular. Hay, por tanto, una distinción entre ley buena y ley mala; que sólo puede hacerse desde el criterio de la Naturaleza... pues ella nos dio la inteligencia que descubre la relación de lo honroso y la virtud, y lo deshonroso con el vicio. Pues habría que estar loco para creer que estas cosas proceden de la opinión, y no de la naturaleza”. En efecto, así como Colón descubrió América y no la inventó, así también cada hombre descubre en sí la Ley Natural, y no es un invento que hace. De la misma manera que la inteligencia entiende la importancia de respirar para vivir, descubre también que hay comportamientos naturalmente buenos que deben seguirse por todo aquel que quiera vivir como persona. Y evitar lo contrario... El punto de partida para entender la Ley Natural es advertir que se trata de una evidencia. Y es ésta : la razón no juzga como indiferentes todos los actos posibles, sino que, con independencia de las leyes humanas, emite juicios de obligación : DEBE HACERSE esto, DEBE EVITARSE aquello; así, podemos juzgar que una ley, perfectamente legal (valga la redundancia), puede parecernos injusta o buena o mejorable... Es evidente que hacer el bien a los demás, cumplir las promesas, respetar los derechos del prójimo, etc. son cosas buenas y deseables. Y que, por el contrario, el odio, la traición, la falsedad, robar, maltratar a otro, etc. representan conductas detestables y malas. Decía el célebre filósofo Manuel Kant: "Hay dos cosas verdaderamente admirables en el mundo: el cielo estrellado fuera de mí, y el orden moral dentro de mí ". De esa "ley no escrita" — la ley natural — podemos decir que es: Un Imperativo moral, una luz interna que nos descubre el comportamiento justo y el injusto, lo que debemos hacer y lo que debemos' evitar. Y tiene las siguientes notas: a) Es universal, o sea de todos los hombres de todos los tiempos. El texto del principio del tema es la confesión que hacían los adoradores del dios Osiris, se justificaban ante él con esta oración. Esto, sucedía en el Antiguo Egipto, miles de años antes de la venida de Jesucristo a la tierra. b) Y es objetiva, o sea, al margen de gustos o preferencias o conveniencias personales. Todos conocemos la diferencia entre amor y odio, entre verdad y mentira, entre honestidad y oportunismo, entre vida y muerte.
  • 82. (Catecismo 1949-1960, 1975, 1978-1979. Youcat 333) Respuestas 1. Es verdad que el buen ciudadano, más si es cristiano, debe ser ejemplar en el cumplimiento del orden establecido por las normas de cada lugar. Sin embargo, esto tiene un límite: la conciencia. Es la norma próxima de acción, es decir, que dicta lo que cada uno debe de hacer en cada momento, y hay que obedecerla incluso aunque, procurando que no sea así, se equivoque. Lo más despersonalizador que puede hacer uno es actuar en contra de la propia conciencia por la mera conveniencia. (Catecismo 1790-1794, 1801-1802. Youcat 298) Que el pueblo sea soberano y decida cada nación cómo orientar su vida social, no significa que la ciudadanía nunca se equivoque. Las mayorías no dan siempre la razón. Que el pueblo sea soberano y se dé sus propias leyes no es opuesto a que se inspire en la ley natural, es decir, en el bien propio del hombre que descubre en sí mismo a través de la luz natural de la razón. Actuar soberanamente implica, para no caer en la dictadura, es decir, en la pura imposición de unos sobre otros, la referencia a la verdad del propio hombre y de la sociedad. Esta ley se llama natural no por referencia a la naturaleza de los seres irracionales, sino porque la razón que la proclama pertenece propiamente a la naturaleza humana" (Catecismo n.1995). Con esta doctrina se logran dos objetivos esenciales: por una parte, se comprende que el contenido ético de la fe cristiana no constituye una imposición dictada a la conciencia del hombre desde el exterior, sino una norma que tiene su fundamento en la misma naturaleza humana; por otra, partiendo de la ley natural, que puede ser descubierta por toda criatura racional, con ella se pone la base para entablar el diálogo con todos los hombres de buena voluntad y, más en general, con la sociedad civil y secular. Del respeto de esta ley depende, de hecho, que las personas y la sociedad avancen por el camino del auténtico progreso, en conformidad con la recta razón, que es participación en la Razón eterna de Dios6. 2. Esto es lo que se llama "positivismo legal"; es decir, la corriente de pensamiento que afirma que la última referencia, la instancia suprema a la hora de decidir sobre lo que moralmente se debe hacer, consiste en las leyes dadas por los hombres a través de las oportunas vías. No habría ningún otro criterio para 6 Discurso de Benedicto XVI a los participantes en la sesión plenaria de la Comisión Teológica Internacional el 5 de octubre de 2007.
  • 83. sopesar el valor de una norma humana. Las cosas son como la ley dice que son en cada momento, en cada lugar. Esto esconde un relativismo (no hay ninguna verdad absoluta) a lo que ya se respondió en el primer tema. Sin embargo, la propia experiencia nos dice que el hombre, la sociedad se revela ante la injusticia grave y continuada. Si a una ley la podemos calificar justa o injusta, buena o mala, es precisamente porque hay una ley superior, interior a cada ser humano, que capacita para discernir la moralidad de las leyes o de los hechos. Tratamos de algo muy importante y muy simple de plantear y que lo expondremos con un ejemplo: ¿Robar es bueno o es malo? ¿Por qué? Si respondemos como lo hace el pensamiento ahora dominante en la sociedad, es decir, con el positivismo legal, tendremos que decir que es bueno o malo dependiendo de lo que establezca la ley. Será malo si así lo marca la ley, o podría ser bueno, si así lo dictase la autoridad competente. Las cosas serían buenas o malas sencillamente porque así lo determinara la ley, es decir, el estado, es decir el gobierno, es decir... ¿? Si respondemos desde el sentido común, desde el derecho natural, habrá de decir que robar siempre es malo, independientemente de lo que diga la ley humana. De igual modo que el desafío de las leyes físicas (tirarse por el balcón negando la ley de la gravedad, por ejemplo) puede producir lesiones, enfermedades y aún la misma muerte, no hacer caso a la Ley Natural hiere al hombre y deshumaniza la vida social. Ésta es tan ley como aquella, aunque sus efectos no sean tan inmediatos. Si la ley humana fuera justa sólo por ser ley emanada de un parlamento, los regímenes políticos que violasen los derechos humanos legalmente (o sea, de acuerdo con sus propias leyes) no podrían ser calificados en verdad como injustos, nadie podría protestar contra ellos, nadie podría exclamar ¡no hay derecho...! Reconocer que hay una ley no escrita por encima de la ley escrita es salvaguardar al hombre del propio hombre. (Catecismo 1776-1780, 2072. Youcat 295) En Nuremberg, al término de la Segunda Guerra Mundial, fueron condenados como "criminales de guerra" los políticos, militares, jueces y médicos que aplicaron las leyes de Hitler, porque habían sido causa de tremendos crímenes contra la Humanidad: " asesinato, exterminio, esclavitud, deportaciones y otros tratos inhumanos contra la población civil, antes y durante Juicios de Nuremberg la guerra”. ¡Y, sin embargo, todos aquellos horrores estaban fundamentados en Leyes del Estado
