La computación ubicua integra la informática en diversos entornos, permitiendo que la tecnología se vuelva omnipresente y pase desapercibida para los usuarios. Este concepto, atribuido a Mark Weiser, busca centrarse en las tareas diarias en lugar de en las herramientas tecnológicas. Los avances en microprocesadores y comunicaciones han hecho posible esta integración, aunque persisten desafíos como el consumo de energía.