La contemplación es la más alta expresión de la vida intelectual y espiritual del hombre. Es una experiencia espiritual de gratitud y comprensión profunda de que la vida procede de una fuente invisible y trascendente. La contemplación tiende hacia el conocimiento de Dios más allá de las palabras o conceptos, a través de un despertar intuitivo al amor y la presencia de Dios en la vida diaria.