  • 84. Alemán! Democrático, por cierto... 3. Esto, como se ha dicho antes, es cierto; sin embargo requiere un matiz importante. También es verdad que la conciencia puede errar, pues es como un juez que dictamina sentencias. Éstas pueden ser más o menos acertadas, bien porque las pruebas que le llegan no son fiables, bien porque el juez es influenciable por el interés, por el miedo... Dicho de otro modo, igual que la luna brilla pero no tiene luz propia sino que la recibe del sol, así, la conciencia tampoco brilla con luz propia, es decir, no es creadora del bien y del mal, sino su intérprete, por eso es falible, porque recibe su luz de la ley natural. La conciencia no es la ley, sino que recibe la ley y debe aplicarla a cada caso. Es por ello que la conciencia siempre debe de ser obedecida pero con la condición indispensable de que busque con sinceridad la verdad. Para ello ha de formarse en la medida de las posibilidades de cada cual. De ahí, la importancia para un cristiano de frecuentar sus medios propios de formación: la eucaristía del domingo, la oración, la confesión sacramental, la dirección espiritual, los retiros espirituales... De lo contrario, la conciencia se convertiría en una especie de parapeto para justificar el "ir cada uno a su bola". En el evangelio vemos ejemplos en los que la sola buena intención y la falta de acusación de la propia conciencia no es excusa para salir bien parado en el juicio ante Dios, como en el caso del "rico epulón" (Lc 16, 19-31). Al hilo de todo esto, también puede suceder que la ley sea injusta, que así lo perciba la conciencia, y así el juicio de la conciencia será acertado, pero por apasionamiento (miedo, venganza, afectos desordenados...) no sea seguida, actuando así en contra de la propia conciencia. La conciencia iluminada por la ley natural, como se ha dicho antes, es a la vez criterio, guía para la comunidad social en orden sacar del error craso o evitar que un miembro de la sociedad que "actuando en conciencia" perjudica gravemente la convivencia social. Pensemos en un individuo que por motivos religiosos entiende que debe "sacrificar" a Dios a su primer hijo varón. El estado, en conciencia, debe impedir esa grave injusticia, pues la misma ley divina (natural) que condena el aborto ("No matarás"), y así sirve al individuo para discernir una ley buena de la que no la es... es la misma ley que fundamenta la intervención del propio estado para evitar ese otro tipo de crimen. (Catecismo 1738, 1749-1756, 1757-1761, 1740, 1780-1782, 1783-1788, 1799-1800. Youcat 289-292, 296-297)
  • 85. Compromiso ¿Has probado a hacer algo por alguien sin buscar ningún provecho para ti, sin que te lo manden, pasando -eso es para nota- desapercibido a los demás? Oración Señor Jesús, creo que estás aquí, que me ves. que me oyes... te pido perdón por mis pecados y tu ayuda para hacer con provecho este momento de oración. Madre mía, María, intercede por mí. Harper Lee escribió la novela -más tarde llevada al cine- "Matar un ruiseñor". En ella el abogado Átticus Finch defiende a un muchacho negro acusado injustamente de haber violado a una chica blanca. Pero toda la ciudad, donde los prejuicios racistas son fuertes, se le echa encima. También su hija Scout, una chiquilla de diez años, muy lista para su edad y cuyo deporte favorito es pelearse en la escuela, le reprocha su conducta, contraria a lo que todos piensan. Átticus, al responder a la niña, ofrece uno de los argumentos más elegantes sobre la dignidad de la persona: -Tienen derecho a creerlo, y tienen derecho a que se respeten por completo sus opiniones, pero antes de poder vivir con los demás tengo que vivir conmigo mismo: la única cosa que no se rige por la regla de la mayoría es la propia conciencia. Y estas palabras que revelan la supremacía de la conciencia sobre los prejuicios se continúan en este otro diálogo entre padre e hija. «Átticus suspiró. -Simplemente, estoy defendiendo a un negro: se llama Tom Robinson. Vive en el pequeño campamento que hay más allá del basurero. Es miembro de la iglesia de Calpurnia, y esta conoce bien a su familia. Dice que son personas de conducta intachable. Tú, Scout, no tienes edad para entender ciertas cosas, pero por la
  • 86. ciudad se ha hablado mucho y en tono airado de que yo no debería poner mucho interés en defender a ese hombre... -Si no debes defenderle, ¿por qué le defiendes? -Por varios motivos. Y el principal es que si no le defiendo no podré caminar por la ciudad con la cabeza alta, no podré representar al condado en la legislatura, y ni siquiera podría ordenaros a Jem y a ti que hicieseis esto o aquello. -¿Quieres decir que, si no defiendes a ese hombre, Jem y yo ya no deberíamos obedecerte? -Más o menos. -¿Por qué? -Porque ya no podría pediros nada. Mira, Scout, por la misma índole de su trabajo, cada abogado topa durante su vida con un caso que le afecta personalmente. Este es el mío, me figuro. Es posible que oigas cosas feas en la escuela, pero haz una cosa por mí: levanta la cabeza y no levantes los puños. Digan lo que digan, no pierdas los nervios y procura luchar con el cerebro, para variar... -¿Ganaremos el juicio, Átticus? -No, cariño. -¿Entonces...? -No importa. El hecho de que hayamos perdido cien años antes de empezar no es motivo para que no intentemos vencer. El Señor nos dice en el Evangelio: "Entonces Jesús dijo a sus discípulos: «El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida a causa de mí, la encontrará. ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar el hombre a cambio de su vida? Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre, rodeado de sus ángeles, y entonces pagará a cada uno de acuerdo con sus obras". (Mt 16, 24-26) Te doy gracias Dios mío por los afectos, inspiraciones y buenos propósitos que me has concedido. Ayúdame a ponerlos por obra. Madre mía intercede por mí.
  • 87. De su costado manó sangre y agua (Jn 19, 34)
  • 88. Tema 8: La Iglesia La Palabra Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?». Ellos le respondieron: «Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas». «Y vosotros, les preguntó, ¿quién decís que soy yo?». Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo». Y Jesús le dijo: «Feliz tú, Simón, hijo de Jonás, Tú eres Pedro (Mt 16, 18) porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo. 18 Y yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo». (Mt 16, 13- 19) Más allá y por encima de todos los elementos vinculados al temperamento, al carácter, al origen étnico o a la condición social («la carne y la sangre»), Simón recibe una iluminación e inspiración de lo alto, que Jesús califica como «revelación». Y precisamente en virtud de esta revelación Simón hace la profesión de fe en nombre de los Doce. Entonces se produce la declaración de Jesús, una declaración solemne: «Yo te digo»... Simón recibe un nombre nuevo, signo de una nueva misión. Jesús, con la imposición de un nombre nuevo, hizo partícipe a Simón Pedro de su propia cualidad de cimiento de la Iglesia. A ningún jefe religioso del judaísmo de la época se le atribuye la cualidad de piedra fundamental. Jesús, en cambio, la atribuye a Pedro. Ésta es la gran novedad introducida por Jesús. No podía ser el fruto de una invención humana, ni en Mateo, ni en autores posteriores. Debemos precisar también que la «Piedra» de la que habla Jesús es precisamente la persona de Simón, Jesús le dice: «Tú eres Kefas». La duración de la Iglesia está vinculada a la piedra. La relación Pedro-Iglesia repite en sí el vínculo entre la
  • 89. Iglesia y Cristo. Jesús, en efecto, dice: «Mi Iglesia». Eso significa que la Iglesia será siempre Iglesia de Cristo, Iglesia que pertenece a Cristo. No se convierte en la Iglesia de Pedro, sino, como Iglesia de Cristo, está construida sobre Pedro, que es Kefas en el nombre y por virtud de Cristo. Las llaves que Jesús entrega a Pedro: recibe el poder sobre el reino, poder que ejercerá en nombre de Cristo, como su mayordomo y jefe de la Iglesia, casa que recoge a los creyentes en Cristo, los hijos de Dios. Jesús dice a Pedro: «lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos» (Mt 16,19). Es otra comparación utilizada por Jesús para manifestar su voluntad de conferir a Simón Pedro un poder universal y completo. No se trata sólo del poder enunciar afirmaciones doctrinales o dar directrices generales de acción: según Jesús, es poder «de desatar y de atar», o sea, de tomar todas las medidas que exija la vida y el desarrollo de la Iglesia. La contraposición «atar-desatar» sirve para mostrar la totalidad del poder. El Mesías es la verdadera puerta de la nueva Jerusalén, construida con su sangre derramada en la cruz. Y precisamente las llaves de esta puerta son las que Jesús confía a Pedro, para que sea el ministro de su poder salvífico en la Iglesia. (Juan Pablo II - Audiencias 1992 -73) Toda una respuesta No fueron tiempos fáciles para la Iglesia los siglos XII y XIII (¿y cuáles lo han sido?)-, a la vez, es época de grandes santos. Frente al lujo y la corrupción de algunos eclesiásticos, surgen voces críticas, de vuelta al Evangelio puro y simple, pero sin Iglesia; son los herejes de la época. San Francisco de Asís tiene ojos para ver lo que todos conocen. La Iglesia, por triste que sea el San Francisco de Asís espectáculo que dan algunos de sus miembros -no todos, ni mucho menos-, sigue siendo la Casa de Jesucristo. Francisco ama a la Iglesia y por nada se apartará de ella. Un día, un hereje, tras comentarle el caso de un sacerdote que vive públicamente en concubinato, le hace esta pregunta: «¿Es válida la Misa celebrada por un hombre que tiene las manos así mancilladas?». Por toda respuesta, Francisco busca al sacerdote, se arrodilla ante él y le besa las manos; esas manos que durante la Misa sostienen el Cuerpo del Señor.
