El comercio electrónico implica la realización de transacciones comerciales a través de medios electrónicos, abarcando desde la compraventa de bienes y servicios hasta la provisión de contenidos digitales. Presenta ventajas como costos reducidos y comodidad, pero también desventajas como la dificultad de reclamos físicos y menor comunicación entre vendedor y consumidor. La regulación de la contratación electrónica puede adaptarse a las normas existentes, aunque persisten retos en protección al consumidor y seguridad de los pagos.