El documento describe varias figuras del Antiguo Testamento que prefiguran el sacrificio de Cristo, incluyendo el sacrificio de Abel, el sacrificio de Isaac, el cordero pascual, la serpiente de bronce, y las ofrendas descritas en Levítico. Todas estas figuras apuntan de alguna manera a cómo la muerte de Cristo en la cruz proveyó expiación por los pecados de la humanidad.