  • 90. La Iglesia ¿ha sido o no fundada por Jesucristo? 1. No; Jesucristo se refirió en su predicación al Reino de Dios. 2. No se sabe, pues existen multitud de "iglesias" y todas se consideran legítimas. Luego, es imposible conocer cuál de hecho fundó Jesucristo. 3. Sí, pero no como aparece ahora. Esta no es la Iglesia que Jesús quiso. Sin embargo... Jesucristo afirmó: "Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia" (Mt 16, 18). Reflexión Es claro que Jesucristo quiso fundar una comunidad, congregada en su nombre, es decir, la Iglesia (Catecismo 748-7581, 802-804.Youcat 121-122). Además de la cita del evangelio de S. Mateo podemos ver los siguientes gestos del Señor que indican ese deseo: -Vocación de los discípulos. Jesús eligió numerosos discípulos y de entre éstos separó a doce, a quienes él mismo llamó con el nombre de "apóstoles". Les instruyó, y después de la resurrección los envió a predicar en su nombre con la misma autoridad que él recibió de Dios Padre: "Como el Padre me envió así también os envío yo" (Jn 20, 21). (Catecismo 75-79, 551-553, 567; Youcat 92, 137) -Jesús se presenta como el "Buen Pastor" (Jn 10, 11). Esta imagen está estrechamente unida a la del rebaño y de las ovejas que escuchan su voz. Es el que "conoce a sus ovejas y ellas le conocen" (Jn 10, 14). También piensa en las "otras ovejas que no son de este redil", a las que debe atraer para que "escuchen su voz y se forme un solo rebaño con un solo pastor (Jn 10, 16). No se trata de oyentes aislados, sino de una "asamblea", de una "ekklesía" ( nombre original en griego), de
  • 91. un "nuevo Pueblo de Dios", cuyos miembros son llamados por Cristo de entre todos los pueblos. En efecto, el sentido de la predicación, de la actividad, de la muerte y resurrección de Jesús es "atraer hacia sí" a todos los hombres y reunirlos en torno a su persona (Jn 12, 32) por medio de la predicación de la palabra del evangelio y con el poder que brota del misterio de su muerte y resurrección con la que vence en el hombre que se abre a él, el mal, el pecado. -El mandamiento nuevo. La asamblea-Iglesia en la que Jesús reúne a sus seguidores tiene un estilo de vida propio, el mandamiento nuevo: "Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros; como yo os he amado, amaos también unos a otros. En esto conocerán todos que sois discípulos míos (Jn 13, 34-35). -La última cena. En este contexto, Jesús ofrece a sus discípulos su cuerpo y su sangre bajo las apariencias del pan y del vino, y les ordena: "haced esto en conmemoración mía". Este mandato supone que hay una comunidad reunida en su nombre y que celebra el misterio de su muerte y resurrección a través de esos signos del pan y del vino. Será la forma de permanecer unidos entre sí: permaneciendo unidos al propio Jesús, presente de forma máxima, en el único pan de vida del que todos los congregados comen para permanecer en la unidad del único cuerpo de la Iglesia. Respuestas: 1. Es cierto que los evangelios nos traen como objeto principal de la predicación de Jesús el tema del Reino de Dios. Sin embargo, eso no obsta para que de hecho, como acabamos de ver en el apartado anterior, también se refiriese a la Iglesia de forma clara y directa. La solución a esta aparente contradicción es sencilla. El Señor predica preferentemente de la venida del Reino, esto es, de la soberanía de Dios sobre el hombre y sobre la creación entera de forma plena. Sin embargo, esa venida del Reino ya, según el propio Jesús, se podía palpar, estaba en medio de sus discípulos, dentro de ellos... Es porque, el Reino de Dios, consiste sencillamente en la propia persona de Jesús, en quien, hombre como nosotros se empieza a realizar ese Reino en la Tierra, pues Él es todo de Dios Padre, obediente a Él hasta la muerte y muerte de cruz (Fil 2, 6-11). Por eso el Padre le premia con la resurrección al tercer día, haciendo así de Jesús el nuevo Adán, de Él
  • 92. nace -a través del bautismo- la nueva humanidad regenerada. Es por Él, por quien ese mismo Reino de Dios se nos hace presente de forma actual, real y efectiva. Por eso, el tema de la predicación de los Apóstoles ya no es el Reino de Dios, sino, sencillamente su personificación histórica: Jesús. Él es el Reino de Dios que se ofrece a toda la humanidad generación tras generación; para ello, Él quiso servirse de un instrumento mediante el cual el propio Jesús, su salvación, se hace posible y presente a cada uno: la Iglesia. 2. Es evidente que existen multitud de iglesias cristianas diferentes. Sin embargo hemos de tener clara también otra evidencia: sólo existió un Jesucristo, y ese único Señor fundó -como hemos visto antes- una sola iglesia; luego la cuestión es saber si existe alguna forma de discernir cuál es la que él fundó. (Catecismo 811- 816, 866, 870; Youcat 129) ¿Existen una serie de características concretas deseadas por Jesús a la hora de fundar su Iglesia? Sí. ¿Cuáles? El evangelio nos trae los siguientes datos -entre otros- que expresan cómo quiso Jesús que fuese su Iglesia (para ello, se aportan las citas bíblicas donde queda consignado el dato al que se alude): Quiso que fuese un cuerpo organizado en el cual habría diversidad de funciones: -Elección de los Doce Apóstoles (Lc 6, 14- 16). Éstos tendrán una triple potestad: -enseñar (Mt 28, 20) -santificar: a través de los sacramentos (Mt 28, 19; Mc 14, 22-24;Jn 20, 22-23) -gobernar (Mt 18, 18) -En el grupo de de los Doce ocupa un lugar singular (ya lo vimos al principio del tema en el comentario del evangelio) el primado del apóstol Pedro: "Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia" (Mt 16, 18; Jn 21, 10-17; Lc 22, 32). También quiso Jesús que su Iglesia fuese "sacramental". Él mismo, a través de esos signos visibles que estableció y que transmitió a sus
  • 93. apóstoles, se hace presente así en su comunidad reunida para: -Regenerar y dar entrada a la Iglesia: el bautismo (Jn 3, 5; Mc 16, 16...). -Dar la plenitud del don del Espíritu Santo recibido en el bautismo: la confirmación (Hch 2, 1-11). -Da sus discípulos el poder de perdonar pecados en su nombre: la penitencia (Jn 20, 22-23). -Hacer partícipes a los suyos del alimento de su cuerpo y de su sangre: la eucaristía (Lc 22, 19-20. - Confortarla y fortalecerla en la enfermedad con la unción de los enfermos (Sant 5, 14-15). -Da a sus discípulos el poder de ser sacerdotes: el orden sacerdotal (Lc 22, 20). -Asemejar la unión matrimonial hombre-mujer a la de Él mismo con su esposa la Iglesia (Ef 5, 31-32). -La muerte del Señor en la cruz, de cuyo costado brotan "sangre y agua" (Jn 19, 34), es el signo por el que da a entender que los sacramentos y la propia Iglesia nacen del costado de Cristo a semejanza de Eva, nacida del costado de Adán. Una propiedad necesaria de la verdadera Iglesia es que sea "santa" (Ef 5, 27), pues debe ser instrumento de salvación para la humanidad. Y como nadie da lo que no tiene, la Iglesia que sea capaz de "dar santidad" a sus hijos será la verdadera. Otra propiedad de la verdadera Iglesia de Jesús es la conservación íntegra del "depósito de la fe" recibido de Cristo; es decir, que la Iglesia tiene como misión enseñar con fidelidad un mensaje que le ha sido confiado (Mt 28, 20), que no es por lo tanto de su propiedad y podría así, manipular a su antojo. "Hay algunos que os perturban, y quieren pervertir el evangelio de Cristo". (Gal 1, 7)
