La computación en la nube permite ofrecer servicios de computación a través de Internet, dando acceso a los usuarios a recursos informáticos sin necesidad de conocimientos técnicos. Se desarrolló a partir de los años 60 y ha evolucionado gracias a proveedores como Google, Amazon y Microsoft, que ofrecen servicios virtuales de TI a gran escala. Presenta ventajas como agilidad, escalabilidad y menor costo, pero también riesgos como la centralización de datos y la dependencia de los proveedores.