El documento analiza la figura del "Discípulo Amado" que aparece en el Evangelio de Juan. La propuesta más aceptada es que se refiere al apóstol Juan, autor del cuarto evangelio. Aunque algunos cuestionan si Juan era demasiado imperfecto para ser considerado el "Discípulo Amado", el documento concluye que el autor quiso representar a todos los verdaderos discípulos de Cristo a lo largo de la historia.