  • 94. " Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo os predicare otro evangelio del que os hemos predicado, sea anatema. Como antes hemos dicho, así ahora digo otra vez: Si alguno os predicare otro evangelio del que habéis recibido, sea anatema." (Gal 1, 8-9) Dicho esto comprobamos que: Hay iglesias que perdieron la sucesión apostólica (toda la gama de confesiones protestantes: luteranos, calvinistas, presbiterianos, adventistas, episcopalianos etc.). Hay iglesias que han perdido la comunión con el Sucesor de Pedro (protestantes, ortodoxos, anglicanos). (Catecismo 857-860, 869, 871-877, 880-882, 888-892, 934-937. Youcat 137-138, 141, 143) También las hay que han perdido los siete sacramentos o parte de ellos (protestantes, anglicanos). No tienen santos (protestantes). En este sentido vale la pena hacer mención a la innumerable cantidad de católicos que han sido "santos", bien de forma anónima, bien con declaración solemne de la Iglesia. El proceso de canonización de un miembro de la Iglesia es muy exigente: se investiga cuidadosamente todo lo referente a la vida de cada uno acudiendo a todo tipo de fuentes fiables (cartas, amigos, conocidos...). Si no se encuentra un obstáculo serio por asuntos de integridad de vida o de fidelidad a la doctrina de la Iglesia, entonces el proceso pasa a Roma para ser ratificado. El último paso es el "sello de Dios" al parecer de la Iglesia: un milagro. Éste debe ser de tipo físico, duradero e inexplicable desde el punto de vista de la ciencia médica. Es decir, detrás de cada declaración de santidad de un miembro de la Iglesia Católica, hay siempre al menos un milagro aprobado por la propia Iglesia. Sólo Juan Pablo II elevó a los altares a unas cinco mil personas. No se sabe de ningún milagro de este tipo que haya sido demostrado como falso en toda la historia de la Iglesia. "Nadie da lo que no tiene". (Catecismo 823-829. Youcat 132) No han conservado íntegro el depósito de la fe, pues la doctrina que sostienen en diversos temas, se ha desvirtuado, como se da en cuestiones fundamentales de moral, por ejemplo, el aborto; o en materia de sacramentos como la fe en la presencia real de Jesús en la eucaristía... (protestantes, anglicanos). (Catecismo 166-169, 181. Youcat 24) Con todo lo dicho, sólo la Iglesia Católica cumple con todos los requisitos queridos por Cristo y que se acaban de exponer antes. 3. En la respuesta anterior ya se ha dado buena parte de la respuesta a esta objeción. Hemos visto que Jesús quiso realmente fundar una Iglesia con unas determinadas características y que la Iglesia Católica Negaciones de Pedro
  • 95. las cumple. ¿Significa eso que en la Iglesia, sus miembros no han cometido errores, torpezas, abusos, vilezas... todo tipo de pecados en definitiva? No. Pero con eso ya contaba Jesús, quien, démonos cuenta de este interesante dato, confirmó y envió como apóstoles suyos a hombres con multitud de defectos que los evangelios ponen de manifiesto (lo cual, por otro lado, es signo de la autenticidad de estos textos, pues no disimula los errores de los primeros cristianos), y que como culmen y resumen de todos ellos está el abandono de Jesús cuando es apresado y ejecutado. Estos hombres, que no eran "de azúcar" (aunque fueron humildes, se dejaron ayudar por la gracia de Dios y al final triunfaron; es decir, llegaron a ser santos), fueron los que Jesús envió a predicar en su propio nombre, confirmándoles, tras su muerte y resurrección, como el primer Papa y los primeros Obispos de la Iglesia. San Pablo frecuentemente en sus cartas echa en cara a las comunidades por él fundadas, diversidad de defectos y pecados, algunos de ellos, que clamaban al cielo como el caso de uno que "convive" con la mujer de su propio padre (1Cor 5, 1). Más adelante, les critica el que en las cenas previas a la celebración de la eucaristía (ágape), unos, los ricos, se hartaban de comer, mientras que otros, a su lado en la mesa, con los que iban después a participar de la misma Comunión, pasaban hambre: "apenas se sientan a la mesa, cada uno se apresura a comer su propia comida, y mientras uno pasa hambre, el otro se pone ebrio". (1Cor 11, 17- 22). El libro de los Hechos de los Apóstoles que narra los primeros pasos de la Iglesia también aporta datos en este sentido. Es el caso del fraude del matrimonio de Ananías y Safira, quienes pretenden pasar por caritativos en la comunidad de Jerusalén, haciendo creer que entregaban a la Iglesia la totalidad de la venta de una propiedad en el campo, cuando en realidad se quedaron a escondidas con una parte del dinero (Hch 5, 1-10). Con estos ejemplos venimos a concluir en algo muy importante que muy pocos tienen claro: Nunca, en la historia real de la Iglesia, ha habido una comunidad perfecta; tampoco en los inicios. A lo largo de los veinte siglos de historia que lleva de camino la Iglesia, son muchos, como se ha dicho antes, los pecados de sus miembros y además a todos los niveles. Sin embargo, hay que añadir algunas cosas: En primer lugar, que son infinitamente más los ejemplos de fidelidad heroica por las dificultades inherentes al seguimiento de Cristo, y que los más de ellos han pasado, y están pasando hoy, ahora, totalmente desapercibidos, (y además, así debe ser). En segundo lugar, que la fe en la Iglesia no debe depender de los malos ejemplos que en ella encontramos (como los encontramos en otro tipo de organizaciones), aunque nos pueda afectar, sino de que sea en verdad efecto de la
  • 96. voluntad de Cristo, ya que de ser así, es Él quien cumpliendo su promesa, estará presente y actuante en ella. La prueba directa de esa presencia de Jesús en la Iglesia Católica, como vimos, son los santos, que los hay de todas las épocas. (Catecismo 827; Youcat 121) La Iglesia existe precisamente para los pecadores. Si la humanidad fuese buena, no haría falta la Iglesia; si sólo pudieran acceder a la Iglesia "los buenos", entonces haríamos de ella una organización elitista (falsamente elitista, pues todo el mundo tiene pecados). Porque es santa en su Cabeza (Cristo), en sus medios (los sacramentos) y en los que han llegado al Cielo (los santos, en primerísimo lugar la Virgen María), puede entregar esa santidad, esa vida nueva de hijos de Dios a quienes abren su corazón con sinceridad a Cristo. (Catecismo 823-829. Youcat 132) Jesús se ha comprometido en Alianza eterna ("... Tomando el cáliz y habiendo dado gracias, se lo dio -a sus discípulos- diciendo: Bebed todos de él; porque ésta es mi Sangre de la nueva alianza..." -Mt 26, 27-28-) con la comunidad por él fundada, a la que se ha unido de forma irrevocable a modo de alianza matrimonial (Ef 5, 31-32) de tal modo que forma un solo cuerpo con ella (Ef 5, 30; Rm 12, 4). Esto significa que creer en Jesús, significa automáticamente creer en la Iglesia, pues ella es su manifestación histórica tras su Ascensión a los Cielos. Quien afirma creer en Jesús, pero no creer en la Iglesia, cae en una terrible contradicción, ya que de hecho, le fe en Jesús sólo se da en y por ella. Nadie puede tener fe en Jesús sin la mediación de su esposa... eso sí... a no ser... que se le haya aparecido directamente. (Catecismo 787-796. Youcat 126-127) La Iglesia sólo se la puede valorar justamente si se la ve desde dentro. Del mismo modo que las vidrieras de una catedral gótica sólo se pueden apreciar en todo su colorido y nitidez si se ven desde dentro del edificio, así ocurre con la Iglesia; para comprenderla, igual que ocurre también con las personas, hay ver el corazón, y sólo se le puede ver, si se las conoce interiormente y se las ama tal y como son. Compromiso ¿Por qué no me animo a participar en alguna actividad de la parroquia?
