El documento describe las competencias necesarias para especialistas en el tratamiento del tabaquismo, incluyendo conocimientos sobre la dependencia de la nicotina, técnicas de intervención clínica, y planificación de tratamientos individualizados. También enfatiza la importancia de la evaluación, prevención de recaídas y el uso de recursos basados en la evidencia, así como el desarrollo profesional y la ética en la práctica. Se destaca la necesidad de establecer una relación empática y colaborativa con el paciente para facilitar su proceso de cambio hacia la abstinencia.