El poema describe una tormentosa mañana de verano, con nubes que viajan como pañuelos blancos de adiós agitados por el viento. El viento sopla orquestal y divinamente entre los árboles, llevando las hojas y desviando las flechas de los pájaros. Representa al viento derribando las olas sin espuma y fuegos inclinados, mientras se combate en la puerta del viento del verano.