  • 97. Oración Señor Jesús, creo que estás aquí, que me ves. que me oyes... te pido perdón por mis pecados y tu ayuda para hacer con provecho este momento de oración. Madre mía, María, intercede por mí. Albino Luciani cuenta la siguiente anécdota en su libro "Ilustrísimos señores": En Londres, en Hyde Park, un predicador estaba hablando al aire libre, como es frecuente en ese lugar. Le interrumpió un individuo despeinado y sucio: -La Iglesia existe desde hace ya dos mil años y el mundo está lleno de ladrones, de adúlteros, de asesinos. -Tiene usted razón -respondió el predicador-. Pero también hace dos millones de años que existe el agua y mire cómo tiene usted el cuello. Comenta el que sería después Papa: «En otras palabras; ha habido malos Papas, malos sacerdotes, malos católicos. Pero ¿qué significa eso? ¿Que se ha aplicado el Evangelio? No, todo lo contrario, en esos casos no se ha aplicado el Evangelio». Es buena también la respuesta que un buen sacerdote dio a un joven que se le quejaba, y con razón, de las cosas malas que ve en el mundo, en la sociedad y en la propia Iglesia. "Mira", le dijo, "vamos a proponernos tú y yo a ser de veras unos buenos cristianos, unos buenos ciudadanos... así dos sinvergüenzas menos que hay en el mundo..." La mejor receta para el mal que vemos es esa, aumentar con la virtud personal, el nivel moral que vemos a nuestro alrededor cueste lo que cueste. Si me limito sólo al pataleo... ¿no será que así justifico mi propia mediocridad? ("Como todo el mundo lo hace...") Te doy gracias Dios mío por los afectos, inspiraciones y buenos propósitos que me has concedido. Ayúdame a ponerlos por obra. Madre mía intercede por mí.
  • 98. El siervo no es más que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros perseguirán (Jn 15, 20)
  • 99. Tema 9: La Iglesia y Las Persecuciones Este tema tiene un carácter especial. Va a tratar de la relación de la Iglesia con las persecuciones en un doble sentido: cuando la Iglesia ha perseguido la herejía, y cuando la propia Iglesia a lo largo de la historia ha sido perseguida por causa de la fe. La razón de este doble enfoque es sencilla: a la Iglesia muy rara vez se la ve como perseguida en ámbitos públicos: medios de comunicación y en los libros de texto oficiales de los ciclos medios y superiores de estudio, por lo que cuando se la juzga en este tema, su posición en la historia queda inevitable e injustamente desequilibrada. Esta perspectiva no se ofrece con la intención de "justificar" los males que ciertos miembros de la propia Iglesia han cometido. Tampoco se hace con el ánimo revanchista del "y tú más". Se hace con el deseo de ser justos ofreciendo una serie de datos rigurosamente históricos que, sencillamente, son prácticamente desconocidos por la inmensa mayoría de la sociedad, sobre todo juvenil. Esto ayuda a situar con mejor perspectiva cuál es la relación de la Iglesia con el tema de la persecución, pues es muy poco conocida como "víctima" y casi siempre como "verdugo". La Inquisición. Hay que partir de una base fundamental: la Iglesia tiene el deber de conservar intacto el depósito de la fe recibido de Cristo, de ser maestra de la verdad, de velar para que la fe no se deforme en las conciencias de sus hijos. Para orientar la argumentación vamos a partir de un dato histórico que es indiscutible y muy importante: Durante el primer milenio la Iglesia siempre se inclinó por la benignidad en el trato de los presuntos herejes. No hubo persecución sistemática por parte de la Iglesia. Esto no sólo era una cuestión "de hecho", sino que en declaraciones solemnes como la del Papa León Magno (440-461) que establece el principio de que el derramamiento de sangre repugna a la Iglesia. El San León Magno
  • 100. Concilio XI de Toledo (a. 675) en el canon 6 prohíbe a los eclesiásticos, bajo las más rigurosas penas, participar en un juicio de sangre e imponer a cualquier persona una mutilación corporal. Incluso en los casos en los que el poder civil actúa con castigos violentos lo habitual era la protesta formal de la Iglesia, así el Papa Siricio y el obispo San Martín de Tours, ante el emperador Máximo, con motivo de la condena a muerte de Prisciliano. Herejes declarados como el monje Gotescalco sufrieron a lo sumo el castigo de azotes y prisión en un monasterio (a. 849). Otros, como Berengario de Tours, que fue el primero en negar la presencia sustancial de Cristo en la eucaristía, es recibido con total normalidad por el Papa Gregorio VII, el cual consigue, al menos temporalmente, convencerle de su error (Sínodos de Roma 1078 y 1079). Terminará sus días, plácidamente reconciliado definitivamente con la Iglesia el año 1088 en la isla de San Cosme. Berengario de Tours Hubo una serie de circunstancias en el siglo XI que hicieron variar la actitud de la Iglesia. Tengamos muy en cuenta, que además de ignorancia, sería también injusticia medir con las categorías de hoy, actitudes de hace ocho siglos, sin que por esto se pueda justificar lo injustificable, como la tortura. Sencillamente, los valores, los principios, los ideales que la sociedad de la Edad Media consideraba como el más valioso tesoro para su cultura, para sus ciudades y naciones eran bien diferentes de los que priman en la sociedad moderna. Estos son los hechos que desembocaron en la institución del tribunal de la Inquisición: Las autoridades civiles -ya desde los tiempos del Imperio de Roma, primero contra los cristianos y después contra los herejes- tenían una larga tradición en lo que se refiere a la persecución violenta de la herejía. En el siglo XI el castigo que se les daba en Francia era el fuego, en Alemania la horca. Así en 1052 el emperador Enrique III, que pasaba las Navidades en Goslar, mandó ahorcar a un grupo de cátaros, según testifica la crónica de Hermann Contracto. No era mucho más suave la pena en Inglaterra, pues el rey Enrique II en 1166 hizo marcar en la frente un hierro al rojo vivo, y después de azotarlos en público, los echó fuera, con la prohibición de que nadie les diera alojamiento, por lo que en invierno murieron de frío. Consta igualmente que en Flandes, el conde Felipe, en 1183, confiscó bienes y mandando a la hoguera a nobles, plebeyos, clérigos, caballeros, doncellas, viudas y casadas. De Felipe Augusto de Enrique II Francia sabemos que hizo quemar a ocho cátaros en Troyes en 1200, y a otros muchos en 1204, tanto hombres como mujeres, clérigos o laicos.
