Este documento discute las orientaciones deseables para la formación de docentes en el siglo 21. Sugiere que aunque es difícil predecir el futuro de la educación, es importante formar a los maestros para desarrollar la autonomía, el pensamiento crítico y las habilidades para ser ciudadanos activos. Propone diez criterios para una formación de maestros de alto nivel, incluyendo basarse en un análisis de las prácticas actuales de enseñanza, desarrollar competencias a través de problemas reales, y una evaluación formativa