Las revistas femeninas y masculinas se dividen en categorías según la edad y situación de los lectores para dirigirse a diferentes grupos e intereses. Editores y anunciantes usan esta segmentación para determinar el contenido y productos publicitados. Sin embargo, esta división es engañosa porque las revistas son leídas por más de solo sus compradores y no todos los lectores pertenecen necesariamente al grupo objetivo. Editores analizan tanto a suscriptores como compradores ocasionales para crear perfiles de lectores típicos.