  • 101. Los cronistas medievales refieren muchos casos en que el pueblo exigía la muerte del hereje y no toleraba que las autoridades se mostraran condescendientes y blandas. Así, cuenta Guillermo Nogent que descubiertos en Soissons (1114) algunos herejes, y no sabiendo qué hacer el obispo Lisiardo de Chalons, se dirigió en busca consejo al concilio de Beauvais; en su ausencia el pueblo asaltó la cárcel, sacó fuera de la ciudad a los herejes detenidos y los abrasaron entre llamas. La Inquisición no nace contra el pueblo sino para responder a una petición de éste. En una sociedad preocupada sobre todo por la salvación eterna, el hereje es percibido por la gente (comenzando por la gente corriente y analfabeta) como un peligro, del mismo modo que en culturas como la nuestra, que no piensan más que en la salud física, se consideraría peligroso a quien propagase enfermedades contagiosas mortales o envenenara el ambiente. Para el hombre medieval, el hereje es el Gran Contaminador, el enemigo de la salvación del alma, la persona que atrae el castigo divino sobre la comunidad. Por lo tanto, y tal como confirman todas las fuentes, el dominico que llega para aislarlo y neutralizarlo, no se ve rodeado de «odio», sino que es recibido con alivio y acompañado por la solidaridad popular. Consecuentemente, entre las deformaciones más vistosas de cierta historiografía está la imagen de un «pueblo» que gime bajo la opresión de la Inquisición y espera con ansia la ocasión de liberarse de ella. Pero ocurre justamente lo contrario; si a veces la gente se muestra intolerante con el tribunal, no es porque sea opresivo sino todo lo contrario, porque es demasiado tolerante con personas como los herejes que, si hemos de atender a la vox populi, no merecen las garantías y la clemencia de la que los dominicos hacen gala. Lo que en realidad querría la gente es acabar con el asunto deprisa, deshacerse sin demasiados preámbulos de aquellas personas para las que los jueces de sayo multiplican las garantías legales. La Inquisición no intervenía para excitar pues al populacho sino, al contrario, para defender de sus furias irracionales a los presuntos untadores o a las presuntas brujas. En caso de agitaciones, el inquisidor se presentaba en el lugar, seguido por los miembros de su tribunal y, con frecuencia, por una cuadrilla de sus guardias armados. Lo primero que hacían estos últimos era restablecer el orden y mandar a sus casas a la chusma sedienta de sangre. Acto seguido, y tomándose todo el tiempo necesario, practicando todas las averiguaciones, aplicando un derecho procesal de cuyo rigor y de
  • 102. cuya equidad deberíamos tomar ejemplo, se iniciaba el proceso. En la gran mayoría de los casos y tal como prueban todas las investigaciones históricas, dicho proceso no terminaba con la hoguera sino con la absolución o con la advertencia o imposición de una penitencia religiosa. Quienes se arriesgaban a acabar mal eran aquellos que, después de las sentencias, volvían a gritar: «¡Abajo la bruja!» o «¡Abajo el untador!». Las nuevas herejías que alcanzaron su punto de máximo auge en el siglo XII -maniqueos, cátaros, albigenses...-, tienen como novedad el hecho de que no sólo son casos de conciencia, sino que se convierten en alteradores violentos del orden social. En este sentido, el concilio III de Letrán (1179), después de lanzar el anatema eclesiástico contra los cátaros, trata de otros herejes peligrosos de Brabante y del sur de Francia, que cometen barbaridades contra los cristianos, sin respetar iglesias ni monasterios, sin perdonar a viudas, ancianos y niños, devastándolo todo, a la manera de los sarracenos. Contra éstos el Papa Alejandro III predica la guerra con honores e indulgencias de cruzada. Otro paso de verdadera importancia se dio en la dieta de Verona por parte del Papa Lucio III. De acuerdo con el emperador Federico I Barbarroja (más que con el acuerdo, con el aliento), promulgó la constitución "Ad abolendam", anatematizando entre otros, a los cátaros, y dejándolos al arbitrio del poder civil para que los castigase con la pena correspondiente ("animadversione debita"). No mencionaba la pena de muerte; lo legal entonces, era el destierro y la confiscación de los bienes. Llegados a este punto vamos a ver las circunstancias concretas en las que nace la Inquisición. Según el historiador Mons. Douais, el emperador Federico II planeaba recabar para sí, el juicio y represión de la herejía para alcanzar una situación privilegiada y ventajosa sobre la misma potestad del Romano Pontífice. Gregorio IX comprendió sus intentos, y a fin de atajarle los pasos, quiso adelantarse, reivindicando para la Iglesia el derecho exclusivo de juzgar a los herejes en cuanto a tales, para lo cual creó un tribunal de excepción, que, al mismo tiempo que juzgaba las doctrinas, tutelaba las personas contra las arbitrariedades del poder civil. A ello se llegó paso a paso. El 22 de noviembre de 1220 promulgó el emperador una constitución Federico II
  • 103. confirmando lo estatuido en el concilio IV Lateranense contra los herejes; éstos son condenados a destierro, infamia perpetua, confiscación de sus bienes y pérdida de sus derecho civiles. Nada de pena de muerte. Cualquiera diría que al astuto monarca le movía el más puro celo religioso, cuando en realidad sus móviles eran políticos, además de la razón de orden público y la avaricia de dinero. Bajo el influjo de los legistas, empeñados en resucita r el antiguo derecho romano, Federico dio un paso decisivo. El Derecho romano señalaba la pena del fuego para los maniqueos; ahora bien, los modernos herejes, los más peligrosos, es decir, los cátaros o albigenses, ¿no profesaban el maniqueísmo? Además, en la legislación de la antigua Roma se castiga con la muerte a los reos de lesa majestad humana; ¡cuanto más merecían tal castigo los herejes, "cum longe gravius sit aeternam quam temporalem offendere maiestatem"! Conforme a estos principios, en marzo de 12 24 condenó a todos los herejes de Lombardía a ser quemados vivos o, al menos, a que se les cortase la lengua, suplicio, por otra parte, frecuente en Francia, como hemos ya visto, y no del todo inusitado en Alemania, pues consta que en 1212 nada menos que ochenta herejes fueron quemados en Estrasburgo. La trascendencia de este decreto estuvo en que más tarde Gregorio IX, a instancias tal vez del Beato Guala, O.P., obispo de Brescia, lo hizo incluir en su registro. Otros edictos imperiales de fecha posterior insistían en la pena del fuego para los herejes. En algunos de ellos Federico alude a "la plenitud del poder", al "origen divino de su autoridad", a su "misión de proteger a la Iglesia", y afirma que "el sacerdocio y el Sacro Imperio tienen el mismo orig en divino e idéntica significación", de donde se podía sospechar -y los hechos lo evidenciaban-, que el emperador quería arrogarse los derechos civiles y eclesiásticos. Podría, pues, dictaminar en cuestiones de religión y, procediendo contra los herejes co n más ardor y celo que el mismo Papa, se presentaría ante la cristiandad como el campeón de la fe. Llega el año 1231, y Gregorio IX se decide a instituir un juez extraordinario, que actúe en nombre del papa, haciendo inquisición y juicio de los herejes. Tendremos con ello la Inquisición Medieval en su sentido estricto. El momento de su creación debió de ser en febrero de 1231, coincidiendo con el decreto que expidió Gregorio IX contra los herejes de Roma, entregándolos a la justicia secul ar, a fin de que ésta les infligiese el merecido castigo. Lo que más vivamente deseaba era impedir que la Gregorio IX
