El arte románico surgió en la Edad Media y estaba relacionado con la fe cristiana. Las iglesias románicas tenían construcciones fuertes y sólidas como símbolo de la fe, y solían estar oscurecidas para fomentar la contemplación. Se caracterizaban por formas geométricas simples, arcos de medio punto y capiteles decorados con motivos vegetales. Ejemplos importantes incluyen la catedral de Pisa y la iglesia de Santiago de Compostela.