Un hombre desempleado se presenta a una entrevista para un puesto de limpieza en Microsoft pero es rechazado porque no tiene dirección de correo electrónico. Decide empezar a vender frutillas puerta a puerta y en pocos años construye un imperio de reparto de alimentos. Años más tarde, cuando busca un seguro de retiro, vuelve a no tener correo electrónico y reflexiona que de haberlo tenido antes habría alcanzado aún más éxito.