La comunicación no violenta es un modo de pensar y comunicarse que busca fomentar la comprensión y el respeto mutuo. Se basa en la intención de ser comprensivo con uno mismo y los demás de manera auténtica y empática. Consta de cuatro etapas: observar los hechos de forma neutral, expresar sentimientos, necesidades y hacer peticiones de forma positiva. El objetivo es satisfacer las necesidades propias y de los demás sin perjuicio de los demás.