La desintegración familiar se refiere al rompimiento de la unidad familiar y a la insatisfacción de las necesidades básicas de sus miembros, lo que puede manifestarse en diversas formas como el abandono involuntario, el divorcio o relaciones conflictivas dentro del hogar. Factores como machismo, adicciones y violencia intrafamiliar contribuyen a este fenómeno, que a su vez tiene consecuencias como problemas psicológicos, delincuencia y baja autoestima en los hijos. La prevención de la desintegración familiar requiere medidas que fomenten la comunicación y las relaciones saludables entre los miembros de la familia.