  • 104. autoridad civil del emperador se arrogase derechos sacros que no eran suyos, porque los últimos decretos de Federico II contra "los herejes que inten tan desgarrar la túnica inconsútil de Nuestro Señor" parecían los de un pontífice. Y todos los herejes, aun los levemente sospechosos de herejía, quedaban expuestos a la pasión política, a la ignorancia y a la arbitrariedad de los magistrados imperiales. Por eso Gregorio IX pensó que era necesario encauzar la represión de la herejía dentro de normas jurídicas y eclesiásticas , con lo cual salían favorecidos los mismos herejes. Y eso es lo que indujo a Mons. Douais a afirmar que, al instituir el tribunal de la Inquisición, Gregorio IX, en su época, trabajó por la civilización, ya que para proteger al hereje la Iglesia no tenía más que un medio: juzgarlo Ella misma. "La Iglesia tenía la obligación de sustraer al reo a las violencias a que estaba expuesto. Sabemos cuáles eran esas violencias: de una parte, actos de salvajismo de la población amotinada; de otra, la confiscación arbitraria de sus bienes, que el juez secular, al servicio de un señor exigente, pronunciaba precipitadamente, después de haber dado c on no menor precipitación sentencia de herejía. La Inquisición tenía que ser institución pontificia; sólo el papa, juez universal de la Iglesia, tenía autoridad para instituirla" (C.Douais, L´Inquisition. Ses origines. Sa procédure, París 1906, p. 143). Gregorio IX quiso oponer el nuevo tribunal al emperador, y que si éste no le hubiera movido, y en parte forzado a ello, ese juez, de quien nadie sentía necesidad, no hubiera sido instituido. Aquí está, todo el nudo del por qué histórico de la Inquisición. Por análoga razón había afirmado Menéndez Pelayo, al tratar de los severos decretos de Pedro el Católico, que la Inquisición era un evidente progreso al lado de semejante legislación civil. La Inquisición se instauró en España en 1242 y no fue abolida formalmente hasta 1834. Su actuación más intensa se registra entre 1478 y 1700, durante el gobierno de los Reyes Católicos y los Austrias. En cuanto al número de ajusticiados, los estudios realizados por Heningsen y Contreras sobre las 44.674 causas abiertas entre los años 1540 y 1700, concluyeron que fueron quemadas en la hoguera 1.346 personas (algo menos de 9 personas al año en todo el enorme territorio del imperio español, desde Sicilia hasta el Perú, lo cual representa una tasa inferior a la de cualquier tribunal provincial de Justicia). El británico Henry Kamen, conocido estudioso no católico de la Inquisición española, ha calculado un total de unas 3.000 víctimas a lo largo de sus seis siglos de existencia. Kamen añade que “resulta interesante comparar las estadísticas sobre condenas a muerte de los tribunales civiles e inquisitoriales entre los siglos XV y XVIII en Europa: por cada cien penas de muerte dictadas por tribunales ordinarios, la Inquisición emitió una”.
  • 105. Con más de cinco mil estudios ya publicados sobre la Inquisición, los expertos dan por zanjada la polémica en torno a los datos históricos, y centran ahora sus esfuerzos en el análisis de la sociología, la hacienda y la jurisprudencia del Santo Oficio. La leyenda negra ha muerto ya para los historiadores, pero sigue circulando entre personas menos documentadas. Afortunadamente, la fe cristiana custodia una doctrina que le permite rectificar los errores prácticos en los que hayan incurrido sus miembros a lo largo de la historia: la doctrina del Evangelio. Cuando los cristianos (reyes, obispos, religiosos, laicos...) han violado la dignidad humana, han actuado de forma gravemente contraria al mensaje del evangelio que es siempre el mismo. Sin embargo, cuando la Iglesia es perseguida, lo es habitualmente, en conformidad con la legalidad vigente. La Iglesia perseguida Sólo expondremos unos ejemplos de variada naturaleza y ámbito: -En febrero de 2009 Carline Petrie trabajaba como enfermera en el hospital británico North Somerset Primary Care. Tenía entonces 45 años. Fue acusada de "violar el código de conducta sobre igualdad y diversidad" y suspendida de empleo por ofrecer a una paciente, May Phippen rezar por ella, a pesar de que la propia anciana tenía también creencias cristianas y juzgó injusta la acusación a que se vio sometida. Ese mismo febrero de 2009, Jennie Cain tuvo que hacer frente a su despido del colegio en el que trabajaba como recepcionista, a causa de que su hija de cinco años había mantenido una conversación con una compañera en la que la niña había hablado de Jesucristo y del infierno. Fue marginada en el aula y duramente reconvenida por su profesora, quien le dijo con dureza que no debía hablar de Jesucristo. A finales de 2008 una azafata de la British Airways, Nadia Eweida, había sido conminada por la dirección de la empresa para que prescindiese de la cruz que llevaba asomando sobre su uniforme. Una compañera Shirley Chaplin perdió su trabajo por el mismo motivo en 2010. El matrimonio Owen y Eunice Johns, vio denegada la posibilidad de adoptar niños en razón de sus creencias cristianas. (Artículo "Alba"nº 383. "La cristofobia de las cinco")
  • 106. -Una media de 30 misioneros/as son asesinados cada año en sus respectivos destinos. http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=6294&mes=1&ano=2010 -Persecución en el ámbito académico. http://chronicle.com/article/An-Academic-Auto-da-F-/133107/ -Persecución por parte del mundo islámico: http://lamatrixholografica.wordpress.com/2012/05/28/cristianos-quemados-vivos-en- nigeria-monstruoso-holocausto-ante-la-indiferencia-internacional/ (Censurado por Facebook) http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=24044 http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=24282 http://www.youtube.com/watch?v=WkSy_JjS1dE -Caso de Asia Bibi: http://www.youtube.com/watch?v=5Nwy1yyiBWE http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=24418 -La Revolución Francesa proscribió a la Iglesia Católica. Según Reynald Secher, en la región de La Vendeé ejecutó a unos 120.000 católicos (el 15% de la población), por no renunciar a su fe. Los datos de esta masacre los descubrió en documentación conservada a salvo, a escondidas, por particulares. Ningún dato oficial ha quedado para la posteridad al haber sido destruido cualquier constancia oficial documental del hecho. Con las pieles curtidas de las víctimas se hicieron botas -en el caso de los hombres- y guantes -en el caso de las mujeres- para los oficiales. Centenares de cadáveres fueron hervidos para extraer grasa y jabón. -Persecución en China: http://www.hazteoir.org/node/3039 http://www.youtube.com/watch?v=c5QlD_oxoqc http://www.youtube.com/watch?v=2L_kBtGHfu0 http://www.youtube.com/watch?v=9tjope5VVA8
