El documento describe la computación ubicua, que implica la integración de dispositivos computacionales en el entorno cotidiano de las personas de forma imperceptible. Se atribuye el concepto a Mark Weiser en 1988. Las áreas de investigación clave incluyen sensores, redes de próxima generación, sistemas distribuidos y computación móvil, con aplicaciones como monitoreo médico remoto y sistemas conscientes del contexto.