El documento discute la diferencia entre la 'ley de Dios' del Antiguo Testamento, especialmente el Decálogo, y la 'ley de Cristo', sugiriendo que aunque algunos piensan que Jesús abolió la ley mosaica, ambas son complementarias y buscan establecer pautas éticas para los individuos. El Decálogo se presenta como un código moral fundamental con premisas tanto éticas como espirituales, con un énfasis en la libertad y la acción responsable en vez de la mera prohibición. Finalmente, se argumenta que la comprensión del Decálogo no debe ser limitada a su forma negativa y que su rol es el de una guía liberadora que invita a una relación personal y dinámica con Dios.