Jesús le dice a un joven rico que lo ha cumplido todo que debe vender lo que tiene y dar el dinero a los pobres para tener un tesoro en el cielo. Cuando el joven se marcha triste porque era muy rico, Jesús dice que es difícil que los ricos entren en el Reino de Dios. Jesús enseña que es mejor no apegarse a las riquezas de este mundo.