El documento narra la historia de un árbol llamado Pizamo que vive en un sendero ecológico y es el más grande de su comunidad. El Pizamo disfruta de la compañía de otros árboles y de las visitas de los niños que lo cuidan, sintiéndose importante y feliz en su entorno. La moraleja subraya la importancia de valorarnos en nuestros espacios, como la familia o la escuela.