  • 107. http://www.youtube.com/watch?v=BZQ5H0mwigI http://www.youtube.com/watch?v=kcCSF_g8bjM -Persecución en España durante la II República (1931-1939): http://www.youtube.com/watch?v=fQaRBFUUic8 http://www.youtube.com/watch?v=Qhs0m084ALk&feature=relmfu http://www.youtube.com/watch?v=6B1w12m0ml0&feature=relmfu http://www.youtube.com/watch?v=jECBfuzTm4U&feature=relmfu http://www.youtube.com/watch?v=2i5r6Sc4o64 http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=24437 Lo que es cierto es que en la España republicana la matanza de católicos (y sólo de católicos, porque las iglesias y pastores protestantes no fueron tocados) no tuvo por finalidad castigar a hombres específicos y sus presuntas culpas. Constituyó un intento de hacer desaparecer a la Iglesia misma. Como escribe el historiador de izquierdas Hugh Thomas: «Nunca en la historia de Europa y quizá en la del mundo, se había visto un odio tan encarnizado hacia la religión y sus hombres.» Y, para citar a otro estudioso fuera de sospecha y, además, testigo directo, como Salvador de Madariaga (antifranquista convencido, partidario del gobierno republicano y exiliado después de la derrota): «Nadie que tenga buena fe y buena información puede negar los horrores de aquella persecución: durante años, bastó únicamente el hecho de ser católico para merecer la pena de muerte, infligida a menudo en las formas más atroces.» Hubo casos como el del párroco de Navalmoral, sometido al mismo suplicio que Jesús, comenzando por la flagelación y la corona de espinas hasta llegar a la crucifixión, en el que el martirizado también se comportó como Cristo, bendiciendo y perdonando a los milicianos anarquistas y comunistas que lo atormentaban. Hubo casos de religiosos a los que encerraron en la plaza de toros y les cortaron las orejas como en las corridas. Hubo casos de cientos de curas y monjas a los que quemaron vivos. A una mujer «culpable» de ser madre de dos jesuitas la ahogaron haciéndole tragar un crucifijo. En un momento dado, en el frente llegó a faltar la gasolina, utilizada con profusión para quemar no sólo a los hombres, sino las obras de arte y las antiguas bibliotecas de la Iglesia, un desastre cultural provocado por un odio ciego hacia la fe. Pero no era la primera vez que se producían hechos similares; lo mismo ocurrió con el vandalismo francés jacobino y con el del Risorgimento italiano.
  • 108. Los partidos y movimientos republicanos que subieron al poder en 1931 favorecieron de inmediato el clima de odio religioso que, en sólo diez días de la insurrección de Asturias de 1934, dio como resultado la matanza de 12 sacerdotes, 7 seminaristas, 18 religiosos y el incendio de 58 iglesias. A partir de julio de 1936, la matanza se generalizó: se dio muerte en las formas más atroces a 4.184 sacerdotes diocesanos (incluyendo seminaristas), 2.365 frailes, 283 monjas, 11 obispos, un total de 6.832 víctimas «clericales». Se cuentan por decenas de miles los laicos asesinados por el solo hecho de llevar una medalla religiosa con la imagen de un santo. En ciertas diócesis como la de Barbastro, en Aragón, en un solo año fue eliminado el 88 % del clero diocesano. La casa de las salesianas de Madrid fue asaltada e incendiada y las religiosas fueron violadas y apaleadas después de ser acusadas de darles caramelos envenenados a los niños. Los cuerpos de las monjas de clausura fueron exhumados y expuestos en público como escarnio. Se llegó al extremo de recuperar barbaries cartaginesas como la de atar a una persona viva a un cadáver y dejarla al sol, hasta que ambos se pudrieran. En las plazas se fusilaba incluso a las estatuas de los santos y las hostias consagradas eran utilizadas de forma obscena. Oración Señor Jesús, creo que estás aquí, que me ves. que me oyes... te pido perdón por mis pecados y tu ayuda para hacer con provecho este momento de oración. Madre mía, María, intercede por mí. El cardenal Van Thuang, que padeció nueve años de cárcel en las prisiones comunistas del Vietnam cuenta cómo se las arregló para evangelizar a sus carceleros. «En la cárcel siempre había dos policías conmigo, pero no me hablaban. Tenían la orden de no hacerlo porque les habían dicho que yo era muy peligroso. Yo pensé que también a ellos les debía amar y que debía hacerlo como Jesús me había amado a mí. Así que empecé a contar en voz alta historias de mi vida, de mis viajes. Así atraje su curiosidad. Poco a poco se convirtieron en mis alumnos y yo les enseñé francés e inglés. Eso tuvo sus ventajas. Un día yo tenía que trabajar cortando la madera para la prisión. Le pedí al carcelero que me dejara cortar un pedazo en forma de cruz y él me dijo que estaba prohibido. Yo le dije que no me lo podía negar, que éramos amigos, que era mi alumno. Entonces él miró hacia otro lado mientras yo hacía una cruz de madera. Para esconderla la llevaba siempre en la pastilla de jabón. Con ella hice la cruz pectoral cuando fui liberado.
  • 109. En otra ocasión -sigue diciendo Van Thuan-, le pedí al carcelero que me dejara cortar un alambre para hacerme una cadena. Me dijo que de ninguna manera, pues era contra las normas de la cárcel. Yo le argumenté como al otro, pero no me hizo caso. Pasados unos días, me dijo que me iba a ayudar él mismo a cortar el alambre y a hacer la cadena. Estuvimos cuatro horas haciéndola juntos. Hasta tal punto llegó mi relación con los carceleros que, al principio, los jefes comunistas habían decidido que debían ser cambiados cada dos semanas, para que yo no los contaminara. Luego decidieron dejar siempre a los mismos para que, según dijeron, no echara a perder a toda la policía.» NO TE CONVIERTAS EN LO QUE ODIAS. En la famosa película Ben-hur, el protagonista, obcecado por el odio contra su enemigo es advertido por su prometida: «Ya no te conozco. Odias tanto que te has convertido en Mesala, el malvado objeto de tu odio». Un santo de carne y hueso: Juan Gualberto. Este hombre había planeado matar por venganza al asesino de su hermano. Lleno de odio y resentimiento, siguió al asesino y cuando estaba a punto de llevar a cabo su propósito, el hombre le imploró piedad. Juan súbitamente se dio cuenta de lo que estaba haciendo. Él odiaba a este hombre por ser un asesino, pero al matarlo se convertiría en lo mismo. Entonces decidió perdonarlo. Luego, Juan apartó su espada y fue a un monasterio para convertirse en monje. Allí se dedicó a orar y a trabajar. Además se hizo tan famoso por sus buenas obras y su sabiduría espiritual que grandes multitudes acudían a pedirle consejo. Este hombre, que estuvo a punto de convertirse en un asesino, finalmente se convirtió en santo. Todos somos capaces de los mayores errores, de los mayores horrores... y también de las mayores proezas; depende de hacia dónde inclinemos la balanza de nuestra voluntad. Contamos la mano de María para ayudarnos a decidirnos por Jesús, por muy imposible que humanamente pueda resultar... Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el Cielo: de la misma manera persiguieron a los profetas que os precedieron. (Mt 5, 11-12)
  • 110. Te doy gracias Dios mío por los afectos, inspiraciones y buenos propósitos que me has concedido. Ayúdame a ponerlos por obra. Madre mía intercede por mí.