Los ordenadores cuánticos almacenan información como qubits en lugar de bits y utilizan fenómenos cuánticos como la superposición y el enredo para realizar operaciones. Si se construyen ordenadores cuánticos a gran escala, podrían resolver ciertos problemas exponencialmente más rápido que los ordenadores clásicos mediante algoritmos como el de Shor, lo que permitiría romper muchos sistemas de cifrado actuales.