Un hombre desempleado se presenta a un trabajo de limpieza en Microsoft pero es rechazado por no tener correo electrónico. Decide vender frutas puerta a puerta y, tras tener éxito, amplía su negocio hasta convertirse en dueño de una gran empresa alimentaria cinco años más tarde. Al buscar un plan de pensiones, vuelve a no tener correo electrónico, lo que le hace recordar que de haberlo tenido antes podría haberse quedado limpiando retretes en lugar de triunfar con su propio negocio.