El documento habla sobre el ayuno que agrada a Dios según el libro de Isaías. Explica que Dios prefiere un ayuno que implique compartir el pan con el hambriento, albergar a los pobres, vestir al desnudo y no ignorar a los necesitados. Este tipo de ayuno muestra más la justicia de Dios que simplemente afligirse o lamentarse. El documento concluye instando a honrar el sábado absteniéndose de negocios y ociosidad para deleitarse en el Señor.