Este caso clínico describe el tratamiento de una paciente de 22 años que sufrió una fractura tibioperonea expuesta grado IIIb como resultado de un atropellamiento. La paciente fue tratada inicialmente con aseo quirúrgico, debridación y fijación externa. Posteriormente se realizaron procedimientos adicionales como escarificación y aporte óseo debido a un retraso en la consolidación ósea. El objetivo final del tratamiento es lograr la consolidación de la fractura sin deformidad ni compromiso vascular.